Mr. Nobody: el sentido de la vida frente a un mundo cuasi-inmortal

Gabriela García Gorbea[1]
Antropóloga Social

Logo oficial de la película.

“¿Debemos dejar que la naturaleza siga su curso o debemos prolongar su vida artificialmente? ¡Vote!” Esta inusual encuesta invita a la población a decidir el futuro del señor Nobody, el último hombre mortal de la Tierra. Acaba de cumplir 118 años y su organismo está dejando de responder, lo cual lo convierte en una celebridad en un mundo en el que las personas ya no envejecen ni enferman. Sus últimas horas de vida son registradas y transmitidas en directo por una cámara que sigue cada uno de sus movimientos. ¿Quién es el señor Nobody y cómo llegó hasta aquí? Responder esta pregunta no es sencillo. La vida de este hombre, como él más adelante relatará, transcurrió entre múltiples realidades, tiempos y espacios: el señor Nobody nunca tuvo que hacer una elección, sino que pudo vivir todas las posibilidades que se le presentaban. Así, sus trayectorias de vida, en apariencia infinitas, se contradicen con la materialidad de su cuerpo, que es uno solo y está por morir. ¿El señor Nobody realmente vivió todas esas vidas? ¿Cuál fue el sentido de hacerlo?

Mr. Nobody es una película de 2009, escrita y dirigida por Jaco Van Dormael. La historia gira en torno a Nemo Nobody, un hombre cuya existencia transcurre entre múltiples realidades. Conocemos a Nemo en distintas etapas de su vida: la infancia, la adolescencia, la edad madura y la vejez. Y en cada uno de estos momentos vemos todo lo que pudo haber sido y por tanto fue. Elegir implica eliminar todas aquellas posibilidades que no son escogidas. Nemo nunca elige, por lo tanto, tiene el poder de vivirlo todo. La cinta tiene fuertes tintes oníricos y, al igual que la vida de Nemo, transcurre en una zona liminal entre el sueño / lo imaginado y aquello que realmente pasó. Lo anterior se ve reforzado por la elección de la canción Mr. Sandman[2] para varias secuencias de la película. Sin embargo, aquí lo fáctico pierde importancia frente a la riqueza de cada una de las vidas posibles. Lo relevante no es, pues, saber cuál de todas las vidas fue la real o la correcta, sino el juego que implica entretejer los distintos horizontes de posibilidad.

La película se inspira en conceptos del mundo de la física, como la teoría de cuerdas y la existencia de distintas dimensiones que están entrelazadas y se mezclan entre sí. Asimismo, durante toda la cinta está presente una tensión entre la elección, el azar y el destino, entendiendo que en cada caso habrá que afrontar las consecuencias. Hay un dicho que dice que somos lo que hacemos, pero en el caso de Nemo, él puede hacerlo todo, vivirlo todo, cambiarlo todo. ¿Entonces quién es? “No soy nadie”, expresa en un par de ocasiones, y este no existir lo carga desde su nombre, Nemo Nobody, vocablos ambos que se traducen en “nadie”.

La narrativa visual en la película es también de gran importancia. Por una parte, ayuda a delimitar las distintas vidas posibles de Nemo. Por ejemplo, cuando es pequeño, Nemo tiene tres vecinas de su misma edad, que llevan cada una vestidos de distinto color: amarillo, azul y rojo. Estas tres niñas representan también tres posibilidades de futuros, y en las secuencias que retratan las vidas que Nemo vive a su lado, predomina alguno de estos colores. Además, las tonalidades sirven para marcar las emociones de cada una de estas vidas: la depresión, la opulencia y el amor. Sensorialmente, la película es abrumadora. Cada plano está cuidado a la perfección y la saturación de colores, texturas y elementos predomina. La vida de Nemo puede ser totalmente convulsa y expandirse a través de distintas realidades, pero en la mayoría de éstas el caos es contrarrestado por una total atención al detalle, en la que nada es dejado al azar.

A pesar de que las posibilidades que relata Nemo son múltiples, hay un hilo que las une a todas: el amor. En específico, el amor por Anna, la niña que usaba el vestido rojo. Nemo y ella se encuentran en prácticamente todas las vidas, de una forma u otra, y sus sentimientos por ella son los que, al final, generan algo de sentido en esa madeja de existencias, tiempos y espacios.

El amor y la noción de que la vida es un juego emergen entonces como dos de los aspectos que dan sentido a la existencia humana. Cuando está próximo a dar su último aliento, Nemo expresa que lo que le da miedo no es la muerte, sino sentir que no ha vivido lo suficiente. De ahí la importancia de cada una de las muchas posibilidades que imaginó o vivió. Esta visión contrasta con la del mundo en el que transcurren sus últimos días. Las personas que lo habitan están obsesionadas con la longevidad. Su entorno es aséptico, blanco, impersonal, ordenado y vacío. Cuestiones como el amor, la sexualidad y el placer son vistas como innecesarias. La vida a punto de extinguirse de Nemo se convierte entonces en el último resquicio de caos y rebeldía.

Filmografía

Título: Mr. Nobody
Dirección y guión: Jaco Van Dormael
Año: 2009
País: Bélgica / Francia / Alemania / Canadá
Duración: 2.18 horas


[1] Egresada de la Maestría en Antropología Social del CIESAS Ciudad de México |Correo: gabi.gorbea95@gmail.com

[2] La canción Mr. Sandman, originalmente interpretada por el grupo The Chordettes, trata sobre una figura mítica que gobierna el mundo de los sueños. Aquí puede escucharse: https://www.youtube.com/watch?v=CX45pYvxDiA.