Rostros familiares en una pantalla grande: La propuesta cinematográfica de Yolanda Cruz

Andrea Torres García[1]
Egresada de la maestría en Antropología Social
CIESAS Ciudad de México

Estimada lectora, estimado lector: Le llevará menos de 5 minutos recorrer las líneas de este texto. No obstante, le sugerimos buscar un lugar cómodo para que pueda disfrutar de un par de cortometrajes y —si tiene más tiempo— un largometraje documental. Todo el material dirigido por Yolanda Cruz,[2] cineasta independiente originaria de la comunidad chatina de San Juan Quiahije, Oaxaca, de quien también le compartimos una breve entrevista.

Yolanda Cruz cuenta con una trayectoria fílmica de más de 15 años. En su trabajo, las lenguas originarias y las culturas indígenas son narrativas centrales y constitutivas de cada uno de sus proyectos, replanteándose de manera sensible —entre el documental y la ficción— sus problemáticas, riqueza, vitalidad y cambios, así como su resistencia, decadencia y escenarios de futuro.

Al inicio de su carrera como cineasta, Yolanda Cruz estaba interesada en «hacer cine para las comunidades indígenas» (Molina, 2009), por lo cual se dio a la tarea de realizar documentales como Reencuentros: 2501 migrantes (2009, disponible en https://vimeo.com/55305330), en donde nos presenta al artista plástico Alejandro Santiago, quien elabora 2,501 figuras humanas de barro, una por cada migrante que partió de Teococuilco de Marcos Pérez (Ixtlán, Oaxaca) a Estados Unidos. Las figurillas además evocan los sentimientos de nostalgia y abandono, así como las adversidades que quienes se van encuentran en el camino.

La historia de Alejandro Santiago le permitió abordar el tema de la migración desde el arte, no sólo para retratar esa experiencia sino también para “desmitificar lo que es la experiencia de vivir en Estados Unidos (…) sí me ha tocado trabajar temas difíciles y creo que la migración ha sido retratada de formas muy distintas (…) pero también (…) desde el arte podemos comunicar esta situación. Entonces me pareció que la historia de Alejandro era muy oportuna para esto”.

En sus trabajos de no ficción Yolanda Cruz habla de tradiciones y situaciones nuevas, experiencias de vida cambiantes, como las historias de migrantes y la adopción de otros lenguajes, para reflejar esas situaciones de transformación, como lo podemos apreciar en su cortometraje Pepe Carlos (2016) en el que seguimos a un músico zapoteco en Los Ángeles por un día, tocando en las calles o con la agrupación La Santa Cecilia, encontrando su propio lugar y camino a partir de lo sonoro: https://vimeo.com/147762590.

Si bien algunos de sus documentales pueden ser abordados con una perspectiva etnográfica, Yolanda busca retratar un mundo más contemporáneo en el cual se mueve. Su experiencia viviendo en Los Ángeles y conociendo gente que va y viene de Oaxaca le permite retratar desde adentro, como sucede con el cortometraje Tlacolulokos (2017), en donde podemos ver cómo las lenguas construyen contextos: José Jerónimo, uno de los entrevistados, explica que «en nuestro idioma [zapoteco], nosotros decimos ‘Baa’, quiere decir Tlacolula, entonces toda la gente ‘¿de dónde son? ¿no son Tlacolulokos?’ y así fue como nos empezaron a decir Tlacolulokos. Es la juventud, sí, la juventud. Los de… los mayores no, ya están acostumbrados porque saben cómo eran antes, pues». A su vez, en ese mismo cortometraje la gente joven que se identifica como tlacoluloko tiene otros lenguajes para expresarse, en específico el grafiti, a partir del cual construyen su propia experiencia migratoria: https://vimeo.com/236582214.

Aun cuando el documental ha sido una herramienta valiosa para retratar vivencias, con el paso de los años y luego de haber dirigido más de siete películas, en la actualidad le atrae más la idea de hacer películas de ficción con las comunidades y, sobre todo, de “un grupo de entrenadores para otros cineastas indígenas”. Nos detenemos un momento, querida lectora, querido lector, para compartirle algunos cortometrajes: Echo Bear (2012) https://vimeo.com/61678561, El Reloj (2013) https://vimeo.com/74639951, Las lecciones de Silveria (2014) https://vimeo.com/106950438.

