Comité Académico del VII Congreso de ERIP [1]
A finales de octubre de 2022, se llevó a cabo en México la Séptima Conferencia Bianual de la Sección de Etnicidad, Raza y Pueblos Indígenas (ERIP, por sus siglas en inglés) de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (también por sus siglas en inglés, LASA). Se trata sin duda de una de las conferencias académicas más importantes en temas relacionados con afrodescendientes y pueblos indígenas en América Latina. El encuentro fue organizado por el Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Stanford en Estados Unidos, el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), la Revista de Latin American and Caribbean Ethnic Studies (LACES) y el liderazgo de ERIP, a cargo de Mirna Carranza y Elaine Rocha.
ERIP desde que se fundó como una de las Secciones Temáticas de LASA se ha venido reuniendo regularmente por casi dos décadas. Se trata de un proyecto intelectual y activista que se impulsó con el liderazgo decisivo de Nancy Postero y León Zamosc, en la Universidad de California en San Diego. Se buscaba facilitar el intercambio entre los estudiosos y los activistas de la “etnicidad” en América Latina, con una participación importante de intelectuales, organizaciones indígenas y afrodescendientes. Se consideraba urgente crear dentro de la academia un espacio de diálogo de saberes, luego de siglos de negación y supresión, no sólo en las sociedades de Latinoamérica y el Caribe, sino aún en los espacios académicos. El propósito era impulsar la discusión de temas como el racismo, la discriminación, la identidad indígena, las diásporas afrodescendientes, la multiculturalidad y la plurinacionalidad, entre otros. Cuando el comité organizador de esta VII Conferencia empezó a trabajar, al inicio de la pandemia de COVID19, no imaginábamos el viaje que nos esperaba.
Esta es la tercera vez que la reunión se realiza en territorio mexicano y por primera vez en la Ciudad de México. Anteriormente se hicieron encuentros en Oaxaca en 2009 (con sede en el Instituto de Investigaciones Sociológicas de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca) y en Morelia en 2017 (Universidad Michoacana San Nicolás de Hidalgo). Otras ediciones se han realizado en Estados Unidos (en las Universidades Virginia Commonwealth, Gonzaga, y la de California en San Diego). Lo novedoso de esta séptima edición es que se conjuntaron los esfuerzos de dos instituciones académicas, en el Norte y en el Sur global. Es la primera vez que se tiene además un conversatorio virtual de tres días, que se realizó el año anterior en plena pandemia, del 8 al 10 de septiembre de 2021, y que preparó los debates que se desarrollarían un año después de manera presencial. Para concretar el encuentro en la Ciudad de México contamos con alianzas fundamentales que abarcan desde activistas sociales, colectivos artísticos, académicas comprometidas, hasta apoyos institucionales, que con su tequio nos permitieron una participación plural en todos los sentidos de la palabra.[2]
El tema del encuentro fue decidido por nuestro comité ejecutivo, conformado por Mirna Carranza y Elaine Rocha de ERIP, Rosalva Aida Hernández Castillo, Lina Rosa Berrio Palomo y Emiliana Cruz de CIESAS; y Sara Clemente Vásquez, Elizabeth Saenz Ackermann y Alberto Diaz Cayeros de Stanford. Decidimos que el tema más urgente en nuestra región de las Américas era El poder del discurso vs. el discurso del poder en los derechos indígenas y afrodescendientes. El tema fue abordado por Valter Silverio de Brasil, Gladys Tzul Tuzla de Guatemala y Elisa Loncón de Chile – conferencistas magistrales del evento- quienes nos permitieron entender diferentes vetas y ángulos, las posibilidades liberadoras del discurso como sus trampas confinantes y represivas tanto en el ejercicio de los poderosos como de los subalternos. Nuestro comité académico conformado por una docena de profesoras y estudiosos dispersos por todo el hemisferio, nos permitió seleccionar las ponencias y los paneles del programa. Y el apoyo decisivo de la Fundación Tinker hizo posible otorgar becas de participación para la asistencia desde todos los rincones de América Latina y el Caribe.
En el marco de las festividades del Día de Muertos, pudimos discutir tanto sobre las necro-políticas que acechan los territorios indígenas y afros, como en las estrategias de resistencia que se han venido desarrollando en defensa de la vida, en su sentido amplio. Para honrar la memoria de los colegas y compañeros de lucha que murieron durante la pandemia (algunos de ellos afectados por el COVID19), montamos un hermoso altar de muertos apoyados por la antropóloga Marcia Trejo, originaria de la comunidad indígena de Ocotepec, Morelos. El Altar daba la bienvenida a los asistentes, a la entrada de la Casa de la Universidad de California en la Ciudad de México, a la vez que hacía presente en el encuentro, la inspiración que nos dejaron quienes partieron en 2021 y 2022.
