Yafüluwaiñ:[1] criminalización y racismo contra las mujeres del movimiento mapuche[2]


María José Lucero
Doctorante en Antropología Social, ciesas cdmx

Carola Pinchulef
Doctorante en Ciencias Antropológicas, Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa

Marie Juliette Urrutia
Integrante del Trokiñ Peyepeyen, Chile

image3.jpg

Foto: Marcha en apoyo a los presos políticos en huelga de hambre, 29 de julio de 2020, Temuco.  Sebastián Meza.[3]

El pueblo mapuche habita el Wallmapu, ubicado en los territorios político-administrativos de lo que hoy es Chile y Argentina: Ngulumapu y Puelmapu, respectivamente. Durante la formación de los Estados, tanto Chile como Argentina estuvieron “de la mano contra el indio”[4] para desposeer a los mapuche de sus tierras, tomar posesión de las fronteras y aniquilarlos ̶sin éxito ̶ por medio de proyectos colonizadores como la Ocupación Militar de La Araucanía en Chile (1862-1883) y la Campaña del Desierto en Argentina (1878-1885).

Desde el siglo XIX el pueblo mapuche mantiene una luchapor la recuperación del territorio ancestral y la dignificación, por medio de diversas estrategias de resistencia. Como respuesta, los Estados de Chile y Argentina no sólo han silenciado el reclamo histórico del pueblo mapuche, sino también han criminalizado la legítima protesta social indígena mediante la extrema violencia estatal y el encarcelamiento, sustentados bajo la retórica de la contrainsurgencia, que construye un imaginario social de los-las mapuche como terroristas.[5] En el caso chileno, esta persecución se presenta desde la formación del Estado-nación, siendo constitutivo de éste la exclusión permanente del pueblo mapuche y la elaboración subjetiva de estereotipos discriminatorios como proyecto deshumanizador.

En la década de 1930, Laura Nahuelpan escribió una columna en el diario La Voz de Arauco, en donde hizo un llamado especial a las mujeres mapuche para enfrentar un desafío mayúsculo, a tan sólo diez años del término del periodo de Radicación Indígena,[6] en donde señaló que ‘‘la mujer araucana tiene hoy más que nunca un papel difícil de desempeñar con la complejidad de sus problemas que atañen a la raza’’.[7] Complejidad dada por la creciente atmósfera de empobrecimiento en las reducciones de tierra, a raíz del proyecto civilizatorio chileno enquistado en la usurpación y la desvalorización de las vidas mapuche.

Durante el siglo XX, la reivindicación por las tierras usurpadas fue una constante.[8] A partir de la década de 1980 se sumó la búsqueda por la autodeterminación y la reafirmación identitaria, la cual tensionó la construcción unitaria del Estado-nación. El precio lo pagaron quienes fueron criminalizados por abrazar ideas autodeterministas. Según Elisa Loncon, por entonces integrante del Awkiñ Wallmapu Gülam, la atmósfera represiva durante la creación de la wenufoye[9] pudo constatarse cuando ‘‘[en] 1993 fue procesada la organización por asociación ilícita, por considerar ilícita la bandera’’.[10]

Asimismo, un sinnúmero de organizaciones mapuche, como Awkiñ Wallmapu Gülam y la Coordinadora Arauco Malleco, por nombrar sólo algunas, han sido criminalizadas bajo la Ley Antiterrorista 18.314. A su vez, muchos presos políticos mapuche han sido condenados por esta legislación, creada en la dictadura militar y usada en democracia para reprimir la histórica lucha mapuche por el territorio.

image2.jpg

Foto: Amulepe Taiñ Weichan, Frontis del Hospital Intercultural de Nueva Imperial, en donde se encontraba internado el machi Celestino Córdova el día que decidió comenzar la huelga de hambre seca.  Felipe Contreras Salazar.[11]

 

Mongeaiñ: la lucha por la vida más allá del Covid-19

El actual gobierno liderado por Sebastián Piñera creó una ley que concede el indulto conmutativo de aproximadamente mil trecientos internos para descongestionar las cárceles de cara a la crisis sanitaria por Covid-19. Uno de ellos fue Carlos Alarcón Molina, carabinero que el 14 de noviembre del 2018 asesinó a Camilo Catrillanca en Temucuicui, y quien desde abril de 2020 cumple reclusión domiciliaria. Sin embargo, a la fecha ningún mapuche ha recibido este indulto para modificar sus medidas privativas de libertad, lo que ineludiblemente demuestra el racismo incrustado en las instituciones estatales del país.

