Tecnopolítica: una estrategia aliada del activismo feminista

Ivonne Haydeé Posada Cano
Doctorante en la Universidad del País Vasco UPV/EHU
Docente en Instituto de Estudios Superiores en Artes Escénicas de Oaxaca
ivonneposada797@gmail.com

Imagen tomada de la página oficial www.facebook.com/LuchadorasMX

En este escrito se comentará acerca del trabajo estratégico de algunas colectivas feministas que están tomando su lugar en la red para promulgar su lucha social, se aludirá a la colectiva “Luchadoras” y diferentes ofertas temáticas en redes sociales como un ejemplo de tecnopolítica.

El poder que tiene internet ha revolucionado un espectro inmenso de condiciones sociales; una de ellas es la libertad de expresión, no en vano el poder hegemónico busca fervientemente apoderarse por completo de la red de redes. Los movimientos sociales han encontrado aliados en la tecnología ‒internet y las redes sociales específicamente‒ que les han permitido diseñar mensajes directos, contundentes y sin filtros desde la tecnopolítica.

Según Toret tecnopolítica es “el uso táctico y estratégico de las herramientas digitales para la organización, la comunicación y la acción colectiva” (Toret: 2015: 35)

Además del uso de las herramientas digitales, la tecnopolítica representa y simboliza para los movimientos sociales una posibilidad de mantenerse al margen del sistema, según Castells:

la existencia de procesos de resistencia al poder cuenta con valores, intereses y proyectos por fuera de las redes hegemónicas; y la posibilidad de producir mensajes autónomos es clave pues “los ciudadanos de la era de la información pueden inventar nuevos programas para sus vidas […] subvierten la práctica habitual de comunicación ocupando el medio y creando el mensaje (Castells: 2012 p. 26).

Es claro que, para los movimientos feministas en red, hoy en día ocupar el medio y crear un mensaje propio implica una subversión esencial que marca una perspectiva directa:

este hecho vislumbra que el contrapoder es un “intento deliberado de cambiar las relaciones de poder” que “se activa mediante la reprogramación de redes en torno a intereses y valores alternativos o mediante la interrupción de las conexiones dominantes y la conexión de redes de resistencia y cambio social. (íbid.)

Las nuevas generaciones interconectadas entienden que el activismo encuentra en la tecnopolítica, un concepto nuevo de comunicación que está vinculado a la creación y oferta de políticas sociales con sesgos de todo tipo, que dan un lugar preponderante al uso de la tecnología y la web como un espacio de poder: “La red de redes es, un espacio informal de articulación de espacios de encuentro, de reconocimiento y conciencia en común en la formación de proyectos colectivos” (Sierra: 2018: 985).

Para Gutiérrez-Rubí:

Internet y las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) han supuesto un cambio de paradigma, también en la comunicación política. Entender esta realidad es el primer paso. Saber aprovecharla, el paso decisivo. Una de las claves de por qué la tecnopolítica puede ser un factor de renovación política extraordinaria no radica sólo en la potencia tecnológica para hacer posible y más fácil la participación y la deliberación a gran escala, sino por la capacidad de reconvertir a los militantes, simpatizantes o votantes en activistas. La tecnopolítica puede cambiar las ecuaciones. Voces que son redes, palabras que son hilos, personas que son comunidades. (Gutiérrez: 2014: 14)

Los autores coinciden entre sí acerca de que la tecnopolítica es un puente entre la ciudadanía interconectada y el empoderamiento, es una oportunidad de tejer comunidades, de intercambio solidario y político. Para los feminismos ha sido y es, una oportunidad de vivenciar la emancipación y la autonomía estos conceptos simbólicos por los que las mujeres feministas siguen pugnando:

Los feminismos populares nacen como producto de la feminización de la pobreza contra las políticas neoliberales, produciendo un fenómeno nuevo: la feminización de la resistencia. Son una expresión política que crece enfrentándose al neoliberalismo y demandando reivindicaciones al Estado e, inseparablemente, buscando transformar los propios espacios mixtos de participación política (García: 2018: 116).

