Un estudio comparativo de Potencias del Sur Global: México y Sudáfrica.
CIESAS en la investigación colaborativa transnacional

Humberto González[1]
CIESAS Occidente
Deon Geldenhuys
Universidad de Johannesburgo

Ilustración: Ichan Tecolotl.

Presentación

El CIESAS no es ajeno al análisis comparativo de países y regiones situados en distintas regiones continentales de la geografía mundial. En 2019 apareció el libro Global South Powers in Transition. A Comparative Analysis of Mexico and South Africa por la editorial Peter Lang, de Bruselas.[2] En 2021 este mismo libro lo publicó el CIESAS en español, en la colección de la Casa Chata. A todas luces pareció extraño que la institución publicara un libro sobre un país del África, sin contar con un centro de estudios especializado en este continente, como es el caso de la Universidad Nacional Autónoma de México y de El Colegio de México. Este trabajo de investigación, sin embargo, habrá que situarlo en el interés del CIESAS por los estudios históricos, transculturales y comparativos de países y de regiones del mundo, donde se amalgaman la investigación antropológica, política, etnohistórica, lingüística y de ecología cultural.

La idea de comparar México y Sudáfrica, que dio lugar a este volumen publicado en dos idiomas, se originó en dos conferencias organizadas por el Consorcio para la Investigación Comparativa sobre la Integración Regional y la Cohesión Social – Elevación Social (RISC-RISE), que desde su creación en 2007 ha convocado a investigadores de diversas disciplinas y países del mundo a sus reuniones académicas. Durante estas conferencias un politólogo sudafricano y un antropólogo mexicano descubrieron que sus respectivas sociedades no solo tenían profundas diferencias, sino también similitudes sorprendentes. De ahí surgió la idea de colaborar en un estudio conjunto sobre México y Sudáfrica en un momento de transición global y nacional. Los autores reconocieron que, en el actual proceso histórico de transición global y nacional, tanto México como Sudáfrica estaban experimentando cambios significativos en varios aspectos de sus sociedades que había que estudiar comparativamente. Estos cambios podían ser resultado de transformaciones económicas, políticas, sociales y culturales, así como de las influencias de la globalización y la interdependencia entre naciones.

Los dos países han estado distantes desde sus orígenes y a simple vista parecen tener más diferencias que similitudes; además son países que tienen una reducida relación económica y cultural bilateral. Los dos países, sin embargo, son economías emergentes con un papel cada vez más sobresaliente a nivel continental y mundial, y han desarrollado, al igual que otras economías emergentes, una política de apertura y de crecimiento económico y una de alternancia política que las ha transformado internamente y en sus relaciones con otros países de su continente y del mundo. No obstante ser economías emergentes y jugar un rol destacado en el continente y en el mundo, los dos países mantienen tasas altas de pobreza y de marginación social y una creciente situación de inseguridad y de violencia que polarizan económica y políticamente a su población y afectan las reglas de convivencia social. Finalmente, los dos países se caracterizan por tener una gran diversidad cultural y lingüística, pero también marcadas ideologías y actitudes de discriminación, que los determinan en sus procesos internos y externos.

La propuesta de estudiar dos países emergentes distantes y diferentes sobre los que no había ningún estudio comparativo anterior fue atractiva porque se propuso replantear las teorías sobre globalización más allá de las perspectivas teóricas que homogeneizan a las sociedades del “Sur”. También, porque se buscaba traspasar las fronteras disciplinarias en las ciencias sociales e incorporar los aportes de la ecología, y, finalmente, porque en este esfuerzo se propuso ampliar el intercambio académico con investigadores de otro continente en un proyecto común que facilitara la cooperación entre instituciones de los dos países. Este planteamiento convenció a 23 investigadores de los dos países para participar en esta aventura académica y de paso hacer un poco de turismo académico. El desafío, sin embargo, era mayúsculo, debido a que, por una parte, el conocimiento de investigadores mexicanos sobre Sudáfrica era muy reducido e igual sucedía con los colegas de Sudáfrica que conocían muy poco de México y de Latinoamérica. Por otra parte, un estudio comparativo de México y Sudáfrica demandaba una comunicación eficiente, un trabajo colaborativo y un esfuerzo teórico grande para comprender la complejidad de cada país y de sus relaciones internacionales, a partir de formular preguntas que a la postre permitieron reflexionar el porqué de sus similitudes y diferencias. Este esfuerzo analítico posibilitó explorar hipótesis explicativas sobre los procesos internos y la globalización, y repensar las agendas públicas y privadas de cada país.

