La dignificación de la ancestralidad como herramienta para la juventud afrodiaspórica ante la pandemia del extractivismo

La dignificación de la ancestralidad como herramienta para la juventud afrodiaspórica ante la pandemia del extractivismo

La violencia hacia la comunidad afromexicana persiste, desde hace unos meses se celebra la inclusión de la variable afrodescendiente en el censo de población 2020. Dicha acción en teoría impactaría positivamente a nuestra gente en México, con información estadística se podría tener una mejor perspectiva sobre las problemáticas internas, sin embargo, justo dentro de la pandemia la recopilación de datos fue cuando menos atropellada por el riesgo de contagio, de igual forma el gobierno se opuso a realizar ejercicio de capacitación adecuados con los encuestadores e inclusive a trabajar en conjunto con organizaciones de la sociedad civil para llevar a cabo campañas de información para facilitar la autoadscripción, dentro de las irregularidades del censo la que más destaca es la de la población joven afrodescendiente.
Afromexicanas: del reconocimiento al orgullo de la autorrepresentación

Afromexicanas: del reconocimiento al orgullo de la autorrepresentación

El movimiento por la representación de la población afrodescendiente, afromexicana y negra en México ha pasado por la exigencia de la visibilización en las políticas públicas y en la construcción de la identidad como nación a la autorrepresentación libre de estigmas y folklorismos en plataformas digitales globales. El tema lo he cubierto como periodista y, recentemente, cuando participé en un proyecto coordinado por Artículo 19 y la Fundación Friedrich Naumann para la Libertad, Proyecto México, en un compendio de piezas periodísticas de investigación en 2020 (Sanders, 2020) De esta experiencia retomo algunos puntos clave para este texto y agrego información actual.
Cooperativa Mujeres Pescadoras del Manglar: mujeres afromexicanas luchando por el territorio

Cooperativa Mujeres Pescadoras del Manglar: mujeres afromexicanas luchando por el territorio

Los procesos organizativos del pueblo afromexicano en la Costa Chica de Oaxaca y de Guerrero llevan más de veinte años gestándose por la recuperación de la historia, la revaloración de sus culturas y la reivindicación de sus derechos colectivos. En los últimos cinco años han comenzado a articularse distintas agrupaciones afromexicanas conformadas sólo por mujeres para luchar contra el racismo y las múltiples violencias que experimentan de manera colectiva. En este contexto ha sido importante la labor política que emprenden las mujeres afromexicanas pescadoras de El Zapotalito por la recuperación de su territorio desde una perspectiva de género frente al grave problema socioambiental que afecta a la comunidad.
La danza de los diablos, identidad y cohesión comunitaria

La danza de los diablos, identidad y cohesión comunitaria

La cultura de la negritud en la Costa Chica de Guerrero y Oaxaca,[1] se manifiesta en sus formas de organización, expresiones orales, una rica cultura gastronómica; medicina tradicional, así como conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo. La música y las danzas tienen un papel preponderante en la integración de las comunidades afromexicanas, entre ellas están: la Danza del Toro de Petate y sus Vaqueros, Danza de la Tortuga, el Son de Artesa y la Danza de los Diablos.
La población afrodescendiente y la pandemia de Covid-19 en México

La población afrodescendiente y la pandemia de Covid-19 en México

Este número del Ichan Tecolotl constituye una oportunidad de conocer diversas expresiones, producciones y aproximaciones a las afrodescendencias. La invitación me conectó con los temas de salud, y particularmente con el modo en que la pandemia afecta diferencialmente, dada la información existente respecto a cómo pueblos indígenas y afrodescendientes en América Latina, están teniendo mayores probabilidades de fallecer o tener complicaciones cuando contraen el virus, esto debido a las condiciones de desigualdad preexistentes.

