“Y, sin embargo, se mueven”La Corrida de los Santos en los Valles Centrales de Oaxaca

Ana Laura Vázquez Martínez[1]
Candidata a doctora en el Programa en Estudios Mesoamericanos, UNAM

La Corrida de los Santos: la Virgen de la Asunción
Foto: Ana Vázquez, 2016.

La fiesta transformada

De acuerdo con la religión católica, la Semana Santa concluye con el Domingo de Pascua, cuando se escenifica un momento cumbre: el “Santo Encuentro” o “Encuentro Glorioso”. Éste consiste en una procesión solemne en la que las imágenes de Jesús de Nazaret y de la Virgen María convergen para festejar la resurrección del primero; así, culmina la agonía que los soldados romanos causaron en Cristo. En Europa, como en algunas zonas de México, se realizan solemnes procesiones en las que se representa este episodio entre imágenes de manera ordenada —es decir, en las procesiones y en las misas destaca el orden y la participación de numerosas cofradías—.

¿Qué pasa con nuestro caso de estudio? En el Distrito de Etla, en los Valles Centrales de Oaxaca, al culminar este periodo se reinterpreta el Domingo de Pascua o Domingo de Resurrección con una festividad que se llama “la Corrida —o el Encuentro— de los Santos”. Ésta se caracteriza por ser una alegre procesión en la que participa de manera activa la población, y en la que los principales actores son los santos, las vírgenes y los cristos de las 21 comunidades que conforman la cabecera.

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Mapa 1. Ubicación de la cabecera Villa de Etla.
Mapa realizado por la autora, 2021.


Las celebraciones de Cuaresma y Semana Santa, que inician entre marzo y abril, dan la bienvenida a la temporada de seca y al inicio de las peregrinaciones. Por lo anterior es importante realizar determinados rituales para augurar una buena lluvia y el cese de la deforestación del medio. Éstos además tienen una función importante en el fortalecimiento de las redes comunitarias.

En esta festividad se convocan a los santos patronos de la cabecera (congregados en cuatro zonas), de las 21 comunidades. Las poblaciones asisten con sus santos ataviados con sus mejores galas. El día de la festividad las poblaciones elaboran collares de flor de cacalosúchil para colgar sobre sus santos. Además, no puede faltar el típico baile o corrida de los santos, con su banda de música que avanza por las calles de la comunidad hasta llegar a la cabecera municipal. De ahí su nombre: la Corrida de los Santos.

La flor de cacalosúchil es elegida no sólo por su resistencia al calor, sino porque su florecimiento en condiciones de sequía invoca el agua; esto con la finalidad de lograr una buena cosecha y un exitoso ciclo agrícola para renovar la tierra. Asimismo, la recolección de esta flor refleja un equilibrio social entre las comunidades y refuerza los cargos comunitarios.

Hablar específicamente de la organización de la festividad tomaría más espacio, por lo que es suficiente con señalar que en las 21 comunidades se repite el mismo patrón. Los preparativos inician tres días antes, cuando los topiles y la policía comunitaria de los pueblos se encargan de cortar la flor de cacalosúchil. Cada comisión lleva la flor a sus comunidades para formar los collares que usarán los santos durante la festividad. En casa del topil se forman las guías o collares que se portarán al día siguiente —tanto los santos como la población—. A este ritual se le llama la “ensarta de flor”.

Otra comisión —formada por mayordomos y la madrina de ropa— cambia y viste con su mejor ropa al santo patrón durante la noche. Colocan la imagen en una anda, sujetan al santo y lo adornan con los collares de cacalosúchil. El Domingo de Resurrección, los elementos que definen la participación de cada santo patrón, y con ello el prestigio, son el toque de banda y la cantidad de collares de cacalosúchil que adornan al santo.

