Entre violencias y agenciamientos: el andar de mujeres trans en las caravanas migrantes

Entre violencias y agenciamientos: el andar de mujeres trans en las caravanas migrantes

I. Las caravanas migrantes centroamericanas forman parte de la conformación de un movimiento migratorio que ha tomado fuerza en los últimos años. La articulación de migrantes en tránsito por México en Caravanas comenzó en el año 2010, cuando personas migrantes provenientes de Centroamérica, acompañadas de personas activistas, religiosas y defensoras de derechos humanos, organizaron de manera anual “caravanas” y “viacrucis migrantes”. Esta organización social responde a diversos factores, entre ellos, es una respuesta al fortalecimiento de la securitización y criminalización de las migraciones irregularizadas,[1] y a que México se ha convertido en una fosa y geografía de desapariciones para las personas migrantes precarizadas. De esta manera, estos movimientos migratorios masivos y en colectivo representan seguridad, autocuidado y también un acto político que pone de manifiesto la apropiación de las personas a su derecho de movilidad y libre tránsito.

Los contextos de la violencia feminicida y el feminicidio en México: hacia la comprensión del fenómeno más allá del delito

Si bien la violencia contra las mujeres y las niñas y su manifestación más radical, el feminicidio, se expresan de manera directa en actos de individuos y en hechos concretos, resulta fundamental trascender una perspectiva explicativa centrada en la relación entre víctima y victimario, o en las motivaciones individuales, traducidas en actos personales ajenos al entramado de la configuración social que los explica. La violencia feminicida, dentro de la cual el feminicidio es una expresión extrema, tiene como base y origen situaciones estructurales y sociales en las que la seguridad de las mujeres y las niñas no está garantizada por parte del Estado, ya que no abate las condiciones de desigualdad que vulneran su acceso a la salud, a la educación, al trabajo, a la tenencia de la tierra, a la alimentación, a la libertad de expresión, de movilidad y al acceso a una vida libre de violencia.

Mujeres indígenas, violencia de género y Covid: viejas prácticas, nuevas categorías

Las denuncias y protestas por el incremento de la violencia de género que se ejerce contra las mujeres en México han estado presentes desde décadas atrás. En marzo de 2020, fue la principal demanda de las manifestaciones que tuvieron lugar en distintas ciudades y localidades del país, con una multitudinaria participación en la Ciudad de México. Con ese antecedente, cuando dio inicio el confinamiento con motivos de la pandemia de Covid-19, las feministas fuimos las primeras en alertar respecto a los riesgos que esa situación traería consigo para las mujeres mexicanas, a lo largo y ancho de la república.
Ante las violencias que no ceden. Apuntes compartidos para realizar periciales antropológicas con perspectiva de género

Ante las violencias que no ceden. Apuntes compartidos para realizar periciales antropológicas con perspectiva de género

El año pasado tuve la oportunidad de participar como estudiante en el Diplomado del INAH sobre capacitación en periciales antropológicas, e identifiqué a muchas jóvenes –antropólogas y de otras disciplinas- en proceso de titulación de licenciatura o recién egresadas-, con ese empuje, fuerza, energía y compromiso feminista por aportar en la construcción de una sociedad dónde ser mujer no implique un riesgo de muerte. Varias veces durante las sesiones del diplomado preguntaron “¿qué hago para hacer una pericial en antropología en casos de feminicidio?” Para ellas, y para muchas otras compañeras y colegas, aquí mis apuntes compartidos.
Feminicidio infantil racializado en México. Un tema pendiente

