Hacia un nuevo horizonte de educación superior: la Universidad Autónoma Comunal de Oaxaca

Carlos Luis Maldonado Ramírez
Universidad La Salle Oaxaca
lioslesmc@gmail.com


Alumnos de la Universidad Autónoma Comunal de Oaxaca (UACO).
Imagen tomada de la página de Facebook de la UACO.


Introducción

Desde los años setenta del siglo pasado, en Oaxaca se han generado proyectos educativos que buscan reivindicar la función social de la escuela en contextos originarios. Estos proyectos han sido impulsados por organizaciones etnopolíticas, intelectuales indígenas y académicos comprometidos con las luchas indígenas generadas. La fuerza de su organización y resistencia impulsó movimientos sociales por el reconocimiento y la libre determinación de los pueblos. Particularmente, en el campo educativo, se llevó a cabo la premisa planteada por Velasco, Medina y Baronnet (2020) en donde el movimiento social tuvo un vínculo directo con el eje educativo, encontrando en el magisterio oaxaqueño un gran aliado, cuyo claro posicionamiento contrahegemónico buscó y sigue buscando disputar al Estado la configuración del acto educativo, destacando en dicha lucha la reformulación del eje epistémico, lingüístico, estructural, social y comunitario.

La llamada “generación de la emergencia india” (Aquino, 2010) fue la encargada de cimentar la base filosófica sobre la cual se reflexionó sobre la forma de vida de la comunidad desde adentro, generando con ello el término comunalidad como punto de partida. Entendida como “el modo de vida tradicional de los pueblos originarios en Oaxaca, compartido por los pueblos pertenecientes a la matriz civilizatoria mesoamericana” (Maldonado, 2011: 66), la comunalidad permite aproximarnos a comprender, aprender y reaprender la forma en que se vive dentro de una comunidad. Ya sea que se analice la comunalidad como palabra o como término (Esteva, 2015), la comunalidad nos invita a reflexionarla en plural y no en singular, tanto en español como en la lengua originaria, acción que posibilita trazar puentes entre las similitudes y diferencias presentes entre las culturas de nuestro estado.

Teniendo su base filosófica y epistemológica en la comunalidad, la educación comunitaria surge como una propuesta alternativa a la educación ofertada por el Estado, misma que ha logrado posicionarse legalmente dentro del sistema educativo oficial desde 1995 y reafirmarse en 2016 como un modelo pertinente para la educación de los pueblos originarios. Este proceso no fue casualidad, el magisterio oaxaqueño jugó un papel determinante en ello, impulsando lo que Benjamín Maldonado denomina política educativa comunitaria.

La política educativa comunitaria en Oaxaca se ha ido conformando durante más de tres décadas con un conjunto de propuestas y acciones realizadas por maestros de diversos niveles educativos, basados en la percepción contrahegemónica de su quehacer a partir del pensamiento de Paulo Freire, Carlos Marx, Frantz Fanon y otros pensadores y corrientes radicales, y en la constitución de un movimiento democrático de los trabajadores de la educación de Oaxaca (MDTEO) conformado hoy por la gran mayoría de los 90 mil trabajadores de la educación en Oaxaca, que ocupan casi todas las 12 mil escuelas de educación básica en la entidad. Es desde esa plataforma contestataria que se formula, ampara e impulsa la educación comunitaria y sus avances dentro del sistema educativo oficial (Maldonado, 2018: 176-177).

Es precisamente esta política educativa comunitaria la que ha permitido la construcción de proyectos educativos con enfoque comunitario desde educación básica hasta posgrado (Maldonado y Maldonado, 2018). No obstante, si bien el avance ha sido sumamente significativo, aún no es suficiente, pues la educación comunitaria sigue siendo un conjunto de experiencias que no necesariamente se encuentran articuladas entre sí.

La reciente creación de la Universidad Autónoma Comunal de Oaxaca (UACO) puede fungir como ese eje aglutinante por el hecho de que las comunidades ya pueden contar en su territorio comunal con instituciones de educación superior reconocidas por el Estado que dinamicen la relación con otras instituciones educativas de la comunidad, sean o no pertenecientes al modelo educativo comunitario, en cuyo caso la reorientación de las formas de trabajo implicaría mayor pertinencia cultural.

Otro motivo que permite pensar en el fortalecimiento del modelo comunitario tiene que ver con la formación de sujetos en diferentes disciplinas que, con una sólida conciencia comunal, puedan reflexionar, discutir y reorientar su propio proceso formativo, disciplinar, comunitario e institucional, enriqueciendo desde una visión experiencial el rumbo de la escuela en contextos comunitarios.

