Diversidad en esfuerzos de cambio de orientación sexual e identidad de género en México

 

Manuel Teófilo Andrade Lobaco
Doctorado en Antropología, CIESAS Ciudad de México


Introducción

La historia de la sexualidad en el mundo occidental ha estado marcada por la influencia de la cosmovisión cristiana. Este sistema religioso ha tenido un desarrollo particular en el que se ha favorecido la supremacía del hombre sobre la mujer, el control estoico del cuerpo, la homofobia y el matrimonio heterosexual monogámico con fines reproductivos como único espacio para ejercer la sexualidad. Esto se ha basado en la validación del mito originario plasmado en el libro del Génesis, en el que Dios creó al ser humano como hombre y mujer para poblar y dominar el mundo. Por esto, se ha construido y reproducido un sistema sexo-género en el que solamente se aceptan dos sexos y dos géneros con un esencialismo en la genitalidad que se ha naturalizado en la sociedad a tal grado de haber permeado la comprensión médica del cuerpo humano (Foucault, 1998). Esto establece entonces una “normalidad” que crea una “anormalidad” que debe ser exterminada, corregida o anulada (Foucault, 2000).

Dentro de este contexto es que en la modernidad han aparecido prácticas que buscan cambiar o “corregir” la homosexualidad, identidades transgénero y cualquier expresión, práctica o deseo erótico, romántico y sexual que no encaje en el modelo sexo-género binario heterosexual que se ha legitimado, favorecido y reforzado en las sociedades occidentales modernas.[1] Dicho fenómeno correctivo se ha efectuado desde el ámbito médico, psicológico y religioso. Popularmente y de manera errónea se les ha conocido como “terapias de conversión”. Es mejor evitar dicho término ya que implica dos cosas: que la orientación sexual o la identidad de género de un individuo puede cambiarse y que la no heterosexualidad e identidad cisgénero son patologías que requieren de una terapia para su “tratamiento”. Por esto, se ha propuesto llamarles Esfuerzos de Cambio de Orientación Sexual e Identidad de Género o ECOSIG (ILGA, 2020).

En México este fenómeno sigue estando vigente. Sin embargo, se han aprobado tres legislaciones locales para prohibir estas prácticas en las entidades federativas: Ciudad de México y Estado de México en el 2020 y Baja California Sur en 2021. También hay iniciativas similares para ser discutidas en los congresos locales de diferentes estados y una a nivel federal. Esta polémica muestra la pertinencia de una investigación sobre los ECOSIG desde una perspectiva antropológica para conocer qué tipo de prácticas existen en México. Esto nos puede ayudar a problematizar qué lleva a personas a recurrir a estos esfuerzos para intentar modificar la orientación sexual o identidad de género. En este trabajo expongo algunos de los resultados de mi investigación en esta materia.

Metodología

El objetivo principal de esta investigación antropológica se centró en analizar los factores socioculturales, familiares, religiosos e ideológicos que llevan a una persona a recurrir a ECOSIG. Los objetivos particulares se centraron en hacer un estudio sobre la situación de este fenómeno en México, conocer las experiencias de individuos que hayan pasado por estas prácticas y, con esto, analizar las técnicas de estos esfuerzos a partir de sus ejercicios y creencias. Utilicé una metodología cualitativa en la que prioricé las experiencias de actores sociales. Me apoyé en una investigación en línea sobre ofertas de este tipo a través de sus portales y monitoreé noticias y reportajes sobre dicho fenómeno del año 2019 al 2021. También apliqué una encuesta a 24 personas que experimentaron ECOSIG en algún momento de su vida: 83% hombres, 8.3% mujeres y 8.3% no binarios, de 18 a 48 años y provenientes de 15 diferentes entidades de México.

Sin embargo, me enfoqué en las narrativas de ocho colaboradores: siete hombres homosexuales y una mujer transgénero. Su rango de edad va de los 24 a los 34 años al momento de llevar a cabo las entrevistas. Pasaron por algún tipo de ECOSIG durante su adolescencia o primeros años de juventud. Cabe aclarar que, por sus características, me limito exclusivamente a analizar experiencias de personas asignadas como hombres al nacer. Realicé 18 entrevistas con mis colaboradores a través de videollamadas. En estos encuentros pudimos profundizar sobre sus experiencias y relaciones familiares y sociales durante su infancia, adolescencia y principios de la juventud. El énfasis se centró en sus prácticas de ECOSIG. Todo esto me permitió sistematizar la información para poder estudiar la complejidad sociocultural de este fenómeno.

