Rosy. Partera y vocera del movimiento de parteras de Chiapas Nich Ixim, en un taller sobre derechos humanos y la defensa de la partería. San Cristobal de las Casas, junio 2023. Foto: Josaphat Toledo
El Movimiento de Parteras de Chiapas está conformado por más de 600 parteras tradicionales de Chiapas de más de 30 municipios. Nos unimos en 2017 para defender e impulsar la partería tradicional. El movimiento es independiente y no está asociado a ningún partido político ni a ninguna religión.
Somos un grupo diverso en el que hay parteras tsotsiles, tojolabales, tseltales, choles, canjobal, zoques, chuj y mestizas, tanto rurales como urbanas. El Movimiento surgió a partir de la realización de encuentros regionales de parteras en 2014, en los que nos dimos cuenta de que los problemas que teníamos eran iguales en todas partes y que las parteras también teníamos derechos. Entonces decidimos unirnos para tener fuerza y cambiar esa situación. En la actualidad, nos organizamos en 37 grupos locales y contamos con 45 representantes y 10 voceras.
Nuestras demandas como Movimiento son:
-La defensa y dignificación de la partería tradicional
-El libre ejercicio de la partería
-El derecho a la protección, conservación y transmisión de los conocimientos ancestrales de las parteras
-El reconocimiento del derecho de las mujeres a decidir dónde y con quién quieren parir y,
-El acceso a servicios de salud de calidad y respetuosos en nuestras comunidades.
La partería tradicional en el estado de Chiapas es muy fuerte. Algunos datos que hemos escuchado es que somos más de 5000 parteras. Aunque pensamos que se quiere invisibilizar nuestro trabajo, atendemos aún una buena parte de agoradesign.it los partos en comunidades, pueblos y ciudades de Chiapas. El dato del INEGI en 2021 es que casi un tercio de los partos los atendimos nosotras las parteras. Y en el caso de municipios tsotsiles o tseltales como, por ejemplo, Larrainzar, Chenalhó, Tenejapa o Chalchihuitán -por mencionar solo algunos-, 9 de cada 10 partos los atendemos nosotras.
Como Movimiento nosotras también tenemos nuestros datos. Desde que empezamos a recogerlos en 2017, hemos documentado la atención de más de 13000 partos. Esta tarea de registro ha sido muy importante para nosotras porque nos hace darnos cuenta de lo grande e importante que es nuestro trabajo.
También vimos que no siempre los datos oficiales coinciden con los nuestros. Queremos que se visibilice y reconozca nuestro trabajo, y que los partos que atendemos se registren fielmente.
Estos números nos dan a entender que las mujeres mantienen su confianza en nosotras. Pero las parteras no solo atendemos partos. Vemos también la salud de las mujeres, niñas y niños e incluso de la población en general. De hecho, durante la pandemia de Covid-19 nos vinieron a buscar todo tipo de personas por nuestros conocimientos ancestrales de salud, pero también porque había miedo y rechazo al personal de los centros de salud y hospitales, porque en muchos casos, estas clínicas cerraron durante meses.
Las parteras seguimos siendo muy importantes en nuestros territorios y tenemos el reconocimiento de las mujeres y nuestras comunidades. Y aunque cada vez hay menos jóvenes que quieran recibir su don de partera, sigue habiendo jóvenes que asumen la responsabilidad de seguir atendiendo. Por lo que vemos, la partería sigue viva y tiene futuro, gracias a las mujeres y sus familias que nos eligen. Sin embargo, a pesar de que nuestra atención es importante, seguimos encontrando muchos obstáculos y problemas para realizar nuestro trabajo.
Ritual de inicio de un taller del Movimiento. San Cristobal de las Casas, octubre de 2021. Foto: Coral Mendoza
-En varias zonas del Estado de Chiapas se está violentando por parte del sector salud nuestro derecho a atender.