La Universidad Autónoma Comunal de Oaxaca (UACO)

En el Decreto número 1201, aprobado por la LXIV Legislatura del Estado el 15 de enero del 2020, y publicado en el Periódico Oficial Extra de fecha 20 de abril del 2020 se dio a conocer de manera oficial la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma Comunal de Oaxaca. Con ello se oficializó la configuración de un proyecto que comenzó en 2016 y que durante 4 años fue cobrando diferentes denominaciones, rumbos, apoyos, dimensiones y orientaciones hasta la actualidad.

Son cuatro los ejes que resalto dentro de la base normativa para la constitución de la UACO: 1) sus objetivos, 2) sus facultades, 3) los órganos de gobierno, y 4) los Centros Universitarios Comunales.

La UACO tiene tres objetivos principales, con base en el artículo 2 de su Ley Orgánica:

I. Impartir la educación superior de licenciatura y de posgrado; cursos de actualización y especialización, en sus modalidades escolar y extraescolar, formando profesionales con sensibilidad y conocimientos culturales y comunitarios;

II. Organizar y desarrollar actividades de investigación y proyectos comunitarios, humanísticos y científicos, en atención, primordialmente, a los problemas de la comunidad; así como regional, estatal o nacional y en relación con las condiciones del desenvolvimiento cultural social e histórico; y

III. Preservar, promover, difundir y acrecentar la cultura y los conocimientos comunitarios

Estos objetivos plasmados en el plano normativo retoman implícitamente los objetivos, dimensiones y características centrales que en el plano fáctico han sido la base de la educación comunitaria en Oaxaca. De acuerdo con Maldonado, el principal objetivo de la educación comunitaria es: “La formación de intelectuales orgánicos, es decir, la paciente formación de académicos de alto nivel o de profesionales exitosos que además tengan un compromiso estrecho con su cultura y reflexionen y propongan caminos para la regeneración cultural de los pueblos originarios, colaborando en su construcción (Maldonado, 2004: 39).”

Esta definición alude a las dos dimensiones de la educación comunitaria: pedagógica y etnopolítica. Por un lado está la formación de especialistas en su campo, quienes puedan analizar, reflexionar, criticar y apropiar teorías para releerlas en su contexto, imprimiéndoles sentidos y significados diferentes, culturalmente situados. Por el otro, el compromiso comunal hacia su comunidad, cuyos conocimientos se ponen al servicio del bien común, visibilizando la herencia colonial presente en la escuela y con ello promoviendo la búsqueda de nuevas alternativas de ser y estar en el mundo.

¿Cómo se ha podido impulsar dicha propuesta de intervención del aparato escolar? En principio, por medio de las características que configuran el modelo educativo comunitario, el cual tiene siete ejes fundamentales:

  • la articulación de conocimientos en torno a los conocimientos locales y regionales,
  • la investigación como eje pedagógico,
  • la filosofía comunal como horizonte,
  • la participación comunitaria en el proceso de aprendizaje,
  • el uso extensivo de la lengua originaria,
  • un currículo adecuado a la realidad en que se trabaja y
  • la colaboración de maestros que, más que enseñar, ayudan a aprender (Maldonado, 2016: 48)

Estos objetivos, dimensiones y características fungen como pautas sobre las cuales se edifica el modelo de la UACO, no obstante, los proyectos de educación comunitaria en otros niveles han mostrado que no es una receta, cada institución se apropia y resignifica con base en su contexto dichas premisas, dándole mayor peso a unas sobre otras e incorporando más elementos, proceso que se espera que realice cada uno de los Centros Universitarios Comunales.

Así mismo, en el artículo 3 se mencionan las facultades con las cuales contará la Institución:

I. Organizarse conforme a lo establecido en sus ordenamientos interiores;
II. Planear y programar sus planes de estudios y las actividades de investigación, de difusión comunitaria y cultural, conforme a los principios de libertad de cátedra y de investigación;
III. Expedir certificados de estudios, diplomas, títulos y grados académicos;
IV. Revalidar y establecer equivalencias de estudios del mismo tipo educativo, realizados en otras instituciones educativas;
V. Incorporar estudios y otorgar o retirar reconocimiento de validez para fines académicos, a los realizados en planteles particulares que impartan el mismo tipo de enseñanza, con planes y programas equivalentes, y
VI. Celebrar todo tipo de convenios, contratos o acuerdos con instancias públicas, privadas o sociales, para la realización de su objeto.