Diversidad en ECOSIG

La primera característica que descubrí es que este fenómeno es muy diverso en sus prácticas y en los lugares en los que se ejercen. No se limita a algún grupo ni a una zona del país. Sin embargo, sus bases epistemológicas son muy similares. Para comprender mejor esta diversidad, utilicé la información recopilada a través de la encuesta, una extensa investigación en línea y, especialmente, de las entrevistas que tuve con mis colaboradores para agrupar las técnicas en cuatro categorías. Así, los diferentes tipos de ECOSIG son: 1) esfuerzos individuales; 2) aquellos que tienen una base religiosa obvia; 3) los basados en terapias psicológicas, y 4) los “retiros del cuarto y quinto paso”.

Esta división no implica que los límites entre estas categorías sean fijos. Existen similitudes entre diferentes prácticas. Por ejemplo, hay una tendencia en todas por patologizar a las personas homosexuales o transgénero. También, es recurrente la presencia de métodos psicológicos que se emplean en sus “terapias”. Finalmente, en cada uno de los esfuerzos registrados, tanto por la encuesta como por mis colaboradores, existe una relación más o menos evidente con la religiosidad. Paso a hacer una breve descripción de cada agrupamiento.

1) Esfuerzos personales. Éstos se tratan de prácticas individuales para negar o cambiar parte de sus deseos, atracciones y sentimientos. Una especie de “self-ECOSIG”, como los llama un colaborador. Son los únicos esfuerzos que no están institucionalizados. En esta investigación, esta práctica fue la menos común. De hecho, la constante fue escuchar testimonios recordando que acudieron a algún ECOSIG por obligación familiar. Sin embargo, para las cuatro personas que sí tuvieron estas experiencias personales, fue el primer esfuerzo que intentaron antes de acudir a otros colectivos. Antes incluso de mencionarle a alguien sus sentimientos y atracciones, querían modificarlos para que se ajustaran a lo que se esperaba de ellos o ellas. Entre los métodos empleados en esta categoría están orarle a Dios pidiendo que desapareciera la atracción homosexual o hacer mucho ejercicio físico con la esperanza de que esto aumentara su “virilidad”. Un ejemplo interesante es el de un colaborador que, tan pronto como se dio cuenta de su orientación a los 13 años, pidió a sus padres que lo inscribieran a un seminario católico para convertirse en sacerdote. Esperaba que al hacer esto, viviría una vida de celibato, lo que le permitiría evitar los actos homosexuales.

Un tema para destacar es el perfil de las personas que recurren a estas prácticas. Todos mis colaboradores proceden de familias religiosas católicas. Sin embargo, aquellos que recuerdan internalizar la concepción pecaminosa de la homosexualidad durante la infancia fueron aquellos que practicaron esfuerzos individuales para cambiar. Es decir, de niños se les había enseñado que Dios desaprueba la homosexualidad. Entonces, cuando comenzaron a tomar conciencia de sus deseos y atracciones, sus primeras reacciones fueron de rechazo, mucha culpa y ganas de cambiar. Por lo tanto, buscaron métodos como suplicarle a Dios que eliminara esos pensamientos y sentimientos.

2) ECOSIG con una abierta base religiosa. Este segundo tipo de ECOSIG son los que tienen una relación pública y evidente con sistemas religiosos institucionalizados. Aquí categoricé a dos grupos con presencia en México: uno católico y otro vinculada al cristianismo evangélico. También a las experiencias en iglesias que, a través de oraciones colectivas, buscaron eliminar los deseos homosexuales de los individuos. Sin embargo, en los resultados de la encuesta hay evidencia de esfuerzos ofrecidos por otras Iglesias como la Iglesia de los Testigos de Jehová.

Estos ECOSIG son los mejor estructurados y de mayor difusión en Internet. Uno de ellos es Courage Latino. En sus sitios web aclaran que se trata de un apostolado católico aprobado por el Vaticano con presencia en diferentes países y que “ofrecen ayuda espiritual para quienes experimentan atracción hacia personas del mismo sexo y para sus familias y seres queridos”.[2] Su trabajo consiste en motivar a los participantes a practicar la abstinencia sexual para evitar actos homosexuales. Más tarde, pueden ayudarlos a intentar conducir a una reorientación sexual. Cuentan con 16 sedes o “capítulos” en México. Gracias a la información de uno de mis colaboradores, podemos conocer su trabajo en León, Guanajuato. Rodolfo Bañuelos (2017) describe los casos de Guadalajara y Cuernavaca.

