Publicado enAño 32 Núm. 349 Puntos de encuentro
Pensar el desarrollo urbano en Ciudad de México entre la legalidad y la ilegalidad: la óptica de la paralegalidad
El jueves 11 de febrero de 2021, el grupo parlamentario de Morena en el Congreso de la Ciudad de México aprobó una serie de cambios de uso de suelo en la Alcaldía Miguel Hidalgo. Las colonias donde se encontraba esta modificación eran Granadas y Ampliación Granadas, particularmente los predios Río San Joaquín 498, Ejército Nacional 769, Ejército Nacional 843 y Moliere 515 (Reforma, 12/02/2021) para formar parte de una figura jurídica mayor de reciente creación. Este hecho no tendría mayor importancia o trascendencia de no ser que según la Ley de Desarrollo Urbano[2] local, el Legislativo tiene la facultad exclusiva del cambio de uso de suelo o zonificación. Esto es, de modificar la reglamentación que establece las condiciones de edificación ya sea casas unifamiliares, edificios departamentales, hoteles, restaurantes o plazas comerciales. Sin embargo, esta modificación en materia de uso de suelo también resultó sintomática de una serie de fenómenos de carácter jurídico que ha permeado el desarrollo urbano en la capital. Y es que la modificación de usos de suelo ha seguido esta dinámica francamente contradictoria con lineamientos elaborados con anterioridad. En este caso, las modificaciones a predios específicos se realizaron con el objetivo de complementar el Sistema de Actuación por Cooperación (SAC) Nueva Granada, aunque el Plan de desarrollo urbano delegacional vigente no lo permita. Así, este cambio reveló una profunda contradicción entre nuevas y viejas figuras jurídicas que crean zonas de liminalidad que permiten el uso discrecional del derecho. En resumen, se legalizó la ilegalidad.