Esta propuesta es inédita dentro de la educación comunitaria, pues a pesar de contar con instituciones de educación superior, algunas formuladas desde hace dos décadas, como la Escuela Normal Bilingüe e Intercultural de Oaxaca (ENBIO), y otras más recientes como el Instituto Superior Intercultural Ayuuk (ISIA), la Unidad de Estudios Superiores de Alotepec (UESA) o la Universidad Comunal Intercultural del Cempoaltépetl (Unicem), por citar sólo algunas iniciativas, son proyectos aislados entre sí, los cuales si bien han promovido el desarrollo de la comunidad en donde se encuentran a través de la formación de jóvenes con una sólida conciencia comunal, no gozan de las atribuciones con las que nace la UACO.

Un principio de autonomía clave es que cada Centro Universitario Comunal pueda decidir, a partir de la lógica comunal, los programas educativos a ofertar, la orientación, modalidad y metodología de trabajo. Esta dinámica sólo es posible si se cuenta con una estructura y organización comunitaria, que lo posibilite, promueva y respalde.

En el artículo 6 de la Ley Orgánica, se enlistan los órganos que constituyen a la Universidad:

I. El Consejo Académico.
II. La Rectoría.
III. La Coordinación Académica.
IV. La Coordinación Administrativa.
V. La Coordinación Financiera.
VI. La Contraloría.
VII. Los Centros Universitarios.

La Universidad contará con un Consejo Consultivo, el cual estará integrado por las o los profesionistas destacados a nivel estatal, nacional o internacional y en los distintos campos del conocimiento. Sus cargos serán honoríficos.

El Consejo Consultivo únicamente emitirá opiniones, propuestas o recomendaciones.

Para comprender esta estructura habrá que enfatizar en la dimensión actoral que la configura, pues desde su base se cuenta con destacados intelectuales, sobre todo indígenas, que desde hace décadas han impulsado procesos de reivindicación de los derechos, el territorio y la educación.

En la rectoría está Jaime Martínez Luna, uno de los principales ideólogos de la comunalidad, quien desde los años ochenta encabezó una de las organizaciones etnopolíticas más importantes para la defensa de los recursos naturales en la sierra norte oaxaqueña, la Odrenasij, es, además, de los fundadores de la radio comunitaria y cantautor de la trova serrana. Como coordinador académico figura Rigoberto Vásquez García, originario de Santa María Tlahuitoltepec, fundador y directivo de la Universidad Comunal Intercultural del Cempoaltépetl, cuya experiencia en la gestión desde abajo de proyectos educativos bajo el enfoque comunitario brinda una orientación específica a la UACO. Érika Candelaria Hernández Aragón fue designada como Coordinadora Administrativa, ella es maestra zapoteca de Loxicha y ha sido parte de la directiva de la Sección XXII. Su experiencia sindical permite dar la orientación etnopolítica del magisterio a la UACO. Finalmente, como coordinador financiero se asignó a Gustavo Ramírez Santiago, biólogo zapoteco vinculado a la Universidad de la Sierra Juárez y miembro de la Fundación Comunalidad, A.C.

La designación de estos cargos tampoco fue arbitraria, pues fueron electos por el colectivo de representantes comunitarios y luego ratificados formalmente. En el decreto de creación se ordenó conformar un Consejo Fundacional cuya principal tarea fue nombrar al rector y a los coordinadores. Este Consejo Fundacional se conformó a través de una convocatoria pública, en donde la UACO solicitó a cada Centro Universitario nombrar a un representante para postular e integrar el Consejo, cumplida su función se desintegró.

Cada Centro Universitario Comunal designó a su coordinador, ya sea que desempeñen dicho cargo o colaboren muy de cerca en dicha función, entre ellos figuran notables intelectuales originarios que han encabezado la generación de organizaciones o proyectos en sus comunidades: Carlos Manzo como coordinador en Unión Hidalgo, quien en su momento colaboró con Juan José Rendón Monzón a través del Taller de Diálogo Cultural que se promovió en la región del Istmo desde finales de los años ochenta. Destacado intelectual que en su tesis de doctorado analiza el proceso de resistencia indígena generado a partir del neocolonialismo promovido por las empresas eólicas, proceso que actualmente se enfrenta a las mineras y al corredor transístmico.