Feminicidio infantil racializado en México. Un tema pendiente

En México, en 2020, en plena contingencia sanitaria provocada por el Covid 19, fueron asesinadas 3 mil 723 mujeres y niñas, de las cuales 2 mil 783 fueron homicidios dolosos, y 940 feminicidios (SSP y PC, 2021). Aunque es importante que estos datos se conozcan para actuar frente a este problema, desafortunadamente, los datos oficiales no dan cuenta de las especificidades de lo que acontece con las niñas y adolescentes mexicanas que han sido asesinadas -sea homicidio o feminicidio- en un contexto de relaciones de poder por género y edad, en relaciones sociales racializadas.[2] Ésto, a pesar de que el feminicidio ha sido destacado como sólo “la punta del iceberg” (Segob, Inmujeres, Conavim, ONU-Mujeres, 2020), señalando la necesidad de captar un inmenso, aunque invisible, continuum de violencias contra niñas y adolescentes
Mujeres caravaneras: cuidadoras frente a la violencia de género que las obliga a emigrar

Mujeres caravaneras: cuidadoras frente a la violencia de género que las obliga a emigrar

En 2018 las caravanas centroamericanas marcaron un punto de quiebre en las migraciones de la región Centroamérica-Norteamérica. Los perfiles de las personas se invirtieron de manera visible por primera vez: las mujeres y los niños superaban las cifras de los hombres. De acuerdo con el conteo realizado por el Ayuntamiento de Suchiate el 20 de octubre de 2018, cuando el primer grupo de personas había ingresado a México, la caravana se conformaba por: 2 622 hombres, 2 234 mujeres, 1 070 niños y 1 307 niñas; es decir, del total de 7 233 personas contabilizadas, el 64% eran mujeres, niñas y niños, mientras que el 34% eran hombres (Colectivo de Observación y Monitoreo de Derechos Humanos en el Sureste Mexicano, 2019: 19). Además, de acuerdo con los datos recopilados en el albergue Benito Juárez en Tijuana, en noviembre de 2018, ante la pregunta ¿cómo viajas? Las respuestas de las y los caravaneros fueron las siguientes:
La pandemia de la violencia crece en la sombra

La pandemia de la violencia crece en la sombra

Desde el inicio de la pandemia por Covid-19, diversas organizaciones nacionales e internacionales advirtieron que la violencia contra las mujeres aumentaría en los hogares, como ya había sucedido en otros casos de confinamiento masivo en el mundo. En abril, por ejemplo, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, señaló que en países donde ya existían altos niveles de violencia contra mujeres y niñas, el riesgo de que ésta se exacerbara se incrementaría debido al confinamiento. A éste se añaden también las presiones económicas y las condiciones de precariedad como factores potenciadores de conflictos y tensiones previas. Casi un año después, las cifras y testimonios publicados por diversas organizaciones confirman los efectos nefastos de la conjunción de dos pandemias: la del Covid-19 y la de la violencia machista. Aunque tal vez sea la que más se ha hecho visible, gracias al activismo de diversas colectivas, la violencia creciente contra mujeres y niñas forma parte de una pandemia de violencia más amplia, la de las violencias delincuenciales sociales y comunitarias que han devastado al país desde hace más de una década y que, pese al confinamiento, no han menguado.

Los impactos de la violencia de género contra defensoras de derechos humanos en la región mesoamericana y la importancia del autocuidado

Desde hace varias décadas se ha observado que las defensoras de derechos humanos están expuestas a diferentes tipos de violencias, las cuales tienen un impacto importante en sus vidas, en sus entornos y en el sostenimiento de sus demandas. Sin embargo, en la época actual, se ha visto un incremento de la violencia, la cual se ha generado por la emergencia sanitaria por la pandemia del coronavirus SARS-COV2 que ha afectado a gran parte de la humanidad, especialmente a los grupos que históricamente son vulnerables frente a los embates del sistema capitalista-neoliberal.

De violencias y masculinidades. Los delirios patriarcales

En los últimos tiempos se ha estado hablando de personas o relaciones tóxicas. Se trata de un término de moda reproducido en innumerables artículos en internet y otros medios de comunicación en los que se dan consejos sobre cómo tener una vida mejor evitando a las personas dañinas por su comportamiento. Se trata de un término proveniente de nociones emocionales o psicológicas cuyo origen es difícil de rastrear y que se refiere, en general, a individuos egocentristas y narcisistas que impiden el crecimiento de las personas con las que se relacionan.