Reflexiones sobre racismo estructural y parto negro seguro. A propósito del panel “Salud de poblaciones afrodescendientes en México y Brasil”

Rosa Campoalegre Septien [1]
Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas

Ilustración: Ichan Tecolotl

Este texto retoma las reflexiones y comentarios realizados al panel sobre “Salud de las poblaciones afrodescendientes en México y Brasil”. Quisiera abordarlo en cuatro asuntos claves. El primer asunto es qué es este panel y qué significa los contenidos aquí planteados por cada ponente[2]. El segundo asunto, es qué encontramos desde el punto de vista de los posicionamientos y los enfoques. En tercer lugar, cuál es el eje de este panel. Y por último quisiera destacar algunas aportaciones políticas y epistémicas que han surgido en este panel y un diálogo sobre determinadas de/construcciones que hacemos a las panelistas.

Este panel ha entregado una mirada de mujeres a nuestras cuerpas. Ha aportado una fotografía de la Costa Chica de Oaxaca y nos interesa destacar cómo han sido los contrastes, es un panel de contrastes. Brasil es el principal país de mayor población negra, fuera de África.  Sin embargo, el panel valoró también la situación del tema en México, que figura entre los países con menos población afrodescendiente[3]. De igual modo, Brasil y Cuba los últimos países en que fue abolida oficialmente la esclavitud en nuestra América, México no, pienso entonces en los contrastes geopolíticos e histórico de ayer y hoy que trae a debate este panel. Puede entenderse entonces que no es menor, no es un asunto menor lo que planteó Giovanna en torno al genocidio obstétrico que sufren las mujeres negras en Brasil

Así que cuando decimos que en esta mesa se mostraron las realidades de Brasil y México, se pretende destacar que esta mesa es un escenario de los nuevos tiempos, de las miradas diversas y pertinentes al campo de estudio de las personas racializadas, pero desde sus resistencias a los sistemas conexos de opresión. La significación de esta mesa es que continué el programa académico y de lucha que avanzamos, denominado “Más allá del decenio afrodescendiente”. Esta mesa trasciende los ejes de decenio. En ningún documento aparecen temas que ha tenido esta mesa, en ningún documento que te indique los derechos humanos hoy en la región, ni en la agenda de Montevideo, ni el plan del decenio, puede encontrase un tema tan sensible como el de las parteras negras que hemos abordado acá en los debates del panel.

Hay realmente una manera muy peculiar e invisibilizada de reproducir la vida desde el lugar de enunciación, que nos fue dado como mujeres negras. Y esto hace que estamos colocando un nuevo tema en la agenda antirracista postpandemia y hemos estado muy activas deconstruyendo esa agenda. Estamos diciendo que hay que deconstruirla y estamos viajando a diversos países, articulando el movimiento académico y político en clave afrofeminista, buscando una nueva manera de entender la agenda antirracista. Gracias a la mesa y a este evento por colocar ese momento tan importante en que estamos. Y ya verán cómo va avanzando este tema del parto negro seguro. Porque cuando se habla de parto seguro, no se piensa en las mujeres racializadas. O se piensa cosificándolas, como el estudio que ha mostrado Giovana, como lo ha mostrado Raita hoy y como lo ha demostrado Lina.

El segundo momento es cómo lo entregan, y ven que estamos ante un panel que ha defendido una posición afrofeminista decolonial. Esto es lo que las mujeres racializadas estamos viviendo. Esto es un ejemplo de articulación de demandas de un movimiento traducido, sistematizado en clave académica y política. Y ha entregado entonces dos grandes temas, es uno sólo, nuestras cuerpas, nuestras resistencias, la salud y qué hacemos con la política pública. Este diagnóstico tiene que servir de base a la política pública para transformarla.

El eje conductor/epistémico de esta esta mesa ha sido el racismo estructural, insisto que ahora decimos, y sistémico, no es sólo estructural es sistémico, y lo ha demostrado sobre todo en sus dos grandes modalidades de racismo institucional de qué hacen y qué no hacen por acciones y omisiones. Racismo en las instituciones sanitarias y lo ha demostrado también en el racismo epistémico de cómo nos nombran, cómo designamos estos procesos, cómo seguir desde la academia y pensamos que ese es el eje articulador de este panel.

