Ámbar Paz Escalante
Doctorado en Antropología, CIESAS-Ciudad de México | ambarpaze@gmail.com
Nuhe nxina ndähi dega ´bospi tsäte dige’a ra ´büi, hönsë n’a ra mäjuäni, ra du.
“Somos soplo de ceniza quemante de vida, una certeza, la muerte.”
Margarita León
Introducción
La pandemia por Covid 19 hasta el mes de agosto de 2021, habría cobrado 4.5 millones de muertes en todo el mundo, así como un saldo de 219 millones de personas infectadas con dicho virus (RTVE 2021). La pandemia que se expandió por todo el mundo ha afectado en distintas proporciones a los países, siendo Estados Unidos el país que hasta la fecha registra el mayor número de contagios y de personas fallecidas. Al mes de septiembre de 2021, en dicho país se habían registrado un acumulado de 39 360 874 casos de contagios, y un total de 662 853 personas que lamentablemente fallecieron por dicho virus, desde el inicio de la pandemia (BBC, 2021; Statista 2021).
Sabemos que Estados Unidos es el principal destino de los migrantes provenientes de México, asimismo, a lo largo de la pandemia se ha compartido diversa información sobre los contagios y defunciones que han sufrido los connacionales que trabajan y viven en el vecino país del Norte. Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades, de Estados Unidos, reportaron que en ese país fallecieron 101 996 hispanos o latinos a causa del coronavirus a lo largo de 2020 (López Zamorano, 2021; CDC, 2021). La mitad de dichos decesos ocurrió en los estados de California y Texas, que son los estados que albergan a la mayoría de los casi 13 millones de mexicanos que se asientan en Estados Unidos; tan solo en 2010 el 60% de los mexicanos residentes en dicho país se concentraban en estos dos estados, con el 40% en California y el 20% en Texas (Conapo, 2010; Conapo, Gobierno de México y Fundación BBVA, 2019).
Cabe señalar que una importante población de indígenas otomíes provenientes del Valle del Mezquital, estado de Hidalgo, han emigrado al estado de Texas y a otros estados desde finales del siglo XX para emplearse en diversos trabajos.[1] Las familias otomíes que han emigrado a Estados Unidos poseen estatus migratorios mixtos, es decir, algunos residen de manera indocumentada, otros tienen permiso de residencia, los más jóvenes son ciudadanos nacidos en ese país, y los que emigraron siendo niños son jóvenes con permiso DACA. Si bien las experiencias y estatus migratorios son distintos para cada persona, pensamos en la vulnerabilidad que sufrieron todas y todos aquellos que por no poseer documentos migratorios o un seguro médico de gastos mayores quedaron desvalidos ante las instancias gubernamentales y de salud, a lo largo de 2020 cuando la pandemia se expandió por todo Estados Unidos.
Las familias otomíes que vivieron la pandemia en Texas pasaron por momentos complicados.[2] Postró en cama a una gran cantidad de personas de la tercera edad y personas vulnerables por su condición de salud. Mientras que otros perdieron sus trabajos. Las mujeres sin documentos que trabajaban en el sector hotelero fueron “mandadas a descansar” sin goce de sueldo, ya que dicha actividad económica quedó cancelada por la pandemia. Asimismo, aquellas mujeres que trabajaban en la limpieza eran llamadas semanalmente a test rápido para saber si estaban contagiadas y cuando alguna salía positiva era enviada a su casa sin goce de sueldo.
Las familias resistieron a la enfermedad en sus hogares, echando mano de remedios caseros como tés (de diversas plantas medicinales que importan desde sus pueblos natales) y elaborando recetas de caldos, que consideran nutritivos, para reconfortar a sus familiares convalecientes. Algunas mujeres se contagiaron al interior de sus viviendas al realizar las tareas de cuidado al asistir a sus familiares enfermos. Sin duda, las condiciones de confinamiento y enfermedad llevaron las familias a enfrentarse a una crisis económica. A causa del virus no podían salir a trabajar, pero aun así todos los servicios de sus hogares debían ser saldados mes con mes, como la renta, luz, agua, internet, teléfono, etcétera. Esta situación llevó a que las familias tuvieran que echar mano de sus ahorros para poder saldar las deudas de las rentas y servicios.
