Mayra Lilia Chávez-Courtois[1]
Instituto Nacional de Perinatología
Foto: Mayra Lilia Chávez-Courtois
Introducción
La propuesta de este escrito es invitar a la reflexión sobre cómo se percibe el rol de la partería tradicional en el campo de la atención perinatal desde el dilema del reconocimiento. Para lograr lo anterior se rescatan algunas experiencias de iniciación del rol de algunas parteras de Cuetzalan del Progreso en la Sierra Norte de Puebla quienes, a partir del aprendizaje empírico, han sido y son reconocidas por la comunidad debido a su conocimiento y su larga experiencia en el cuidado del embarazo y atención de partos. Posteriormente, se describe cómo el ejercicio de la partería se fue transformando el resultado de la intervención de las instituciones de salud al decidir estas últimas las reglas que las parteras tradicionales deben seguir para “continuar” con su labor, impactando en su reconocimiento. Por último, se repasa cómo, en tiempos pandémicos Covid-19, la partería se hace presente en la atención de partos ante la restricción de la atención perinatal en los servicios de salud.
El ejercicio de la partería tradicional: ReconoCImiento heredado
A continuación, se exponen experiencias de mujeres parteras del Municipio de Cuetzalan de Progreso ubicado en la Sierra Norte de Puebla, México, quienes participaron en el proyecto de investigación Propuesta de un Modelo Sociocultural para prevenir las Muertes Materna[2].
La participación de las parteras se dio a través de entrevistas individuales semiestructuradas y por grupos focales. Se conversó de sus inicios de partería, además de cómo perciben su quehacer antes y después de la certificación emitida por el gobierno en el 2016 (Secretaría de Salud, 2016). Las parteras que participaron tienen una edad promedio de 60 años y comenzaron sus primeras experiencias de partería entre los 11 y 19 años de edad. Como se puede apreciar, son mujeres con un bagaje de experiencia en atención perinatal de más de 40 años.
Foto: Mayra Lilia Chávez-Courtois
Por parte de las comunidades, sobre todo rurales indígenas, el reconocimiento de la partería tradicional tiene como esencia, precisamente, la experiencia empírica histórica, lo cual ha dado pauta a su conocimiento en la atención perinatal con calidad y calidez, y ha traído como resultado que hoy por hoy en poblaciones socialmente vulnerables se reconozca a las parteras como líderes comunitarios (Chávez- Courtois y Romero, 2018).
El inicio de la práctica de la partería es esencial para comprender por qué las parteras son consideradas líderes comunitarios. Al no haber una regla de iniciación, ésta se presenta según las circunstancias de su contexto familiar y comunitario. Por ejemplo, una de las experiencias de iniciación más común que nos compartió este grupo de parteras fue la práctica heredada de generación en generación, es decir de sus abuelas, madres o tías, quienes en ese entonces atendían a las embarazadas básicamente en sus casas. Ahí, las principiantes (“las informantes”) acompañaban a su familiar y observaban cómo sobaban a la embarazada y/o atendían un parto. La partera experta, ya sea la abuela, madre o tía, como práctica de iniciación, solicitaba el apoyo de la principiante en encomiendas básicas, comenzando con ello sus primeras tareas de partería.
… bueno yo como te decía a mí me enseñaba mi tía, tengo una tía abuela, ella ya no vive, pero sí ella es la que me enseñaba cómo es que le voy hacer (…) yo tenía como 11 años, dice ahorita nos vas ayudar, le digo ¿Yo?, Si ahorita nos vas ayudar, hierve las hierbas, y órale lo herví, la señora se lo tomó como dos veces y que vomita, y se lo tomó con eso ya empezó (se refiere al trabajo de parto), entonces me dice ahorita la vas agarrar de la cintura, porque en todo la ayudamos porque no estaba el marido, me dice (se refiere a la tía) “no hay nadie, es más tú también eres mujer, también esto te va a pasar” (Benita)
Otra de las experiencias de iniciación repetidas que compartieron y en la que coincidieron las parteras en el grupo focal fue la autoatención. Comentan que al encontrarse solas al momento del parto solo les quedó pujar para que saliera su bebé.
Yo tuve 6 hijos, yo solita me atendí muy chica a los 15 parada en una mata de café, ya cuando sentía que se viene que me hinco y que llega el golpe, le estaba gritando a mi abuelita ¡Abuelita! No, no, quien me manda que ande… decía mi abuelita: ¿para qué te lo tapo? para que te abras (Milagros)
También el comienzo del conocimiento empírico de algunas parteras germinó de una situación emergente, como en el caso de aquellas que, por ayudar a parir a la embarazada que en ese momento no contaba con la atención inmediata del personal de salud, se “animaron” a atender un parto.
