La pandemia por Covid-19 y las diferentes medidas que se han tomado desde inicios de 2020 han alterado de manera radical la vida cotidiana de millones de personas en el mundo. Estas afectaciones no han sido homogéneas; a medida que transcurre el tiempo, la solidaridad y humanismo sobre el que se imaginó inicialmente una nueva normalidad, se diluyen en viejas y nuevas desigualdades que fragmentan la experiencia de la pandemia. Las categorías que atraviesan dicha experiencia son múltiples: la clase social, la etnia, el lugar y país de residencia, el género, y muchas otras. Sobre muchas de estas desigualdades, especialmente aquellas de tipo socioeconómico que dividen individuos, familias, colonias, ciudades, países, escuelas, u hospitales más pobres y más ricos, se viene gestando una prolífica reflexión (Oxfam, 2021; Cepal, 2020; World Bank, 2020, Lustig et al., 2020). Pero algunas otras categorías, en intersección con la clase, permanecen menos exploradas. Los grupos de edad o, más específicamente, las diferentes etapas del curso de vida, es uno de estos casos.