Diagnóstico del proceso de capacitación en el Programa Jóvenes Construyendo el Futuro

 

Oscar Armando Cruz González
oscarcruzg@cciudadano.org.mx / traos10@hotmail.com

Juan Jesús Estrella Chávez
jestrella@cciudadano.org.mx / jestrella@ciesas.edu.mx

Programa Especial CCIUDADANO Construcción y articulación de lo público
www.cciudadano.mx /www.institutocciudadano.mx


Introducción

Interesados en formar a jóvenes involucrados en procesos de incidencia ciudadana que fortalezcan nuestra democracia, en CCIUDADANO participamos como centro de capacitación en el programa federal Jóvenes Construyendo el Futuro (PJCF) en su primer año de operación. De esa experiencia realizamos una investigación en la que se involucraron algunos de los becarios inscritos.[1] En este trabajo damos cuenta de dicha investigación y sus resultados. Nos enfocamos en reconocer la forma como se capacita o se forma a los jóvenes dentro de los centros de trabajo que participan en el programa. Observamos este proceso a partir de los lineamientos del programa[2] y lo que apreciamos en ocho centros de trabajo que han vinculado a becarios. El estudio lo hicimos durante el primer año de operación del programa (2019), con una perspectiva orientada por las ideas de una Economía Basada en el Conocimiento y el Aprendizaje (EBCA) y de gestión del conocimiento.

Además de elaborar instrumentos que facilitan ‒a quienes tengan la intención de participar como centros de capacitación‒ integrarse al programa, a partir de la identifi­cación de sus áreas de oportunidad y atendiendo los lineamientos del PJCF, realizamos algunas propuestas para una mejor operación y seguimiento de lo que en el programa se refiere como capacitación y tutoría.

Nuestra experiencia como base

Partimos de la experiencia de CCIUDADANO como centro de trabajo adscrito al progra­ma, para considerar las posibilidades del mismo en cuanto a la capacitación y el desarrollo de habilidades y capacidades. A partir de ello, buscamos otros centros de trabajo para conocer sus experiencias en este sentido, entendiéndolos (y a nosotros mismos) como estudios de caso.

Nuestro interés en realizar una investigación sobre este programa lo justificamos por las siguientes razones: 1) nuestra participación en el mismo; 2) coincidimos en el diagnóstico y la propuesta base que motiva el programa, es decir, la situación de las y los jóvenes en el país; 3) consideramos importante mirar el programa más allá de su actual marco conceptual ‒centrado en el tema de la capacitación para el trabajo‒, con la idea de favorecer sinergias entre los sectores y actores involucrados, e influir en las dinámicas económicas y sociales pre­valecientes; 4) queremos compartir la experiencia de CCIUDADANO, que durante los últimos cuatro años ha incorporado a jóvenes interesados en involucrarse en la esfera laboral, y 5) pensamos que el estudio de este programa da cabida a un interés particular desde CCIUDADANO para identificar nuestros procesos de formación y compararlos con ejercicios similares en otros espacios.

El PJCF en la perspectiva de su proceso de capacitación

El Programa Jóvenes Construyendo el Futuro (PJCF) nace en 2018, al inicio de la administración de Andrés Manuel López Obrador, y comienza a operar al año siguiente. Tiene como objetivo principal apoyar económicamente, mediante una beca mensual por hasta 12 meses, a jóvenes mexicanos de entre 18 y 29 años que no se encuentren estudiando y tampoco trabajando, mientras se capacitan directamente en un centro laboral y bajo la supervisión de tutores. Con esas accio­nes, el PJCF también busca apoyar a aquellos jóvenes que enfrentan una situación de precariedad laboral y un clima generalizado de violencia social.

Imagen 1. Panadería centro de capacitación. Los limones, Veracruz, enero de 2020.


Dado este objetivo de fomentar un proceso de capacitación directamente en centros de trabajo, ubicamos al PJCF como parte de un conjunto de programas que, tanto en el plano nacional como en el internacional, han sido implementados para vincular a jóvenes con espacios que, al mismo tiempo que los in­sertan en actividades laborales formales, promueven un proceso formativo que les permita desarrollar un conjunto de habilidades para ser puestas en práctica en diversos contextos.[3]

En los lineamientos que normaron el PJCF en su primer año, la capacitación se describe como la adquisición o el fortalecimiento de habilidades técnicas y blandas (DOF, 2019). Un aspecto importante y característico es que el programa no brinda la ca­pacitación, pues solamente facilita que se realice, son los centros de trabajo los encargados de ella, a partir de un plan de capacitación (requisito para inscribirse en el programa), el cual a su vez es validado por el mismo PJCF y comunicado a los jóvenes interesados antes de su vinculación.