El término “transición” se propuso como una categoría descriptiva y sirvió de plataforma para una reflexión más profunda de cómo las dos naciones habían enfrentado desafíos similares o diferentes y cómo sus respuestas a esos desafíos estaban dando forma a sus trayectorias de desarrollo. Desde esta mira, se podría arrojar luz sobre cómo sociedades emergentes en otros continentes estaban interactuando con las fuerzas globales y cuáles eran las claves para lograr un desarrollo sostenible y equitativo en un mundo cada vez más interconectado. Desde el principio fue claro para los académicos de los dos países, que trabajamos durante tres años, que la colaboración podría enriquecer las investigaciones que cada uno tenía en curso sobre su propio país, y podría enriquecer las perspectivas y los enfoques teóricos y metodológicos que seguía. Definitivamente, fuimos afortunados al contar con un grupo de colaboradores de primera línea en ambos países. Varios son investigadores reconocidos, con un gran número de publicaciones; otros son académicos de reciente cuño que están construyendo una reputación tanto en el ámbito nacional como en el internacional.

Estrategia metodológica

En lugar de imponer un marco teórico general para comparar los procesos de transición en México y Sudáfrica, los editores propusimos una metodología colaborativa trasnacional (MCT) basada en una perspectiva transdisciplinaria y en un diálogo intercultural. La MCT nos permitió recuperar el asombro compartido ante lo desconocido y fomentar una comunicación abierta para reducir distancias disciplinarias y culturales. En este esfuerzo se invocó la tradición antropológica de “comprender al otro“ sumada a la autocrítica de concepciones propias y juicios de valor. Dos principios importantes surgieron durante el estudio comparativo de la transición en México y Sudáfrica: la necesidad de contextualizar los hallazgos en términos históricos y territoriales, y de analizarlos de manera relacional. Esta metodología nos sacó de nuestra zona de confort, permitiendo una comprensión más profunda a través de diálogos reales y preguntas sin respuestas definitivas. En este diálogo establecimos contenidos, indicadores y periodos de tiempo relevantes para cada país, e incluso para cada temática de estudio. Los temas seleccionados para abordar la transición y que a la postre se convirtieron capítulos del libro fueron: diversidad sociocultural; nación y ciudadanía; transición demográfica; organización y dinámica laboral; pobreza y desigualdad; vulnerabilidad agrícola y alimentaria; minería, estado y sociedad; violencia y justicia penal; y relaciones internacionales y política exterior.

La MTC permitió recrear en nuestro imaginario una latitud geográfica y social del Sur Global para comprender la diversidad histórica y sociocultural de ambos países. Se logró un estudio comparativo de las propiedades físicas, biológicas y sociales de estas naciones, destacando tanto los logros como los desafíos que enfrentan. Nos permitió, además, explicar la diversidad desde la agencia de actores sociales e institucionales en ambos países, dejando de lado los estereotipos nacionales y promoviendo un diálogo transdisciplinario que permitió una comprensión más profunda y completa de las similitudes y diferencias entre las sociedades de México y Sudáfrica.

Derroteros

Consideramos que nuestro aporte confirma las posibilidades heurísticas y explicativas que ofrece la investigación comparativa, multidisciplinaria, transcultural y colaborativa entre países. La riqueza de esta propuesta de investigación es que debe considerar al mismo tiempo la diversidad y la homogeneidad, y las sincronías y disonancias, y renunciar a la simplicidad que ofrecen los modelos de equilibrio, de crecimiento, competitividad y de racionalidad. Hay un camino por andar.

Esta experiencia de diálogo colaborativo transnacional desde el Sur, que se difundió en las dos lenguas, es un llamado a una reflexión de los gobiernos de los países del Sur y de organizaciones e instituciones civiles para tomar conciencia de que las utopías de bienestar en el Sur están enraizadas en sus historias particulares, en sus múltiples tradiciones culturales y en su mega diversidad. No se encuentran en seguir el espejismo de las historias de los países del Norte, que en el Sur han provocado desigualdad, violencia social generalizada y un deterioro y degradación de los recursos naturales que deben disfrutar las generaciones futuras. El estudio de la transición histórica de México y Sudáfrica nos muestra que las iniciativas que reconocen la diversidad, que persiguen una acción afirmativa para los sectores desfavorecidos, que son incluyentes y que se fundan en la tolerancia y la concordia tienen un potencial de transformación hacia sociedades más con-vivenciales, que permiten desarrollar de manera generalizada la creatividad, el potencial, la participación y el bienestar de todos los sectores sociales.


  1. Correo: hgc@ciesas.edu.mx

  2. En este escrito hemos incorporado algunos párrafos de la introducción de este libro.(https://www.librosciesas.com/producto/potencias-del-sur-global-en-transicion/)

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