Foto: Ana Milena Horta
El contenido de este número del Ichan reúne algunas crónicas y textos que dan cuenta de la riqueza de las discusiones que tuvieron lugar durante los tres días que duró el congreso (del 28 al 30 de octubre de 2022). En ese periodo 226 personas más tres panelistas virtuales y 71 personas que participaron como oyentes, se hicieron presentes en los 54 paneles. Brasil, Estados Unidos, Canadá, México, Guatemala, Bolivia, Chile, Argentina, Cuba, Trinidad y Tobago, Colombia, Ecuador; Alemania, España y Perú, fueron algunos de los países representados en este espacio. Tratamos de incluir en esta edición, las perspectivas de distintas generaciones de académicos y académicas, así como experiencias de diversas regiones geográficas de las Américas.
El texto que abre este número especial del Ichan es una reflexión escrita por Alberto Diaz Cayeros, de la Universidad de Stanford y leída en la inauguración del evento, sobre el territorio específico donde se llevó a cabo nuestra reunión. A modo de lo que en los Estados Unidos se conoce como un land acknowledgement, en que se reconoce que las instituciones de educación superior se fundaron sobre terrenos y espacios soberanos, que nunca se cedieron, de naciones nativo americanas; el texto hace un recuento de los pueblos originarios y los espacios indígenas de Chimalistac San Ángel, lugar donde fuimos acogidos y compartimos palabra.
Valter Silverio, uno de los tres panelistas magistrales, ofrece un texto que abre nuestro número especial con una reflexión de muchas aristas sobre la redefinición del lugar de África en Brasil y en particular, la manera como los procesos educativos pueden repensar las perspectivas eurocéntricas y la manera de enseñar historia nacional, además de los importantes procesos de movilidad educativa y acción afirmativa en la educación superior brasileña. Su texto advierte sobre los riesgos, que no obstante la buena noticia del resultado de las elecciones que se llevaron a cabo el mismo fin de semana que ERIP, siguen estando presentes no sólo en Brasil sino en todos los países del hemisferio.
Otra de nuestras conferencistas magistrales, Gladys Tzul Tzul, impartió la conferencia intitulada “Archipiélago y Expansión: Algunas dinámicas para comprender la política comunal”, que compartimos en este dossier. En este texto, la autora desarrolla sus reflexiones sobre la política comunal, tema al que ha dedicado una parte importante de su producción académica. Se argumenta que la capacidad de expansión, fuerza y efectividad comunal de los gobiernos indígenas ha sido central en sus estrategias de resistencia a la violencia y el despojo del proyecto colonial. Para ejemplificar estas estrategias, se toman tres claves, que son a la vez ventanas etnográficas: el trabajo, la tierra y la justicia.
Elaine Rocha y sus co-autoras ofrecen más luz sobre el proceso de inclusión de minorías en las universidades brasileñas, narrando el proceso legislativo y aportando ejemplos concretos en instituciones de educación superior donde se observan esfuerzos notables en pro de la inclusión y la diversidad. A pesar de que Brasil está a la vanguardia en las reformas institucionales que mejoran el acceso a las oportunidades educativas a los afrodescendientes, el texto también resalta que otros países latinoamericanos han avanzado relativamente más en la inclusión de los pueblos indígenas. No obstante la experiencia brasileña es probablemente una brújula y un ejemplo que debe ser emulado en buena parte del continente.
ERIP se ha convertido en una conferencia no sólo liderada y compuesta por un gran número de mujeres, sino en donde los temas principales de las agendas de género intersectan con la diversidad étnica, racial y cultural. Aída Hernández Castillo nos comparte el trabajo que se viene realizando para acompañar experiencias de organización y activismo social de mujeres en contextos de violencia. Nos reporta sobre el trabajo de una colectiva integrada por académicas-activistas y/o activistas-académicas de Canadá, Estados Unidos, México y Guatemala. El panel muestra la sororidad que es posible en un trabajo socialmente comprometido, sin por ello sacrificar el rigor académico y los estándares disciplinarios.
La música estuvo presente de manera muy prominente en el encuentro ERIP. Diana Flores y sus coautores nos narran cómo creadores y creadoras originarios reivindican sus lenguas y culturas a través de la música. Su voces originarias en Macehualtlatolli (náhuatl), Ayuuk (mixe), y Maya t’aan (maya yucateco) crearon un diálogo armónico en la diversidad de instrumentos y géneros musicales y nos ofrecen un compendio de referencias electrónicas para escuchar y disfrutar algunas de las creaciones musicales vivas del momento.