Sin embargo, uno de los momentos más críticos y que llevó a un endeudamiento más grave para estas familias fueron las hospitalizaciones derivadas de una reacción grave frente al coronavirus. Por el alto costo que implica atenderse en un hospital norteamericano, derivado de un sistema de salud privatizado, las personas buscaban pasar la enfermedad en sus casas; desafortunadamente las personas que enfermaron de gravedad tuvieron que ser internadas en diversos hospitales texanos para ser asistidos por el personal médico de las unidades de cuidados intensivos, fue a través de la intubación y el uso de ventiladores que muchos pudieron resistir a la enfermedad y salvar la vida.
Una de las protagonistas de esta grave situación fue la familia Palma, de origen otomí, quienes llegaron a Texas en la década de los ochenta del siglo pasado, nativos del Valle del Mezquital. Esta familia, igual que otras procedentes de dicha región, han emigrado a Estados Unidos en búsqueda de mejores sueldos y una mejor vida. Desafortunadamente, en 2020 se contagiaron de coronavirus y en medio de la crisis y la enfermedad que padecieron echaron mano de las relaciones familiares y comunitarias transnacionales[3] para salir adelante.
La familia Palma y el contagio por coronavirus
Originarios del municipio de Ixmiquilpan, en el estado de Hidalgo, el cual pertenece al Valle del Mezquital, esta familia se enorgullece de sus raíces otomíes,[4] son hablantes de la lengua originaria hñähñü y aunque una parte de ella ha salido a trabajar a Estados Unidos, al norte de Texas, tienen fuertes vínculos, tanto familiares como comunitarias, en sus localidades de origen, en Ixmiquilpan. Los Palma que viven en la ciudad de Fort Worth, están pendientes de enviar remesas continuamente a sus familiares que viven en los pueblos de origen; las remesas que envían son utilizadas principalmente para ayudar a la subsistencia familiar, asimismo, envían remesas para estar al corriente en los diversos pagos que deben realizar a las autoridades comunitarias de sus pueblos natales, quienes coordinan y trabajan para el bienestar comunitario.
El señor Alfredo Palma, quien es de origen otomí, residente en Fort Worth desde hace 6 años,[5] comentó que a inicios de 2020 vio cómo las familias mexicanas comenzaron a “sacrificar los objetos materiales” que habían comprado con sus ahorros y esfuerzo para poder ayudar a sus familiares que están en México; algunas personas tuvieron que vender o “regresar” sus automóviles para poder enviar la mayor cantidad de remesas que les fuera posible. Él piensa que dicha decisión de vender los bienes para enviar remesas fue tomada “en caliente” porque a inicios del 2020 ya se empezaban a notar los primeros efectos de la pandemia en Estados Unidos, sobre todo por el desabasto de productos en las tiendas, las compras de pánico, y las largas filas para poder adquirir medicamentos. Fue por esto que las y los migrantes de origen mexicano pensaron que dichos efectos negativos repercutirían de forma todavía más grave en México, país que perciben con una economía e infraestructura débil, si se compara con la de Estados Unidos.
Si bien algunas personas migrantes se preocuparon por el envío de remesas en los primeros meses de la pandemia, en el transcurso de ésta comenzaron a sufrir los efectos negativos directamente en su salud. El señor Alfredo recuerda que toda su familia se contagió a inicios de junio de 2020 al recibir en su casa a unos trabajadores que estaban instalando un cableado de luz; el señor recuerda que saludó de mano como siempre, y los invitó a pasar, aunque no llevaban su cubrebocas; ese fue el inició de uno de los momentos más difíciles que les ha tocado vivir como familia migrante en Texas.
A finales de junio de 2020 el señor Alfredo y su hermano Héctor comenzaron a padecer síntomas fuertes; por el contrario, su padre y la esposa e hijos de Héctor no tuvieron más que síntomas leves. Debido a que todos habitan en la misma casa en Fort Worth, les fue imposible detener la transmisión del virus al interior de su vivienda. Lo primero que hicieron al saber que estaban enfermos fue pedir ayuda a otros familiares que tienen en Texas, quienes les apoyaron en la compra de la despensa semanalmente y en la compra de un concentrador de oxígeno, un tanque de oxígeno, medicamentos, oxímetros, entre otras cosas. Esta primera red familiar que se ha establecido de manera transnacional fue de la que echaron mano para subsistir al confinamiento.
A pesar de los cuidados, los síntomas de su hermano Héctor comenzaron a empeorar, a tal grado que le era muy difícil respirar, por tal motivo tuvieron que llevarlo a urgencias del hospital John Peter Smith de Fort Worth; al llegar al hospital lo trasladaron inmediatamente a cuidados intensivos y les dijeron que debían firmar la responsiva, y que era preferible despedirse de él ‒porque estaba muy grave‒, además de que iba a ser imposible visitarlo; asimismo les informaron que los mantendrían al tanto de la salud de Héctor a través de reportes diarios.
