Periferias, Estado y movilización popular Apuntes de coyuntura en tiempos de pandemia en Argentina

Lic. Oscar Soto | (UNCUYO – CONICET)

Lic. Silvana Iovanna Caissón | (UNSJ – CONICET)


A menudo, en los barrios de las periferias del mundo, solemos despertar sintiendo el tedio de las pesadillas que se hacen modo de vida cotidiano. En ocasiones, esos mundos que nos creamos, no se asemejan a la virulencia con que se nos presenta el día a día. La prepotencia de lo absurdo en la sociedad capitalista que habitamos, transita, por estas horas, una sensación compartida de estar metidos dentro de una distopía, mezcla de perplejidad, opresión, espanto y fastidio[1]. A continuación, tomamos notas del acontecer de la pandemia en Argentina a grandes trazos y a dos manos.

El Estado, ese leviatán todoterreno

Las formas de ejercicio del poder en Nuestra América – al menos desde el despojo colonial a esta parte – bien pueden ser reunidas en tres afiladas aristas: tanto la desigual distribución de recursos y la apropiación privada de los bienes comunes (poder económico), la organización de un cúmulo de ideas que justifican esos mundos desiguales (poder ideológico), como la constitución de un orden de convivencia colectiva (poder político) se entrelazan en las facetas estatales sobre las que nos movemos a diario. El Estado tal como lo experimentamos en la Argentina de Alberto Fernández, no es la estatalidad que contorneó el macrismo en el poder[2]. Sin embargo, la agencia de ese leviatán criollo[3] tiene una productividad relevante en la formación de las sociedades latinoamericanas, en especial en la Argentina.

El 70.3% de la población argentina se concentra en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Tucumán y Mendoza[4], donde se encuentran además las zonas de mayor desigualdad del país. De acuerdo a las mediciones de la Universidad Católica Argentina (UCA), actualmente la pobreza alcanza al 40.8% de la población nacional.[5]

La crisis que tiene lugar a partir de la propagación del Covid-19 posee la particularidad de erigirse global y multidimensional: estamos frente a un deterioro no solo sanitario sino político, cultural y fundamentalmente económico. Los bordes del capitalismo tal y como los conocemos se erosionan con los interrogantes que esta cuarentena despierta. Lo que este tiempo de “anormalidad” exhibe es que, a contramano del discurso neoliberal, la globalización no ha hecho en modo alguno que los Estados se vuelvan obsoletos e inútiles, incluso en su forma y dimensión nacionales (Estados-nación)[6].

Entonces, ¿qué sucede en Argentina por estos días? En primer lugar, hay que decir que, en medio de la caída y el desborde general, nuestro país ostenta cierta pericia en el manejo de la pandemia; algo así como un premio consuelo en el derrotero de las gestiones del Cono Sur. Es que, basta mirar al Chile de Piñera o la caricatura brasilera de un Bolsonaro en el poder, para – como mínimo – ponderar bien la curva de coronavirus local: la Argentina atraviesa el día 47 de Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (Decreto de Necesidad y Urgencia Nro. 297, 20 de marzo de 2020), y tiene hasta el momento más de 4887 personas contagiadas y 262 víctimas fatales. El dato optimista es el de los recuperados: más de mil personas. Pese a que la gestión de la pandemia está siendo exitosa, las desigualdades preexistentes se profundizan y vuelven más visibles.

Sectores populares en cuarentena

Una publicación reciente del Colectivo Editorial Crisis[7]  visibiliza cómo en los barrios más carenciados se hace muy difícil sobrellevar el aislamiento social, preventivo y obligatorio, allí donde la infraestructura sanitaria esencial no está garantizada. Para hacer frente a ello, desde el gobierno nacional se promovieron medidas paliativas como aumentos de los montos asignados en la Asignación Universal Por Hijo[8] (AUH) y en los Salarios Sociales Complementarios (de las cooperativas y unidades productivas), el aumento de alimentos a los comedores barriales, el establecimiento de precios máximos de referencia a alimentos y elementos de higiene básicos[9], y la implementación de un Ingreso Familiar de Emergencia (IFE)[10] para monotributistas[11], trabajadores informales, y desempleados.

