“El efecto Trump” en niños y jóvenes migrantes en la California rural

Magdalena Barros Nock

CIESAS Ciudad de México

Antes íbamos a San Luis de compras y luego pasábamos por un refresco o un helado y nos regresábamos. Pero ya van dos veces que vamos y que no nos atienden … así de plano … la mujer de la tienda no nos hace caso y en el restaurante la mesera namás no vino con nostras y nos fuimos. (Entrevista María, Santa María, octubre 2016)

Entre septiembre y octubre de 2016 pasé cuatro semanas en la ciudad de Santa María, localizada en la costa central de California, Estados Unidos. En todas las entrevistas que llevé a cabo y las conversaciones en las que participé, Trump y su campaña fueron un tema recurrente. Como es bien sabido, su campaña estuvo llena de racismo, con una crítica constante hacia los mexicanos, a quienes llamó criminales, ladrones y violadores y a quienes amenazó con deportar de forma masiva.1 Por lo tanto, no es raro que estuviera presente en las conversaciones de todos, jóvenes y adultos, indocumentados y ciudadanos.

Los comentarios discriminatorios con relación a los mexicanos no comenzaron con el presidente Donald Trump. En los últimos años Obama ha removido a 2.8 millones de mexicanos del territorio estadounidense bajo el argumento de que se trata de criminales. Trump retomó el discurso de la administración de Obama y lo exacerbó haciéndolo llegar a los oídos no sólo de todos los habitantes de su país, sino de todo el mundo que daba seguimiento a la campaña presidencial en Estados Unidos. A últimas fechas, Trump ha manifestado que sólo deportará 3 millones de mexicanos criminales, aun así, 3 millones2 sigue siendo un número considerable de hombres, mujeres y niños que llevan años viviendo en ese país, el cual han hecho su hogar.

Durante su presidencia, Obama aumentó la infraestructura para deportar a millones de indocumentados, la mayoría hombres, pero también a mujeres y niños (Golash–Boza y Hondagneu–Sotelo 2013). Su administración dio lugar a nuevas leyes federales, y los estados, condados y ciudades crearon otras, que hicieron la vida de los migrantes más difíciles y precarias (De Genova 2012; Dowling y Inda 2013).

La campaña de Donald Trump incrementó los sentimientos en contra de la población migrante de origen mexicano. Dieciocho meses de campaña evidenciaron sentimientos que tal vez siempre estuvieron presentes en cierto sector de la población y cuya emergencia y la posibilidad de expresarlos libremente fue promovida por el entonces candidato y ahora presidente electo. Esto requiere un estudio más profundo. Lo que está sucediendo en Estados Unidos nos ha tomado a todos por sorpresa. Una parte de la población americana ha reaccionado con asombro ante el hecho de que, después de agredir e insultar a tantos miembros de la sociedad, esa persona hubiese sido electa como presidente. En este pequeño texto quisiera presentar algunos de los efectos que la campaña y los primeros días de la elección de Donald Trump han tenido sobre los niños y jóvenes en una ciudad rural en California.

Se calcula que viven alrededor de 3.5 millones de migrantes indocumentados en California (Cannon 2013). Se trata de un estado liberal, que ha aprobado leyes orientadas a dar apoyo a los migrantes como, por ejemplo, las licencias para los indocumentados en 2015 y el Dream Act, gracias al cual los estudiantes indocumentados pueden calificar para apoyos en las universidades como alumnos estatales. Santa María se encuentra en la costa central, en un valle agrícola del mismo nombre donde por décadas se han producido frutas y verduras y, por tanto, se ha necesitado de miles de jornaleros agrícolas, la mayoría de origen mexicano. En un principio llegaron de los estados del centro y norte del país y, desde los años ochentas, empezaron a llegar de Oaxaca. Actualmente seis de cada diez mexicanos son de origen indígena.3

La campaña de Trump fue tan agresiva hacia los mexicanos, que su nombre fue un tema permanente de conversación. Constantemente comentaban: “Trump dejó salir a los demonios”, “Abrió la caja de Pandora”, “Destapó las alcantarillas”. ¿Qué querían decir con estas expresiones? Veamos algunas situaciones vividas por los jóvenes y niños durante estos meses que no habían experimentado antes o que se acrecentaron a partir de la campaña de Trump.

Leticia, una joven mexicano–americana, nacida en Santa María, comentaba: “Yo trabajo para una compañía y tengo que ir a las casas, y ha habido casas que no me dejan entrar… yo nací aquí y aun así…. no me dejan entrar por el color de mi piel” (Entrevista Leticia, Santa María, septiembre 2016).

Por su parte, Alejandra comentó: “en Santa María me siento más protegida, conozco las calles, sé por dónde anda la policía, voy y vengo a mi trabajo, pero ya no me atrevo a salir de aquí. La gente está cambiando, la siento más agresiva, rara …” (Entrevista Alejandra, Santa María, octubre 2016).

Tuve la oportunidad de entrevistar a dos maestras de primaria. Una de ellas trabaja con niños indígenas. Ella comentó que elbullying hacia los niños indígenas siempre ha existido pero que en los últimos meses se ha incrementado. Estos niños conviven con niños euro-americanos y mexicano-americanos que se burlan de ellos y los molestan.

