La vida social de la contaminación en Poncitlán, Jalisco

César Padilla Altamira[1]
CIESAS Occidente

Introducción

A inicios de la década del 2000 en San Pedro Itzicán, Agua Caliente y Mezcala, localidades ubicadas en las orillas del lago de Chapala, comenzaron a surgir los primeros casos de una enfermedad nunca vista en estas poblaciones: enfermedad renal crónica (ERC). Los casos compartían varias características: eran niños o adolescentes, los signos y síntomas aparecían de manera repentina, todos los enfermos tuvieron que pasar por varios médicos antes de que fueran diagnosticados con enfermedad renal terminal, y en ninguno caso se conocía la causa. A la mayoría los médicos les decían “tus riñones quedaron chiquitos, no se desarrollaron”, pero este “diagnóstico” generaba más dudas que certezas. Hacia 2007 ya los pobladores conocían a más de una decena de casos, la mayoría en San Pedro Itzicán y Agua Caliente. Fue entonces que pobladores y familiares de los enfermos comenzaron a cuestionarse si la contaminación del lago de Chapala, que lo ha transformado desde la década de 1970, y el deterioro de su medio ambiente tenían algo que ver con la aparición de esta enfermedad que cobraba la vida de los más jóvenes y sumía a sus familias en la pobreza extrema. Líderes locales y madres y padres de los enfermos se acercarían a periodistas, activistas y políticos para dar a conocer lo que ellos consideraban una enfermedad causada por la degradación de su medio ambiente. Las causas que los pobladores han señalado por años han sido repetidamente ignoradas por las autoridades, mientras que las acciones del estado se caracterizan por una biopolítica de la indiferencia (Kierans y Padilla Altamira, 2024).

El presente ensayo recurre al concepto de la vida social de las cosas (Appadurai, 1991) para señalar que los distintos procesos y contaminantes en el contexto del lago de Chapala tienen significados diversos y son utilizados, e incluso ignorados, por los actores que están involucrados en la controversia sobre contaminación y afectaciones a la salud de quienes habitan las comunidades de Poncitlán. No se trata de una documentación exhaustiva de los procesos contaminantes que atentan contra la salud de las poblaciones, sino una muestra de lo que cotidianamente se puede observar en estas comunidades. Las fotografías presentadas aquí fueron tomadas de mi trabajo de campo entre 2013 y 2023 en las comunidades de Poncitlán.[2]

Foto 1. Lucero en terapia de diálisis peritoneal continua ambulatoria, abril de 2013.


Lucero fue diagnosticada en 2012 y puesta en esta modalidad de diálisis peritoneal, una terapia de reemplazo renal. Ella nació en una familia campesina en las orillas del lago de Chapala. Lucero no fue la primera de su comunidad en ser diagnosticada con ERC; anteriormente habían resultado con la misma enfermedad varios niños, adolescentes y jóvenes, entre ellos su primo Hugo en el año 2000. Su diagnóstico coincidió con la primera recomendación de derechos humanos emitida por la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco, en la que exhortaba a las autoridades de la Secretaría de Salud Jalisco, la Comisión Estatal del Agua y al Ayuntamiento de Poncitlán, a atender los problemas de salud, provisión de agua potable y reparar o construir una nueva planta de tratamiento de aguas residuales en San Pedro Itzicán (CEDHJ, 2012). En la foto, Lucero está esperando que el líquido de diálisis drene de su abdomen, para después introducir otros dos litros de solución de diálisis nuevos. Esta terapia la realizaba cuatro veces al día, cada cuatro horas, todos los días, hasta que eventualmente la terapia falló y fue transferida a hemodiálisis en 2014. Lucero falleció en 2015 por complicaciones de la ERC y el tratamiento, sin que se resolvieran los problemas que la población continuaba señalando.

Foto 2. El “enfriador”, San Pedro Izticán, enero de 2013.


El agua extraída del pozo de la localidad, ubicado a unos metros de la orilla del lago, es enviada por medio de bombeo hasta este enfriador. El agua era extraída a una temperatura superior a los 50 ºC, y después pasaba por este enfriador tipo “fuente”, escurría y era almacenada en una cisterna. Posteriormente, el agua era clorada y enviada a las viviendas de la localidad, a donde llegaba todavía caliente. Por más de tres décadas las personas de la localidad utilizaron esta agua: para bañarse, lavar ropa y trastes, cocinar y beber. Pobladores y activistas han sospechado que el agua extraída del pozo contiene metales pesados, los cuales estarían asociados a la ERC. Los habitantes nunca han sido informados de la calidad del agua que reciben. Paulatinamente dejaron de consumir el agua para beber y cocinar en la década de 2010, cuando fue introducida el agua embotellada. En 2017 este enfriador fue remplazado por un enfriador eléctrico, aunque no se incluyó ningún tratamiento de purificación para el agua extraída.