Sin embargo, lo que el informe pone de manifiesto es que para las clases populares, el barrio constituye el hogar donde recluirse ya que las condiciones de habitabilidad son críticas: falta de agua potable y sistema de cloacas, múltiples familias viviendo bajo un mismo techo, ingresos por debajo de la canasta básica familiar, mala alimentación cuando no desnutrición y falta de higiene adecuada para prevenir el contagio[12]. Además, la situación en estos barrios se complica en términos de contención y control social. Sucede que, en este país, la virtud del Estado atendiendo el aislamiento social en busca de achatar la curva del contagio, no exime la deriva militarista que las fuerzas de seguridad emplean para tratar la cuarentena en los barrios populares. Un conjunto de implosiones se desata en los conglomerados humildes y es allí donde el “servicio a la comunidad” de los sectores policiales siempre se traduce en represión, por ejemplo, en las cárceles donde la olla a presión del aislamiento en el aislamiento[13] ya ha explotado con furia.

Sobre la acumulación de crisis económica, deterioro social y aislamiento colectivo, la pandemia en Argentina simula el caos. En el fondo, el derrotero del leviatán criollo se mueve en el inmenso mar de la sociedad civil popular que se organiza desde abajo.

Acciones comunitarias en medio de la crisis

La desigualdad estructural que, como venimos desarrollando, caracteriza a nuestro país pone de manifiesto que las medidas tomadas por el gobierno nacional, y en muchos casos diferenciadas por provincia[14], constituyen un paliativo a la emergencia, pero no alcanzan. Así como en anteriores crisis, político-institucionales y económicas, como la que vivimos en 1989 o en el 2001, la organización comunal, local, o político-social vuelve a representar una respuesta no sólo de asistencia social sino de movilización y construcción de lazos de solidaridad desde sectores subalternos (Gramsci, 2004).

Imagen 1. Uno de los comedores y merendero en que colabora la Corriente Clasista y Combativa de Mendoza. Barrio Lihue, Guaymallén, Mendoza, Argentina. Giramundo TV, 17 de abril de 2020. Informe completo disponible en https://www.youtube.com/watch?v=Qf_GOtVSuQE

En este contexto de Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, muchos espacios intensificaron el trabajo que ya venían haciendo en los barrios de las periferias urbanas, conteniendo la situación social de los sectores bajo la Línea de Pobreza[15], a los que ahora se suman trabajadores/as cuentapropistas, trabajadores/as no registrados, sectores que hoy pasan a ser desempleados.

Entre los casos que podemos recuperar se encuentra el de la organización La Poderosa que lanzó una campaña a través de redes sociales y medios de comunicación hegemónicos y comunitarios, para reforzar los alimentos en los comedores de su espacio en todo el país[16]. Asimismo, el Frente de Organizaciones agrarias en Lucha concentró sus fuerzas en reforzar el armado de comedores y merenderos entendiendo que “la salida es colectiva y desde abajo”[17]. En el último mes la Corriente Clasista y Combativa de Mendoza organizó la puesta en marcha de nuevos doce comedores comunitarios y merenderos en la zona de Guaymallén para los que solicitó colaboración pública[18]. Es preciso dar cuenta que en estas experiencias el rol de las mujeres es central ya que ellas son quienes, en muchos casos, abren las puertas de su casa para cocinar y entregar las viandas a las y los vecinos[19].

Por su parte, en lo productivo, organizaciones de productores agrarios como la Unión de Trabajadores de la Tierra, la Unión de Trabajadores/as de la Economía Popular, Movimiento Nacional Campesino de Santiago del Estero Vía Campesina, la Unión de Trabajadores Sin Tierra de Mendoza, se han sumado a circuitos de distribución directo de productores a consumidores a través de entrega y venta de bolsones de verduras a precio justo, como es el caso de la Red Respaldar. Esta iniciativa también fue acompañada por espacios políticos y universitarios que se pusieron a disposición del trabajo con las medidas sanitarias correspondientes.

Imagen 2. Armado de bolsones de verdura para distribución en barrios populares por parte de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), Mendoza, Argentina. Informe disponible en https://www.youtube.com/watch?v=10Ua-c03WCQ

Con relación a los cuidados y prevención en salud, diversas cooperativas de la economía social y solidaria, organizadas en torno a la premisa de la autogestión y sin patrón (algunas de ellas empresas recuperadas por sus trabajadores) volcaron su producción a elementos sanitarios indispensables para prevenir el contagio del virus. Por ejemplo, producen mascarillas sanitarias las cooperativas Darío Santillán, Enredo, Cooperativa 8 de enero, Red Textil Cooperativa, Bar lo de Néstor y 3000 Motivos (Buenos Aires), Confeccionar Esperanzas (La Rioja), Cooperativa del Movimiento Evita (Corrientes) y Fernanda Toledo (Mendoza), entre otras del país. Además, otras producen alcohol en gel como MadyGraf y Farmacocop (Ciudad de Buenos Aires), y en la Cooperativa La Terre (Mendoza) fabrican lavandina. Esta última además venía realizando producción de alimentos disecados para atender la emergencia alimentaria y aportar a los comedores comunitarios[20].

