Los códices y lienzos de Michoacán conocidos hasta el momento no rebasan la cantidad de una veintena, todos ellos son de manufactura indígena de la época colonial y si bien es cierto que, para su estudio, pueden ser clasificados como de tipo genealógicos, tributarios y de servicios, histórico-etnográficos y agrarios derivados de conflictos por la tierra, una parte de todos ellos pueden ser ubicados en la categoría de cartográficos, los cuales son los que para estas breves notas me enfocaré mayormente. Cabe hacer la aclaración que varios de estos códices y lienzos se les clasifica también como títulos primordiales, realizados por los pueblos tarascos durante los procesos legales de legitimación territorial por las autoridades españolas, en los siglos XVII y XVIII. Las fuentes de su origen son las propias mercedes, compra/venta de tierras, denuncias por despojos, etcétera, todos ellos realizados con anterioridad, así como a través de la memoria y la tradición oral de sus habitantes, por lo que en múltiples ocasiones contienen problemas en la cronología de los acontecimientos, personajes que corresponden a momentos de la historia distinta a la que se refieren los documentos, terminología fuera de época y en fin, elementos incongruentes en varios sentidos, no obstante lo anterior, al considerar estos documentos de realización tarasca, surgidos muchos de ellos en el contexto de los conflictos agrarios y la necesidad de documentar las posesiones de las tierras “desde tiempos inmemoriales”, como se decía en la documentación, de esta manera no podemos descartar este tipo de fuentes sin más y en cambio valorarlos, hacer crítica de fuentes con mucha atención, llevar a cabo la comparación con otras fuentes y así, obtener información pertinente para la reconstrucción de la historia agraria de estos pueblos.