Por una política lingüística formada e informada en México

GALA-LINGUAPAX

Del libro «Ka´yu ta kutu´a kun Ñuu Savi» Adivinanzas en Mixteco, la lengua de la lluvia, tomado de la página de Facebook del Acervo Digital de Lenguas Indígenas. https://www.facebook.com/lenguasindigenas.adli


Nota Introductoria

México es uno de los países con mayor diversidad lingüística en el planeta, en paralelo a su biodiversidad. Desafortunadamente, esta gran riqueza no ha estado acompañada de políticas ni de los recursos que respondan a la envergadura de su riqueza biolingüística, que permitan defenderla, valorarla, mantenerla, promoverla, incluso desarrollarla. Al contrario, en general las políticas públicas con respecto a las lenguas y las culturas indígenas han sido insuficientes, teñidas de precariedad y en el fondo orientadas a la castellanización y consecuente asimilación de los pueblos originarios. Más aún, las instituciones desgraciadamente se convierten en botín político de grupos, facciones, incluso individuos sin escrúpulos que patrimonializan las instituciones públicas, de lo que desgraciadamente no han estado exentas las dedicadas al sector indígena y sus lenguas.

Tal diversidad supone, además, la existencia de numerosas comunidades de hablantes de lenguas originarias que ven amenazado su derecho a conservar y promover sus lenguas y culturas, como reconoce nuestra carta magna. Toda lengua es la lengua de alguien, menospreciarla es, por tanto, una forma de opresión a la dignidad y la identidad de ese alguien. En el caso de México, el INEGI registra más de siete millones de hablantes de lenguas indígenas y millones más de integrantes de pueblos originarios que han sido orillados a dejar de usarlas. Desde 1992 nuestra Constitución Política reconoce el carácter plural de la nación mexicana, sin embargo, poco hemos hecho para que ese reconocimiento político-jurídico se haga realidad. Necesitamos políticas que contribuyan a lograrlo.

Preocupados por el futuro de los pueblos originarios y sus lenguas, un grupo de mexicanos conocedores del campo, conscientes de la necesidad de trasformar este estado de cosas, la amenaza que se cierne sobre el futuro de las lenguas mexicanas, como las de la mayoría del orbe, nos reunimos para proponer un nuevo rumbo a las políticas lingüísticas en México y desarrollar una planeación lingüística acorde con los grandes desafíos y necesidades en la materia, que supere el paternalismo corporativista de Estado a la que sigue estando sometida, y desarrolle propuestas bien formadas e informadas que verdaderamente abonen a un futuro sostenido de las lenguas y culturas mexicanas.

Se requiere una gestión lingüística robusta con un modelo distinto que se sugiere en lo que sigue, antes de que sea demasiado tarde y desparezcan las lenguas, acompañando el nuevo proyecto de nación de la nueva administración pública, capitalizando las buenas intenciones en buenas prácticas a favor de la diversidad lingüística y cultural de nuestro maltrecho país.

¿Por qué defender la diversidad lingüística?

Las lenguas son los tesoros culturales por antonomasia de un pueblo, resumen los saberes culturales y la historia de las comunidades, les proveen de instrumentos de identidad y cohesión social, estrechamente vinculadas con su territorio y sus raíces más profundas. Consustancialmente conllevan saberes ancestrales respecto al manejo del medio ambiente, su flora y su fauna, su farmacopea, etc., son espejos de la naturaleza misma de las sociedades y sus culturas. Sin lenguas perdemos nuestros instrumentos de comunicación, reproducción y cohesión de identidades más fundamentales. Más aún, el conocimiento de las lenguas puede permitir y ha permitido penetrar y vulnerar conocimientos en riesgo proclives a la biopiratería de grandes corporaciones que atentan contra la biodiversidad, la propiedad intelectual, los derechos fundamentales y las identidades históricas de los pueblos, por lo que deben protegerse como parte de la riqueza de la nación y la integridad de las comunidades indígenas y la sociedad en general.

Las lenguas existen gracias a la vida social de sus hablantes, a las prácticas habituales en su idioma. Si esas prácticas sociales se debilitan o desaparecen, las lenguas que las hacen posibles también se debilitan y con ello se reduce la diversidad lingüística y cultural de los pueblos indígenas que constituye la fuente de la pluralidad de la nación.

Hacia una política lingüística sostenida y sostenible en México

Considerando que la globalización y los embates neoliberales, junto con las herencias coloniales que esto supone, de manifiesto en los intereses de, por ejemplo grandes corporaciones, siguen amenazando y atentando contra la integridad de la riqueza lingüística y cultural de los pueblos,

PROPONEMOS reorientar la política pública en materia de diversidad lingüística.