Empecé a trabajar gratis con una muchacha con esa empecé, me dice que ya había arrojado la fuente entonces la fui a ver, y le dije hija vámonos para la casa porque tu mamá no está, la traje acá a la casa, antes no había cama era en el suelo, y le dije acuéstate ahorita mando a traer tu suero para que no se complique, agarré un lazo y lo colgué, le digo te vas a hincar, le puse unas bolsas, abre tus pies y has fuerzas para que salga la criatura. Después otra vez llegó otro [se refiriere a otra experiencia de parto]… me dice el esposo de la muchacha “ya comenzó”, ¿y qué sientes? [le pregunta a la embarazada] me dice tía ya comenzó mí dolor del parto, me senté en la silla y ella hincada en cuclillas, le digo agárrate de mí, yo estaba fuerte no como ahorita, agárrate de mí pescuezo y puja para que salga la criatura, y así empecé apoyar, luego ya me mandaron a cursos, me decían estas apoyando bien comadre (Claudia).
El conjunto de prácticas de iniciación de la partería de este grupo es el cimiento de su experiencia de más de 40 años, lo cual garantiza indiscutiblemente su conocimiento empírico, siendo el sello de su reconocimiento por parte de la comunidad.
Desafortunadamente el reconocimiento del saber de la partería que tiene su origen en la experiencia histórica no es otorgado por las instituciones de salud. Por el contrario, la afirmación del ejercicio de la partería tradicional ha sido condicionada. En México, a través de la Norma Oficial Mexicana de Salud 007 para la atención de la mujer durante el embarazo, parto y puerperio, y de la persona recién nacida, se sugiere la capacitación de las parteras para la atención de embarazos de bajo riesgo por parte de las instituciones de salud con el propósito de una atención perinatal con calidad y respeto a los derechos humanos (Secretaría de Salud, 2016).
Este requisito de capacitación es justificable en términos de la importancia de complementar el conocimiento de las parteras. De hecho, algunas están de acuerdo en recibir talleres de actualización y capacitación.
¿Y usted Doña… se quiere certificar? … Sí… ¿Por qué se quiere certificar?… Para que aprendemos, que más sepa (Joaquina).
Incluso algunas parteras le dan importancia al documento de certificación, pues se convierte en el vínculo de confianza laborar con el personal de salud. Esto es, la certificación les otorga seguridad para la atención perinatal.
La certificación nos protege porque pues si viene complicado me tiene que ayudar porque estoy registrada, pero antes no, antes le echaban a uno la culpa (Claudia).
Sin embargo, para algunas, el proceso de certificación implica dejar de realizar actividades que garantizan su sustento.
No me gusta ir porque yo trabajo en campo, tengo mi milpa, aquí vengo porque está cerquita (se refiere al Módulo de Medicina Tradicional), que bueno que me inviten a estudiar, pero no puedo salir, si salgo lejos (se refiere a la Ciudad de Puebla) quién cuida aquí” (Mercedes).
Igualmente, la certificación ha condicionado su situación de atención dentro del Módulo de Medicina Tradicional (MMT) perteneciente al Hospital General de Cuetzalan. Por ejemplo, deben cubrir guardia una vez al mes con un horario de 10 a 16 h, limitando su labor a sobar a la embarazada para acomodar al bebé; por cada mujer que atienden se les da una paga de $50.00 peso m/n, lo cual, en términos de costo-beneficio, no es redituable cuando solo atienden a una mujer considerando que el costo aproximado de transporte público al día, en promedio, es de $18.00 pesos m/n. En el caso de las parteras que logran ser certificadas y que acuden al MMT, reciben un pago de $900.00 pesos m/n cada bimestre. Lo que para la mayoría de ellas no es beneficioso ya que dejan de realizar actividades que les son más favorables en términos monetarios. Por ejemplo, la venta de su artesanía, el trabajo en otro espacio o en el campo, o simplemente el cuidado de la familia, sobre todo el cuidado de la niñez, que en esos lugares depende cien por cien de las mujeres.
Cuando tenía 3 años mi hijo, me decían que participara yo más para que estuviera como partera, pero fue donde yo les dije pues la verdad que no lo acepto, uno porque a mis hijos los tengo que atender, tengo que estar al lado de ellos, dos porque van a la escuela y no tenía con quien dejarlos, los tenía que atender pues siento que como mamá tengo que estar ahí a un lado de ellos, y en tercero como comencé a trabajar en la CDI (Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas), luego empecé a trabajar en el INEA, y trabajaba yo en el IMSS un tiempo (Benita).
Este conjunto de impedimentos para poder capacitarse —falta de tiempo, poco ingreso, distancias largas, tener que dejar actividades convenientes— también ha permeado en el interés de la juventud para continuar con el aprendizaje y, por ende, en el ejercicio de la partería tradicional. Algunas jóvenes se sienten desmotivadas y no perciben a la partería como un trabajo que les proporcione un ingreso económico seguro por no ser reconocida por las instituciones de salud. Por ello prefieren buscar otras opciones laborales.
