Pijijiapan zona de desastre, ¿Permanente?

 

Thalía Turrén-Cruz

 

Pijijiapan Chiapas. A 04 de octubre de 2017

El pasado Jueves 7 de septiembre de 2017, alrededor de las 23:49 horas, un terremoto de 8.2 grados en escala de Richter (SSN, 2017); sacudió parte del territorio nacional siendo el epicentro en el municipio de Pijijiapan. Afortunadamente, comparado con los municipios de Oaxaca dañados por el sismo, los daños en Pijijiapan fueron “menores”.

Las autoridades nacionales, estatales y municipales hicieron lo suyo; evacuar a las comunidades más afectadas, ofrecerles albergue, víveres, entre otras cosas. Lo interesante viene después, cuando primero se declara a Pijijiapan como zona de desastre y las autoridades empiezan a recibir solicitudes de apoyo por las casas dañadas. Hasta ese momento todo va bien; pero el día 19 de septiembre hay otro evento sísmico de alta intensidad con epicentro cercano a la Ciudad de México y resulta ser la cortina de humo perfecta para las autoridades, no solo del municipio sino también para las estatales, empiecen a desviar los recursos y la ayuda destinada a los afectados. La ayuda se ve mermada de gran manera y las autoridades aprovechan para hacer proselitismo; la sociedad civil empieza a notar que las autoridades no están interesadas en ayudar a las personas afectadas, su único y principal interés es hacer campaña para las elecciones del 2018 y aprovecharse del dolor ajeno. Esto genera un “boom” de voluntarios para donar víveres y entregarlos en zonas afectadas.

El lunes 25 de septiembre llegó a Pijijiapan un camión procedente de León Guanajuato, con 30 toneladas de ayuda humanitaria (alimentos enlatados, ropa, zapatos, agua, artículos de higiene personal y medicamentos). La recepción del mismo fue coordinada por dos personas de la sociedad civil y a través de las redes sociales se convocó a voluntarios que gustaran apoyar con la descarga de la ayuda, la preparación de despensas y la repartición de las mismas.

Es importante destacar la importancia del uso de las redes sociales, además de convocar a voluntarios a través de ellas, también se solicitaron recursos como bolsas de plástico, mesas, autos, gasolina y comida para los voluntarios. Hay muchas personas dispuestas a ayudar.

Las despensas se empezaron a repartir el día martes 26 de septiembre a diferentes comunidades del municipio y se terminaron el domingo 01 de octubre. En algunas comunidades, si ya habían recibido ayuda de la Secretaria de Marina, nos sugerían entregar la ayuda en ranchos o casas a lo largo del camino, ya que estas al no estar en un centro de población no habían recibido ningún tipo de ayuda.

Durante la semana de ayuda se contó con la participación de un médico y una enfermera para la canalización de medicamentos a las personas que lo necesitaban. Al final de la jornada muchas personas quedaron agradecidas y satisfechas con la ayuda otorgada, confiando en que en algún momento se les podrá ayudar de alguna u otra manera. Están pendientes las reconstrucciones de algunas escuelas, se están solicitando donaciones, tanto de material como efectivo y mano de obra. La comunidad confía en que más ayudara llegará por parte de ciudadanos sin ninguna intención más que hacer el bien.

Pijijiapan cuenta con un gran bagaje histórico como zona de desastre: “En 1998 lluvias torrenciales sobre la Costa y Sierra del municipio de Pijijiapan ocasionaron deslaves y desborde de ríos que afectaron la circulación en la carretera federal. Los servicios básicos se suspendieron temporalmente; centenares de casas, escuelas, centros de salud y tierras de cultivo fueron destruidas, afectando al hato ganadero, lagunas y campos pesqueros, alterando los ecosistemas. Centenares de personas fueron trasladadas a refugios y albergues temporales que fueron activados de manera emergente. En el 2005 el huracán “Stan” y en el 2013 “Manuel e Ingrid”, generaron en los primeros días de presencia, precipitaciones pluviales sin precedentes, sobre el territorio chiapaneco, provocando escurrimientos súbitos, saturación de cauces, desbordamientos de los siete ríos que surcan el municipio, notables daños a la agricultura, ganadería, pesca y vivienda” (Canul et al 2014).

