Karl Marx y la antropología: Un apunte

Karl Marx y la antropología: Un apunte

La relación de complementariedad más notable entre la antropología como una ciencia social y el planteamiento de Marx como un método para el análisis de la historia y de la sociedad, ocurre en el ámbito de las temáticas que son comunes a ambas perspectivas. Por ejemplo, si observamos esta complementariedad desde las estrategias de investigación, la cercanía del método de Marx y el evolucionismo multilineal antropológico adquiere mayor visibilidad. Marx enfocó la relación entre naturaleza y cultura colocando al trabajo y su contexto relacional concreto como el medio por el que la humanidad se relaciona con la naturaleza. Gracias a la influencia de Marx, la antropología encuentra salida de los fórceps biológicos, distinguiendo lo que es el proceso evolutivo y su diferencia con la historia. Desde esta perspectiva, es la inserción de fines humanos en la naturaleza, a través del trabajo, lo que causa su transformación en un mundo cultural. Años después, durante el desarrollo de la antropología en el siglo XX, y concretamente asociado al evolucionismo multilineal, los planteamientos de Marx coincidieron con los de la ecología-cultural. Sin duda, la relación humanidad-naturaleza es una de las más complejas temáticas tanto de la antropología actual como desde el punto de vista marxista. En efecto, uno de los factores que influyeron en el regreso de los textos de Marx a las librerías y a las discusiones en las aulas y en las cafeterías, es la aguda y grave crisis medioambiental existente como resultado del desenfrenado extractivismo que caracteriza al capitalismo contemporáneo. Marx planteó que el proceso productivo era en sí mismo una interrelación humanidad-naturaleza, y justo es lo anterior lo que niega el capitalismo, concibiendo a la naturaleza como un objeto al que se puede manipular impunemente. Además de que este planteamiento se complementa con el de la ecología-cultural política, a través del reconocimiento de la interrelación entre sociedad y cultura (Kaplan y Manners, 1979), es desarrollado por científicos sociales como John Bellamy Foster (2000) o Naomy Kleim (2014).
<em>Antropología y marxismo</em>Una revista efímera<sup><a id="post-24033-endnote-ref-1" href="#post-24033-endnote-1">[1]</a></sup></h1>

Antropología y marxismoUna revista efímera[1]

Corriendo el año de 1978 y estando de visita en el cubículo que el antropólogo Andrés Medina Hernández ocupaba en el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, quien esto escribe le planteó la conveniencia de editar una revista que canalizara la corriente marxista, en auge desde hacía unos diez años en los medios antropológicos mexicanos.
Real de Catorce. Múltiples rostros de un viejo pueblo minero

Real de Catorce. Múltiples rostros de un viejo pueblo minero

El pueblo de Real de Catorce, enclavado en la Sierra de Catorce del altiplano potosino, con sus paredes gruesas de piedra que resguardan el recuerdo de un pasado próspero de la explotación de plata, y una vida campesina que vincula la minería con el pastoreo, se ha centrado desde hace algunos años a la fecha en los servicios turísticos de aventura y misticismo, así como imán de importantes peregrinaciones que llegan a visitar al “milagroso San Francisco de Asís”. Un proceso de cambio que le ha dado nueva vida a aquel pueblo que quedó prácticamente en el abandono al suspenderse la explotación minera tras los movimientos armados, pero que al día de hoy se vuelve a replantear una “vocación minera” que le dio origen, en medio de un ambiente de disputa por el territorio y sus recursos, con la presencia de empresas mineras extractivas.

Patrimonio biocultural y desarrollo sustentable en Vicente Guerrero, una comunidad de la Sierra Norte de Puebla

El objetivo de este artículo es mostrar la importancia cultural de las poblaciones originarias mexicanas en la preservación del medio ambiente y en el desarrollo sustentable desde el enfoque social y jurídico. En esta ocasión, nos centraremos en la comunidad de Vicente Guerrero, que pertenece al municipio de Olintla (Sierra Norte de Puebla), se adscribe a la categoría rural y está situada entre la localidad de Dimas López y la cabecera municipal.
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Bosques y minería en la región de Pachuca Real del Monte durante el siglo XIX y principio del XX

La región a que nos referimos se ubica a 90 km al noroeste de la ciudad de México, Pachuca se ubica a 2 400 metros sobre el nivel del mar, en el límite de la planicie del Valle de México y la sierra de Pachuca, Real del Monte está sobre la sierra a 2 770 m.s.n.m. También se asumen dentro del distrito minero a los municipios de La Reforma a 2 660 m.s.n.m., Mineral de El Chico a 2 360 m.s.n.m., Omitlán 2 357 y Huasca a 2 048 m.s.n.m. Es importante señalar que la referida sierra de Pachuca actúa como barrera a los bancos de nubes que desde el golfo de México se acercan hacia el Valle de México, ocasionando que las poblaciones que hemos referido, excepto Pachuca reciban durante la temporada de lluvias, importantes precipitaciones pluviales, favoreciendo la existencia de bosques en sus cercanías.
La Revolución Industrial también comenzó en México. Evolución del paisaje económico y ambiental en <em>El Bajío</em> novohispano tardocolonial