Jóvenes en la ciudad: desigualdades de la inseguridad urbana

En el transcurso de las últimas dos o tres décadas, la violencia y la inseguridad pasaron a formar parte de las características más distintivas de las grandes ciudades latinoamericanas (Portes y Roberts, 2005). Al mismo tiempo que se asumían muchos rasgos similares a ciudades globales de otras latitudes, como la proliferación de centros comerciales y cadenas internacionales de consumo, la gentrificación de ciertas áreas, la conformación de distritos financieros, la modernización de la infraestructura vial, y la consolidación de barrios residenciales cerrados, entre otros, la inseguridad urbana pasó a ser uno de los atributos que las diferencian del resto y que domina la visión del exterior sobre nuestras ciudades. En muchas de ellas, como es el caso de varias ciudades mexicanas donde la inseguridad ha alcanzado niveles alarmantes, las implicaciones de estos nuevos atributos parecen haberse naturalizado. Sin embargo, la inseguridad y el miedo en la ciudad tienen múltiples efectos sobre la vida urbana cotidiana de sus habitantes. Esto es especialmente así en el caso de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes, que representan, además, la primera generación que nació y creció bajo este nuevo escenario urbano.

Testimonios de adolescentes torturados

En 2017 concluí una investigación que recientemente ha sido publicada bajo el título Nuestros Niños Sicarios.[2] Dicha investigación se basó en 730 entrevistas realizadas a adolescentes privados de la libertad por haber cometido delitos violentos en 17 estados de la República. Muchos de los testimonios recogidos en aquella investigación no pudieron incluirse de manera íntegra en la publicación. Es el caso de los cientos de relatos sobre tortura que los adolescentes compartieron con quienes los entrevistamos y que ahora transcribo porque me parece importante no dejarlos en el olvido, sobre todo porque interpelan a los cuerpos de seguridad del Estado mexicano que han terminado por normalizar estas prácticas dando por descontado que no serán sancionados y que, además, cuentan con la indiferencia y la tolerancia por parte de la sociedad.
Los hijos de la ciudad en <em>Les misérables</em>, de Víctor Hugo

Los hijos de la ciudad en Les misérables, de Víctor Hugo

Victor Marie Hugo nació en Besanzón, Francia, el 26 de febrero de 1802 y murió en París el 22 de mayo de 1885. Literato y político, fue un romántico acérrimo que esgrimió la pluma como instrumento libertario. En el ámbito de la literatura defendió la libertad estética, despojándose del rigor de las ataduras neoclásicas. En el ámbito político su pluma republicana vertió tinta a favor de la democracia, de la libertad de pensamiento y expresión, de la gratuidad y laicidad de la educación pública, y de la abolición de la pena de muerte y el trabajo infantil. En su vida y en su obra, los dos ámbitos se fusionaron. Su biografía de combatiente en las trincheras revolucionarias y el destierro, lo asemejan con los héroes trágicos de sus novelas. Sus discursos políticos ostentan la belleza que la mano del autor poeta les imprime; mientras que sus obras literarias no disimulan sus convicciones políticas. La inmortalidad de sus obras se debe a esta sincronización
Desfijando la otredad urbana. Foto-provocación con jóvenes del oriente de la Ciudad de México

Desfijando la otredad urbana. Foto-provocación con jóvenes del oriente de la Ciudad de México

Me hablaron mucho de las zonas marginadas del oriente de la Ciudad de México, todo las degradaba en el imaginario urbano, eran “lo peor”, tambien “lo más peligroso” o simplemente “están feas”. Cuando entré al terreno, en el año 2018, puedo confesar que en las primeras visitas me causaba cierto temor este lugar, asimismo yo tenía una estética ingenua, poco rigurosa y contemplativa. Quizás era algo romántico o de plano clasista, en resumen, venía de otro país para adentrarme en un México desconocido y yo mismo reproducía aquel “exotismo”, típico de un hombre de clase media que había estudiado fotografía en el extranjero. Por supuesto, dicha mirada exterior fue haciéndose más cauta y crítica en el tiempo, lo cual debo a los jóvenes de “La Desarrollo”, con los que compartí dos años de experiencias y anécdotas, ellos así llamaban y reconocían su vecindario, la colonia popular donde viven en Iztapalapa.