Foto 3. Vista del cárcamo de la planta de tratamiento de aguas residuales de San Pedro Itzicán, agosto de 2023.


El sistema de drenaje, la planta de tratamiento de aguas residuales y el cárcamo fueron puestos en funcionamiento en 2003 en San Pedro Itzicán, cuando el nivel del lago de Chapala alcanzó un mínimo histórico. Pocos años después, el lago recuperó rápidamente su nivel, inundando el colector y el cárcamo, provocando que las aguas residuales de la localidad fueran vertidas sin tratamiento hacia el lago. Este problema coincidió con el surgimiento de decenas de menores de edad diagnosticados con ERC, llevando a muchos pobladores a relacionar ambas problemáticas. Las autoridades nunca han aceptado la relación entre la contaminación y la enfermedad renal. Las acciones para remediar los defectos del sistema de saneamiento han tomado dos décadas, y no los han resuelto completamente. Los colectores siguen vertiendo aguas negras sin tratar hacia el lago.

Foto 4. Juan a las orillas del lago, enero de 2013.


Juan (33 años) es un pescador de la localidad de San Pedro Itzicán. En la foto, Juan acaba de desembarcar de su lancha. Esa mañana salió a pescar para tener comida para su familia. El pescado del lago, como charal, tilapia y carpa, lo han consumido con regularidad desde que tiene recuerdos. Él y la mayoría de las personas de la localidad han sido testigos de la paulatina extinción peces nativos del lago, en particular el pescado blanco, el bagre y la popocha. Este fenómeno ha sido provocado por la contaminación, principalmente la que entra a través del río Lerma, la introducción de especies exóticas (carpa y tilapia) y la sobreexplotación de los recursos pesqueros durante la segunda mitad del siglo XX (Moncayo-Estrada et al., 2012). Diversos estudios han determinado contaminantes bioacumulados en los peces, agua y sedimentos (Torres et al., 2016; Stong et al., 2013), aunque no existe consenso sobre si el nivel de contaminación afecta la salud de las poblaciones del lago. Juan estaba consciente de que los peces del lago “consumen la contaminación”, además de que el sabor de los peces ya no es el mismo, pero, igual que cientos de familias de las comunidades, no tiene otra alternativa que consumirlo.

Foto 5. Protesta pública a las afueras de la Catedral Metropolitana de Guadalajara, febrero de 2017.


Mujeres elaboran una ofrenda de flores y veladoras, en forma de cruz, como se acostumbra en los funerales y novenarios en las comunidades de Agua Caliente y San Pedro Itzicán. En la manta se aprecian las fotografías de dos niñas y dos mujeres jóvenes que murieron a consecuencia de la ERC entre septiembre de 2016 y enero de 2017. La protesta pública estuvo organizada por Enrique Lira Coronado, como una forma de llamar la atención de los medios de comunicación y de las autoridades. Durante 2016, Enrique Lira se convirtió en el principal activista que demandaba solución a los problemas de contaminación y enfermedad renal en las comunidades de Poncitlán (Kierans y Padilla Altamira, 2024; Padilla Altamira y Aceves Núñez, 2022). En este evento estuvo apoyado por pobladores y líderes locales de San Pedro Itzicán y Agua Caliente, así como activistas de Guadalajara.

Foto 6. Basura acumulada en las orillas del lago de Chapala, Agua Caliente, agosto de 2017.


Cuando las protestas públicas y los reportajes periodísticos se intensificaron en 2016 y 2017, salieron a la luz pública múltiples problemas de contaminación ambiental, marginación y pobreza extrema que afectaba a las comunidades de Poncitlán. En Agua Caliente, en particular, resaltaba la falta de sistema de drenaje, el servicio de agua deficiente y la ausencia de recolección de basura. Hasta antes de la entrada de productos empaquetados en la localidad, la basura no había sido un problema. La poca basura generada se amontonaba en patios o los huertos de chayote, donde se quemaba. La práctica continúa, aunque la cantidad de basura que los hogares generan ha crecido exponencialmente, volviéndose un problema. En 2023 el ayuntamiento municipal puso en marcha el servicio de recolección de basura en esta comunidad, aunque el problema no se ha resuelto completamente.

Foto 7. Profesionales de la salud tomando muestras de sangre a niños de la escuela primaria de Agua Caliente, octubre de 2019.