Ahora desde ese eje articulador, se han hecho aportaciones y conclusiones importantes. Entonces me animo a rescatar al menos tres conceptos: racismo obstétrico, genocidio negro obstétrico, gobernanza controlada, la gobernanza contralada de nuestras cuerpas. El Estado no se detiene, no le basta el control que aún tiene de nuestras vidas, ahora quiere nuestras cuerpas. Pues no. Decimos ¡no! y por eso lo colocamos como prioridades de la agenda antirracista y esto para nosotras realmente es vital, es el camino, es prioridad. Y en este sentido, colocamos el tema entre las claves para un debate en el contexto de la reconfiguración del racismo (Campoalegre, 2022).

La necropolítica, pudiéramos definirla, según Achille Mbembe (2018), es el poder del Estado a decidir quién vive y quién muere.  Y el Estado, como no ve bien, siempre define que somos nosotras las que morimos, las afrodescendientas, las personas racializadas, entonces este tema es un tema de necropolítica, no de salud, es un tema de cuidado de la vida, en su mayor amplitud. Y la invitación de este dialogo, para finalizar, quiero tener este dialogo con las personas, con nuestras colegas que han presentado.

Yo me distancio de considerar que son desigualdades, yo como feminista considero que son brechas y que son las brechas sociales, esas desigualdades desproporcionadas, injustificadas, reproducidas en las que se asientan la colonialidad del poder, el saber y el género. Recomiendo a las panelistas que en sus investigaciones, empleo este término de brechas en lugar de desigualdades. Desigualdades es cuando tú tienes derecho a vivir y no morir, en un contexto, es una desigualdad, es una gran brecha. Entonces incorporar esto también implica distanciarse de los conceptos que reproduce el orden patriarcal.

Igualmente es necesario reivindicar nuestro carácter de mujeres trabajadoras dentro y fuera de la casa. Nosotras somos trabajadoras, esas que cobran al mercado de trabajo son trabajadores, tienen y reconocen la vida. Interesante entender las tres R de los cuidados: reconocer, redistribuir, redignificar. Entonces como estamos hablando de mujeres tenemos que apelar al lenguaje de lucha feminista. Y ese lenguaje si es de mujeres racializadas hay que entonces ponerlo en clave de los afrofeminismos o de los feminismos indígenas que muchas aportaciones tienen.

Finalmente digo como Georgina Herrera, nuestra poetista ancestra, la eterna cimarrona de las letras cubanas el día, en su poema Georgina dice “el día es propicio para salvar distancias, hasta las nuestras”. La invitación es: peleen con nosotras las mujeres racializadas, por un parto negro, digno, humano y seguro. Y si no, ¿para qué existen los derechos humanos?

“Yo soy la fugitiva, la que rompió las puertas de la casa del amo y cogió el monte”,  nos enseña Georgina Herrera. Entonces siempre llamo al auditorio a agarrar monte con nosotras, las negras, con nosotras las feministas sin distinción de colores, por el parto negro y seguro, a coger monte.

Bibliografía

Campoalegre, Rosa (2021), «Las pandemias racializadas y la reconfiguración del racismo claves para un debate en América Latina y el Caribe» en Tedeschi, Losandro Antonio (comp.), Retratos de Pandemia ensayos para otro mundo, São Paulo, Balão EditorialOcareté, pp. 119-127.

Mbembe, Achille (2018), Necropolítica, São Paulo, N-1 edições,  pp. 80


[1] Profesora e investigadora titular del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas. Premio Academia de Ciencias de Cuba. Coordinadora del Grupo de Trabajo CLACSO Afrodescendencias y propuestas contrahegemónicas. Correo: saberes25@gmail.com

[2]Ludan Gbaye, Raita Maki, Celine Demol, Giovanna de Carli y Lina Berrio.

[3] Según el Censo 2020 realizado por el INEGI, se autoreconocieron como tales, 2,576,213 personas.