Exodus Latinoamérica es otro grupo internacional que “es parte de Exodus Global Alliance, una asociación interdenominacional de ministerios cristianos en todo el mundo”.[3] Tiene presencia en México y tiene su sede en Cuernavaca. Tienen relación con ministerios en diferentes Iglesias evangélicas mexicanas para trabajar con personas con “atracción hacia el mismo sexo” (o AHS, término comúnmente utilizado en ECOSIG). También organizan seminarios internacionales en los que se reúnen con líderes cristianos y psicólogos que comparten sus creencias sobre la homosexualidad como un sentimiento no innato, sino producto de traumas de la infancia.

Las experiencias en algunas Iglesias evangélicas difieren del resto de los ECOSIG institucionalizados en que no se basan directamente en interpretaciones o técnicas psicológicas para intentar modificar la homosexualidad o las identidades transgénero. Más bien, se enfocan en la creencia de que estas “confusiones” son causadas por entidades demoniacas que corrompen los deseos y atracciones de los individuos. Otra explicación común es que la atracción hacia personas del mismo sexo es una patología que solamente Dios puede “curar”. Por ello, recurren a técnicas como la oración colectiva con imposición de manos para liberar al individuo de estos males mediante la intervención divina.

3) ECOSIG con bases psicológicas. Si bien los grupos señalados en la categoría anterior utilizan técnicas psicológicas, los ECOSIG de esta categoría basan sus esfuerzos en modificar la orientación sexual y la identidad de género a través de terapias impartidas por especialistas en la salud mental. En todos los casos estos son personas abiertamente religiosas y se hacen publicidad en espacios cristianos. Un ejemplo es el grupo VenSer, creado y dirigido por Everardo Martínez y su exesposa. Se describen como “un grupo de psicólogos enfocados en ayudar a las personas que buscan tener una vida familiar sólida y saludable”.[4] Por uno de mis testimonios y su abundante participación en medios de comunicación, es sabido que su énfasis es en ECOSIG.

También hay otros psicólogos que ofrecen este tipo de esfuerzos a través de la “terapia reintegrativa”, antes llamada “reparadora”. Esta técnica psicológica fue fundada por Joseph Nicolosi. Se basa en la creencia de que los nacidos como varones son inherentemente hombres heterosexuales. Algunos de ellos tienen “problemas homosexuales” causados ​​por traumas infantiles. Entonces, para conducir a la heterosexualidad buscan sanar dichos traumas. Utilizan la desensibilización y reprocesamiento del movimiento ocular (o EMDR por sus siglas en inglés). Se le pide al paciente que recuerde eventos traumáticos mientras se estimulan ambos hemisferios del cerebro a través de movimientos oculares. Los problemas que se tratan principalmente con esta técnica son el trauma, la adicción y la compulsión (Castillo, 2019).

4) ECOSIG en “retiros de cuarto y quinto paso”. Estas prácticas fueron las más recurrentes entre mis colaboradores. Adoptan la metodología de los “Doce Pasos” de Alcohólicos Anónimos o AA. Al igual que los “anexos”, éstos trataron de hacer una adaptación cultural de dicha metodología para tratar adicciones. En estos retiros también buscan tratar problemas de comportamiento, emocionales y la homosexualidad o identidades transgénero.[5] Los organizadores y asesores adquieren los términos de parentesco de compadrazgo católico “padrinos” o “madrinas”. Una de las características más evidentes de estos espacios es la constante presencia de violencia verbal y psicológica durante el fin de semana que duran dichas experiencias.

Se enfocan en conducir a los asistentes por dos etapas de la metodología de los Doce Pasos. El cuarto paso consiste en hacer un “cuidadoso inventario moral de nosotros mismos”. El siguiente, en admitir “ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano la naturaleza exacta de nuestros defectos” (Servicios Mundiales de Alcohólicos Anónimos, 2015: 39-59). Consideran que casi todos los problemas tienen su origen en los instintos: sexo, seguridad y relaciones sociales. Un problema emocional puede considerarse como un caso de instinto descarriado que se convierte en debilidades físicas y mentales como la drogadicción, problemas de ira o, en estos casos, la homosexualidad. Por esto, encuentran necesario hallar las causas de dichos descoyuntamientos para después arrepentirse de éstos frente a Dios y los “padrinos” o “madrinas”. Ellos son instruidos por el mismo grupo sobre las respuestas que deben dar a los “defectos” que aparecen en los inventarios morales. En el caso de las personas homosexuales o transgénero, se les recuerda que la homosexualidad es condenada por la Biblia y aborrecidas por Dios.[6] Esto ayuda a crear vergüenza y culpa. Tienen una concepción ideológica de la sexualidad relacionada con lo pecaminoso para el cristianismo, lo que ayuda a entender las “variaciones” sexuales del modelo binario y heterosexual como “dañinas” y como una “patología”. Esta misma ideología está presente en todos los ECOSIG registrados.