¿Y a las jóvenes les ve futuro en la partería? … ya tenía yo a dos, pero están trabajando en Zacapoaxtla, ahí están trabajando, así es que yo no les voy a rogar mucho, yo con trabajos vi a mi abuelita cómo hacía y ahí estaba yo al pie para ver qué hace y qué no hace, y pues no, si no quieren allá ellas (Milagros).
A pesar de que la partería está condicionada institucionalmente y de la falta de interés por parte de las nuevas generaciones, actualmente las parteras no pierden la esperanza de que se continué con su labor. Consideran que la enseñanza empírica de largos años ha ayudado en el cuidado y atención de la embarazada en su comunidad e, incluso, es reconocida por una parte del personal de salud.
Bueno ellas [se refiere a las embarazadas] vienen porque tienen confianza, luego las que se sienten muy débiles mejor ya las atiende uno [se refiere a la partera], también los médicos no han dicho “si ves que es conveniente que la atiendas allá, que está fuerte, que no está hinchada, entonces la puedes atender” (Malena).
Mi hija está en la partería porque trabajaba con la enfermera sábados y domingos, con ella atendía partos o le ayudaba a dar medicamento o si se aliviaba una mujer en el camino ella iba a recogerla, y de ahí le digo que se enseñe, me dice “sí, mamá”, le digo enséñate porque yo me voy a ir. Le digo que no le tenga miedo (Claudia).
El reconocimiento de la partería tradicional por parte de la comunidad es íntegro, es honesto, lo cual no se puede asegurar del todo por las instituciones de salud ya que, a pesar de estar certificadas, no son consideras como personal de salud perinatal en zonas vulnerables.
El ejercicio de la partería tradicional: Reco-NO-cimento en tiempos COVID-19
La presencia de la pandemia COVID-19 tuvo como consecuencia nacional, entre otras situaciones, el fallecimiento de 331,365 personas hasta la semana 52 del año 2022 según cifras oficiales (Gobierno de México, 2022). También se presentó un aumento en la razón de muerte materna (RMM) por COVID-19. Para septiembre del año 2021 había una RMM de 57.2 defunciones por cada 100 mil nacimientos, siendo la primera causa de mortalidad materna (Dirección General de Epidemiología, 2021), una situación realmente preocupante en el campo de la salud materna.
Este escenario pandémico encendió las alarmas, no solo de los nosocomios, sino también de la población en general, sobre todo de embarazadas, quienes comenzaron a buscar otras opciones para la resolución de su embarazo ante el miedo de ser contagiadas por el virus SARS-CoV-2 en los hospitales (Campos, 2020) o por la limitación del servicio médico público debido al plan de reconversión hospitalaria[3] (Secretaría de Salud y Gobierno de México 2020).
En este contexto fue interesante que parte de la sociedad y nosocomios voltearan a ver a la partería como una acción perinatal emergente (Fondo de Población de las Naciones Unidas, 2020; Chávez-Courtois et al., 2022); teniendo impacto incluso en algunos medios de comunicación en los que rescataron experiencias de atención de partos por parteras (Mariscal, 2020; Cortés, 2020; Quiroga, 2022). Este reconocimiento, desafortunadamente, se mantuvo solo durante la crisis sanitaria ya que, una vez que los hospitales restablecieron el conjunto de sus servicios, se olvidaron de la partería.
Este “olvido”, simplemente refleja y refuerza el lugar en el que han acomodado históricamente a la partería tradicional, es decir sin lugar de reconocimiento dentro de los servicios perinatales, desdibujando el papel de esas mujeres parteras que no solamente en tiempos de COVID-19 ayudaron a resolver satisfactoriamente las demandas perinatales, también y sobre todo solucionan emergencias por la falta o insuficiencia de espacios de atención médica en las comunidades donde habitan y en el que son reconocidas.
Es lamentable que en tiempos actuales a pesar de lo que ha ofrecido la partería en el campo de la salud materna y neonatal, sigan cegando sus funciones al no vislumbrarlas como nociones necesarias para la atención de partos y cuidado del embarazo. Sería ideal que se comenzará a pensar en elevar la calidad y calidez de la atención perinatal de una manera responsable, creando programas y políticas públicas de la salud materna en las que se reconozca la figura de la partera.
Foto: Mayra Lilia Chávez-Courtois
Reflexiones finales
A pesar de necesitar a las parteras ante crisis sanitarias como la pandemia de COVID-19; a pesar de que algunas parteras tradicionales están certificadas; a pesar de que la partería es reconocida por sus comunidades; a pesar de, se deja en evidencia que estamos a años luz en reconocer a la partería como un cimiento fundamental en la atención perinatal, indispensable para comprender y atender la salud materna dentro y fuera de las instituciones de salud.
