Diana Flores, César Antúnez, Jesús Pat Chablé
Intérpretes y músicos originarios
Víctor Gally
Músico y compositor
José Antonio Flores Farfán
CIESAS Ciudad de México
De izquierda a derecha: Víctor Gally, José Antonio Flores Farfán, Mixe Represent, Pat Boy y Diana Flores. Foto: Yoselin Barrera (2022)
En el marco de un evento divergente a los formatos académicos tradicionales, este panel contó con la participación de sendos creadoras y creadores originarios que luchan por reivindicar sus lenguas y culturas a través del arte, en particular, aunque no exclusivamente, de la música. Con un espíritu colaborativo diferente, en la medida en que desarrolló un palomazo (jam session) comentado, con música en vivo y presentaciones autoreflexivas de cada una de las voces originarias en macehualtlatolli (náhuatl), ayuuk (mixe), y maya t’aan (maya yucateco).[1]
Los participantes incluyeron a Diana Flores, Yolpaki Xihuitl, “Hierba de corazón jocoso”, como ella misma se denomina, nahua hablante de la Huasteca, egresada de la licenciatura en educación indígena de la UPN, quien ha propiciado la existencia de dos grupos, Eyi Xochitl, “Tres flores”, de música huasteca en náhuatl, además de la agrupación Auikatl, “Canto del agua”, de reggae en náhuatl, cuya participación como instrumentista consiste en jarana y voz, además de componer y adaptar canciones en su lengua materna, el Náhuatl.
También participó el talentoso armonicista Víctor Gally, quien además es diseñador y artista plástico, colaborador directo de Celerina Patricia Sánchez, conocida poetisa en Tu’un Savi, quienes han desarrollado el proyecto Natsiká, “Travesía”, ensamble musical poético que combina tonalidades del blues con la poesía de la montaña Ñuu Savi, el pueblo de la lluvia, proyecto innovador de gran potencial poética y musical.
Se contó a su vez con César Antúnez, Mixe Represent, probablemente el rapero ayuujk (mixe) más reconocido en la actualidad y uno de los mejores raperos originarios en el ámbito nacional, quien también fusiona otros géneros, incluidos los sones mixes tradicionales.
En palabras de Diana, Yolpaki Xihuitl, nuestro encuentro produjo:
… este encuentro multidisciplinario pluricultural y plurilingüe y multiétnico, presentó una colaboración políglota. Esta colaboración en cuatro lenguas hace presente la posibilidad de comunicación intercultural a través de una rama artística que es la música, legado de todas las culturas y que hoy día así como las lenguas cambian dinámicamente, así lo ha hecho también la música, tal es el caso que hoy día de pueden encontrar diversas manifestaciones de lo que puedo denominar etnofusión musical contemporánea.
Mientras que rap en maya y ayuuk se respondían entre sí, con armonías de reggae con toques de pop, se presentaba un diálogo de la diversidad [lingüística] mexicana, acompañados por la armónica (de Víctor Gally) y la jarana huasteca frente a personas de diversos pueblos originarios del mundo, quienes eran a su vez ponentes de distintos temas, desde cine hasta feminismos en los pueblos originarios.
Aunque también el reflejo de la poca audiencia de los mismos ponentes fue notoria, dado que había una entrega de premio y la hora de la comida en el mismo horario que la presentación musical y la exposición de nuestra experiencia, hubo un [productivo] intercambio de saberes desde la lengua y la música, desde la improvisación de rimas, métrica y ritmo en tres idiomas de diferente familia lingüística pensadas desde sus hablantes.
Lo anterior respondiendo a la creciente ola de pseudocreadores de poesía y música que traducen (en el mejor de los casos) desde lenguas con “prestigio”, a una lengua originaria, sin pensar que tenga sentido para las comunidades hablantes de esas lenguas, de las cuales se valen para enriquecerse, vendiendo la cultura sin ser parte de ella, sin devolver algo al pueblo del que dicen hablar su lengua, lo cual nos lleva a una apropiación lingüística y la violación del patrimonio de los pueblos originarios.