Lo cual por lo menos supondría:

Una crítica institucional encaminada a reorientar el trabajo con las lenguas de las comunidades indígenas, propiciando

  • un diagnóstico participativo que abone a un mayor y mejor funcionamiento institucional a favor de las lenguas, democratizando las estructuras de toma de decisiones, volviéndolas más participativas;
  • integrar los esfuerzos aislados de las instituciones para generar una sinergia que optimice los recursos a favor de las lenguas amenazadas;
  • superar la ciencia autoritaria a favor de intereses de grupos o individuos vinculados a herencias coloniales en la academia, propiciando una nueva relación entre la academia y los pueblos indígenas;
  • descolonizar la ciencia, desarrollando una ciencia comprometida con la estabilización y armonización de las lenguas y culturas amenazadas.

Con base en este y otros esfuerzos concertados con actores clave como organizaciones e intelectuales indígenas, maestros originarios, promotores y activistas lingüísticos, universidades interculturales, centros de investigación, individuos, artistas, etc., comprometidos con las lenguas y culturas indígenas, PROPONEMOS:

Conformar una red de apoyo y promoción de las lenguas y culturas amenazadas, que entre otras de sus funciones permita constituir

  • Un observatorio de derechos lingüísticos y culturales, que facilite dar seguimiento a las necesidades y cumplimiento cabal de los derechos lingüísticos en México, no sólo poniendo en práctica lo que establecen los distintos documentos legales en la materia, sino perfeccionándolos y ejerciendo los derechos lingüísticos en la práctica.
  • Un programa de educación en todos los niveles escolares de alumnos hispanohablantes, que valore realmente las lenguas y las culturas originarias, implementando la enseñanza de las lenguas nativas de la región en diferentes niveles de enseñanza.
  • Programas de información y formación en torno a la diversidad lingüística mexicana, que identifique y promueva acciones concretas a favor de las lenguas originarias y por supuesto de sus hablantes, con programas de formación en política y planeación lingüística, revitalización, mantenimiento y desarrollo lingüístico y cultural.
  • Una mejor y mayor inserción de las lenguas indígenas en los medios, con radiodifusoras indígenas en cada región de habla originaria, además de tiempo aire en las radiodifusoras comerciales, junto con la conformación de televisoras indígenas o interculturales.
  • La construcción de un sistema escolar en lenguas indígenas en todos y cada uno de los niveles de enseñanza, desde la primaria hasta la universidad, regionalizada de acuerdo con las necesidades y características de cada situación, superando la centralización y estandarización a la que ha sido sometido el modelo de educación indígena en el país.
  • La creación de un sistema de becas para el desarrollo de los hablantes originarios en el sistema de educación indígena y no indígena sugerido y otros, con cuotas de, por lo menos, 10% de estudiantes originarios en las universidades públicas, con perspectiva de género.
  • Una instancia que coordine esfuerzos institucionales concertados con las comunidades para propiciar la creación de materiales con pertinencia y pertenencia para todos los niveles de enseñanza.
  • La creación de currículos apropiados que acompañen el sistema de escuelas indígenas enunciado.
  • La creación de un programa de formación de intérpretes y traductores profesionales en lenguas originarias, generando empleos en las mismas.
  • La transversalización del uso de las lenguas indígenas en todos los sectores públicos de la sociedad, sensibilizando a la sociedad mayor sobre el respeto a los derechos lingüísticos y su valorización.
  • La oficialización de las lenguas indígenas en las regiones donde se hablan, dotándolas de un estatus obligatorio en las escuelas públicas y de observancia general en las instituciones de referencia.

Esperaríamos que éstas, junto con otras acciones que se desarrollen colaborativamente con los propios actores originarios y otros participantes interesados clave como los sugeridos, permitirían remontar el desplazamiento lingüístico y cultural y la fatal sustitución y asimilación final que se cierne sobre las comunidades indígenas de nuestro país; que si no se toman acciones urgentes verán su consumación en un par de generaciones a lo sumo, en muchas, si no en todas, las regiones de habla originaria.

El Grupo de Acompañamiento de Lenguas Amenazadas (GALA) conformado por investigadores de diversas instituciones educativas, hacemos un llamamiento al actual presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador con el motivo de exponer las problemáticas y propuestas para superar la pérdida de la diversidad lingüística.