Desde 2016, un equipo multidisciplinario de ciencias de la salud de la Universidad de Guadalajara comenzó a realizar estudios para conocer las condiciones de salud y los problemas de contaminación de los habitantes de Agua Caliente. Desde entonces, este grupo de investigación se ha enfocado en los niños, realizando tamizajes para detección oportuna de ERC, determinar la presencia de contaminantes en sus cuerpos y buscar alternativas de solución. En la foto se aprecia a profesionales de la salud tomando muestras de sangre a niños para su posterior análisis en el laboratorio. En un estudio publicado en 2021, este grupo de investigación encontró presencia de glifosato en la orina de los niños que asisten a las escuelas primaria y secundaria (Lozano Kasten et al., 2021).[3] Para muchos de los pobladores, los pesticidas son sustancias ambivalentes (Widger, 2014).

Foto 8. Heriberto aplicando insecticida, campos de cultivo de maíz, Agua Caliente, agosto de 2017.


Heriberto (52 años) se dio cuenta de que su parcela de maíz presentaba una plaga de gusano cogollero (Spodoptera frugiperda), común en la región de la ciénega. En la tienda de productos agropecuarios solicitó un insecticida para este tipo de plaga y le vendieron Morgan (Lambda Cyhalotrina), insecticida piretroide del grupo de los organofosforados. Él mismo mezcló el producto con agua en su tanque aspersor y lo aplicó, con la cantidad que le recomendaron en la tienda. En los campos de cultivos de la región, en los meses de junio a agosto, es muy común ver hombres, mujeres, adolescentes y niñas y niños cargando este tipo de aspersores para aplicar herbicidas e insecticidas en las parcelas. Como en la foto, la aplicación de los pesticidas se realiza sin ningún tipo de equipo de protección. Las pocas instrucciones de preparación, aplicación y protección son ofrecidas por los vendedores de las tiendas de agroquímicos, en los cuales las personas depositan su confianza. En 2013 una encuesta aplicada a productores de la región de la Ciénega de Chapala encontró que en el municipio de Poncitlán el paraquat era el herbicida más utilizado, seguido del glifosato y la atrazina (Rivera et al., 2013).

Foto 8. Enrique Lira dirigiéndose a los asistentes al Congreso por el Cuidado Integral de la Creación, el Agua y el Medio Ambiente, Mezcala, febrero de 2024.[4]


En 2015 Enrique Lira comenzó a interesarse por los problemas socioambientales de las comunidades de Poncitlán. Entre 2015 y 2019, dedicó tiempo, esfuerzo y recursos para apoyar a decenas de enfermos renales, niños con discapacidad y ancianos con enfermedades crónicas de las comunidades de Poncitlán. Al mismo tiempo, continuó manifestándose, llevando cartas a autoridades municipales, estatales y federales, recolectando evidencias de contaminación ambiental, registrando testimonios y otros datos epidemiológicos, con el propósito de demostrar que la contaminación era la causante de esta “catástrofe ambiental”. Enrique Lira participó activamente en la elaboración de las quejas de derechos humanos que posteriormente se convirtieron en recomendaciones para el gobierno estatal (CEDHJ, 2018; CIDH, 2020). Sus esfuerzos se vieron interrumpidos por la pandemia de COVID-19 en 2020 y otros problemas de salud. Después de varios meses de inactividad, a inicios de 2024 Enrique Lira retomó su interés por avanzar en las soluciones de los problemas ambientales de la Cuenca Lerma-Chapala-Santiago organizando este evento (Lira, 2024).

Conclusiones

A dos décadas del surgimiento de los primeros enfermos renales en las comunidades de Poncitlán, continúa la incertidumbre sobre las causas de la ERC que afecta a estas comunidades. Diversas intervenciones se han puesto en marcha —particularmente desde que la movilización social se intensificó en 2016— en las que han participado académicos, los tres niveles de gobierno, asociaciones civiles, líderes locales y pobladores de las tres localidades.[5] A pesar de los reclamos, las acciones realizadas y las recomendaciones de derechos humanos, los procesos de contaminación persisten en las comunidades de Poncitlán.

Bibliografía

Appadurai, A. (ed.) (1991). La vida social de las cosas. Perspectiva cultural de las mercancías. Grijalbo.

Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco (CEDHJ) (2012). Recomendación 44/2012. http://historico.cedhj.org.mx/recomendaciones/emitidas/2012/Rec12-44.pdf

Comisión Estatal de Derecho Humanos de Jalisco (CEDHJ) (2018). Recomendación 8/2018. http://historico.cedhj.org.mx/recomendaciones/emitidas/2018/Reco%2008-2018.pdf

González, H. (2023). La Reconfiguración Agroecológica, Alimentaria y de Salud (RAAS). Ichan Tecolotl, 34(370). https://ichan.ciesas.edu.mx/la-reconfiguracion-agroecologica-alimentaria-y-de-salud-raas/

Inter-American Commission on Human Rights (IACHR) (2020). Resolution 7/20. Precautionary Measure No. 708-19. Inhabitants of the areas near the Santiago River regarding Mexico. https://www.oas.org/en/iachr/decisions/pdf/2020/7-20mc708-19-me.pdf

Kierans, C. y Padilla Altamira, C. (2023). Failing kidneys: Hotspots, blind spots and biopolitics of indifference. Medical Anthropology Quarterly, 38(1), 24-39.

Lira Coronado, E. (2024, 17 de enero). CON LA GRAN AYUDA DE DIOS: ¡En este Congreso Avanzarán los Cambios para lograr una Mejor Sociedad! [Imagen adjunta] [Actualización de estado]. Facebook. https://www.facebook.com/enrique.liracoronado/posts/

Lozano-Kasten, F., Sierra-Diaz, E., González Chávez, H., Peregrina Lucano, A. A., Cremades, R., y Sandoval Pinto, E. (2021). Seasonal urinary levels of glyphosate in children from agricultural communities. Dose-Response: a publication of International Hormesis Society, 19(4), 15593258211053184. https://doi.org/10.1177/15593258211053184

Moncayo-Estrada, R., Lyons, J., Escalera-Gallardo, C., y Lind, O. T. (2012). Long-term change in the biotic integrity of a shallow tropical lake: A decadal analysis of the Lake Chapala fish community. Lake and Reservoir Management, 28(1), 92-104. https://doi.org/10.1080/07438141.2012.661029

Padilla Altamira, C. y Aceves Núñez, H. J. (2021). A la orilla: degradación ambiental, violencia estructural y enfermedad renal de causa (des)conocida en el lago de Chapala. En E. Hernández Ibarra (coord.), Avatares en la enfermedad renal crónica. Las respuestas de quienes la padecen y los actores sociales implicados (pp. 65-92). Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

Rivera, M., Mocayo, R., Escalera, C., Juárez, A., y Pérez Olivares, N. (2013). La actividad agrícola y el uso de agroquímicos en la subcuenca Chapala. En A. Juárez Aguilar (coord.), Contaminación agrícola y erosión en la cuenca del Lago Chapala (pp. 85-106). Corazón de la Tierra.

Stong, T., Osuna, C. A., Shear, H., de Anda Sanchez, J., Ramírez, G., & de Jesús Díaz Torres, J. (2013). Mercury concentrations in common carp (Cyprinus carpio) in Lake Chapala, Mexico: A lakewide survey. Journal of Environmental Science and Health, Part A, 48(14), 1835–1841. https://doi.org/10.1080/10934529.2013.823340

Torres, Z., Mora, M. A., Taylor, R. J., y Álvarez-Bernal, D. (2016). Tracking Metal Pollution in Lake Chapala: Concentrations in Water, Sediments, and Fish. Bulletin of Environmental Contamination and Toxicology, 97(3), 418–424. https://doi.org/10.1007/s00128-016-1892-6

Widger, T. (2014, 15 de agosto). Pesticides and global health: ‘ambivalent objects’ in anthropological perspective. Somatosphere. http://somatosphere.net/2014/pesticides-and-global-health-ambivalent-objects-in-anthropological-perspective.html/


  1. posdocc5@ciesas.edu.mx

  2. Todas las personas que aparecen en las fotografías dieron su consentimiento. Con la finalidad de proteger la identidad de las personas que aparecen en las fotografías, todos los nombres mencionados son pseudónimos.

  3. Este estudio antecedió al proyecto “Reconfiguración agroecológica, alimentaria y de salud para revertir un probable daño renal y neurocognitivo asociados a la presencia de plaguicidas en niños de localidades rurales de Jalisco” (RAAS) (González, 2023).

  4. Fotografía cortesía de Cinthia Flores Parra, estudiante del Doctorado en Ciencias Sociales, CIESAS Occidente. Mi agradecimiento por su apoyo.

  5. Entre las intervenciones más notables se encuentra el proyecto RAAS (González, 2023) y las actividades de asistencia a los enfermos renales y comedores para niñas y niños en San Pedro Itzicán, liderado por Anita Torres y el grupo Poco a Poco San Pedro (https://www.pocoapocosanpedro.com/projects-7).