Mixe Represent junto con el pueblo Ayuuk, Pat Boy con el colectivo ADN Maya y Yolpaki Xihuitl … son sólo unos cuantos de los ya casi cientos de creadores de música en lenguas originarias cuya base es la comunidad y quienes son las primeras en avalar y no romantizar sus propias lenguas y culturas. Pensar desde la lengua, hacer en el idioma desde la cultura y para la cultura como primer fin es algo que describe a estos artistas que devuelven en trabajo comunitario la riqueza que es poseer y haber sido criados en ambientes distintos al monolinguismo en español, y llegar al siglo XXI hablando y cantado rock, metal, hip-hop, reggae, rap, sones, etc., en lenguas en resistencia del México plurilingüe. Mixe Represent escribe: Ko ää ëyuujk nmëtyäjkëm, ko ää ëyuujk kä’t tykety’, yë mëjätyëjkët n’ajty’ tsyojktëp, yë yntotëp, jëts kyapx mëtyak jyk jämyatst. ( El deseo de los ancestros, era y es, que se siga practicando el habla mixe para que sus conocimientos sigan vigentes).
La participación en ERIP 2022 fue de procesos y fusión musical y lingüística, de exponer las dificultades por las que atraviesa cada proyecto para llegar a otros oídos y retribuir parte de ese esfuerzo comunitario a través de rimas y cantos, poniendo énfasis en la lengua propia, la lengua que los abuelos y abuelas le transmitieron a cada participante.
La mayor experiencia del conversatorio fue que pese a que se quiera explotar, exponer y/o reinterpretar la lengua o la cultura de un punto determinado a nivel nacional o mundial, el verdadero valor sigue presente y radiante en las comunidades originarias que luchan y re inventan la lucha para conservar la herencia milenaria que se posee, la esencia de las y los antepasados que dieron vida y por la cual se busca mantener esa sabiduría.
Por su parte, también participó Pat Boy, líder del colectivo rapero ADN Maya, hablante, creador y productor maya yucateco, quienes recibieron el prestigioso premio Linguapax 2022 al fomento de la diversidad lingüística por su trabajo a favor de la lengua maya yucateca en la Península de Yucatán, donde desarrollan talleres, en especial Pat, para que los niños y jóvenes se acerquen a la lengua maya a través del rap, como un instrumento de reivindicación lingüística y cultural. Junto con miembros del colectivo fueron a invitados a participar con parte de la banda sonora de Wakanda Forever, lo cual le ha dado una gran visibilidad y proyección a su trabajo.
La presentación fue organizada de la siguiente manera. Acordamos escoger dos pistas musicales, a saber: “Haciendo Ruido”, del disco Mixecano, de Mixe Represent, y un reggae de Yolpaki Xihuitl, y sobre esa base desarrollar una improvisación con todos los participantes. Previo al evento ensayamos y montamos la pieza en sus líneas generales, acordando sobre todo el orden de las intervenciones, así como los puentes musicales y el tema general, que giró en torno a la resistencia como existencia y resiliencia originaria, con el leitmotiv “estamos vivos, creando y resistiendo”.
Previo a la sesión musical, los creadores y la creadora se presentaron, hablando un poco de su trabajo para luego debatir en función de preguntas generadoras formuladas por el coordinador del evento, José Antonio Flores Farfán, siendo éstas las siguientes:
¿Qué aceptación ha recibido su trabajo en sus comunidades?
¿Cuál ha sido su relación con el Estado para el desarrollo de su trabajo?
Las respuestas no se hicieron esperar en el sentido de la complejidad y heterogeneidad de situaciones que enfrentan en sus propias comunidades, incluida la precariedad material para desarrollar el trabajo y las malas prácticas del Estado, en el sentido de la folklorización, mercantilización y desvalorización a la que muchas veces son sometidos desde una postura paternalista y corporativista. En palabras de Víctor Gally:
El diálogo lingüístico-musical que se llevó a cabo en el escenario entre tres jóvenes hablantes de las lenguas ayuuk, maya y náhuatl comenzó con cierta timidez, pero poco a poco cada uno adquirió confianza y fluidez, y para la segunda vuelta de improvisación, sus palabras y sus sonidos florecían. La intervención de cada uno fue apropiándose de su espacio y de su tiempo, pero siempre conscientes de ser parte de un todo colectivo, y al final, una misma voz multicolor deseaba que la fiesta no terminara tan pronto.