La perspectiva conceptual que guio nuestra investigación articula dos elementos principales.

  1. El marco general de lo que se conoce como Economía Basada en el Conocimiento y el Aprendizaje (EBCA), entendida como un sistema en el cual el motor de creación de valor o beneficios es el conocimiento y la capacidad para construirlo por me­dio del aprendizaje (Peluffo y Catalán, 2002).[4] En dicho sistema, una adecuada gestión de los ambientes de creación del conocimiento permite desarrollar capital humano, el cual, a su vez, se transforma en el capital intelectual[5] de las organizaciones (Peluffo y Catalán, 2002).
  2. La gestión del conocimiento, considerada como un ángulo de razonamiento que permite conformar categorías de análisis en el marco de procesos más amplios y que dan cuenta de las dinámicas organizacionales de los centros de capacitación, mientras apuntan a dinámicas de adquisición y uso de los conocimientos.

Estos elementos se encuentran estrechamente vinculados, pues, como anotamos, en una EBCA se recalca la importancia del conocimiento como factor de crecimiento y progreso; pero, más allá de los productos y las herramientas tecnológicas, lo sustancial en este tipo de sociedades radica en el desarrollo de competencias clave para la resolución de problemas. Aquí, la capacidad de una organización para aprender y sistematizar lo aprendido repercute positivamente en la creación de procesos dinámicos de aprendizaje social, que facilitan la apropiación del mismo.

La gestión del conocimiento, por su parte, está inherentemente relacionada con la creatividad y la innovación; por ende, al mismo tiempo que apunta a la eficacia de las organizaciones, ayuda a materializar objetivos comunes, previene la duplicación de esfuerzos y otras problemáticas organizacionales.

Teniendo en cuenta dicho marco analítico e interesados en conocer y aportar a las formas de capacitación del programa, nos preguntamos ¿cómo debe construirse un modelo de formación que permita la recuperación de aprendizajes, y la formación de capacidades de las y los jóvenes becarios, que esté basado en su experiencia y al mismo tiempo favorezca a las propias entidades de capacitación en el marco del PJCF? Para responder este cuestionamiento, los objetivos que nos planteamos fueron:

  1. Explorar los procesos de capacitación en diferentes casos, con la finalidad de analizar la eficiencia organizacional en relación con los objetivos que el centro de trabajo establece.
  2. Reconocer en los casos analizados los procesos de recuperación de aprendizajes basados en la experiencia.
  3. Conocer cuáles son las dinámicas organizacionales que favorecen aquellos esque­mas para la mejor sinergia de capitales intelectuales en las organizaciones.
  4. Identificar, dentro de los lineamientos del PJCF, las debilidades y fortalezas en relación con el proceso de capacitación y formación.

Para lograr estos objetivos y poder responder a nuestro principal cuestionamiento, utilizamos una metodología descriptiva y expli­cativa que, al mismo tiempo que nos permitiera identificar aspectos generales de los casos revisados, diera pautas para su análisis y la visualización de las relaciones entre sus componentes, así como formular propuestas de mejora (Díaz, Mendoza y Porras, 2011).

En cuanto a su tipo, se trata de un estudio de caso múltiple en el que analizamos siete centros incorporados al PJCF y uno no inscrito.[6] La selección de los casos estudiados respondió a la cercanía con los centros de capacitación.[7] Por otra parte, y como adelantamos, debemos resaltar el conocimiento previo y la vinculación con un caso de estudio: el de CCIUDADANO, del cual formamos parte.

Para la recolección de los datos, nos valimos de encuestas, entrevis­tas y observación directa, en las que recuperamos la perspectiva de tutores y becarios en tres entidades federativas: Ciudad de México, Guerrero y Veracruz. En su etapa final, este ejercicio de investigación estuvo acompañado por un conversatorio, en el que participaron representantes de diez centros de capacitación de la alcaldía de Tlalpan, quienes compartieron sus experiencias dentro del programa y dialogaron sobre los aspectos positivos y negativos de éste. Del intercambio se recuperaron sugerencias de los propios tutores.

Imagen 2. Entrevista a AUGE A.C. Teocelo, Veracruz, enero de 2020


Del cruce de los conceptos centrales que orientaron el trabajo (capacitación, compe­tencias, comunidades de práctica, comunidades de aprendizaje y sistematización), con la información obtenida en las entrevistas creamos, de forma inductiva, tres categorías emergentes para el análisis de los datos: 1) Eficiencia organizacional, 2) Recuperación de aprendizajes y, 3) Dinámicas organizaciones. Además de guiar el análisis de los casos de estudio, estas categorías también nos ayudaron a establecer las propuestas para los centros de trabajo participantes en el PJCF, en los que, como hemos dicho, se desarrolla de forma efectiva la capacitación a partir de lo que se enuncia en los lineamientos del programa.

