Lourdes de León Pasquel
(coordinadora)
En el curso de unas cuantas semanas saldrá a la luz el libro Nacer y crecer en Mesoamérica y los Andes: teorías parentales y prácticas de crianza infantil contemporáneas, México, ciesas coordinado por Lourdes de León Pasquel, profesora investigadora de nuestra institución.
El propósito de esta obra es mostrar que la infancia es una construcción sociocultural y que la manera eficaz de abordarla y reivindicarla es desde centros múltiples que desafíen el etnocentrismo euroamericano y las políticas homogeneizadoras del Estado. Este es el primer libro que realiza una etnografía de la infancia indígena hecha por investigadores e investigadoras originarias que documentan, desde el lente de su propia lengua y cultura, distintas dimensiones de lo que es nacer y crecer en Mesoamérica y los Andes. Reunimos a estas dos regiones indoamericanas en este volumen, en tanto Mesoamérica constituye una región cultural con características ampliamente documentadas[1] y a los quechuas andinos quienes, por su parte, representan a un grupo étnico mayoritario en Sudamérica que, de manera interesante, muestra paralelismos con la concepción de la persona y su constitución dual cuerpo-espíritu en la socialización de los niños (Terceros, este volumen). En este trabajo mostramos estas conexiones y evaluamos el interés que representan para investigaciones futuras. El objetivo particular de la presente obra es documentar las teorías parentales (también llamadas etnoteorías o teorías locales) y las prácticas de crianza de los niños en comunidades de origen tsotsil, ch’ol, totonaco, mixe, y quechua de Bolivia. Ese material surge de las experiencias de investigación endógena de actores(as) originarios(as) de las áreas de estudio mencionadas, todos ellos y ellas egresados(as) del ciesas del Posgrado de Lingüística Indoamericana.
Al centrarse en la documentación de las teorías parentales y prácticas de crianza, (sobre todo de infantes ) las voces principales que nutren el libro provienen de madres, abuelas, parteras, cuidadoras y de reflexiones autobiográficas personales de los autores y autoras del libro. En este sentido, el libro no es una etnografía de la infancia desde la perspectiva de quienes los cuidan y los socializan en su contexto cultural especifico. La prioridad de la presente investigación es documentar las teorías parentales como cuerpo de saberes y hechos explícitos por las cuidadoras y sus implicaciones en la socialización de infancia de comunidades originarias.
El libro inicia con un capítulo de la que aquí suscribe titulado “Teorías parentales y nichos de desarrollo infantil: entrecruces interétnicos e interculturales en Mesoamérica y los Andes” en el que se desarrolla el marco conceptual del trabajo. Parte del planteamiento de que el desarrollo de los niños está mediado por la cultura y el lenguaje en prácticas cotidianas situadas. Ofrece una vista general sobre las teorías parentales en varias culturas del mundo para luego aterrizar en Mesoamérica y tocar, de manera panorámica, las teorías parentales entre los quechuas. En el Capítulo 2, de Margarita Martínez Pérez, titulado “Teorías locales parentales y el mantal como recursos socializadores entre los mayas tsotsiles de San Juan Chamula” la autora investiga el cuerpo de consejos llamado mantal que utilizan los mayores hacia los hijos para el lekil kuxlejal ‘buen vivir’, indicando su vigencia en nuestros días. Para este fin explora y analiza las etnoteorías parentales que orientan el proceso de enseñanza de las actividades valoradas culturalmente en la vida cotidiana de la comunidad tsotsil de Ichintón, Chamula. Examina la importancia de los principios sobre la participación y el desarrollo de la responsabilidad de los niños y niñas en las actividades cotidianas, el papel del mantal ‘consejos’, ‘orientaciones verbales’ y el enseñar con las acciones (demostrar con el ejemplo de la acción) como recursos socializadores en la construcción de la persona tsotsil. El estudio está fundamentado en una etnografía rica realizada en la comunidad de estudio con diversas familias, parteras, y cuidadoras.
En el Capítulo 3, “Lakpusik’al ‘Nuestro corazón’. Teorías locales el desarrollo infantil y el aprendizaje en la comunidad chʼol de la Esperanza, Chiapas”, Bernabé Vázquez Sánchez explora el contexto cultural de la socialización infantil en esta comunidad ch’ol. Plantea que lakpusik’al ‘nuestro corazón’ es el núcleo central que conforma a la persona ch’ol esperanceña que, si bien emerge en forma natural, también requiere de la guía de personas con mayor experiencia. Los niños y las niñas, mediante sus contribuciones en las diferentes actividades que realizan gradualmente, alcanzan en la comunidad lo que se conoce como “tener corazón.”