Es importante decir que en la festividad del Encuentro de los Santos o Corrida de los Santos los collares de cacalosúchil tienen un significado particular. Esto porque al relacionársele con el ciclo agrícola y la cuaresma, al llegar la temporada de sequía durante los meses de marzo a mayo, se suplica por lluvias benéficas. Para lograr esto, la comunidad ofrece a cambio música, comida, ropa nueva y mucha flor de cacalosúchil para que el santo esté contento y retribuya con mucha abundancia a sus comunidades.

De acuerdo con el geógrafo Roberto Ramos, debido a su época de floración a esta flor “se le vinculó a la ritualidad de muchos pueblos mesoamericanos. […] El florecer en el paso de la estación de seca a la estación de lluvia, la hizo estar presente en las ceremonias de peticiones de agua y del trabajo de la tierra” (Gómez, 2021). Aunado a ello, es de destacar la escenificación del baile y la música y lo que se invoca: lluvias, alejar la sequía y frenar la deforestación del medio.

Siguiendo con la organización de la festividad, el Domingo de Resurrección inician las peregrinaciones, que tienen una duración aproximada de entre dos y cuatro horas. Cada comunidad procede de la misma manera. Se da el toque de salida y se ven marchar las 21 procesiones al mismo tiempo: la música de banda, el santo patrón y la comunidad. El punto de reunión es el atrio del convento de Villa de Etla. Cada romería se caracteriza porque hay una “guerra de bandas”. Al llegar a la cabecera municipal anuncian su entrada con un baile o corrida con el santo alrededor del atrio, y al final colocan el santo en el templete. Hay 21 bandas de viento tocando al mismo tiempo, por lo que el ruido es ensordecedor. La mejor procesión es la que tiene la imagen mejor ataviada con cacalosúchil, el santo patrón que mejor baila con sus cargueros, la banda de música que toca más fuerte y la comunidad que eche más cohetes. Esta guerra simbólica de música, flores y baile señala al mismo tiempo la hermandad entre las comunidades, ya que sólo una vez al año salen las imágenes para verse y, dicen, para platicar.

De esta forma, la fiesta del Encuentro de los Santos además de ser un marcador de identidad local y regional es parte de un ciclo ceremonial, en el que juega un papel significativo mediante la intervención de los santos patronos y la flor de cacalosúchil.

La Corrida de los Santos: San José y La Santísima Trinidad, Villa de Etla Oaxaca.

Foto: Ana Vázquez, 2018.

La historia de la censura de una fiesta

La festividad en Villa de Etla no sólo es valiosa a nivel local y regional en términos etnográficos, lo es porque es única en su tipo y existe registro de ella en los documentos históricos. Y también existen datos sobre la incomodidad que ocasiona en las autoridades eclesiásticas y su necesidad de reformarla.

La primera referencia se halla en el archivo parroquial de la cabecera, y se trata de una carta de cordillera de mediados del siglo XVIII, en la que se narra la oportuna asistencia de los pueblos sujetos, quienes debían llegar en procesión con sus imágenes, tanto para la festividad de Corpus como para Semana Santa. Además, se les pedía adornar el convento, y a los indios cantores asistir con sus atabales y chirimías; también se les pedía no hacer tanta bulla, escándalos y bailes indecentes con las imágenes.[2]

En el Archivo del Marquesado, al revisar la documentación del siglo XVII y siglo XVIII, se descubrió que en el Obispado de Oaxaca se presentaron dos situaciones paralelas: por un lado nuevos casos de idolatrías, y por otro, entre 1750 y 1790, los curatos reportaron fuertes alzas de calor y con ello una mala cosecha en los cultivos, a lo que se sumaba una epidemia de viruela.[3] Los obispos mostraron su preocupación, fortaleciendo la estructura parroquial con el impulso de nuevos cultos locales.