También y con relación a las creaciones culturales de los pueblos indígenas, Eréndira Martínez nos comparte una crónica del panel intitulado “Narrativas y resistencias de cineastas indígenas”, en el cual se narra lo ocurrido durante el ciclo de cine y el conversatorio, en el cual estuvieron representados los pueblos xi’ui, yoreme, mixteco, purépecha y o’dam. En él se habla sobre la importancia de la apropiación de espacios por parte de las cineastas de pueblos indígenas, así como del valor de ver, escuchar y aprender de otras historias, de otras formas de narrar y mostrar el mundo, su mundo, otras posibilidades de vida. Siempre desde la dignidad, la abundancia, la alegría y el amor.
Continuando con la producción artística y literaria de los pueblos originarios, la crónica colectiva de Ateri Miyawatl, Luz María Lepe, Monserrat Acuña, Selene Hernández, Rita M. Palacios, Melissa D. Birkhofer, Paul M. Worley, Tiffany D. Creegan Miller y Adam W. Coon, intitulada “Para la defensa territorial e intertextual en Abiayala” nos comparte las reflexiones que los autores presentaron en dos mesas sobre los estudios literarios y culturales en las regiones mayas, binnizá y nahua. Los participantes, entre quienes había activistas de los pueblos originarios, lingüistas, y estudiantes doctorales, abordaron experiencias de resistencia en la defensa territorial e intertextual en Abiayala. Nos argumentan que el colonialismo que empezó hace 500 años, la formación de fronteras modernas de los Estados-nación y la política neoliberal extractivista han violado los derechos territoriales de los pueblos originarios. Sus comunidades fueron desplazadas, haciendo que la resistencia cultural sea cada vez más urgente. Mientras tanto, las empresas capitalistas siguen amenazando a los ecosistemas y sus defensores, contribuyendo a su destrucción. Los autores argumentan que al emplear estrategias descoloniales, dichos pueblos fortalecen sus tradiciones culturales, políticas, ecológicas y lingüísticas en sus tierras ancestrales y la diáspora.
Por su parte la escritora y activista nahua Ateri Miyawatl nos comparte su ponencia intitulada “Historia de vida, gestión cultural y territorio desde Acatlan Guerrero” algunas reflexiones que ha ido reuniendo a lo largo de nueve años en torno a la figura del gestor cultural y las implicaciones de su quehacer en la defensa del territorio y la agitación de la identidad colectiva. Desde una perspectiva personal aborda las experiencias comunitarias que influyeron en su quehacer como gestora cultural y hacedora de libros en lenguas no hegemónicas. La autora reflexiona también sobre dos experiencias en la comunidad nahua de Acatlán Guerrero que permitieron la creación de un espacio artístico que desde los últimos nueve años colabora con el desarrollo de múltiples expresiones creativas que contribuyen a la reconfiguración de las narrativas comunes.
La crónica colectiva sobre el panel intitulado “Producción intelectual de mujeres indígenas: teorías que se examinan con las luchas” en el que participaron Alicia Lemus, Carmen Cariño, Gladys Tzul, da cuenta de un diálogo entre tres mujeres de distintos grupos étnicos, purépecha, mixteca, k’iche’ y chatina. Las autoras comparten sus experiencias sobre los dos roles que tienen como mujeres indígenas académicas que hacen investigación en sus propias comunidades. Así como sus experiencias tratando de entender los retos de escritura al preguntar ¿por qué y para quién escriben? Sobre todo porque se mueven en dos mundos tradicionalmente aislados: el académico y el comunitario.
Continuando con la diversidad de tópicos abordados en el congreso, se incorpora un artículo de Lina Rosa Berrio que comparte las discusiones desarrolladas en dos paneles realizados sobre el tema. El primero, centrado en el papel de las parteras tradicionales en las prácticas contemporáneas de atención obstétrica; tema profundizado en el texto de Yaredh Marín en este mismo número. El otro panel sobre salud afrodescendiente, ofrece una revisión de las desigualdades enfrentadas por las poblaciones negras/ afrodescendientes, en ámbitos tan diversos como la salud mental, los procesos reproductivos, la salud prenatal, la partería o los rituales de protección. Las integrantes de esta mesa realizan un análisis de las condiciones estructurales y las prácticas específicas que emergen de los discursos médicos oficiales en México y Brasil, así como de “las apuestas vitales por la salud” realizadas cotidianamente por las mujeres indígenas y afrodescendientes.