La Revolución Industrial también comenzó en México. Evolución del paisaje económico y ambiental en El Bajío novohispano tardocolonial

Debido al éxito de la historiografía tradicional europea del último siglo y medio, es habitual al abrir cualquier manual de historia económica contemporánea “universal”, que nos encontremos con un apartado dedicado a la Revolución Industrial durante la segunda mitad del siglo XVIII y la primera mitad del siglo XIX. De manera más concreta, normalmente, a su desarrollo en Gran Bretaña y, por su difusión, a algunos de los demás países europeos y a Estados Unidos. Desde luego, tiene sentido, toda vez que fue en esa región del mundo donde finalmente se consolidaron sus efectos y la aparición de los que serían los cimientos económicos, laborales, sociales y culturales propios de la nueva historia contemporánea de la mayor parte del planeta. Fue entonces cuando Europa y Estados Unidos sustituyeron a Oriente, esencialmente al imperio chino, como principales centros económicos, productores, exportadores, consumidores y acumuladores de capital del mundo. Ello conllevó, a su vez, la integración dentro de esos centros motores capitalistas a sus entornos económicos periféricos, es decir, aquellos que les suministraban de forma directa las materias primas necesarias para la transformación industrial y a donde podían dirigir, como mercado complementario de remanentes, los productos ya elaborados para su consumo. En definitiva, la aparición de un nuevo sistema de relaciones a nivel planetario donde los equilibrios y desequilibrios económicos entre regiones volvieron a reconfigurarse, derivando en nuevas imposiciones y dependencias económicas entre los distintos países. Muchos de esos países, precisamente, de nuevo cuño a principios del siglo XIX.[1]
Metales preciosos y trabajo indígena en la historia social de México

Metales preciosos y trabajo indígena en la historia social de México

La minería colonial novohispana fue un azote para los pueblos de indios que se vieron obligados a enviar trabajadores, llamados “indios de servicio” o “de repartimiento” a minas y haciendas de beneficio. La explotación minera marcó de manera irreparable algunas regiones de México en el pasado y lo sigue haciendo en el presente; sus repercusiones sobre las poblaciones y sus recursos naturales son trascendentes y graves, por lo que a la fecha resulta indispensable una ponderada y estricta regulación estatal.

El desarrollo de la minería de cobre en Mesoamérica: perspectivas desde el antiguo Occidente de México

La metalurgia y metalistería precolombinas se originaron en la región andina de América del Sur; se fueron difundiendo gradualmente de sur a norte, hasta llegar a Mesoamérica, donde continuaron desarrollándose en forma de tradiciones tecnológicas locales. El cobre y sus aleaciones fueron las materias primas base para la mayoría de las industrias metalúrgicas precolombinas. Estos materiales se emplearon principalmente en la elaboración de adornos utilizados en ceremonias religiosas y para enaltecer el estatus social de las élites. A partir de una combinación de datos etnohistóricos y arqueológicos, se pueden inferir aspectos importantes de la secuencia operativa para la extracción de metales. El presente texto explora la cadena operativa de la extracción metalúrgica, incluyendo fuentes de mineral y tecnología minera, así como las decisiones sociales y tecnológicas que regían esta producción en Mesoamérica, con un énfasis en el Occidente de México.
La empresa minera de capital nacional en San Luis Potosí, 1890-1910

La empresa minera de capital nacional en San Luis Potosí, 1890-1910

La minería de capital nacional ha ido tomando mayor importancia en los estudios históricos y en trabajos abrevados de otros enfoques disciplinares. Se ha reevaluado el papel de la minería mexicana en la economía de México desde el periodo virreinal, en buena medida a partir de la producción de metales preciosos (Herrera y Parra, 2018); también se ha planteado el moderno desarrollo capitalista iniciado alrededor de 1890, en pleno periodo porfirista (Cárdenas, 2004), modelo que padeció una crisis a finales en la década de 1920 (Uribe, 2004). El estudio de caso de la minería potosina aporta información relevante para éstas y otras discusiones sobre la importancia del sector en ese periodo crucial de la historia minera mexicana.
La educación minera en el México del siglo XIX

La educación minera en el México del siglo XIX

México es un territorio rico en recursos minerales y naturales que posee un linaje minero ancestral que se remonta a las prácticas y saberes milenarios de las culturas nativas en la búsqueda y explotación de metales y vidrios preciosos, como la obsidiana (Pastrana et al., 2018; Cruz Pérez et al., 2021). Tras la conquista y el descubrimiento de las minas en los actuales estados de Guerrero, Estado de México, Zacatecas, Chihuahua, Guanajuato e Hidalgo, los filones minerales fueron explorados y explotados de manera intensiva; la riqueza mineral latente distribuida y descubierta a lo largo de la Sierra Madre Occidental permitió al Estado español acumular durante trescientos años cantidades exorbitantes de plata e insertarse en los circuitos comerciales ultramarinos. Desde hace cinco siglos, México destaca como el primer producto de plata en el mundo (Probert, 1987).