Bibliografía
Campos, Dunia
2020 “Partería en tiempos de COVID-19” en Animal Político, Punto Gire, México, 18 de mayo, consultado el 17 de junio del 2023, https://www. animalpolitico.com/punto-gire/parteria-en-tiempos-decovid-19/
Chávez- Courtois, Mayra e Irma Romero Pérez
2018 “Dos vivencias de la partería tradicional: formación y prácticas de atención en Cuetzalan, Puebla” en Cristina Núñez Madrazo (Coord.), Narrativas, memoria y tradiciones, México, Universidad Veracruzana, Xalapa, pp. 199-220.
Chávez-Courtois Mayra; Irma Romero Pérez y Viviana Negrete Martínez
2022 “La partería, una acción perinatal emergente en tiempos de COVID-19” en CONAMED [en línea], 27 (1), consultado el 16 de junio de 2023,
https://www.medigraphic.com/pdfs/conamed/con-2022/con221e.pdf
Cortés José
2020 “Miedo al coronavirus alienta a embarazadas a buscar parteras en pueblo indígena de México” en REUTERS, Noticias Nacionales, México, 21 de abril, consultado el 18 de junio de 2023, https://www.reuters.com/article/salud-coronavirus-mexico-parteras-idLTAKCN2232RH
Diario Oficial de la Federación
2016 Consultado el 13 de junio de 2023, https://www.dof.gob.mx/ nota_detalle.php?codigo=5432289&fecha=07/04/2016
Dirección General de Epidemiología
2021 “Informe semanal de notificación inmediata de muerte materna. Semana epidemiológica 37 de 2021” consultado el 15 de junio de 2023, disponible en https://www.gob.mx/cms/uploads/ attachment/file/668741/MMAT_SE37_2021.pdf
Fondo de Población de las Naciones Unidas
2020 “Las parteras: las heroínas anónimas en la primera línea de respuesta a la crisis de la COVID-19 en el marco de la Declaración de la Directora Ejecutiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA)” consultado el 16 de junio de 2023, https://mexico.unfpa.org/es/news/las-parteras-las-hero%C3%ADnas-an%C3%B3nimas-en-la-primera-l%C3%ADnea-de-respuesta-la-crisis-de-la-covid-19-1
Gobierno de México
2022 “Exceso de mortalidad por todas las causas, durante la emergencia por COVID-19, México 2020 – 2022 según método de estimación de las defunciones esperadas” consultado el 14 de junio de 2023, https://coronavirus.gob.mx/exceso-mortalidad-mexico/
Mariscal, Ángeles
2020 “De “brujas” a sanadoras, las parteras que atendieron a miles de mujeres en pandemia”, Pie de página, Mujeres y Feminismo, México, 02 de diciembre, consultado el 17 de junio del 2023, https://piedepagina.mx/de-brujas-a-sanadoras-las-parteras-que-atendieron-a-miles-de-mujeres-en-pandemia/?fbclid=IwAR0_ucNu-8T6a0kqXgki1F4EhlRPANwxKgoa6GEB4eEr4qh HsxMf9Wlopdg
Quiroga Ricardo
2022 “Acompañar a las mujeres a parir en casa es un acto político”, El Economista, Arte y Diseño, México, 23 de mayo, consultado el 17 de junio del 2023, https://www.eleconomista.com.mx/arteseideas/Acompanar-a-las-mujeres-a-parir-en-casa-es-un-acto-politico-Greta-Rico-20220523-0068.html
Secretaría de Salud
2016 “Norma Oficial Mexicana NOM-007-SSA2-2016, Para la atención de la mujer durante el embarazo, parto y puerperio y de la persona recién nacida.
Secretaría de Salud y Gobierno de México
2020 “Lineamiento Reconversión Hospitalaria” consultado el 18 junio de 2023, https://coronavirus.gob.mx/wpcontent/uploads/2020/04/Documentos-LineamientosReconversion-Hospitalaria.pdf
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Correo: ccourml@gmail.com ↑
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Con clave CONCAYT-SALUD-2011-C01-161907, registro INPer 212250-08351. ↑
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Se plantearon lineamientos para la reconversión hospitalaria que tuvo como objetivo principal “la organización de las unidades de atención para lograr la reconversión de unidades de atención en el territorio nacional basada en la evidencia, con enfoque en calidad de la atención médica, prevención y control de infecciones, con el fin de dar respuesta a la pandemia COVID-19 en México” (Secretaria de Salud, 2020), bajo estos lineamientos se priorizó la atención a personas con COVID-19, limitando algunos servicios como la atención perinatal. ↑