Su posicionamiento como artistas y su reafirmación desde su cultura dio una pequeña muestra del potencial creativo que se puede generar con estos encuentros e intercambios. Se abren infinitas posibilidades desde lo cultural pero también desde lo social y lo político, al menos para abrir los horizontes más allá de las barreras ideológicas del nacionalismo que todo lo blanquea o folkloriza. Desde esa perspectiva, se pueden tender puentes e intercambios entre las diferentes lenguas y pueblos de este país y también más allá de sus fronteras nacionales. Bueno, al menos así yo lo sueño como músico y como ciudadano del mundo cuando me subo al escenario.
En las comunidades también existen contradicciones que cotidianamente enfrentan, como la poca aceptación e incluso rechazo de los mayores a su trabajo, en paralelo a potenciales rivalidades con otros creadores, que sin embargo se buscan limar y superar en el día a día, recuperando el espíritu comunitario de valores positivos, que fueron los mayormente enfatizados en este encuentro.
Así, por ejemplo, los creadores de ADN Maya han logrado recuperar y conciliar la hach Maya, “la Maya verdadera”, que es la variedad de habla más identificada con los mayores, y lo que ella encapsula en términos de saberes y espiritualidad ancestral, como las consejas para el buen vivir, con el rap, prestigiando socialmente a la lengua y la cultura propias e incluso utilizándolo como una herramienta pedagógica para la enseñanza y (re)adquisición de la lengua originaria con los niños y jóvenes de la península yucateca. En este sentido, se destacaron una serie de sinergias positivas que animan estas colaboraciones y posiciones, donde el centro está en el reconocimiento de la agentividad de los propios hablantes en la reivindicación de sus diversos legados y epistemologías propias.
En contra del racismo encubierto de las malas prácticas aludidas del Estado y la academia extractiva, se oponen en la práctica el espíritu colaborativo, se enfatiza la solidaridad y la creatividad de estos activos agentes y luchadoras por el cambio, que apuestan por la revitalización lingüística y cultural en la práctica a través del arte, más allá de la romantización museográfica estatizante de sendas instituciones.
Todo esto nos llevó a la reflexión de la necesidad de continuar cultivando semejantes valores positivos y colaboraciones para el cambio de estructuras caducas que buscan perpetuar la explotación y expoliación de los hablantes, por más subrepticias que sean, al desarrollo de una lingüística transformadora, que permita afianzar, crear y recrear los grandes legados originarios, contemporaneizándolos; ampliando sus repertorios de maneras lúdicas y emocionales a la vez que instrumentales, relevando los efectos y los afectos positivos del arte, como la trasmisión intergeneracional de sus lenguas y culturas de maneras lúdicas, que dignifican y facilitan su continuidad de maneras renovadas, alentando su disfrute como un derecho lingüístico, formando redes de trabajo en el desarrollo de productos tangibles con vida propia que impactan e inciden en los imaginarios populares, derivados del diálogo productivo que implica un cuidado y respeto recíprocos.
El papel de la academia es de compromiso y acompañamiento, como un actor más de los procesos de transformación de las ideologías y prácticas perniciosas, como el racismo y la discriminación de las herencias coloniales, yendo más allá de jerarquías que se resisten a desaparecer y que estos creadores y creadoras buscan y han logrado subvertir, garantizando sus continuidad en un entorno siempre hostil, afianzando alianzas que se despliegan en la práctica para la reivindicación activa de los grandes legados lingüísticos y culturales de este país, de los que tenemos tanto que aprender.
Referencias
https://es-la.facebook.com/MixeRepresent
[1] Se capitalizan los nombres de lenguas y pueblos originarios, en un gesto por destacar su importancia y la necesidad de su dignificación sociopolítica.