Los trabajos de estudiantes doctorales estuvieron bien representados en los paneles y la sesión de posters. Sarai Piña Alcántara de CIESAS y Jessica Sánchez Flores de UT Austin, ofrecen algo así como una guía y una reflexión de cómo utilizar el medio de los posters, con su economía de imágenes y textos, para presentar la investigación antropológica de meses o años, en manera breve, clara y concisa. Luego de revisar algunas de las contribuciones que fueron presentadas en nuestra galería de posters, hacen un llamado a que se socialice de manera más amplia el trabajo académico sin perder el toque personal y la experiencia vivida.
El trabajo de Sara Thompson, estudiante doctoral de la Universidad de Stanford, contrasta la diversidad de enfoques para estudiar la autonomía indígena, apuntando a una estrategia de investigación de métodos mixtos, utilizando trabajo de campo antropológico acompañado de métodos estadísticos y cuantitativos. Se estudia la manera cómo las comunidades regidas por los sistemas normativos internos o de usos y costumbres en Oaxaca, México, han logrado alejarse del Estado, pues esta es la mejor manera de protegerse de los riesgos del crimen organizado y el narcotráfico.
Fernando Vargas Olvera, estudiante doctoral de CIESAS ofrece una visión a ras de tierra de los procesos de autonomía sucediendo en un sitio quizás inesperado, la Ciudad de México. La experiencia del Estatuto del Concejo de Gobierno Comunitario de San Andrés Totoltepec, Tlalpan, demuestra que las experiencias de reivindicación autonómica y el derecho indígena o propio no se circunscriben a lugares remotos y apartados de la capital de la República. Se resaltan procesos de evaluación y diálogo y la promesa de la cartografía comunitaria en un espíritu de apertura y con visión de futuro.
Yaredh Martin Vazquez, estudiante doctoral del Colegio de Michoacán, se desplaza a la frontera, específicamente a Tijuana, explorando los dilemas de la salud reproductiva de mujeres en condiciones de precariedad migratoria, residencial y de otros tipos, que recurren a servicios de partería para su cuidado. Documenta la posibilidad de un modelo de atención de salud pública basado en una relación de confianza y apoyo emocional que no puede resumirse de otra manera que con la frase “cuidado de la vida”.
Por su parte Giovanna de Carli, estudiante doctoral de Estudos Étnicos e Africanos (PÓS-AFRO/CEAO) en la Universidade Federal da Bahia (UFBA), nos trae desde Brasil reflexiones sobre los procesos de racismo obstétrico en el contexto de los cuidados reproductivos. A partir de su trabajo de investigación con mujeres gestantes y con personal de salud, que acuden en busca de atención en una maternidad pública de la ciudad, muestra las inequidades raciales existentes en Brasil y sus intersecciones con la calidad diferenciada de la atención recibida.
Este número del Ichan es apenas una muestra de la diversidad de temas abordados, de la riqueza de países, instituciones y espacios académicos dentro del congreso. Fue una oportunidad para acceder a la producción cinematográfica indígena, para honrar los ancestros y ancestras que nos antecedieron a través de la ofrenda de muertos colocada, de escuchar y leer los resultados de investigaciones de estudiantes y colegas, así como disfrutar la riqueza de la producción musical y artística que tuvo lugar en el recinto.
El congreso de ERIP que nos permitió encontrarnos presencialmente después de la pandemia, no sólo habilitó espacios de diálogo y escucha cara a cara; permitió juntar personas de más de 15 países de América Latina a compartir ideas, risas, alimentos, preocupaciones, reencuentros. Constituyó también una oportunidad de estrechar los lazos de colaboración interregionales, así como fortalecer la vinculación internacional del CIESAS, la Universidad de Stanford y la sección ERIP de LASA. Abrimos así este año 2023, con la esperanza de que estas preocupaciones temáticas y las alianzas construidas, sigan profundizándose en el futuro, al igual que los intercambios e iniciativas académicas allí generadas.
Comité Ejecutivo del Congreso
[1] Lina Rosa Berrio (CIESAS Pacífico Sur), Mirna Carranza (ERIP), Sara Clemente (CLAS-Stanford), Emiliana Cruz (CIESAS Ciudad de México), Alberto Díaz Cayeros (CLAS-Stanford), Aída Hernández Castillo (CIESAS Ciudad de México), Elaine Rocha (ERIP) y Elizabeth Sáenz (CLAS-Stanford).
[2] Plural tiene la misma raíz indoeuropea que da origen al término plus (que significa llenar o una magnitud), del cual surge también el griego polis – un espacio numeroso de los muchos.