En cuanto a las teorías parentales sobre el aprendizaje el autor documenta que se conciben tres aspectos: a) los niños y las niñas aprenderán cuando sea el momento, b) algunos niños y algunas niñas nacen con una predisposición sobre algún tipo de trabajo, y c) otros y otras heredan un temperamento de algún familiar o antepasado. Estas tres formas de concebir el aprendizaje infantil guían la manera en que deben contribuir los cuidadores para que logren formar personas ambä ipusik’al ‘que tengan corazón’ lo que forma parte de las metas de los padres en la formación de sus hijos como miembros competentes de su cultura.
El capítulo 4, de Jorge Antonio Tino, y titulado “Tlaan kapaqlhi (‘que brote bien’), tlaan kaxanalh (‘que florezca bien’): los infantes en los rituales orales de las parteras totonacas”, se enfoca en las prácticas y discursos de las parteras totonacas de Olintla, Puebla. Se propone documentar la labor de estas mujeres a la luz de sus invocaciones y rituales en el parto. El autor argumenta que los cuidados que prodigan no sólo se abocan a la parte física de la madre y el infante sino también a la parte espiritual y simbólica para que “la flor” (‘bebé’) se desarrolle y esté libre de enfermedades que pongan en riesgo su vida, como el que la tierra se quede con su espíritu. En sus invocaciones a la “flor” rezan de manera paralela en difrasismos para que “brote y crezca bien.” Su papel es el de sacerdotisas y “purificadoras” que cuidan que el infante crezca libre de enfermedades. El autor advierte de la gradual pérdida de este oficio y de la importancia de documentarlo.
En el Capítulo 5, “El takúchuny el talhqámin: las etnoteorías en la socialización infantil de los niños totonacos de Santa Ana, Chumatlán”, Faustino Montes Castañeda documenta el género discursivo asociado con narrativas de socialización basadas en teorías parentales totonacas. Plantea que las etnoteorías totonacas son un sistema de saberes que revelan la representación del desarrollo de los niños y los tipos de cuidados y prevenciones que se debe de tener con ellos desde una mirada holística que integra el medio físico, social y espiritual. En este sistema de conocimientos encontramos temas tan diversos como la salud, la educación, el género y el trabajo, que articulan el sistema de valores, los saberes y la identidad totonaca. Montes plantea que hay dos tipos de etnoteorías totonacas. La primera es el takúchun ‘la curación’, que está relacionada con los poderes benéficos que puede recibir el niño para su pleno desarrollo. En la cultura totonaca se refieren a ésta como xtamaakuchik laqsqatan ‘la curación de los bebés’, que se enfoca en cuidarlos y prevenirlos de cualquier “mal” durante la infancia. El segundo tipo de etnoteoría es el talhqámin ‘la herencia.’ Esta se considera menos favorecida para el desarrollo de los niños y niñas totonacas ya que involucra rasgos negativos, malignos o no deseados que los niños podrían adquirir para toda la vida, como rasgos de carácter o predisposiciones consideradas no apropiadas culturalmente (v.g., “ser testarudo”) en el marco de la moralidad totonaca. El autor ofrece una organización temática de estas etnoteorías en el desarrollo infantil totonaco que se relacionan con la edad, el género, la salud, el alimento, el carácter, entre otros.
El Capítulo 6, de Toleda Martínez Jiménez, titulado “Etnoteorías parentales y rituales del nacimiento entre los mixes de Cuatro Palos, Tamazulápam, Oaxaca”. Por medio de entrevistas a parteras y abuelas y en investigación etnográfica documenta las teorías parentales que organizan las prácticas de nacimiento y crianza temprana de los infantes mixes de esta comunidad. Plantea que cuando el bebé está en gestación ya se le considera como parte de la familia y se hacen preguntas como Jëtsänpaa?’ ‘¿Va a hacer tortilla?’ (para referirse a la posibilidad de que sea del sexo femenino) o ‘Jä’xänpaa?’ ‘¿Va a cargar leña?’ (para sugerir que puede ser niño). Algo de particular interés en este trabajo es el ritual para asignarle nombre a los recién nacidos y la incorporación de su signo zodiacal conocido como jëkëëny, ‘máximo ser creador’, que es una especie de energía o espíritu que le da fuerza vital al infante. La documentación sobre la asignación del nombre es raramente mencionada entre otros investigadores de la infancia de los diversos grupos indígenas en Mesoamérica.[2] Resulta muy interesante a la luz de una imagen del Códice Florentino (lib. IV, ff, 29r. y 34v en López-Austin, 2016: 18),[3] donde se muestra la escena de una madre consultando a un sacerdote para el nombramiento del niño basado en el calendario ritual. Con la excepción de estas referencias, es escasa la información sobre estas prácticas en Mesoamérica por lo que merecen investigarse más.