El que el señor Héctor fuera internado representó una situación crítica para la familia Palma. No tardaron en enterarse de la mala noticia en Ixmiquilpan, así mismo llovieron mensajes de apoyo de familiares y amigos, radicados en México y Estados Unidos, que enviaron a través del Facebook oraciones y buenos deseos para que Héctor saliera delante de la terapia intensiva.
En su cuenta de Facebook el señor Alfredo Palma transmitió, a través de Facebook Live, el reporte diario de la salud de su hermano, mismo que le daban desde el hospital John Peter Smith de Fort Worth, a través de una videollamada de WhatsApp. Utilizando un segundo celular, transmitió las videollamadas que recibía todas las tardes desde el hospital para informarle de la situación de su hermano; en tiempo real, vía Facebook Live, informó sobre la salud de Héctor. Los contactos que se unían al live veían al señor Héctor convaleciente, con lo ojos entrecerrados y un tubo que le entraba por la boca; aunque se encontraba en esas condiciones el señor podía escuchar a su hermano Alfredo en videollamada, éste, a su vez, le iba leyendo todos los mensajes que sus amistades y familiares le dejaban a lo largo de la transmisión (ver fotografía 1).
Foto 1. Captura de pantalla del Facebook Live que realizó el señor
Alfredo Palma el día 1º de julio de 2020.
Los Facebook Live quedaron grabados en el perfil del señor Alfredo, así fue más sencillo que sus familiares estuvieran pendientes de la recuperación del señor Héctor, pues sólo al dar un clic a la publicación del video podían escuchar el reporte médico, narrado y traducido por el señor Alfredo ‒quien además de hablar su lengua materna el hñähñü, habla y escribe español e inglés‒.
Así narraba el señor Alfredo a la hora de su Facebook Live:[6]
Alfredo: A todos los que me han preguntado por mi papá decirles que él está bien pero triste por ver a su hijo en la cama, pero ahora sólo queda estar en oración y agradecerle a Dios que todavía nos tenga aquí un rato. Muchas personas se encuentran conectadas y te mandan a saludar carnal y dicen que le eches ganas, ahora sí que no alcanzo a leer a todos, pero gracias por los mensajes que nos han estado escribiendo, pero aquí seguiremos en la lucha.
Esposa de Héctor: Sentimos una gran impotencia de no poder estar ahí con él, pero gracias a Dios se ve que ha dado un cambiazo, va mejorando.
Alfredo: Varias personas nos han enviado muchos saludos. Y personas de otros lados han estado al pendiente y les agradezco a cada uno de ellos. A lo mejor ustedes no lo sabían, pero a mí también me dieron algunos síntomas, y me fui a revisar a un hospital y gracias a Dios me corrieron de ahí porque me dijeron que yo no estaba tan malo, que yo estaba bien, y le agradezco a Dios que nos da las fuerzas para salir adelante y gracias a ustedes por sus oraciones porque aquí están los resultados, ustedes saben que la oración es muy fuerte y poderosa, así que nos ha mantenido a seguir adelante. Y gracias a todos nuevamente. No estamos solos, les agradezco a todos y cada uno de ustedes. Y gracias, ahí seguimos en contacto, mañana primeramente Dios esperamos que todo vaya mucho mejor y pues aquí seguimos, y gracias por estar preguntando a cada roto, y una disculpa por a veces no poder contestar a todos, pero les agradezco mucho sus oraciones, ya que él va mejorando con la obra de Dios.
Alfredo [se dirige a Héctor]: Y no te preocupes carnal aquí vamos a seguir al pendiente, hace rato me quise escapar para ir a verte, pero pues no, no me dejaron, me dijeron que no, que no podía, y no me dejaron entrar a verte, pero primeramente Dios vas a salir adelante, y les doy gracias a todos y que tengan una linda tarde. Hermano mándales un saludo, ahí mueve la cabeza o algo…
Mmm ya se quedó dormido… ¿Estás dormido carnal? [Héctor mueve la cabeza levemente].
Alfredo [se dirige a la transmisión]: Ah no, dice que no está dormido, gracias a Dios está bien. Que tengan una buena tarde, infinitas gracias y bendiciones. (transcripción obtenida del Facebook Live transmitido por el señor Alfredo Palma el día 1º de julio de 2020).