Luego de las afectaciones provocadas por estos fenómenos se hizo prioritario el fortalecimiento de la capacidad local de los municipios, la coordinación entre el sector federal y el estado, se realizaron acciones operativas en conjunto con mezclas de recursos, no obstante, la Coordinación General de Protección Civil evidenció la falta de un Plan de Contingencias que especificara el orden de los trabajos de atención. A partir de ello se creó un plan de contingencias municipal, el cual está elaborado para la temporada de lluvias y ciclones tropicales, pero es de conocimiento sólo de las autoridades. Además, este plan únicamente está contemplando fenómenos hidrometeorológicos dejando fuera a los geológicos que también tienen fuerte incidencia en la región. La población desconoce los lugares que se encuentran en mayor riesgo, no saben actuar ni a donde a acudir en caso de una emergencia.

Como consecuencia a lo largo de la historia la prevención y atención no ha sido una de las prioridades del sistema político estableciendo sólo líneas generales de atención que indican que lejos de ser la prevención una acción sistémica sostenible, se ha manifestado mediante acciones circunstanciales, con lo cual se ha alejado de su intencionalidad preventiva y se ha acercado más hacia la atención (Alpizar, s.f).

Otro de los problemas es la escasa comunicación entre las autoridades municipales y la población. La actuación de las autoridades se ve reflejada una vez que se presenta el desastre y es cuando se activan los planes de emergencia y la intervención de la Secretaria de Marina con el Plan DN-III-E para auxilio de la población.

Partiendo de este historial, en 2014 como parte de sus estudios de posgrado Canul-Duarte, Pérez-Córdova y Turrén-Cruz, advirtieron la importancia y necesidad de la prevención, por lo cual propusieron y diseñaron una plataforma de comunicación para la prevención ante amenazas naturales para el municipio de Pijijiapan. Dada la necesidad que existe de comunicación y conocimiento de los riesgos naturales a todas las localidades del municipio.

Esta propuesta tomó en cuenta modelos de conocimientos como: ciclo del desastre, el riesgo, análisis espacial, cartografía participativa y la comunicación. A través de estos modelos se generó una plataforma de comunicación y sensibilización de los riesgos a los que está expuesta toda la población, tomando en cuenta los servicios de comunicación y tecnología del municipio. La importancia del conocimiento de los riesgos a los que está expuesta la población, permite la sensibilización para tomar las medidas necesarias y junto con el gobierno contrarrestar los efectos de los fenómenos naturales. Hoy es vital retomar esta propuesta, aprovechar este tipo de herramientas y ponerlas en marcha, no solo diseñarlas. Se requiere un gobierno consciente de la prevención, capaz de poner este tipo de propuestas en marcha, y dispuesto a ayudar a la comunidad.

Pijijiapan, lleva más de 12 años sin ningún tipo de desarrollo; los presidentes municipales se han dedicado a llenar sus bolsillos de dinero sin importarles las necesidades del municipio. Después del año 98, Pijijiapan no pudo recuperar su economía primordialmente ganadera, el municipio se ha visto invadido por el “Desarrollo”, empresas como Aurrera, Soriana y Oxxo, llegaron para quedarse; haciendo desaparecer los pequeños negocios locales y desgastando aún más la economía, ya de por si en grave peligro.

Aquí aplica “mantenlos ignorantes y necesitados, para que acepten tus migajas”. ¿A dónde puede llegar una sociedad que, contienda electoral tras contienda electoral vende su voto al mejor postor?, ¿Cómo satisfacer las necesidades de un pueblo invadido por la corrupción? ¿Qué es necesario hacer para que las autoridades se preocupen por el bienestar común en lugar del propio? ¿Es necesario cambiar a los políticos o cambiar la forma de pensar de la sociedad? ¿Hasta dónde llega nuestra responsabilidad como miembros de la sociedad?, es urgente reflexionar para proponer soluciones.


Referencias

Alpizar, Ma. Lorena. (S.F). Prevención y atención de desastres en México. 2014, del Ministerio de relaciones exteriores de Italia y CEPAL, Naciones Unidas.

Canul, A., Pérez, S., Turrén-Cruz, T. (2014). Plataforma de Comunicación para la Prevención de Riesgos Naturales en el Municipio de Pijijiapan, Chiapas. CentroGeo, México.

Servicio Sismológico Nacional, SSN. (2017). Sismos fuertes, disponible en: http://www.ssn.unam.mx/sismicidad/ultimos/