Algunas comunidades como Huitzo, Etla, Nativitas y el Marquesado respondieron a esta situación paseando a sus santos por los campos, en sus caminos y sementeras. Los frailes se molestaron y pidieron a los curas en turno tener “mayor disciplina en el uso de mojigangas, bailes, festejos y danzas”. Sobre todo se debía evitar

que cualquier pueblo alguno de indios no pueda sacar imagen para otra parte aunque sea la Cabecera del Curato o Partido, ni a las Capitales de Provincia y menos a las cementeras y al campo, ni con el fin de concurrir a las procesiones o colectar limosnas o cualquier otra, sacando solo en aquellas las imágenes del mismo lugar en que se hagan, siendo regulares y no deformes ni con adornos ni con vestidos ridículos o rotos y andrajosos ni con flores pudiendo solo conducirse de otra parte con las debidas reglas y precauciones, alguna imagen de particular devoción cuando fuere preciso para alguna procesión, novenario o rogación en caso de necesidad y únicamente a distancia de una legua, se permita a los indios llevar su cruz y ciriales sin imagen alguna para asistir a procesiones sean las regulares y conformes.[4]

Los rituales siguieron y las fiestas trataron de normalizarse, y las condenas siguieron teniendo registro. Así los cultos locales se incrementaron, y con ello la fundación de santuarios y cofradías durante los siglos XVII al siglo XIX en los Valles Centrales. De ahí la importancia de devociones al Cristo del Marquesado, al Señor de las Peñas, al Cristo de Tlacolula, al Señor del Rayo, la Virgen de la Soledad, y diversos santuarios con la imagen de Juquila, entre otros.

Cuando en marzo de 2020 se declaró la pandemia por COVID-19 fueron interrumpidas las festividades y las procesiones en el estado de Oaxaca. Esto provocó un ambiente tenso, puesto que estos espacios eran fundamentales para mantener un equilibrio entre las comunidades y la naturaleza. Las comunidades etecas sufrieron las inclemencias no sólo de fuertes sequías, sino también del padecimiento del virus, por lo que consideraron necesario reactivar los rituales (fiestas patronales, procesiones, peregrinaciones a santuarios locales y regionales).

A finales de 2022 e inicios de 2023, las comunidades del Valle de Etla esperaban que hubiera las condiciones de reactivar la Corrida los Santos para invocar buenas lluvias y pedir que se sosegara el coronavirus. Sin embargo, a finales de febrero e inicios de marzo de 2023 circuló un comunicado entre todos los feligreses de las comunidades etecas: a nombre del Consejo Parroquial, se decidía suspender la festividad de Semana Santa, puesto que se consideraba que dicha festividad había perdido el verdadero valor del Domingo de Resurrección —“la alegría de tener a un Dios vivo”—, y “por ello era necesario integrar un verdadero camino de conversión y arrepentimiento, esto lo lograremos, en la medida que se retomen las actividades con verdadera fe y sobre todo con devoción” (Consejo Pastoral Parroquial, 2023). Esto implicaba una serie de reformas. En 2024 se volvió a hacer hincapié en el mismo discurso e iniciaron negociaciones para reestructurar la festividad.

Es importante decir que, a nivel parroquial, mensualmente se lleva a cabo una reunión en la cabecera. Cada comunidad está representada por un(a) agente pastoral. Ahí se discute y se toma la decisión sobre su comunidad (cargos, arreglos, horarios, etcétera). Sobre el tema de la Cuaresma, el cura de la cabecera puso a votación estas reformas e inconformidades sobre la manera como se estaba llevando a cabo la festividad de la Corrida de los Santos. Cada comunidad, a través de su agente, expresó por medio de votación si estaba o no de acuerdo en aceptar la reforma propuesta por el cura. Esta consistía de manera general en:

1) No ataviar de manera exuberante a los santos con flor de cacalosúchil.

2) No bailar con los santos (al llegar, estando fuera y al retirarse).

3) Llegar con el santo patrón de manera solemne y ordenada, ya que “correr” o bailar con los santos puede provocar accidentes, como ha pasado en años anteriores.

4) Entonar cantos evangélicos —previamente autorizados por el padre—, es decir, no tocar música tradicional.

5) No incitar competencias o concursos de bandas de música entre los poblados.