Los conocidos de la familia Palma dejaban mensajes de apoyo para Héctor en los comentarios del Facebook Live, entre ellos se podían leer los siguientes textos: “Ánimo primo, nosotros somos indios, esas enfermedades nos la pellizcan”. Haciendo alusión a la fortaleza de las personas otomíes.
También había comentarios que hacían alusión a la dinámica de los circuitos migratorios[7] de las personas otomíes, quienes han ampliado una red de intercambio de objetos, símbolos y personas entre el Valle del Mezquital y diversas ciudades de Estados Unidos: “Acá de este lado los esperamos, como cada año, para chingarnos un pulquito,[8] ya saben que eso cura todos los males. ÁNIMO”.
Otros comentarios que se leían eran para desearle pronta recuperación, enfatizando su fe en Dios: “Pronto te recuperaras amor, Héctor Palma… échale ganas. Mis oraciones son para todos ustedes. Confío en Dios ke todo saldrá bien” o “Animo Alfre, todo saldrá bien primeramente Dios, bendiciones para tu hermano y su familia confiemos en nuestro padre celestial que lo sanará, que él es el doctor de doctores”.
A finales de junio de 2020 la esposa de Héctor tuvo la idea de abrir una fondeadora, para que familiares y amistades realizaran donativos que les sirvieran para costear una parte de la deuda que habían contraído por la hospitalización de su esposo. A través de los informes que Alfredo transmitía por Facebook Live pudieron invitar a familiares y amigos, de México y Estados Unidos, a que realizaran donativos en dólares a través de la plataforma fondeadora, Go Fund Me, a nombre de Héctor Palma (ver fotografía 2).
Foto 2. Captura de pantalla de la página Go Fund Me.
Con la imagen de Héctor intubado, la familia Palma hizo un atento llamado de solidaridad para que todos sus familiares y conocidos realizaran donativos. El texto que acompaña la descripción de la fondeadora para Héctor es un mensaje sencillo, breve e impactante que invita a donar y que está escrito en español, con una traducción en inglés; dice lo siguiente:
Estamos pidiendo ayuda para Héctor. El día de ayer 6/28/20 a las 6 am fue internado en el Hospital JPS de Fort Worth por falta de respiración. En la tarde nos dieron la noticia de que salió positivo del COVID-19. Por falta de oxígeno lo intubaron para ayudarle a respirar. Horita por el momento está estable. Héctor ha ayudado a muchas personas sin recibir y sin esperar nada a cambio. Y pienso que hoy nos toca ayudarle a él. Héctor es un papa responsable, trabajador, honesto que siempre esta [sic] ahí para los demás. Y hoy que él nos necesita tenemos q responder igual. Así que hoy por mí y mañana por ti. Héctor Jr. esta esperado q su papá regrese a la casa, por favor ayúdenos si no se puede con dinero con una oración. Por favor cuídense el COVID-19 no es un juego. ¡¡¡¡PROTÉJANSE!!!!
Hector was hospitalized yesterday 6/28/20 at 6am. He was having a hard time breathing and was taken to the hospital. In the afternoon we received new that he tested positive for COVID-19. For now he is stable and is breathing on a vet. If any one knows Hector you know that he is there to help without expecting anything in return. I think that it’s our turn to do the same for him. We ask that if you can please help him out in this hard times. Hector Jr is wanting waiting for his dad to come. If you are not able to donate please help us out with a payer for Hector. We also ask that everyone please be mindful of what you do and where you go. STAY SAFE AND PRETECT YOURSELF!!! [sic].
Como se ve en la fotografía 2, la meta que se propusieron en Go Fund Me fue de $20 000 dólares, mismos que no se alcanzaron, ya que se llegó a juntar tan sólo la cantidad de $2 875 dólares, que representa el 15% de lo que se habían propuesto como meta inicial. Sin embargo, lo recaudado fue de mucha utilidad para la familia Palma en un momento de crisis, incertidumbre y desempleo, ya que utilizaron en primer momento lo recaudado para los pagos de los servicios básicos, renta, luz y agua.
Después de haber estado internado un mes en el hospital, y de haber estado tan cerca de la muerte, el señor Héctor sintió “que volvió a nacer”. Alfredo, su hermano, quien también padeció la enfermedad, afirma que es una de las experiencias más difíciles que les ha tocado vivir. Él reflexiona de forma optimista sobre lo sucedido:
Tuvimos una muy fuerte y pesada experiencia. Pero como dice el doctor de mi hermano: volvimos a nacer, porque tenemos las fuerzas para seguir adelante, y gracias a Dios aquí estamos. Y hemos escuchados casos de otras personas que no tuvieron la fortuna de poder estar aquí, de poder salir adelante, poder ver a la familia (Entrevista vía Zoom con Alfredo Palma, en marzo de 2021).