Se nos prohíbe de forma directa, cuando el personal de salud nos dice a las parteras que ya no atendamos partos, que no acomodemos bebés, haciendo que algunas compañeras dejen de atender o que lo hagan “a escondidas” como así lo nombran las mujeres. Hemos documentado este tipo de casos, sobre todo, en comunidades donde hay clínicas del IMSS Bienestar. Aunque les gusta presumir de su modelo de integración de la partería tradicional, la realidad es que en muchas de sus zonas de atención están prohibiendo o limitando nuestro derecho a atender partos.
Además de las prohibiciones directas, también usan otras formas para limitar y desmotivar que el parto sea atendido por parteras ¿Cómo lo hacen?: Es constante que el personal de salud nos amenace con la cárcel si se nos muere un bebé o una mujer; e incluso nos meten miedo diciendo que hay lugares donde han matado parteras por esta situación.
La presión también va dirigida a las mujeres, a las que les provocan miedo diciéndoles que si no se atienden en hospital van a matar a su bebé. Así también, si no acuden a controles prenatales en las clínicas se les niegan servicios básicos a los bebés como la prueba del tamiz y las vacunas.
En las referencias a hospitales de mujeres que no llevaron su control prenatal en la clínica, a veces pasa que se demora su ingreso, poniendo en riesgo la vida de las mujeres y sus bebés.
-Cuando los bebés nacen en nuestras manos, se nos niega o dificulta su registro de nacimiento, más cuando lo atienden parteras no vinculadas al sector salud. El estado está violando el derecho a la identidad de la persona recién nacida.
El Movimiento de Parteras ha identificado múltiples violaciones a este derecho cuando el personal de las clínicas no reconoce a algunas parteras o porque el mismo personal lo usa como medida de presión para impedir la atención del parto por partera. Igualmente se viola el derecho cuando no hay personal en las clínicas, no hay formatos, y cuando se les niega el certificado a las mujeres que no llevaron su control prenatal en la clínica o son migrantes. En estos casos, los niños y niñas carecen de su acta de nacimiento durante años, impidiendo su acceso a otros derechos básicos como la educación, salud, etc.
-La relación con las clínicas o centros de salud ha sido muy difícil para nosotras las parteras.
No reconocen nuestros conocimientos a los que consideran un atraso. Nos usan como mano de obra gratuita para “buscar” mujeres embarazadas, promover el uso de métodos de planificación o incluso para limpiar las unidades de salud. Cuando llegamos al hospital con alguna mujer, nos regañan si dimos plantas a las mujeres y en sus informes ponen “manipulada por partera”. Nos acusan de causar muerte materna e infantil. Aunque también encontramos personal de salud que es aliado nuestro, en general lo que recibimos del sector salud son humillaciones y acoso.
No queremos dejar de recordar el contexto de inseguridad que se está adueñando del estado y que hace que cada vez sea más difícil vivir una vida digna y en paz. Esta realidad es más grave en algunas zonas como la frontera y para algunas poblaciones como la migrante y grupos de personas desplazadas. En este contexto, las parteras seguimos atendiendo, pero lo hacemos con preocupación y miedo. Igualmente, muchas mujeres tienen temor de salir a un hospital en algunas zonas, incluso aunque tengan una emergencia obstétrica; y resulta difícil encontrar transporte que las lleve al hospital por las mismas condiciones de inseguridad y violencia. Algunas clínicas han quedado sin personal por esta razón, dificultando la atención de las mujeres y la obtención de registros de nacimiento.
Por último, queremos hacer un llamado a nuestras comunidades, mujeres y demás parteras, a que se unan a la lucha por la defensa de la partería tradicional, los derechos de los pueblos, para que las mujeres tengan vidas plenas y la mejor atención posible en sus embarazos y partos. ¡Qué vivan las parteras! ¡Qué vivan las mujeres! ¡Qué viva la defensa de nuestros conocimientos y territorios!
San Cristóbal de las Casas, a 23 de marzo de 2023.
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Presentación que se realizó para el Foro Nacional de Defensa de la Partería Tradicional organizado por la Agenda Nacional por la Defensa y Promoción de la Partería Tradicional y que se llevó a cabo en la Ciudad de México el 23 de marzo de 2023.