Resultados

Nuestro trabajo sugiere una nueva perspectiva conceptual, institucional y normativa, que permita el desarrollo de una experiencia significativa para los becarios. Sugerimos que el programa no se limite a la ca­pacitación, sino que centre su perspectiva en la formación de competencias y se entienda como parte de un proceso más amplio: la Economía Basada en el Conocimiento y el Aprendizaje (EBCA). Sostenemos que, si se tiene como horizonte esta perspectiva y se piensa en esquemas de formación de competencias, se podrían potenciar los esfuerzos y capitales generados o posibilitados por el programa hacia nuevos procesos con mayor alcance en la vida social y la dinámica económica del país

Las propuestas resultado de la investigación se presentan en dos bloques. Por un lado, se realizan sugerencias a los centros de capacitación para que su participación en el programa sea de mayor provecho y para que los becarios tengan una experiencia significativa, que los ayude a ampliar su proyecto de vida, así como sus oportunidades laborales. Entre estas sugerencias están:

● Formular planes de capacitación que respondan a sus necesidades y actividades. Un diseño adecuado permite atraer a los perfiles idóneos, por lo que resulta fundamental que los centros de capacitación conozcan los procesos que se desarrollan y sus áreas de oportunidad.

● Desarrollar o explicitar metodologías que les permitan recuperar los aprendizajes producidos durante la capacitación laboral. Se recomienda propiciar la formación entre pares, así como elaborar registros personales u otras actividades que favorezcan el intercambio de aprendizajes. La reflexión sobre las prácticas contribuye a mejorar los procesos organizacionales.

● Fomentar la conformación de comunidades de práctica y aprendizaje que permitan reconocer y recuperar los diversos conocimientos, explícitos y tácitos, que se generan en el desarrollo de las actividades. Para ello, será indispensable establecer buenas dinámicas de comunicación que faciliten el intercambio de información en diversos niveles.

Imagen 3. Becarias del PJCF en la Red TAES de enfermería. Ayutla, Guerrero, octubre de 2019


Por otro lado, se generaron propuestas de mejora al PJCF en relación a su conceptualización, estructura institucional y estructura normativa. Las propuestas buscan:

● Modificar la conceptualización de la que parte el programa, de tal manera que ésta no se limite a la capacitación para el trabajo, sino que se amplíe a una perspectiva de formación que ponga como horizonte una EBCA. Esto potencializaría los esfuerzos y capitales productos de la capacitación.

● Ampliar las atribuciones y actividades de las direcciones que integran la Unidad del PJCF, las que en su momento eran: 1) Dirección General de Asistencia Territorial, 2) Dirección General de Operación e Innovación y, 3) Dirección General de Evaluación, Vinculación y Desarrollo de Habilidades; así como el fomento a la participación de otras instituciones del sector público -sobre todo instituciones educativas y científicas- que podrían apoyar el programa y servirse de esta experiencia para el diseño de políticas públicas laborales destinadas a poblaciones o perfiles específicos.

● Modificar los lineamientos de operación del programa para que estos respondan a las necesidades concretas de tutores y becarios vinculados durante el primer año. Además, resulta necesario que dentro de los procesos de capacitación se incorporen actividades dirigidas a vincular de forma explícita el quehacer de los becarios, con valores como el trabajo colaborativo, la solidaridad, el respeto, la responsabilidad, entre otras, pues a pesar de que el programa reconoce esa dimensión, no se dice claramente cómo se hace.

Además de las propuestas anteriores, la investigación presenta formatos específicos para facilitar el registro de los centros de capacitación, así como, la identificación de sus áreas de oportunidad dentro de lo establecido en los lineamientos del PJCF.

El documento general de la investigación se puede y consultar en www.cciudadano.mx y www.institutocciudadano.mx


Bibliografía

CCIUDADANO (2020), Diagnóstico del proceso de capacitación y tutoría del Programa Jóvenes Construyendo el Futuro. Análisis de casos y propuestas para la construcción de un modelo de enseñanza-aprendizaje. México, Cciudadano-CIESAS, 61 pp.