Por último, en el Capítulo 7, “Yuyay: niñez quechua y etnoteorías parentales en Bolivia”, Carmen Terceros F. hace un análisis de las teorías parentales que le dan fundamento a la socialización de la niñez quechua en Bolivia.* En particular explora a fondo la noción de yuyay ‘entender, darse cuenta’, y los significados que ésta adopta y proyecta. Indica que en la región de estudio se considera a los niños como personas desde la pequeña infancia, personas en formación hacia la persona adulta. Dicha noción se vincula con la noción de tener animu ‘ánimo, alma’. La autora menciona que el inicio de la movilidad en los niños de la pequeña infancia representa también, a los ojos de los padres de familia, un comienzo más observable de desarrollo de yuyay o cuenta qukuy ‘darse cuenta’, ‘entender’, ‘pensar’. Aunque, esta capacidad apenas va emergiendo en esta etapa desde la perspectiva de los padres de familia, es común oírles decir que ‘El niño pequeño aún no tiene yuyay’ (Juch’uy wawitaqa ma yuyayniyuqraqchu). De acuerdo con los adultos de las zonas donde se trabajó en Bolivia, el yuyay es un principio común que orienta la agenda sociocultural de aprendizajes y desarrollo hacia la madurez para la niñez en las regiones quechuas del estudio. La autora realiza un análisis semántico de las acepciones de este concepto y nos muestra ejemplos de cómo emerge en el lenguaje cotidiano para referirse a momentos en el desarrollo del niño y de la niña. Por último, indica que el yuyay es una capacidad que se puede perder cuando ocurre un desequilibrio emocional de la persona. Concluye que la noción de yuyay es interdependiente con la de yachay ‘saber’, ‘aprender’, ya que los padres de familia del estudio afirman que los niños sólo pueden aprender cuando ya tienen o están en proceso de adquirir yuyay.
Comentario final
En suma, la intención del presente documento es hacer visible la persistencia de saberes de arraigo cultural que siguen jugando un papel en la vida cotidiana de la infancia de origen mesoamericano y andino, incluso en situación de migración a centros urbanos.
Partir de este reconocimiento abre la vista a los entrecruzamientos entre saberes, entre etnias, y entre culturas. Este debe ser el punto de partida de muchos educadores que desconocen la diversidad de infancias o que han perdido las raíces de las suyas propias. Este lugar de encuentro promete otros diálogos y otros centros de perspectiva que nos den herramientas para reconocer y respetar la riqueza de la diversidad de infancias desde las voces de las comunidades originarias.
Este libro, de corte académico, se complementa con dos libros de difusión (de León y de la Torre,[4] 2016, 2017) sobre etnoteorías parentales entre los mayas de Zinacantán, referidas aquí como “sabidurías, enseñanzas y consejos” en versión bilingüe (2016) y multilingüe (2017). Estos libros son de la comunidad y para ella ya que de ésta surgieron las reflexiones y conocimientos aquí vertidos. Consideramos que nuestras investigaciones deben llegar a diversos públicos de lectores y lectoras, especialmente dándole voz a los y las protagonistas que nos acompañan en nuestra labor antropológica.
Próximamente los invitaremos a la presentación.
Bibliografía
Alain Ichon (1973), La religión de los totonacas de la sierra, México, Instituto Nacional Indígenista-Secretaría de Educación Pública.
De León Pasquel, Lourdes y Antonio de la Torre López (2016), Consejos para la vida entre los mayas de Zinacantán, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, celali-Conaculta (versión multilingüe tsotsil, español, inglés, francés y alemán).
De León Pasquel, Lourdes y Antonio de la Torre López (2016), Sabidurías, enseñanzas y consejos de los ancianos y ancianas mayas de Zinacantán, Chiapas, México, ciesas (versión bilingüe tsotsil y español).
López-Austin, Alfredo (2016), “La cosmovisión de la tradición mesoamericana”, en Arqueología Mexicana, edición especial, octubre, núm. 70.
- véase de León, este volumen, Capítulo 1, secciones 4-7. ↑
- Véase Alain Ichon (1973), La religión de los totonacas de la sierra, México, Instituto Nacional Indígenista-Secretaría de Educación Pública, quien documenta algo similar sobre el “destino” de los niños totonacos determinado por el día de su nacimiento. ↑
- Véase López-Austin, Alfredo (2016), “La cosmovisión de la tradición mesoamericana”, en Arqueología Mexicana, edición especial, octubre, núm. 70. ↑
- De León Pasquel, Lourdes y Antonio de la Torre López (2016), Sabidurías, enseñanzas y consejos de los ancianos y ancianas mayas de Zinacantán, Chiapas, México, ciesas (versión bilingüe tsotsil y español) y De León Pasquel, Lourdes y Antonio de la Torre López (2016), Consejos para la vida entre los mayas de Zinacantán, Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, celali-Conaculta (versión multilingüe tsotsil, español, inglés, francés y alemán). ↑