Xochitl Leyva Solano
CIESAS Sureste[1]
Este número del boletín Ichan Tecolotl aparece justo cuando el mundo se tiñe de nuevo de obscuridad, cuando entramos a otra ola de guerras. Los “proyectos de muerte” ⎯como se suele decir en los movimientos alter, anti, des⎯ aparecen por todos los rincones del planeta Tierra con muy diferentes modos y tiempos. Por ejemplo, detengámonos en la guerra de exterminio en curso en el Medio Oriente:
[…] 30 días después del ataque de Hamas en suelo israelí, la cifra de muertos (9,770) está a punto de superar los 10,000, en su mayoría niños (4,800) y mujeres (2,550), por la ofensiva militar de Israel en la Franja de Gaza al declararle la guerra al grupo islamista. La cifra de heridos supera los 24,000 heridos y la de desplazados el millón y medio.[2]
A esta realidad podría sumar las de otras latitudes: “Desde el 4 de octubre de 2023, fuerzas del ejército turco bombardean sistemáticamente pueblos, ciudades e infraestructura […] en los distritos de la Administración Autónoma del Norte y Este de Siria (AANES) en Kurdistán.”[3] O bien referir a cómo se da en México el avance del “conflicto armado no internacional” como le llama una investigación coordinada por el ITESO a lo que otras voces llaman la guerra en curso no reconocida. O mencionar cómo en los últimos años, de manera contundente, violenta e impune, avanzan todo tipo de violencias (estructurales, corporativo-criminales, sobre las cuerpas de las mujeres y de la Madre Tierra, etc.) en el territorio chiapaneco.[4]
Sería posible llenar este texto con cifras, violencias y guerras, sin embargo, si bien las cifras nos ayudan no nos permiten comprender los procesos en toda su complejidad. Tal vez por eso muchos de los que aquí escribimos tomamos el camino de las antropologías situadas y encarnadas. Caminos que se muestran como abanico de experiencias que abordan lo que significa hacer nuestro trabajo en campo en pleno siglo XXI; particularmente en la última década, caracterizada por muerte, horror y guerras. Pero dentro de esa obscuridad ¿qué más hay?, ¿qué rayos de luz también existen? La investigación social que practicamos en las universidades, en los centros de investigación y en la Academia ¿cómo nos ayuda a ir más allá de la dicotomía luz/sombra?, ¿cómo nos permite ser y hacer con la gente con la que trabajamos?
Los nueve ensayos que dan forma a la sección “Puntos de encuentro” nos ofrecen una ventana para conocer más de cerca lo que colegas-estudiantes y egresados de nuestros posgrados y colegas-posdoctorantes de diferentes sedes del CIESAS están no solo analizando sino, sobre todo, senti-pensando con otras y otros seres humanos de este planeta Tierra. Y he ahí una pequeña gran diferencia con tiempos pasados: hoy muchas y muchos de nosotros nos situamos en el campo de la investigación como seres humanos. Parece simple y obvio, pero no lo es. Nos ha tomado mucho tiempo verlo y practicarlo de ese modo. La crisis, la policrisis, el colapso y la transición civilizatoria en la que vivimos y hacemos investigación nos han conducido a tomar, explícita o implícitamente, ese posicionamiento.
En medio de la transición civilizatoria que nos está tocando vivir hemos tenido, una vez más, que revisar y reinventar nuestros modos de hacer investigación al filo del colapso pandémico y civilizatorio. No se trató solo de inventar “nuevas” técnicas o metodologías sino de crear nuevas formas de ser y estar investigando y, desde ahí, (re)construir no solo nuestros temas y modos de investigar sino todo nuestro sentido de vida. Así lo muestran los artículos que aquí les compartimos; en ellos van a poder leer cómo para varias colegas de pueblos originarios lo central ha sido dar continuidad a la ola de investigaciones que parten de reconocer lo propio ⎯la lengua y la cultura propia⎯ y estudiarlo desde adentro hacia afuera (Sammia Quisintuña, Amairani Peña). Para otras se trató de abordar procesos de sanación propios guiados por las enseñanzas del trabajo de campo (Paula Bizzi, Carolina Díaz). Para otras(os) más, implicó caminar al lado de personas de sectores marginalizados y vulneralizados sin romantizarlos ni victimizarlos sino atendiendo su potencia humana (Jania Wilson, Luis Acatzin Arenas, Omar Vargas, Cecilia Acero, Ana María Murcia).