Mongeaiñ, que en mapuzugun puede interpretarse como ‘viviremos’, ha marcado las movilizaciones en el Wallmapu durante los últimos meses: una lucha por la vida mapuche allende la emergencia sanitaria mundial. En este contexto se encuentra la protesta de 27 presos políticos mapuche en huelga de hambre, quienes llevan casi noventa días sin comer en las cárceles de Temuco, Lebu, Imperial y Angol, al sur de Chile. Entre ellos, se encuentra el machi Celestino Córdova, autoridad ancestral del pueblo mapuche.[12]

Luisa Marilaf Millaleo, esposa del machi Celestino, cuida a sus cuatro hijos y se encarga de su comunidad, siendo reproductora de vida en su territorio. Desde que el machi se encuentra encarcelado en Imperial hace siete años, ella ha estado en la primera línea luchando por su libertad, debido a que ‘‘es como si estuviéramos toda la familia encarcelada”, declaró en el 2018.[13] Además, en esta misma declaración, da cuenta de lo que significa llevar la casa, la familia y la tierra sola: ‘‘hay que trabajar doble y triple porque hay que ir a la cárcel. Es como estar pendiente de dos casas, la de acá y la casa que desgraciadamente ahora es el lugar que habita él’’. A pesar de la emergencia sanitaria, la lucha que está encabezando Luisa Marilaf Millaleo por la libertad del machi no se ha detenido.

¿Cuántas mujeres mapuche se encuentran en esta situación, quienes perseguidas por una legislación racista, atraviesan una permanente criminalización? Madres, hijas, sobrinas, tías, hermanas, esposas y otras mujeres de las comunidades han demandado al Estado chileno la libertad de los presos políticos mapuche. Muchas han arriesgado su propia libertad, como Ada Huentecol, quien el pasado 24 de julio fue detenida brutalmente tras la persecución política que vive desde hace años, cuando su hijo Brandon Hernández Huentecol, de 17 años, fue gravemente herido por más de cien perdigones disparados por un carabinero.

Entre los presos políticos en huelga de hambre, una gran mayoría se encuentra en prisión preventiva, sin aún ser condenados por falta de pruebas acusatorias, y otros a la espera de una resolución judicial. De ahí que los presos políticos en huelga de hambre exijan al Estado chileno la aplicación del Convenio 169 de la OIT para que, durante la pandemia, puedan cumplir las medidas cautelares en sus lof[14] y el machi regrese a su rewe.[15] En efecto, la amenaza de contagios por Covid-19 puede profundizarse a raíz del hacinamiento y las nulas condiciones sanitarias de los centros penitenciarios.

Son innumerables las acciones políticas en apoyo a los presos políticos mapuche que denuncian la omisión del Estado y el racismo judicial a través de pronunciamientos, ayekan,[16] tomas de instituciones públicas y marchas masivas en distintas ciudades del sur de Chile. En este contexto, el pasado lunes 27 de julio, en una manifestación en las instalaciones de la Intendencia Regional de Temuco, un grupo de mujeres mapuche ̶entre ellas familiares de los presos políticos en huelga de hambre ̶ fueron fuertemente reprimidas, golpeadas y detenidas, algunas junto a sus hijos. Dos de ellas están embarazadas, y Daniela Sierra ̶abogada defensora de la lucha mapuche ̶, se encuentra en arresto domiciliario total, luego de permanecer privada de su libertad durante dos días, a pesar de encontrarse en periodo de lactancia y puerperio. A través de un comunicado público de más de cien abogadas firmantes, se denuncia que tales hechos infringen los acuerdos ratificados por el Estado chileno en la Convención ‘Belém do Pará’.[17]

En suma, con las huelgas de hambre y las acciones políticas de las familias de los presos políticos mapuche, no sólo se está exigiendo la aplicación del Convenio 169 en contextos penales, sino también denunciando la violencia sistemática que experimenta el pueblo mapuche y, particularmente, la violencia que viven las mujeres en este territorio.

Weychafe Zomo: criminalización a las hortaliceras mapuche de Temuco

La ciudad de Temuco tiene su génesis en una construcción colonial, representada en el diseño geoespacial y política pública desde su fundación como fuerte militar en 1881. Una ciudad-fuerte que vigila y excluye. Entrada la década de 1940, los políticos intelectuales burgueses debatieron el lugar de los cuerpos mapuche en la ciudad de Temuco, resolviendo que ésta sería el ‘cordón suicida’,[18] debido a las comunidades mapuche que la habitaban. En otras palabras, a mediados del siglo XX se construyó un discurso que caló en la mentalidad de la población de la IX región, el cual concibe a “la mapuchada” como una amenaza para el progreso colonial.