Retomando el hilo, Yolanda Cruz nos comentó que para ella “es importante que el cine se haga en estas comunidades, por gente de estas comunidades, que los entiende y que sea un cine para estas comunidades. El cine que yo estoy presentando ahorita va a salir en chatino. El chatino tiene varias variantes, entonces solamente los de mi pueblo lo podrán escuchar y reírse en la lengua que es su primera lengua, pero los pueblos vecinos como que le entenderán, pero tendrán que usar los subtítulos del español. Lo que sí será diferente, es que verán rostros familiares en una pantalla grande”. A group of people with cameras

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El guion de la película a la que se refiere, titulada La Raya (por estrenarse) lo basó en la recolección de experiencias de la gente de su pueblo: “es muy bonito poder contar la historia de ellos y que los ancianos, los niños o sea participaron, se les dio un pago por su participación (…) entonces yo les doy líneas, esto es lo que quiero que digas, pero ellos quieren cambiar, pues lo cambian a algo que les ajuste más. Entonces eso ha sido bien interesante y espero yo que ese sea el paso que los otros cineastas vayan siguiendo. Ahorita la que lleva unas dos películas de ficción muy fuertes es Ángeles Cruz, creo que es una gran guía para la comunidad”.

Con respecto a lo que su propia comunidad le ha dicho de su trabajo, Yolanda cuenta que hay opiniones divididas “mucha gente está orgullosa, está contenta, mucha familia, pero también mucha gente dice ‘¡ah!, tú te la pasas tomando fotos de nosotros y vendiendo nuestra historia’”. Con los últimos ha dialogado y les ha compartido que hacer cine es muy caro, que no porque vean llegar camionetas, equipo, fierro y más fierro se va a generar mucho dinero. Además, les explica que lo que ella busca es contrarrestar aquellas políticas en donde “lo que se nos quiere imponer, es el cine estadounidense, que todos veamos eso y que no veamos nuestros propios rostros en una pantalla, esa es la lucha que yo estoy teniendo”.

A person and a child sitting on a bed

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Una de las principales problemáticas con las que se ha enfrentado a lo largo de su carrera es la distribución de sus películas, la gran cantidad de tiempo y esfuerzo que implican crear, buscar fondos y realizar le impide dedicarse también a tocar puertas para distribuir: “tenemos que tener el reto de tener una voz dentro del mundo del cineastas mexicanos y tenemos que defender esa voz y ese espacio, entonces tenemos que producir, no podemos dedicarnos a la distribución, es algo que uno tiene que escoger, qué batallas toma”.

Two women sitting on a box

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Referencias

Imágenes: Judith Romero

Cruz Cruz, Yolanda (Dir.).

2009. Reencuentros: 2501 migrantes [documental]. Petate Productions.

2012. Echo Bear [cortometraje ficción]. Petate Productions.

2013. El Reloj [cortometraje ficción]. Petate Productions.

2014. Las lecciones de Silveria [cortometraje ficción]. Petate Productions.

2016. Pepe Carlos [cortometraje documental]. Petate Productions.

2017. Tlacolulokos [documental]. Yolanda Cruz.

2017. Ka Duu. Natural color. [documental]. National Museum of the American Indian.

Molina Ramírez, Tania
2009  «La cineasta Yolanda Cruz», La Jornada, «La Jornada del Campo», Ciudad de México, 13 de enero, https://www.jornada.com.mx/2009/01/13/campesinos.html.


  1. Egresada de la Maestría en Antropología Social del CIESAS|Correo electrónico: andreatg85@gmail.com
  2. Su trabajo ha sido expuesto y reconocido en distintos espacios como el Festival de Cine de Sundance, el Museo de Guggenheim en Nueva York y el Festival Internacional de Cine de Morelia, en el cual fue reconocida en 2008 con el Premio CDI a mejor película o video indígena por su documental Reencuentros: entre la memoria y la nostalgia (2008).