Editorial

Editorial

La pandemia provocada por la Covid-19 implicó un cierre de actividades presenciales en las instituciones educativas para evitar la propagación del contagio al interior de sus comunidades educativas. El campo de la antropología se vio especialmente afectado en su tarea de realizar etnografías presenciales, o lo que ahora llamamos “trabajo de campo tradicional”, en el que las y los investigadores realizan visitas a las comunidades o espacios (in situ) de interacción con las personas involucradas en las investigaciones que realizamos desde esta disciplina.

La antropología entre lo legal y lo ilegal

La agenda de la antropología entre lo legal y lo ilegal consiste en la indagación no de prácticas ilegales sino ilegalizadas, no en la descripción de hechos jurídicamente juzgados como ilícitos sino en la explicación a través de ellos de “tecnologías de poder” (dispositivos) (Foucault, 2009) que procuran la producción de un único orden social en “un mundo… alterado y redefinido por las formas contemporáneas de producción y circulación de riquezas” (Telles, 2009: 156). Al cumplir con tal agenda, la antropología entre lo legal y lo ilegal critica la construcción social de un “debate público” reproducido también entre los cientistas sociales, dominado por una perspectiva estadocéntrica y etnocéntrica (Machado, 2010), que evade la mirada profunda hacia los conflictos de clase; que criminaliza a ciertas poblaciones sobre las que aplica evaluaciones morales y normativas que las sujetan (Foucault, 2009); que reduce los marcos interpretativos a una relación binaria entre lo bueno y lo malo, entre lo legal y lo ilegal, entre la norma y la anomia, entre lo catequizado y lo desviado; y que se olvida de los sentidos dados por los individuos a sus acciones, asunto este que es la verdadera inquietud de una perspectiva científico-social.

Editorial

Este número especial del Ichan es resultado de un largo proceso de colaboración entre colegas y amigas, estudiantes y exestudiantes de posgrado en distintas instituciones, geografías y generaciones. Miguel Lucero, Victoria Ríos, Andrea Padilla, Ximena Batista, Francisco Valenzuela y quien esto escribe, somos un equipo de cariño y reflexión colectiva, todes hacemos investigación y activismo o investigación activista, cada quien le nombra distinto. Pero nos une (en diversos momentos y espacios) una forma dialógica de construir conocimiento, situado, ético, respetuoso, político y generado de forma colaborativa entre quienes participamos en la academia y las personas interlocutoras de investigación.

editorial

Este número especial del Ichan es resultado de un largo proceso de colaboración entre colegas y amigas, estudiantes y exestudiantes de posgrado en distintas instituciones, geografías y generaciones. Miguel Lucero, Victoria Ríos, Andrea Padilla, Ximena Batista, Francisco Valenzuela y quien esto escribe, somos un equipo de cariño y reflexión colectiva, todes hacemos investigación y activismo o investigación activista, cada quien le nombra distinto. Pero nos une (en diversos momentos y espacios) una forma dialógica de construir conocimiento, situado, ético, respetuoso, político y generado de forma colaborativa entre quienes participamos en la academia y las personas interlocutoras de investigación.
Editorial

Editorial

Esta edición de Ichan Tecolotl está pensada como un espacio de visibilización de la población afromexicana en específico y afrolatinoamericana en general, abordando sus procesos y problemáticas actuales, trayectorias de resistencias, logros y propuestas para el futuro. Buscamos conjugar investigaciones académicas, expresiones artísticas y reflexiones autobiográficas. La mayoría de los trabajos presentados en este número fusionan estas tres vertientes de manera extraordinaria.
Violencias de Género: miradas diversas, resistencias múltiples

Violencias de Género: miradas diversas, resistencias múltiples

En este número especial de Ichan quisimos reunir las perspectivas y reflexiones de colegas de CIESAS y de otras instituciones que, desde distintas aproximaciones disciplinarias, han analizado el impacto de las violencias de género en diferentes sectores sociales. Como hemos venido documentando en otros espacios, la crisis sanitaria del Covid-19 ha profundizado las vulnerabilidades estructurales de las mujeres pobres y racializadas y de otros sectores cuyas identidades no heteronormadas los convierten en centro de diversas violencias.

Editorial

La recientemente emitida Declaración del Decenio de las Lenguas Indígenas por parte de la UNESCO o Declaración de los Pinos, precisamente aludiendo a la sede del Congreso Internacional de Lenguas en Riesgo, llevado a cabo en febrero de este año, a la que se le hicieron y están haciendo observaciones para su mejora, y esperaríamos sobre todo implementación, es una cuestión fundamental que hay que abordar como parte de la necesidad de un cambio de narrativa en el discurso en torno a la diversidad lingüística. En el mejor de los casos, hasta ahora sólo ha habido un parcial reconocimiento del alto valor de la diversidad lingüística para el bienestar de las sociedades. Su verdadera implementación en concertación con la sociedad civil resultaría fundamental tanto por parte de la sociedad mayor, como de sus instituciones, y desde luego de las propias comunidades hablantes de lenguas originarias, quienes muy desafortunadamente, en no pocas ocasiones han llegado a interiorizar por lo menos algunos estigmas de la herencia colonial que atentan contra la integridad histórica y sociocultural, y que también es integridad lingüística de los pueblos originarios.