La concepción de que los cuerpos mapuche invaden la ciudad higiénica de Temuco deviene en la criminalización contemporánea de las hortaliceras mapuche: trabajadoras de la tierra que, con dignidad y canasto en mano, venden sus productos, resultado de un gran esfuerzo y de una tierra violentamente reducida por los colonizadores. Sin duda, un descendiente de colonizador y empresario es el actual alcalde de esta ciudad: Miguel Becker, quien además es el principal detractor de las hortaliceras desde el 2018 a través de una persecución sistemática mediante ordenanza municipal.

La persecución que afecta a las mujeres mapuche en el sur de Chile evidencia un racismo sistémico enquistado en el Estado, en todas las instituciones sociales, en las ideologías y en los discursos.[19] Esta realidad bien la conocen las hortaliceras mapuche, quienes por décadas denuncian las múltiples violencias que viven en Temuco, una ciudad catalogada como machista, racista y colonial.

image1.jpg

Foto: Marcha en apoyo a las hortaliceras mapuche tras la represión policial sufrida días antes, 23 de mayo de 2018, Temuco. Carola Pinchulef.

El caso de las hortaliceras es un ejemplo del continuo de violencia colonial hacia el pueblo mapuche, que desconoce la actividad comercial desarrollada por las mujeres como parte de una práctica ancestral. Esta violencia la enfrentan particularmente aquellas que comercializan sus productos de agricultura en pequeña escala en el centro de Temuco. Becker se ha valido de funcionarios municipales para multar a las hortaliceras y consumidores que son sorprendidos realizando transacciones comerciales. Además de que los policías decomisan sus productos y los arrojan a la basura, las mujeres deben enfrentar el hostigamiento de los operativos del Grupo de Operaciones Policiales Especiales (GOPE), quienes las han violentado física, sexual y psicológicamente. De hecho, el pasado 17 de junio las mujeres hortaliceras presentaron una querella contra carabineros por tortura, detención ilegal y abuso sexual hacia tres de ellas.[20]

Las violencias que enfrentan las hortaliceras mapuche no son aisladas. En efecto, están conectadas en el marco de un contexto social y político que las justifica. Estas violencias se potencian a raíz de la discriminación interseccional que recae sobre ellas por su condición étnico-racial, de género y clase. Por lo tanto, las violencias que enfrentan las hortaliceras son el resultado de la negación del Estado chileno a reconocer la existencia del pueblo mapuche mediante la aplicación de la violencia racista y de género, que ha perpetuado el sometimiento de las mujeres de este pueblo.

Mogeleaiñ ka wewaiñ

La posición de las mujeres mapuche las orilla a experimentar múltiples violencias. En tanto que cuerpos precarizados por el Estado,[21] sufren represión, tortura sexual y violencia. Las vivencias de las mujeres en el Wallmapu no sólo están condicionadas por su identidad mapuche, sino también por ser mujeres empobrecidas, obligadas a resistir en los márgenes del Estado. Las lamgen están inmersas en una geografía racializada que reproduce su marginalidad[22] y agudiza sus experiencias de represión. Por tanto, son insoslayables las múltiples violencias que viven debido al entronque del clasismo, el racismo y el patriarcado. Mas, lejos de ser sujetas pasivas, las mujeres mapuche logran articular sus luchas a través de la defensa de sus territorios, sus familias y sus cuerpos, enfrentando el continuo de violencias coloniales.

image4.jpg

Foto: Marcha en apoyo a los presos políticos en huelga de hambre, 29 de julio de 2020, Temuco.  Sebastián Meza.

Referencias

Alvarado, Claudio, Enrique Antileo (2019), Diarios Mapuche 1935-1966. Escrituras y pensamientos bajo el colonialismo chileno del siglo XX, Temuco de Chile, Ediciones Comunidad de Historia Mapuche.

Butler, Judith (2011), Violencia de Estado, guerra, resistencia. Por una nueva política de izquierda, Barcelona, Katz Editores.

Hernández, Aída (2019), “Racialized Geographies and the “War on Drugs”: Gender Violence, Militarization, and Criminalization of Indigenous Peoples”, en The Journal of Latin American and Caribbean Anthropology, núm. 0, vol. 0, pp- 1-18.

