Ángel Zarco Mera[1]
CIESAS Sureste
Ron Oaxaca. Foto: Humberto González (2019)
A fines de los noventa conocí San Cristóbal de las Casas en un viaje de paso del que recuerdo el mercado de artesanías en la Avenida Insurgentes, los portales y el mercado de Santo Domingo. En 2006 regresé para iniciar un programa de maestría en CIESAS Sureste y fue entonces que conocí a Ronald Nigh, con su sombrero y su amabilidad.
Ron nos impartió una materia de Debates Contemporáneos en Antropología. Recuerdo que lo que nos daba a leer no me parecían lecturas corrientes sobre los temas que trataba. Me daba la impresión de que buscaba para leer pequeñas joyas que te volaran la cabeza aunque fuera un poco. Una de esas lecturas trataba acerca de un grupo étnico en el Amazonas, que hacía unos 700 años había depredado su hábitat y lo abandonó, dejándolo devastado. Pero lo interesante del artículo era que en la actualidad esa parte de la selva se había reforestado a sí misma, se había recuperado de la depredación humana. En otra ocasión nos mostró la manera en que en los mapas se representa la línea que divide la tierra del mar. En Google Earth, una herramienta relativamente novedosa para esa época, nos enseñó cómo al acercarte cada vez más, la división entre la playa y el agua se difuminaba progresivamente y nunca podías encontrar una frontera definida.
Al final del cuatrimestre invitó a todo el grupo a comer a su casa, en lo alto de una montaña. Le platiqué que tenía el material para transmitir un ciclo de cine asiático contemporáneo, que posteriormente programó en la Casa del Pan, restaurante y centro cultural icónico en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, con el que estaba muy involucrado.
No vi a Ron sino hasta 2014, que regresé a realizar una estancia académica a CIESAS Sureste. En esa ocasión sólo nos saludamos un par de veces en los pasillos de la institución.
Recientemente Ron había promovido una propuesta académica novedosa, en la Línea de investigación Procesos Sociales y Salud, de CIESAS Sureste, denominada Un mundo-Una salud, que implica esfuerzos multidisciplinarios y epistemológicos integradores para el estudio de la relación entre enfermedades, ambiente, ecología y biología entre las especies que habitan nuestro planeta, incluidos los seres humanos. Esta propuesta me interesó porque es cercana a los temas de antropología biocultural que actualmente trabajo. Por otra parte, en mi cuarto año de estancia posdoctoral, mi asesor cambió de sede de adscripción y me vi en la necesidad de buscar alguien que fungiera como tal para 2025. En esta coyuntura, me acerqué a Ron para buscar su apoyo como asesor, considerando la afinidad de mi trabajo con su trayectoria y sus propuestas académicas.
Inicialmente nos comunicamos por WhatsApp. Le conté brevemente mi propuesta, le dije que me interesaba estudiar una planta en especial, y él me comentó que estaba interesado en la maleza que crece entre la milpa, hierbas que aparentemente no tienen usos sustanciales, pero que tienen un papel y desempeñan funciones primordiales para el desarrollo de los ecosistemas, algo que me pareció muy interesante y me recordó lo genuino y original de sus intereses.
Posteriormente lo visité en su casa. Llegué una mañana soleada de agosto de este año, porque íbamos a comentar mi proyecto, que había decidido apoyar. Hablamos de la chilchahua y de por qué me había interesado estudiarla. Le gustó que era una planta casi silvestre, como sus malezas de la milpa, y salieron en la plática sus flores amarillas. Hablamos brevemente acerca de los cultivos que se utilizan para la producción de posh y de sus usos medicinales. Me propuso incluir en el estudio al sauco porque, me dijo, se utiliza ampliamente en la región de la Selva como recurso terapéutico, incluso entre comunidades zapatistas.
Al día siguiente me mandó por correo un artículo sobre las propiedades farmacológicas del sauco en Cuba, una tesis acerca del sauco como planta medicinal en Guatemala, y un manual de recetas de herbolaria para la atención del COVID-19, elaborado durante la pandemia por especialistas y editado por la organización civil Nichim O´tanil en Chiapas.
Escribo estas líneas en octubre de 2024. Hace unas semanas, asistí al homenaje que se hizo en CIESAS Sureste en memoria de Ron, afuera de la que fue su oficina, y escuché de voz de varios de sus colegas y compañeros de trabajo acerca de su amplia trayectoria, su activismo, su voluntad de ayuda, de la huerta que tenía en CIESAS, de su reiterada amabilidad, de sus proyectos y de cómo compartió con las personas diversos aspectos de su vida. Ron fue un hombre con muy diversas inquietudes y de un gran conocimiento.
En ese homenaje me reencontré con Irene Nich, una compañera de la maestría a quien Ron dirigió su tesis y unos días después ella recordó que a Ron le gustaba el tenis, deporte que practicó en algún momento de su vida, que para él, en cuestión de bebidas, lo bueno se toma solo, que le gustaba comer bien y compartirlo, y que viajó mucho por la selva chiapaneca. Irene rememoró sus conversaciones sobre la fisiología de las plantas y cómo hacían analogías con la fisiología de las relaciones humanas. Como agrónoma, fue de suma importancia contar con la mentoría de Ron, en un momento en que la antropología social le resultaba un mundo por descubrir, la paciencia con que le sugería lecturas y hacía correcciones a sus escritos. Ella evocó sus nutridas conversaciones, que iban desde temas como la milpa, hasta la alimentación y los jeroglíficos mayas, en la Casa del Pan, acompañados de una buena comida. Ron la ayudó a establecer una relación entre la agricultura y la antropología, además de articular estas experiencias con su historia personal. Revivió estos intercambios como momentos gratos, siempre acompañados de personas provenientes de diversas disciplinas.[2]
La ausencia de Ron a muchos y a la antropología social nos deja un vacío, pero nos quedan sus enseñanzas, su saber y su profundo entendimiento de la Selva, los Altos, y del estado de Chiapas.
- Correo: angelzarcom@hotmail.com ↑
-
Agradezco a Irene Nich (maestra en Antropología Social, activista y agrónoma), las frescas remembranzas de sus experiencias de vida con Ron. ↑