Discusiones finales

Con lo anteriormente expuesto podemos apreciar que todas las prácticas de ECOSIG tienen cierta relación con la religión cristiana. Tienen como base una epistemología basada en una comprensión particular del ser humano y su sexualidad que se esencializa al sexo biológico. Se cree entonces que, si se nace como “macho”, se es inherentemente un hombre heterosexual y cualquier variación de ello es el resultado de algún descoyuntamiento en el desarrollo psicológico que debe ser corregido. Esto explica por qué este fenómeno está acompañado de violencias verbales, simbólicas y psicológicas.

Concluyo explicando que los ECOSIG son instituciones insertas en estas creencias y que a su vez funcionan como dispositivos disciplinarios y de seguridad. Los primeros generan cuerpos “normalizados”, ejercitados y “dóciles” mediante técnicas de sometimiento y de poder (Foucault, 2002: 126). Estas prácticas disciplinan los cuerpos para que sigan las expectativas del género. La segunda clase de dispositivos se encarga de regular la población al establecer anulaciones, límites, frenos y regulaciones (Vega, 2017: 152). En general, el fin último de los ECOSIG es el de anular las realidades, deseos y expresiones del comprendido “desorden sexual”.

Bibliografía


Alcoholics Anonymous World Services, (2015). Doce Pasos y Doce Tradiciones. Nueva York. Alcoholics Anonymous World Services. Consultado el 16 de julio de 2021. (https://www.aa.org/pages/es_ES/twelve-steps-and-twelve-traditions)

American Psychological Association (2009). Report of the American Psychological Association Task Force on Appropriate Therapeutic Responses to Sexual Orientation. Consultado el 15 de julio de 2021 (https://www.apa.org/pi/lgbt/resources/therapeutic-response.pdf).

Bañuelos Zamora, Rodolfo (2017), “Queers virginales: La apuesta por el seno de Abraham. Etnografía con perspectiva de derechos humanos sobre las terapias de conversión gay en Jalisco”, Tesis para optar por el Título de Maestro en Derechos Humanos y Paz por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, Guadalajara, México.

Castillo Belmont, J. (2019), “¿Dejar la homosexualidad, reconstruir mi heterosexualidad? Historias de terapias de conversión y reintegración”, Tesis para optar por el Título de Maestra en Periodismo sobre Políticas Públicas, del Centro de Investigación y Docencia Económicas, A.C. México.

Foucault, Michel (1998), Historia de la sexualidad 1. La voluntad del saber, México, Siglo XXI Editores.

————— (2000), Los anormales. Curso del College de France (1974-1975), Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica.

—————– (2002), Vigilar y castigar: nacimiento de la prisión, Buenos Aires, Siglo XXI Editores.

ILGA Mundo: Lucas Ramón Mendos (2020), Poniéndole límites al engaño: un estudio jurídico mundial sobre la regulación legal de las mal llamadas “terapias de conversión”, Ginebra, ILGA Mundo.

Vega, Guillermo A. (2017), “El concepto de dispositivo en Michel Foucault. Su relación con la “microfísica” y el tratamiento de la multiplicidad”, en Nuevo Itinerario. Revista Digital de Filosofía, núm. 12, pp. 136-158.

  1. Esto a pesar de las luchas por buscar su reconocimiento social y político que se han batallado desde el siglo pasado.
  2. Véase https://couragerc.org/?lang=es, http://couragelatino.org/ y https://www.facebook.com/courageLat/. Consultados el 15 de agosto de 2021.
  3. Véase http://www.congresosexodus.org/. Otros sitios web son https://exoduslatinoamerica.com/, https://www.facebook.com/exoduslatino/, https://twitter.com/exoduslatino Consultados el 15 de agosto de 2021.
  4. Veáse https://www.venser.org/ y https://www.facebook.com/watch/venser.net/. Consultado el 15 de agosto de 2021.
  5. Es necesario recalcar que esto sucede sólo en algunos retiros de cuarto y quinto paso, pero no en todos. También hay registros de colaboradores que fueron a prácticas de este tipo organizadas por otros grupos y en donde nunca intentaron modificar su orientación sexual o identidad de género.
  6. Al igual que con los otros métodos, desconocen las identidades transgénero como una característica particular. En cambio, la comprender como un caso o un “síntoma” de la homosexualidad.