6) No interrumpir la misa con los cohetones.

7) Los feligreses deben estar presentes en la misa y no sólo las imágenes religiosas.

8) No consumir mezcal o alguna otra bebida durante la procesión.

Finalmente, esta serie de reformas provocó reacciones divididas entre las comunidades. Algunas estuvieron a favor y otras no. Ahora, pasemos a un punto que nos ayudará a entender más esta problemática.

¿Por qué resistir? El mantenimiento de los recursos

Desde tiempos prehispánicos el Valle de Etla ha sido una región rica en agua, por lo que ha enfrentado importantes problemáticas. Si bien los pueblos comunitarios se rigen por usos y costumbres, también han sufrido por la instalación en la región de refresqueras (Pepsi y Coca-Cola)[5] para la extracción del agua de manera desmedida, así como el establecimiento de mineras para la extracción de cantera. Por ejemplo, durante el gobierno de Ulises Ruiz Ortiz (2004-2010) se compraron de manera ilegal varios terrenos ejidales donde se llevó a cabo la construcción de un proyecto de viviendas GEO-Infonavit, en San Miguel Etla. Ahí se realizaron varios pozos de agua para abastecer estas casas habitación, lo cual representó una disminución de agua. Esto mismo se replicó en el mandato de Gabino Cué, con un proyecto de casas habitación en Magdalena Apasco Etla y Pueblo Nuevo.

Por otro lado, debido a que la zona de Etla es rica en cantera —Magdalena Apasco es considerada cuna de la cantera amarilla—, ha estado en la mira de varios proyectos mineros. El uso de maquinaria, el ruido y también las grandes cantidades de agua que se utilizan para trabajar esta piedra, han contribuido a la deforestación del medio y a la afectación de la flora y la fauna. La extracción de este mineral contribuye de manera irreversible a la destrucción del paisaje.

La defensa del agua, de sus tierras ejidales y sobre todo la resistencia a estos proyectos modernizadores se ha dado por medio de conservar rituales, fiestas patronales y procesiones. Estas estrategias pretenden augurar un buen temporal, buenas lluvias y el crecimiento de la flor de cacalosúchil, y que con esto puedan seguir ataviando a sus santos y así pedir que haya buenas cosechas, además de conservar y estrechar relaciones comunitarias. De ahí la importancia de la Corrida de los Santos como una festividad que unifica a las 21 comunidades de los Valles Centrales y sus santos patronos. Es decir, la censura y cancelación de esta festividad va más allá de no permitir un baile; significa la interrupción del ritual y la organización comunitaria para el equilibrio natural y la defensa de los elementos hídricos.

Bailar para resistir

Llegados a este punto, la lucha por la defensa de los recursos hídricos y la no deforestación, así como los rituales festivos, son importantes para mantener el equilibrio comunitario y social, ya que ayudan para el advenimiento del agua y con ello la renovación de la tierra. Las comunidades etecas —que se rigen por usos y costumbres— se sitúan en la lógica de la fiesta, la tradición y la creencia que da soporte al concepto de territorialidad.

De acuerdo con Gilberto Giménez (2000: 25-32), el territorio puede ser estudiado en diferentes escalas, una de ellas es la local. En este sentido, lo que nos interesa resaltar son las prácticas de la religiosidad local que se constituyen por la costumbre, el prestigio y, finalmente, la dimensión simbólica, es decir, elementos de representación lúdicos, sonoros y dancísticos, como un todo.

A pesar de la circular de 2023, que se volvió a ratificar un año después, las comunidades, en cada una de sus agencias, votaron de la siguiente manera: de las 21 comunidades que integran la Cabecera de Villa de Etla, sólo seis decidieron asumir la circular y quince invalidaron el decreto parroquial e hicieron la festividad en sus comunidades.[6] En la comunidad de San Agustín Etla se ofreció un espacio al que asistieron 11 comunidades y barrios, donde realizaron el baile de los santos, un rosario y una comida, siendo San Agustín el anfitrión de la fiesta (La Calavera Muertera, 2024).

