Semblanza de Hildeberto Isaías Martínez Martínez

Jesús Ruvalcaba Mercado[1]
CIESAS Ciudad de México

Hildeberto Martínez en casa de Teresa Rojas Rabiela.
Fotografía de Teresa Rojas Rabiela. Archivo TRR. (2015)


Nos conocimos hace ya tiempo por coincidir en el área y los estudios de la etnohistoria, temas de los que no hablábamos con frecuencia, con todo y que a menudo solíamos comer juntos. Las charlas eran sobre su experiencia y recuerdos sobre la Huasteca, la familia, el clima, comidas mexicanas, a veces acerca de sus trabajos en la región de Puebla y Oaxaca en los que por su natural reserva tenía yo que insistir. A ratos su modestia me sacaba de onda, pues cuando abordaba estos temas, lo hacía con una pasión y vocación indudables, a lo que sumaba su enorme conocimiento, sus hallazgos, su meticuloso cuidado de confirmar, cotejar, revisar una y otra vez los datos hasta lograr alguna certeza, pues no afirmaba por escrito sino lo que de alguna forma comprobaba. Junto con Juan Manuel Pérez Zevallos y Luis Reyes tenían una formidable capacidad en descifrar las frases y las embrolladas letras del siglo XVI temprano que pocos en el mundo pueden leer.

Lo recuerdo como una persona afable, que tenía palabras cordiales y temas para quien lo buscaba pues siempre fue generoso con su conocimiento, sus fuentes, y su saber, a pesar de que se aislaba al grado de no contestar el teléfono ni el celular, creo yo que por descuido, y no por huraño como alguien me dijo una vez. La verdad, cada conversación con él me abrumaba porque no podía seguir las contradicciones sobre los linajes que encontraba dispares en las fuentes que manejaba desde el siglo XII o XIII hasta el XVII o XVIII. Quizá por ello evitaba adentrarse en los detalles: para no balconear mi ignorancia. Y, por el contrario, cuando aludíamos a los otros asuntos, preguntaba, comentaba, reíamos y nos quedábamos con buen sabor de boca y promesas de volver a encontrarnos pronto. Una cita dolorosa quedó pendiente. Fue la última vez que lo vi: le dije que nos viéramos para realizar un trámite burocrático y le propuse que fuera al día siguiente. Me contestó “mañana me voy a Xalapa a cuidar de mi esposa y ayudar a mi hijo con ello; a mi regreso lo hacemos”. Ya no pudo. Descanse en paz. De seguro, en donde estén, con Juan Manuel y Luis, bromean o de plano se ríen de que la Inteligencia artificial sea capaz de reemplazar a la humana en cuanto a ver qué quiso decir exactamente quien escribió tan atravesadas grafías.


  1. El doctor Jesús Ruvalcaba Mercado falleció el 30 de diciembre de 2023. El doctor Ruvalcaba fue profesor-investigador del CIS-INAH / CIESAS desde 1977.