Un día Alejandro me comentó: “Sometimes they make fun of me, tú sabes, I don´t speak like them”. Alejandro me explicó que él se quedaba con sus primos, que no se animaba a conocer nuevos niños y que cada vez eran más agresivos: “My younger cousin has more problems, they don´t speak any english, ni español y la pasan muy mal, más y más nos dicen que nos vayamos de aquí, que no somos de aquí…” (Plática informal con Alejandro, Santa María, octubre 2016).

También los indocumentados mestizos son buleados, amenazados, golpeados. Los niños que entran a las escuelas sin saber hablar inglés y/o español son identificados por sus compañeros y son molestados. Su inserción en las escuelas no es fácil. Les lleva uno o dos años aprender el inglés y es difícil hacer amigos. Estos niños en las escuelas sufren bullying y se sienten discriminados por muchos de sus compañeros y maestros.

Desgraciadamente, esto lo aprenden de su familia, de la televisión, de los maestros quienes deberían enseñarles a ser tolerantes y respetarse unos a otros. Los sentimientos en contra de los indocumentados y sobre todo los niños y jóvenes de origen indígenas parece haber aumentado.

En varios medios se ha dado a conocer la reacción de los niños en muchas escuelas a partir de la elección de Trump. Les gritan a los niños mexicanos “regrésate a tu país y construye el muro”, o a las niñas “te voy a agarrar tu p… porque mi presidente lo hace”. La vida de los niños tanto mexicanos como musulmanes no ha sido fácil desde la campaña y menos desde que Trump resultó electo.

Pero el miedo más grande proviene de la amenaza de ser deportados. Si deportan a la familia entera, los jóvenes sienten que tendrán que ir a un país que no conocen; y aquellos que nacieron en Estados Unidos temen que si sus padres son deportados, el Estado los recogerá y nunca más los volverán a ver. Este miedo no es nuevo, lo han vivido a lo largo de la presidencia de Obama: sin embargo, la campaña tan agresiva de Trump y el hecho de haber ganado la elección ha provocado que el miedo y la inseguridad que sienten en sus vidas aumenten. Muchos ya tienen a su padre o a su madre deportado en México. Las crecientes deportaciones han provocado entre los jóvenes sentimientos de miedo y angustia, así como estados de depresión. Pero, sobre todo, sienten esa inestabilidad en su situación, como lo describe Fernanda:

 

A veces no sé a dónde voy. Sé que soy de origen oaxaqueño aunque nací en Baja California, pero crecí aquí en California, a veces siento que mi comunidad no me quiere porque soy mujer y quiero estudiar y los güeros no me quieren porque soy de Oaxaca. No sé a donde voltear …y sólo siento miedo… (Entrevista con Fernanda, Santa María, marzo 2015).

 

Estas incertidumbres causan fricciones, tensiones y conflictos al interior de las familias. Por ejemplo, Pedro comenta : “Mi primo fue deportado, pero él rompió la ley, yo no” (Plática informal con Pedro, Santa María, octubre 2016). Cuando le pregunté qué delito había cometido su primo no supo responder, sólo dijo: “pos por eso lo han de haber deportado, ¿no?” Dentro de las familias hay poca información acerca de las razones por las cuales una persona es deportada y se asume que es porque cometió algún crimen, con base en la tremenda propaganda que se ha hecho al respecto. La solidaridad entre los miembros de las familias se debilita y sus miembros se llegan incluso a separar por miedo a ser señalados como criminales también.

La situación de los niños y jóvenes indocumentados es cada vez más difícil. No reciben apoyo y son señalados de diferente maneras por los maestros, por otros estudiantes en la escuela y por diversos miembros de la sociedad que por ignorancia sólo repiten lo que oyen en los medios que repitieron cada palabra que Trump dijo. Su futuro bajo la administración Trump es más incierto que nunca, si llegan a ser deportados debemos recibirlos y ayudarlos a integrarse a nuestro país.


Referencias
Cannon Lou 2013 “New California Laws Protect Illigal Immigrants” Real Clear Politics, October 23, 2013 consultado marzo 20, 2014 http://dyn.realclearpolitics.com/printpage/?url=http://www.realclearpolitics.com/articles/2013/10/23/new_california_laws_protect_illegal_immigrants_120424.html&showimages=1
DeGenova, Nicholas. 2002. “Migrant “Illegality” and Deportability in Everyday Life.” Annual Review of Anthropology 31: 419–447.
Dowling Julie A. y Jonathan Xavier Inda (eds). 2013. Governing Immigration Through Crime. A reader, Stanford, California: Stanford California Press
Golash – Boza Tania y Pierrette Hondagneu – Sotelo. 2013, «Latino immigrant men and the deportation crisis: A gendered racial renoval program», Latino Studies, Vol, 11, 3, 271-292


1 También fue ofensivo contra las mujeres, la comunidad LGTB, los musulmanes, las personas discapacitadas y otros miembros de la sociedad.
2 De dónde obtiene la cifra de 3 millones de criminales mexicanos para deportar es un misterio.
3 Llevo varios años estudiando a la familia de estatus legal mixto caracterizada por tener miembros con ciudadanía, otros con permisos de residencia para trabajar, otros son indocumentados y otros recientemente tienen DACA (Acción Diferida para la Deportación de Menores, por sus siglas en inglés). He tratado de observar los efectos que las políticas del presidente Obama han tenido sobre la familia, en especial las crecientes deportaciones y la constante criminalización que se ha hecho de los mexicanos indocumentados, la cual ha afectado a todos sus miembros y también he estudiado el efecto del DACA en la vida de los jóvenes.