Fotografía tomada del video La Corrida de los Santos, San Agustín Etla, marzo 2024.
Facebook: La Calavera Muertera.


Para terminar, es importante decir que existen opiniones encontradas sobre la situación, ya que las comunidades defienden la importancia de respetar los usos y costumbres en que se basa su organización, donde las festividades juegan un papel importante. La Corrida de los Santos, como se ha explicado a lo largo del texto, implica la teatralización del baile, la música y la agencia de las imágenes, donde se ponen en juego los elementos de prestigio, visualidad y organización comunitaria con el fin de lograr un equilibrio entre la comunidad y la naturaleza. Así, a pesar de la reforma eclesiástica que está vigente, muchas de las poblaciones decidieron moverse, es decir, bailar para resistir.

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La Corrida de los Santos: la Virgen de la Asunción
Fotografía de Ana Vázquez, 2016.

Bibliografía

La Calavera Muertera
2024 “Domingo de resurrección en San Agustín ETLA”, 31 de marzo. https://www.facebook.com/lacalaveramuertera/videos/333989149686806/.

Consejo Pastoral Parroquial
2023 Comunicado Parroquia de San Pedro y San Pablo, Etla, Oaxaca, 5 de marzo.

Etla en línea Oficial
2024 “Encuentro de Resurrección SI se realizara en este 2024[…]”, 26 de marzo, https://www.facebook.com/photo/?fbid=947634704033566&set=a.503657388431302.

Giménez, Gilberto
2000 “Territorio, cultura e identidades. La región socio-cultural”, en Rocío Rosales (coord.), Globalización y regiones en México, México, D. F., UNAM / Miguel Ángel Porrúa, pp. 19-35.

Gómez, Karla
2021 “Flor de mayo, relacionada a la ritualidad”, Diario de Chiapas, 18 de mayo, https://diariodechiapas.com/a-and-s/flor-de-mayo-relacionada-a-la-ritualidad/.

Vázquez Martínez, Ana Laura
2019 “Domingo de Resurrección en Villa de Etla”, en Ramiro Gómez Arzápalo (coord.), Religiosidad Popular en la Semana Santa, Ciudad de México, UIC, pp. 55-92.

ZonaDocs
2021 “México: un país con sed, donde sobra el agua para la industria de las bebidas chatarra”, 1 de febrero, https://www.zonadocs.mx/2021/02/01/mexico-un-pais-con-sed-donde-sobra-el-agua-para-la-industria-de-las-bebidas-chatarra/.

Archivos

Archivo Histórico Parroquial de Santa María del Marquesado, Oaxaca (AHPSMM)

Archivo Parroquial de San Pedro y San Pablo, Villa de Etla, Oaxaca (APPPE)


  1. lauravazquezmartinez@hotmail.com

  2. Archivo Parroquial de San Pedro y San Pablo, Villa de Etla, Oaxaca (APPPE), “Libro 1 de Cordilleras de 1776 a 1804”, foja 83; Libro núm. 3, Providencias Diocesanas: 24 de julio de 1953. San Pedro Etla, Oaxaca, Párroco Manuel J. Sevita.

  3. Archivo Histórico Parroquial de Santa María del Marquesado, Oaxaca (AHPSMM), Libro de Cordilleras 1, 1759, fs. 80-83.

  4. AHPSMM, Libro de Cordilleras 1, f. 147

  5. Al respecto se invita a ver la página ZonaDocs. Periodismo en Resistencia (2021). Ahí, se refiere un estudio reciente sobre los litros de agua que ocupa la industria de las bebidas chatarra en México: alrededor de 133 mil millones de litros de agua.

  6. Etla en línea Oficial (26 de marzo de 2024). “Encuentro de Resurrección SI se realizara en este 2024 […]”. Facebook. https://www.facebook.com/photo/?fbid=947634704033566&set=a.503657388431302.