Los artículos aquí compilados nos remiten a diversas geografías y a diferentes territorios epistemológicos: a la etnografía del universo peyotero en el desierto de Chihuahua (Paula Bizzi), al sistema social creado en las granjas del cultivo de cannabis en las montañas de California, EE. UU. (Omar Vargas), a la investigación participativa con migrantes (niños, jóvenes, madres-hijos) centroamericanos en la frontera sur (Jania Wilson), a las estrategias laborales de los “danzantes mayas” implementadas ante la amenaza por muerte pandémica en Playa de Carmen, Quintana Roo (Luis Acatzin Arenas), y a las emociones como motor de la organización de la resistencia de las mujeres del Soconusco, Chiapas (Carolina Díaz).
Cuatro textos más nos ayudan a redondear la sección “Puntos de encuentro”; ellos abordan las percepciones y prácticas socio-culturales frente a la muerte. El primero lo hace a través de los rituales kichwas de Salasaka, en los Andes ecuatorianos (Sammia Quisintuña). El segundo mediante el acompañamiento del pueblo amazónico cazador-recolector nükak (Ana María Murcia). El tercero vía el estudio del continuum desplazamiento-revitalización lingüística entre los zapotecos de Santo Domingo Petapa en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca (Amairani Peña). Y, el cuarto, desde cómo se piensa la muerte entre diabéticos que viven en Tuxtla Gutiérrez y San Cristóbal de Las Casas en Chiapas (Cecilia Acero).
Por su parte, la sección “Antropovisual” la formé con la compartición de las hacedoras de los libros presentados en el marco del Primer Coloquio de la Red de Investigaciones Audiovisuales (RIAV) del CIESAS. Señalo brevemente algunos aportes que cada uno de esos libros hacen: el primero analiza la comunicación propia y la situación del derecho a la comunicación de los pueblos originarios y afrodescendientes en América Latina (Estrada, Leyva y Köhler). El segundo reflexiona sobre la comunicación audiovisual indígena boliviana como un espacio para discutir, negociar e incluso ensayar posibilidades para una participación más activa de esos pueblos en la política nacional (Zamorano). Y el tercero analiza y presenta visualmente cómo distintas personas viven diariamente su religiosidad a través de universos religiosos materializados en los espacios domésticos, en las estéticas de la fe y en artefactos sagrados (De la Torre).
En la sección “Cinemantropos” hacemos una invitación para conocer a una de las directoras de cine documental que, desde Chiapas, hoy está compartiendo con el mundo su creatividad. Se trata de Medhin Tewolde Serrano quien, en una de las muchas entrevistas que le han hecho, afirma: “Antes que cineasta, soy mujer negra”. Med, como cariñosamente le decimos, con su palabra y obra nos introduce en una serie de imágenes (presentes y pasadas, colectivas y personales) para movernos a reflexionar, en y desde México, sobre la diversidad de las mujeres negras, la afromexicanidad, nuestras raíces y el racismo.[5]
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Trabajadora de las Ciencias Sociales e investigadora activista. Correo electrónico: xls1994@gmail.com ↑
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Tomado de https://www.elmundo.es/internacional/2023/11/05/65473498c24a360025e0e715-directo.html, consulta: el 5 de noviembre de 2023. ↑
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Tomado de https://www.clacso.org/alto-a-la-guerra-contra-la-humanidad-en-el-norte-y-este-de-siria-alto-a-la-guerra-turca-y-sus-politicas-de-ocupacion/, consulta: 9 de octubre de 2023. ↑
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Ver el Informe Frayba 2023, intitulado “Chiapas un desastre: entre la violencia criminal y la complicidad del Estado”, disponible en línea: https://www.frayba.org.mx/informe-frayba-chiapas-un-desastre. ↑
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La composición fotográfica de la cintilla superior tiene los siguiente créditos. Foto 1 tomada de https://gentetlx.com.mx/2022/04/28/cartel-jalisco-nueva-generacion-secuestra-a-dos-mujeres-del-ejercito-en-puerto-vallarta/. Foto 2 No a la Guerra Sí a la Vida en San Cristóbal, Chiapas, México, El Continente, El Mundo. Foto: Mik, mayo de 2022. Foto 3. Las muertas de Juárez, 2012, tomada de https://cimacnoticias.com.mx/2012/04/16/test-muertas-de-juarez/#gsc.tab=0. Foto 4. “No más transfeminicidos”, 21/11/2019. ↑