Para los movimientos sociales en red la tecnopolítica es una estrategia que, en el caso del movimiento feminista, significa una muestra de gran relevancia, porque aporta la determinante y notoria presencia de la voz femenina pugnando por sus derechos, denunciando, creando redes de emprendimiento con mayor libertad y eficacia; la red aporta un nuevo significado a la idea de espacio público para las mujeres:

es un nuevo actor político dinámico, unitario, potente, con llegada a los medios y (de) enorme presencia en las redes sociales, capaz de interpelar a amplios sectores de la sociedad y elevar los pisos de politización a través de la instalación de debates como el machismo, el derecho al aborto, el deseo y la sexualidad, las políticas públicas, etc. (García: 2018: 117)

Para el caso de México, la ley Olimpia es un ejemplo interesante, para la atención de este tipo de violencia, mayormente en contra de las mujeres, pues esta ley implica ser una iniciativa en reformas legislativas donde se incluye a la Violencia Digital como un delito, dicha violencia implica la difusión, reproducción, exhibición, comercialización, intercambio de contenido sexual a través de los medios digitales, sin consentimiento de las personas involucradas; lo cual puede dar lugar a políticas públicas que incidan en la prevención de este tipo de violencia.

Las comunicaciones operan en la lógica de composición y potencialidad combinatoria que, en la cultura digital, amplían el margen de autonomía y acción de los sujetos por las posibilidades de los medios disponibles de expresión y el interfaz de nuevas ecologías culturales adaptadas a la creatividad y autonomía de los nuevos sujetos políticos (Sierra: 2018: 985)

Es relevante mencionar a estas nuevas generaciones politizadas que tienen un sesgo feminista y siguen la lucha desde diversas propuestas creativas de combate a la violencia en contra de las mujeres, del autocuidado, de la denuncia y la convocatoria a la acción política dentro y fuera de internet, con los impulsos de libertad y las herramientas tecnológicas de su lado.

Por una internet segura y feminista

La colectiva Luchadoras fundada por Lulú V Barrera[1] manifiesta que los feminismos demandan un cambio real, pues estas luchas se nutren de la fuerza colectiva y el trabajo incansable de mujeres que ofertan prácticas organizativas, intercambio de saberes, entre muchos otros. (Luchadoras: s/f)

Los mensajes van enfocados en la filosofía del movimiento feminista aclarando que no es un solo movimiento, si no una lucha dentro de otras luchas de mujeres, con amplia diversidad, desde la sororidad y con la esperanza de desaprender los preceptos patriarcales, para entre todas comenzar a crear los preceptos que realmente se necesitan. En esta colectiva se trabaja incansablemente para inspirar a las usuarias visibilizando el importante trabajo de muchas mujeres desde la historia:

Luchadoras realizó un estudio sobre la violencia digital contra las mujeres durante las elecciones de 2018 (en las que se disputaron 18 299 cargos desde el nivel nacional hasta el local) y encontró que las agresiones online más comunes contra las mujeres durante el periodo electoral fueron expresiones discriminatorias, amenazas y campañas de descrédito. Además, demostraron que había cinco patrones clave subyacentes a las agresiones: juzgar el carácter sexual del candidato, la objetivación sexual, los ataques a la familia, los roles de género y la apariencia. (Pearson, 2020)

Luchadoras apoyan el trabajo colectivo e inciden en ser fuente de inspiración para nuevas generaciones. Su página web es una escuela virtual autodidacta, se puede encontrar información respecto del feminismo, convocatorias de talleres, editoriales, charlas con las especialistas en diversos temas de interés para las mujeres:

En Luchadoras combatimos estereotipos de género contando historias de mujeres guerreras desde la libertad, la dignidad y la agencia. Honramos las revoluciones de todos los días, historias que existen, pero permanecen sin contarse. También trabajamos por una #InternetFeminista, usamos las TIC como herramientas para fortalecer la lucha por los derechos de las mujeres y grupos LGBTIQ y por una Internet libre de violencia” (Luchadoras, en Facebook).

Así mismo, es interesante destacar que, en la oferta de actividades para mujeres, todos esos saberes que ahora están adquiriendo ponderan temas que han sido interpretados como inadecuados o directamente innecesarios, ante esta idea de subalternidad femenina instruida por el sistema patriarcal. Por ejemplo, en las redes digitales, por fin podemos ver el color real de la sangre menstrual, ya que, durante mucho tiempo los anuncios televisivos usaron un líquido azul sobre las toallas sanitarias significando la negación del tema, relegando la existencia de la menstruación a la oscuridad, al misterio y sobre todo asociándolo con la inmundicia.