Si bien la familia Palma salió adelante del contagio por Coronavirus, llegó el momento de saldar las cuentas con el hospital y eso les trajo entonces problemas financieros. Al señor Alfredo le llegó un mensaje a su teléfono, con la cuenta por haber estado una semana en el hospital, asimismo le sucedió a Héctor, quien había estado internado un mes. Ambos se sintieron muy presionados por haber contraído deudas millonarias. El señor Alfredo compartió una captura de pantalla con su deuda que se cotizaba en $142 000.00 dólares (ver fotografía 3), mientras que la deuda de su hermano Héctor ascendía a $190 000.00 dólares; ésta última, equivalente a $3 800 000 pesos mexicanos.
Foto 3. Captura de pantalla de la deuda del señor Alfredo.
El señor Alfredo comentó que, a un año de haber contraído esas deudas, él y su hermano dejaron de pagarlas porque investigaron y se informaron que por tratarse de una pandemia el gobierno de Estados Unidos cuenta con un fondo para ayudar a las personas que se vieron afectadas: “Metimos una aplicación de seguro para amortiguar la deuda” (Entrevista por Facebook con el señor Alfredo, en septiembre de 2021). Fue así como sus deudas se fueron a la deuda pública, y aunque todavía deben pagar una cantidad, ya es mucho menor a la inicial. Ahora que no adeuda miles de dólares se siente “liberado” y sin presión porque antes estaba trabajando sólo para poder pagar y admitió que en su familia se vivieron momentos de mucha tensión y depresión a raíz de aquella deuda.
Mientras tanto el señor Alfredo continúa trabajando en Texas como obrero en una empresa de instalación de cableado, y aunque sus familiares y él ya están vacunados con el esquema completo, saben que el riesgo de contagio y de padecer la enfermedad es una realidad costosa, grave y que puede volver a presentarse, por eso reitera que lo más importante ahora es seguirse cuidando. Sin embargo, la crisis del coronavirus sigue latente en Estados Unidos, en donde una buena parte de hispanos y latinos se han visto afectadas directamente. Sus familiares, como tantas personas de origen mexicano, saben que están expuestas al contagio principalmente en el trabajo, aun así, las personas salen porque no tienen alternativa, porque tienen que ahorrar, pagar deudas, enviar remesas a México y tratar de salir adelante: “Ahorita ya la mayoría de nuestra gente llegó al punto que dicen: no queda de otra, tengo que trabajar para comer, aunque tenga que salir para morir”. Es así como las y los migrantes latinos y mexicanos están saliendo a trabajar, en sus palabras, “arriesgándolo todo”.
Conclusiones
A través del caso de la familia Palma nos acercamos a las experiencias de migrantes otomíes hidalguenses, en Texas, durante la pandemia por Covid-19 relevando los momentos de solidaridad, comunicación y apoyo que se fortalecieron al interior de familias y comunidades transnacionales. Reconocimos la importancia del uso de plataformas de internet durante la pandemia, como Facebook y Go Fund Me, que fueron utilizadas como puente de comunicación en comunidades geográficamente dispersas, que tenían restricciones de movilidad fronteriza a causa del confinamiento. Asimismo, vimos como las plataformas de internet sirvieron como un soporte emocional familiar y comunitario transnacional para las familias que se contagiaron.
Durante 2020, las remesas que recibió México subieron en un 11.4% a pesar de la pandemia y de las complicaciones laborales y de salud que estaban viviendo los connacionales en Estados Unidos (BBVA, Gobierno de México y Conapo, 2021). En la crisis que golpeó a los migrantes en Estados Unidos se activaron los circuitos migratorios, así como las relaciones familiares y comunitarias para asistir a quienes tenían dificultades económicas en el extranjero. Incluso hubo donativos que se hicieron a través de las plataformas fondeadoras que procedían de México, y aunque el peso mexicano tiene desventaja frente al dólar, se hicieron donativos como muestra de la solidaridad, compromiso y apoyo que existe en este tipo de familias y comunidades transnacionales.