Respecto al campo de la comunicación y la cultura, en Argentina existe un amplio sector de medios comunitarios audiovisuales, muchos de ellos nucleados en redes nacionales como la Federación Argentina de Radios Comunitarias (FARCO), la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC-Argentina), la Red Nacional de Medios Alternativos (RNMA) y la Coordinadora Nacional de Televisoras Alternativas (CONTA). Todos ellos con mayor o menor dificultad en la sostenibilidad de sus espacios continuaron transmitiendo y ofreciendo programación local y nacional, así como noticias que visibilicen relatos que en los medios hegemónicos no tienen lugar. La práctica periodística de estos medios colabora además con la difusión de información sobre la situación de pandemia, pero evitando el nerviosismo y el pánico que la sobrecarga informativa sobre casos y fallecimientos, casos de inseguridad o crisis económica generan[21]. En el último mes, incluso, las redes de comunicación comunitaria aquí nombradas se sumaron a la propuesta del Ministerio de Educación de la Nación y aceptaron ser repetidoras de los contenidos del programa nacional “Seguimos Educando”, a través del cual se distribuyen contenidos educativos frente al cierre de las escuelas y la no suspensión del ciclo lectivo.

Todas estas acciones de sectores subalternos de la sociedad civil colaboran con el debate público sobre la gestión de la pandemia, marcando grandes diferencias con el discurso (e ideología) neoliberal del “sálvese quien pueda” o “sé tu propio emprendedor y salí de la crisis con el teletrabajo”. En este sentido, las organizaciones proponen, recomiendan y exigen a los diferentes niveles del Estado el cumplimiento de los Derechos básicos y fundamentales frente a la desigualdad socioeconómica y cultural.

En estos tiempos de crisis, las significaciones también se movilizan y las experiencias subalternas cobran “un valor inestimable para el historiador integral” (Gramsci, 2004, pág. 493)[22]. Siguiendo a Zavaleta (1984)[23], las crisis se presentan como momentos de catástrofe, pero también como momentos constitutivos donde el deterioro del sistema nos da lugar para sistematizar y capitalizar prácticas autoorganizativas como potencia y praxis transformadoras.

En este artículo nos propusimos reflexionar sobre el contexto actual, debatir colectivamente el después de la pandemia y la crisis que viene desde y con las organizaciones populares. Una oportunidad para seguir rascando allí donde las concepciones de mundo pican y proponer lógicas alternativas en la esfera pública (Martín Barbero, 2001) que nos permitan crear nuevos horizontes de futuro.