DÍAZ DE SALAS, S., V. M. Mendoza Martínez y C. M. Porras Morales (2011), “Una guía para la elaboración de estudios de caso”, en Razón y Palabra, núm. 75 (abril), consultado en http://w.razonypalabra.org.mx/N/N75/varia_75/01_Diaz_V75.pdf

DOF (2019), “Lineamientos para la operación del Programa jóvenes Construyendo el Fu­turo”, publicado el 10 de enero de 2019.

MARTÍNEZ, G. V. (2016), “La gestión del conocimiento en la cooperación internacional para el desarrollo: el Programa de Intercambio de Conocimiento coreano KSP en el estado de Hidalgo 2014-2015, rompiendo paradigmas”, tesis de maestría en Cooperación para el Desarrollo, México, Instituto Mora.

Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (2019), “Jóvenes Construyendo el Futuro. ¿Cuántos son, dónde están, qué hacen?”, México, consultado en

https://contralacorrupcion.mx/jovenes-construyendo-el-futuro-presentacion/.

PELUFFO, M., y B. Catalán (2002), Introducción a la gestión del conocimiento y su aplicación al sector público, Santiago de Chile, CEPAL.

  1. Adriana García López, Martha Cirina López Huicochea y Sergio Sandoval Pérez.
  2. Los lineamientos eran la principal normativa durante el primer año de operación del programa, periodo en el que realizamos la investigación, a partir de 2020 cambiaron por reglas de operación.
  3. Entre otros, revisamos los modelos alemán y japonés. A pesar de sus diferencias, reconocemos elementos en común, por ejemplo: ambos incluyen como sujeto beneficiario a una población previamente formada en instituciones académicas (si bien esto es más presente en el caso japonés) y desarrollan espacios de vinculación con el sector privado. Además, junto con la vinculación con centros de trabajo, en los dos casos se otorga una constancia al aprendiz al término de su capacitación. Finalmente, es impor­tante señalar que, al interesarse por la capacitación en entornos de trabajo real para jóvenes cuando están por terminar sus estudios, estos modelos buscan, además de la incorporación al mercado de trabajo de una fuerza laboral ya formada, la estructuración de una economía que valora el capital intelectual que se conforma durante estos procesos.
  4. Según Stiglitz (citado en Peluffo y Catalán, 2002), en una economía de este tipo no solamente se desarrolla alta tecno­logía, pues lo que aumenta la capacidad de las personas e instituciones es la adquisición, generación, difusión y uso del conocimiento de forma más efectiva para producir desarrollo social y crecimiento económico.
  5. Sohail y Daud (2009) entienden el capital intelectual como la unión de la experiencia, la pericia, el saber cómo, la intuición, las ideas y el entendimiento. Peluffo y Catalán (2002) mencionan que el capital intelectual está compuesto por dos dimensiones: la dimensión humana, que refiere a la capacidad de las personas para saber y hacer, y la dimen­sión intangible, compuesta por lo que saben las personas, el capital organizacional ‒las patentes y el saber cómo‒ y el capital relacional, que proviene de las relaciones entre el sistema y el medio. Por su parte, Martínez (2016) señala que la gestión define metodologías para evaluar el capital intelectual e implementar un proceso de gestión del conocimiento, y que dicha operación involucra actividades para usar el capital intelectual de una organización. Es decir, integra en un proceso único la creatividad e innovación, las mejores prácticas, el aprendizaje, el capital intelectual y el uso de las nuevas tecnologías de comunicación.
  6. Contrario a lo que podría esperarse al incluir un caso no incorporado aún al programa, en nuestro trabajo ese caso no refiere a una fase previa de la investigación, sino que funciona para observar la etapa de diseño, explorar las dinámicas organizacionales y trazar una ruta para la elaboración de un plan de capacitación.
  7. Esta fue una forma de tener contacto y acceso a los centros, valiéndonos de las redes que tenemos, pero buscando que estos casos analizados nos mostraran los elementos designados para este trabajo. El número final de casos incluidos respondió a limitaciones temporales y presupuestarias, pero también a una decisión en cuanto al cierre de la inclusión de nuevos casos a partir de una cercanía con los números del propio programa, los cuales, al menos en su primer año, distri­buían en mayor cantidad a los becarios en centros del sector privado, después del público y, en mucho menor medida, del social. Por otra parte, dada la magnitud del programa, realizar una muestra representativa es muy complicado, en especial teniendo en cuenta los recursos limitados con los que contamos. Por ejemplo, en agosto de 2019, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad estimaba que, para tener una muestra representativa sólo de los centros regis­trados en Ciudad de México, se debían considerar 1 752 centros (https://contralacorrupcion.mx/jovenes-construyen­do-el-futuro-presentacion/).