Foerster, Rolf, Sonia Montecinos (1988), Organizaciones, líderes y contiendas mapuches (1900-1970), Santiago de Cjile, CEM.

García, Elisa (2017), Zomo Newen. Relatos de vida de mujeres mapuche en su lucha por los derechos indígenas, Santiago de Chile, LOM Ediciones.

Lucero, María, Carola Pinchulef (2019), “Las múltiples violencias del estado chileno contra el pueblo mapuche”, en Ojarasca, La Jornada, 8 de noviembre de 2019, disponible en: https://ojarasca.jornada.com.mx/2019/11/08/contra-el-pueblo-mapuche-multiples-violencias-del-estado-chileno-3355.html

Marimán, Pablo; Sergio Caniuqueo, Rodrigo Levil y José Millalén (2006), “Glosario de términos y conceptos mapuche”, en ¡…Escucha, winka…! Santiago de Chile, LOM Ediciones.

Oyarzun, Fabian (2020), “La metáfora del “cinturón suicida” como una expresión de la reconfiguración del colonialismo chileno. Temuco, 1940-1953”, tesis para optar al grado de Licenciado en Historia por la Universidad Alberto Hurtado, Santiago de Chile.

Pinto, Jorge (2003), La formación del Estado y la nación, y el pueblo mapuche. De la inclusión a la exclusión, Santiago de Chile, Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, Dirección de Bibliotecas.

Richards, Patricia (2016), Racismo. El modelo chileno y el multiculturalismo neoliberal bajo la Concertación 1990-2010, Santiago de Chile, Pehuén.

  1. Expresión en mapuzugun que podría traducirse al español como ‘nos fortaleceremos mutuamente’.  Agradecemos a la lamngen Elizabeth Nuñez por su conocimiento entregado en la palabra Yafüluwaiñ.

  2. Usaremos la idea de movimiento mapuche para hacer referencia a la resistencia que está ejerciendo un grupo de mujeres mapuche organizadas y no organizadas, que tienen en común el experimentar diversas formas de violencia y racismo sistémico del estado en sus experiencias cotidianas, violencias que se visibilizan y denuncian a través de las manifestaciones que encabezan.

  3. Fotógrafo independiente, colaborador de medios alternativos. Correo electrónico: smezafoto@gmail.com, Instagram: @k0faboto

  4. Pinto, 2003: 206.

  5. Lucero, Pinchulef, 2019.

  6. Periodo en el que se oficializó la usurpación de tierras mapuche mediante la entrega de Títulos de Merced y la creciente muerte de los sobrevivientes a la Ocupación Militar de la Araucanía.

  7. Alvarado, Antileo, 2019: 86.

  8. Ver Foerster, Rolf, Sonia Montecinos (1988), Organizaciones, líderes y contiendas mapuches (1900-1970), CEM, Santiago de Chile.

  9. Bandera mapuche.

  10. García, 2017: 148.

  11. Contacto: f.contreras11@ufromail.com

  12. El Machi Celestino Córdova fue condenado a cumplir 18 años de cárcel por incendio con resultado de muerte, aplicándose para su caso la ley antiterrorista. En el 2018 ya había realizado una huelga de hambre que duró más de 100 días para exigir la salida a su rewe y cumplir allí su condena.

  13. Ver declaración completa en: https://www.eldesconcierto.cl/2018/02/12/luisa-marilaf-millaleo-esposa-del-machi-celestino-cordova-es-como-si-estuvieramos-toda-la-familia-encarcelada/

  14. Espacio territorial delimitado por espacios naturales tales como ríos, montes, bosques y conformados por familias emparentadas patrilinealmente. Además, poseen un origen y una descendencia común (Marimán et al., 2006: 275).

  15. Altar sagrado mapuche.

  16. Ceremonia mapuche, que en este caso se ha estado realizando para dar fuerza a los presos políticos mapuche en huelga de hambre.

  17. Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, también conocida como Convención Belém do Pará, debido a que en este lugar se llevó a cabo durante junio de 1994. Esta Convención se caracteriza por ser la primera en materia de derechos humanos que trata específicamente sobre la violencia contra las mujeres.

  18. Oyarzun, 2020.

  19. Richards, 2016: 34.

  20. Querella que patrocina la abogada Karina Riquelme Viveros y el abogado Jaime Madariaga de la Barra.

  21. Butler, 2011.

  22. Hernández, 2019.