Juan Avendaño en la H. Ciudad de Tlaxiaco, antropólogo triqui que hizo su tesis sobre comunalidad en Santo Domingo del Estado. Rubén Valencia en Ciudad Ixtepec, egresado de la Unitierra Oaxaca y miembro del Comité Ixtepecano para la Defensa de la Vida y el Territorio, comité que hace frente a las empresas eólicas, mineras y al corredor transístmico. Cirilo Julián Caballero en San Antonio Huitepec, ingeniero de Chapingo, en cuya tesis de doctorado estudió la comunalidad entre los chatinos y se encuentra vinculado al Cesder de Puebla. Kiado Cruz, en Santa María Yaviche, comunicólogo comunalista vinculado a Servicios Universitarios y Redes de Conocimiento en Oaxaca, A.C. (SURCO). Fernando Ramos, en Capulálpam de Méndez, maestro de la Universidad de la Sierra Juárez y miembro de Fundación Comunalidad, A.C. Como asesores figuran académicos no indígenas como Ricardo Peralta, Arturo Guerrero, Benjamín Maldonado y Yolanda Jiménez Naranjo.

Finalmente, en el artículo 27 se establece de manera sucinta la función de los Centros Universitarios Comunales, la cual se resume en hacer cumplir con los objetivos de la Universidad. A falta de facultades o institutos, estos centros fungen como las sedes de la Universidad que se establecen en diferentes regiones del estado.

Cabe destacar que fueron 15 los Centros Universitarios Comunales que se crearon inicialmente: Santa María Tlahuitoltepec, Santa María Yaviche, San Pedro Comitancillo, Jaltepec de Candayoc, San Antonio Huitepec, Capulálpam de Méndez, San Andrés Solaga, Santa María Colotepec, Unión Hidalgo, Ciudad Ixtepec, Matías Romero, San Pedro Amuzgos, San Francisco Ixhuatán, H. Ciudad de Tlaxiaco y Guelatao de Juárez. Pero hay dos Centros más que se están gestionando, uno en Oaxaca de Juárez y otro en San Cristóbal Lachirioag, además de que algunos centros cuentan con extensiones, como el caso de Tlaxiaco, que cuenta con 3: Santa Cruz Mixtepec, Santo Domingo del Estado y Santiago Juxtlahuaca.

La apertura de CUC en estas comunidades ha sido resultado de la gestión de grupos organizados y reconocidos por la comunidad, con proyectos socioeducativos sólidos y con varios años de experiencia, que veían en los estudios superiores la posibilidad de fortalecer sus trabajos en beneficio de la comunidad. Estos c entros se abren teniendo la aprobación tanto de las autoridades locales como de su asamblea comunitaria. Esta característica precisamente permite que sean estos grupos organizados los encargados de gestionar y coordinar los trabajos en cada centro.

Las licenciaturas que se imparten son diversas, cada centro ha establecido sus preocupaciones, prioridades e intereses y las articuló en un plan de estudios. Por ejemplo, el Centro Universitario Comunal “Ityi Ndyaa Ndoo” de San Antonio Huitepec, oferta la Licenciatura en Vida Comunal y Territorio con 4 opciones terminales: Planificación, Gestión, y Administración Comunitaria, Agroecología y Seguridad Alimentaria, Conservación y Aprovechamiento Sustentable de los Bienes Comunes, y Empresas Comunales y Organización Social. Mientras que el Centro Autónomo Comunal Universitario “Ndaniguia” de San Pedro Comitancillo oferta la Licenciatura en Salud Integral Comunitaria y la Licenciatura en Sistemas Alimentarios Sustentables, además cuenta con la Maestría en Educación Comunal.

En Unión Hidalgo se oferta la Ingeniería en Bioconstrucción Comunal, y las licenciaturas en Derecho Indígena Comunal, Agroecología, Artes y Filosofía Comunal, así como Política Comunal. En San Pedro Amuzgos se cuenta con las Licenciatura en Agricultura Comunal y la Licenciatura en Gestión Comunal. Para el caso de San Francisco Ixhuatán se tienen 3 licenciaturas: en Salud Integral Comunitaria, Agroecología Comunal, y en Pesca y Cooperativismo; además de ofertar la Maestría en Educación Comunal. Algunos de estos Centros ya se encuentran trabajando, otros acaban de sacar convocatorias y unos más lo harán el siguiente año, por su principios.

Consideraciones finales

Las experiencias de educación comunitaria a nivel superior en nuestro estado hasta ahora se circunscribían en el segundo nivel analítico propuesto por Saúl Velasco y Aleksandra Jablonska, en el estado del conocimiento del COMIE que trabajaron de 2000 a 2010, el cual se integra por propuestas que buscan reorientar el sentido de la educación con enfoque intercultural dentro del propio sistema educativo. Un proceso necesario para comprender esta reorientación tiene que ver con:

las políticas educativas en la actualidad […] están dejando de ser para patrimonio exclusivo del gobierno, y no siempre se encaminan hacia el sistema educativo convencional […] están siendo delineadas por actores sociales que no necesariamente tienen vínculos orgánicos con el gobierno ni con el sistema educativo oficial […] sin embargo no por ello dejan de ser verdaderas propuestas de políticas educativas (Velasco y Jablonska, 2013: 118).