Bibliografía
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Paz Escalante, Ámbar (2017), «Mujeres otomíes en la Metroplex de Dallas-Fort Worth, Texas: Migración, identidad y trabajo en el mercado de la violencia, tesis de maestría», CIESAS-Ciudad de México, https://ciesas.repositorioinstitucional.mx/jspui/bitstream/1015/574/1/TE%20P.E.%202017%20Ambar%20Itzel%20Paz%20Escalante.pdf.
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————— 2020b «Precariedades de migrantes mexicanos en Estados Unidos en la era del COVID-19». Hmunts’a Hem’i LIVE. México: Hmunts’a Hem’i. https://www.facebook.com/HmuntsaHem/videos/548446156033845.
Quezada Ramírez, María Félix y Laura Myriam Franco Sánchez (2010), Distribución geográfica de la migración internacional y las remesas en el estado de Hidalgo, México, Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. https://www.uaeh.edu.mx/investigacion/productos/4900/distribucion_geografica.pdf, Visitado el 09 de abril de 2018.
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Vega Briones, Germán (2014), «Hogares, migración y remesas en el estado de Hidalgo», en Pablo Serrano Álvarez (ed.), Migración y familia en Hidalgo, México, Gobierno del Estado de Hidalgo-OEA-DIF-El Colegio del Estado de Hidalgo-Toma y Lee Editorial, pp. 39-92,
- La migración otomí es principalmente económica, es decir, que las y los migrantes de este grupo étnico mexicano han ido a trabajar a Estados Unidos para obtener ganancias en dólares que les permitan enviar remesas económicas a sus familiares que residen en sus pueblos de origen en el centro de México. Cabe señalar que las remesas del pueblo otomí hidalguense son utilizadas para los gastos de manutención de los hogares y en menor medida para el ahorro o a la inversión productiva. Dichas remesas impactan de manera positiva en la economía de al menos un 25% de hogares hidalguenses, de origen otomí (Quezada Ramírez y Franco Sánchez, 2010; Vega Briones, 2014). ↑
- Frente a este escenario convulso, y como antropóloga en confinamiento, busqué comunicarme con las y los migrantes otomíes que conozco en Texas y en Hidalgo; realicé varias llamadas telefónicas y tuve intercambio de mensajes por WhatsApp para saber cómo se encontraban. Las personas que han trabajado y colaborado conmigo en mis investigaciones de postgrado ‒como en la tesis de maestría (Paz, 2017) y en mi actual investigación de doctorado‒ son hoy importantes amistades, así que estar pendiente de ellas en la pandemia fue algo natural y necesario. Y digo que fue necesario porque saber sobre su situación me hizo accionar para visibilizar sus experiencias como grupos vulnerables, frente a la pandemia de Covid 19 (Paz Escalante, 2020a; Paz Escalante, 2020b; Sánchez, 2020). ↑
- Nos referimos a relaciones familiares y comunitarias transnacionales, como las identifica Alejandro Canales, es decir, como los vínculos que permiten la configuración territorial y de arreglos familiares extensos y comunitarios, en términos de la articulación de hogares y unidades domésticas ubicadas tanto en las comunidades de origen en México, como en los barrios y pueblos de destino en Estados Unidos (Canales, 2005). ↑
- Nos referimos a raíces otomíes al hecho de que hablan el idioma hñähñü y a que son parte de un pueblo indígena organizado en usos y costumbres, sistema de cargo, sistema de fiestas y una organización social comunitaria que tiene a la Asamblea Comunitaria como el organismo central para la toma de decisiones. ↑
- Si bien el señor Alfredo lleva seis años como residente legal en Estados Unidos, su familia tiene una larga tradición como migrantes, tan solo su padre ha cumplido 40 años de residir en Texas. ↑
- Hemos trascrito un fragmento de la transmisión en vivo que se realizó en español, aunque cabe mencionar que buena parte de la transmisión la realizó el señor Alfredo en su lengua materna el hñähñü. ↑
- Nos referimos a los Circuitos Migratorios desde la propuesta de Liliana Rivera Sánchez que expresa el involucramiento de redes sociales y el desarrollo de prácticas translocales y transnacionales que pueden contribuir a crear o a transformar lugares geográficos en lugares simbólicos de encuentro e intercambio y dibujan, a través de la persistencia de los flujos, la figura del circuito (Rivera,2012). ↑
-
Esta expresión se utiliza de manera coloquial para invitar a alguien a beber un trago. En este caso se infiere que van a ir a tomar un pulque, que es una bebida alcohólica que se obtiene de la fermentación de la sabia de un maguey. Esta es una bebida mexicana con una gran tradición histórica en el centro de México y muy especialmente en el Valle del Mezquital. ↑