Los talleres feministas ofertados en diversas redes digitales muestran otra forma de observar la menstruación, se habla abiertamente del aborto, de los métodos anticonceptivos, se busca potenciar la experiencia de la ginecología natural, la eyaculación femenina y la masturbación, es decir, hacer visible la existencia de la sexualidad femenina desde el placer y no sólo desde la idea de la sexualidad como reproducción o la sexualidad como satisfacción masculina.

Temas como la sanación emocional, la denuncia, levantar la voz ante la violencia, la autodefensa, la desmitificación del amor romántico, la autoconciencia, el hacer visible y conocer la obra de mujeres escritoras, científicas y artistas en diversas disciplinas, así como recomendaciones de literatura, cine y otras artes; se han convertido en fundamentales para el activismo feminista y transformadores para las mujeres que así lo decidan.

Conclusión

La tecnopolítica como una estrategia para los feminismos, es una oportunidad de empoderamiento que inspira a muchas mujeres a emprender pasos enormes dentro de este sistema, que insiste en devolver a las mujeres al espacio privado, con todo lo que eso trae implícito. Sin embargo, estos pasos, hoy en día comienzan a acompañarse desde un lugar seguro en un formato hibrido, guiadas además por otras mujeres activistas; que están creando espacios deconstructivos, de reaprendizaje, de autoconciencia, de contención y sororidad.

Existe un gran potencial respecto al uso de la tecnopolítica como estrategia activista, pedagógica y de indagación; es probable que las nuevas generaciones de nativas digitales estén inmersas de una manera natural en la lógica del pensamiento feminista, cuyo poder reside justo en tener al alcance de la mano el conocimiento acerca de los derechos y el potencial ilimitado de las mujeres como sujetas, así como saber con certeza que existen posibilidades de elegir libremente en todos los aspectos de su vida.

Bibliografía

Castells, M. (2012), Redes de indignación y esperanza, Madrid, Alianza Editorial.

García, M. Paula (2018), “De la feminización de la resistencia a los feminismos populares”, en Victoria Freire, La cuarta ola feminista, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Oleada-Mala Junta.

Gutiérrez-Rubí, Antoni (2014), Tecnopolítica. El uso y la concepción de las nuevas herramientas tecnológicas para la comunicación, la organización y la acción política colectivas, Barcelona, s.e.

Pearson, Tamara (2020), “Las mujeres mexicanas se enfrentan a grandes retos para construir un internet feminista”, en Open Democracy 12 de febrero. En línea: https://www.opendemocracy.net/es/democraciaabierta-es/mexicanas-enfrentan-retos-para-construir-un-internet-feminista/

F Sierra-Caballero (2018), “Ciberactivismo y movimientos sociales. El espacio público oposicional en la tecnopolítica contemporánea”, en Revista Latina de Comunicación Social.

https://idus.us.es/bitstream/handle/11441/78377/RLCS-paper1292.pdf?sequence=4

Toret, J. (2015), “Tecnopolítica y 15M: la insurgencia de la multitud conectada”, en J. M. Valenzuela (coord.), El sistema es antinosotros. Culturas, movimientos y resistencias juveniles, Ciudad de México, Universidad Autónoma Metropolitana-El Colegio de la Frontera Norte-Gedisa, pp. 185-210.

Webs

https://luchadoras.mx/nosotras/

https://www.facebook.com/LuchadorasMX/

https://nuso.org/articulo/el-internet-feminista-por-el-que-luchan-en-mexico/

  1. Defensora de derechos humanos y activista feminista. Actualmente forma parte de la Junta Directiva global de Amnistía Internacional y es integrante de la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos en México. Es directora de Luchadoras, una organización feminista que usa las tecnologías para avanzar en la lucha por la igualdad de género, combatiendo el machismo en espacio digital y que trabaja por una Internet libre de violencias contra las mujeres.

    Luchadoras ha sido premiada por la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, los Premios de la Ciudad de México y el Programa FRIDA del Registro de Direcciones de Internet de América Latina.