En este transitar, “la interculturalidad educativa […] se vuelve motivación de otros actores, quienes plantearán versiones apropiadas, renovadas y resignificadas de lo que se entiende por educación intercultural” (ibid.: 119). Ejemplo de lo anterior es la propuesta comunalista.

No obstante, con el surgimiento de la UACO se percibe que este proyecto está claramente orientado al sistema educativo oficial, articulándose con la política educativa comunitaria, la cual ha logrado intervenir en la política educativa convencional, a ello se debe sumar el principio de autonomía como eje para la construcción y aprobación de los planes de estudio, convirtiéndola en una institución completamente diferente a las que ya se tenían en el estado.

Es este hecho el que invita a reflexionar sobre la pertinencia de analizar en la posteridad la estructura, organización, proceso y prácticas que se detonen en cada Centro Universitario Comunal dentro del esfuerzo analítico, sumamente loable e interesante, realizado por Velasco y Jablonska para el caso de los proyectos educativos anclados de manera directa o indirecta a la política educativa intercultural, o analizar si estamos frente a la primera Universidad Autónoma pensada por y para las comunidades, en cuyo caso estas iniciativas deberán comprenderse bajo una lógica diferente: como parte del sistema educativo estatal pero generando una particular visión de la política educativa, e incluyendo en cada espacio escolar los conocimientos y prácticas culturales que el Estado mexicano invisibilizó, subalternizó, excluyó e incluso sancionó.

Como tal la UACO implica la suma de colectividades, pero es mucho más que ello, encarna un proyecto etnopolítico y pedagógico de facto, con una base filosófica y epistemológica clara, generada al calor del movimiento social y de las organizaciones que de él se desprendieron. Se nutre de una polifonía de voces, la mayoría de ellas de miembros de las comunidades, y se complementa con la visión de especialistas comprometidos, mostrando lo mejor de dos mundos, más complementarios que articulados, respetando sus procesos y lógicas diversas.

Bibliografía

Aquino, Alejandra (2010), “La generación de la “emergencia indígena” y el comunalismo oaxaqueño. Genealogía de un proceso de descolonización”, en Cuadernos del Sur. Revista de Ciencias Sociales, año 15, núm. 29, Oaxaca, México, pp. 7-21.

Esteva, Gustavo (2015), “Para sentipensar la comunalidad”, en Bajo el volcán, vol. 15, núm. 23, Puebla, BUAP, pp. 171-186.

H. Congreso del Estado Libre y Soberano de Oaxaca (2020), Ley Orgánica de la Universidad Autónoma Comunal de Oaxaca, Oaxaca.

Maldonado, Benjamín (2018), “Entre la modernidad y las luchas indígenas en Oaxaca: el reto de construir política educativa comunitaria”, en Marco Antonio Salas, María de Lourdes Salas, y Beatriz Herrera (coords.), Problemas educativos y sociedad. Una mirada desde los investigadores, México, Taberna Libraria Editores-Universidad de Zacatecas.

Maldonado, Benjamín (2016), “Hacia un país plural: educación comunitaria en Oaxaca frente a la política de interculturalidad cero”, en Revista LiminaR. Estudios Sociales y Humanísticos, vol. XIV, núm. 1, enero-junio, pp. 47-59.

—————————(2011). Comunidad, comunalidad y colonialismo en Oaxaca. La nueva educación comunitaria y su contexto. Oaxaca, Universidad de Leiden-CSSEIO-CEEESCI-CEDELIO.

—————————(2004), “Comunalidad y educación en Oaxaca”, en Lorenzo Meyer y Benjamín Maldonado (comps.), Entre la normatividad y la comunalidad. Experiencias educativas innovadoras del Oaxaca indígena actual, Oaxaca, Fondo editorial del IEEPO, Col. Voces del Fondo, Serie Molinos de Viento.

————————— y Carlos Maldonado (2018), “Educación e interculturalidad en Oaxaca: avances y desafíos”, en Sinéctica. Revista electrónica de educación, núm 50, enero-junio, pp

1-17.

Velasco, Saúl y Aleksandra Jablonska (2013), “Políticas en educación indígena intercultural”, en María Bertely, G. Dietz y M. Díaz Tepepa (coords.), Multiculturalismo y educación 2002-2001, México, COMIE.

Velasco, Saúl, Patricia Medina y Bruno Baronnet (2020), “Movimientos indígenas, educación y autonomía”, en G. Olivier (coord.), Estado del conocimiento de los movimientos sociales en México, vol. I, México, SEP-UPN.