Referencias

  1. Petruccelli, A. y Mare, F. (5 de abril de 2020). Paranoia e hipocresía global en tiempos de capitalismo tardío. Contrahegemonía web. Obtenido de https://contrahegemoniaweb.com.ar/2020/04/05/paranoia-e-hipocresia-global-en-tiempos-de-capitalismo-tardio/
  2. “Plan contra el hambre, reiniciar un ciclo de crecimiento sostenido y reestructurar la deuda. Las tareas urgentes de Alberto Fernández” / Pagina12, disponible en: https://www.pagina12.com.ar/235855-las-tareas-urgentes-de-alberto-fernandez
  3. Cortes, M. (2012). El Leviatán Criollo Elementos para el análisis de la especificidad del Estado en América Latina (Eds.), Ed.) El Estado en América Latina: continuidades y rupturas.
  4. INDEC. (octubre de 2012). Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010. Instituto Nacional de Estadísticas y Censos. Recuperado el 2020 de marzo de 10, de https://www.indec.gob.ar/ftp/cuadros/poblacion/censo2010_tomo1.pdf
  5. OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA ODSA INFORMA 2020 / 2 – 31 / 03 /2020 DESIGUALDADES SOCIALES EN TIEMPOS DE PANDEMIA. Consulta 10 de mayo de 2020. Disponible en: http://wadmin.uca.edu.ar/public/ckeditor/Observatorio%20Deuda%20Social/Documentos/2020/OBSERVATORIO-COMUNICADO-ODSA%20INFORMA-%202-31_03_VF.pdf
  6. Bihr, A. (23 de abril de 2020). ¿Y después de la crisis del Covid-19? Tres escenarios para explorar el campo de lo posible. Obtenido de https://vientosur.info/spip.php?article15903
  7. Informe sobre la cuarentena en los barrios populares / Crisis, disponible en: https://revistacrisis.com.ar/notas/informe-sobre-la-cuarentena-en-los-barrios-populares
  8. La Asignación Universal Por Hijo (Ley Núm. 24.714) es un seguro social que se otorga desde 2009 a madres o padres argentinos residentes (o extranjeros con más de tres años de residencia y DNI nacional) que tengan a cargo hasta cinco hijos/as menores de 18 años. El seguro está destinado a madres o padres desocupados, trabajadores no registrados (sin obra social ni jubilación), trabajadores del servicio doméstico, monotributista sociales (categoría más baja) y destinatarios de otros programas sociales como Futuro, Manos a la Obra, Salario Social Complementario.
  9. Disponibles en https://preciosmaximos.argentina.gob.ar/
  10. La IFE es un ingreso de diez mil pesos (aproximadamente 147dls.) que se otorgó en el mes de abril y posiblemente en mayo a través de la Administración Nacional de la Seguridad Social. Representa casi el 50% de la canasta básica familiar y sólo correspondía cobrarlo a un miembro de cada familia. Fuente: https://www.anses.gob.ar/ingreso-familiar-de-emergencia
  11. Las y los trabajadores monotributistas son aquellos/as que facturan por sus servicios y realizan sus propios aportes sociales (aporte jubilatorio y obra social) a través de Administración Federal de Ingresos Públicos.
  12. Comisión de Ciencias Sociales de la Unidad Coronavirus COVID-19 (marzo de 2020) Relevamiento del impacto social de las medidas del Aislamiento dispuestas por el PEN – Marzo 2020. Disponible en https://www.conicet.gov.ar/wp-content/uploads/Informe_Final_Covid-Cs.Sociales-1.pdf
  13. No hay más tobilleras, hubo represión y presos que se cosieron la bocaCoronavirus: disturbios en las cárceles de Mendoza / Pagina12, disponible en: https://www.pagina12.com.ar/262457-coronavirus-disturbios-en-las-carceles-de-mendoza
  14. Por ejemplo, para las semanas de “cuarentena administrada” (Alberto Fernández, conferencia de prensa del 26 de abril), el presidente de la Nación dispuso la flexibilización de las medidas según los datos de contagio y casos fatales en cada provincia. Para ello, cada Gobernador debe presentar ante las autoridades nacionales una propuesta y protocolo de aquellas actividades que pretenden liberar paulatinamente (Decreto de Necesidad y Urgencia Nro. 335, 26 de abril 2020).
  15. INDEC. (2020). Instituto Nacional de Estadísticas y Censos de la República Argentina. Recuperado el 7 de mayo de 2020, de https://www.indec.gob.ar/indec/web/Nivel4-Tema-4-46-152
  16. Campaña solidaria de La Poderosa. Consulta: 7 de mayo de 2020. Disponible en http://www.lapoderosa.org.ar/2018/06/pariendo-un-comedor-con-la-fuerza-del-amor-2/
  17. Rodrigo, Frente de Organizaciones en Lucha en Giramundo TV “Informe de situación de merenderos y comedores del FOL en los barrios”, 5 de mayo de 2020. Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=poPh9kS7h4A
  18. Fuente: Informe audiovisual Situación de los merenderos y comedores en Guaymallén, Giramundo TV, 22 de abril de 2020. Consulta: 7 de mayo de 2020. Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=sfJrDPlKxJQ
  19. Así como en los años ´80-´90 de profunda crisis económica producto del modelo neoliberal las mujeres fueron las encargadas de entregar la caja PAN (Plan Alimentario Nacional) o se convirtieron en las manzaneras que entregaban la leche en el barrio.
  20. Para conocer estas experiencias se pueden consultar los canales de Youtube de Barricada TV y Giramundo TV Comunitaria, entre otros medios audiovisuales alternativos y populares.
  21. Segura, M. S. (marzo de 2020). Con alerta pero sin pánico. El rol de los medios en la pandemia. Revista de la Facultad de Ciencias Médicas de Córdoba, 77(1), 55 – 58. Disponible en Doi: https://doi.org/10.31053/1853.0605.v77.n1.28066
  22. Gramsci, A. (2004). Antología. Selección, traducción y notas de Manuel Sacristán. Buenos Aires: Siglo XXI.
  23. Zavaleta Mercado, R. (1984) El Estado en América Latina. Ensayos 1. México: UNAM.
  24. Martín Barbero, J. (2001). Reconfiguraciones comunicativas de lo público. Anàlisi : quaderns de comunicació i cultura(26), 71 – 88. Recuperado el 10 de mayo de 2020, de https://ddd.uab.cat/record/820.