Esther Aguilar Román[1]
CIESAS Ciudad de México
Ilustración de Ichan Tecolotl
Sunú, o maíz en lengua rarámuri, es un documental que nos acerca a la diversidad de relaciones que las personas establecen con el maíz, distintos significados, prácticas, valores, colores y emociones conforman los lazos con esta semilla. Teresa Camou Guerrero, autora del documento audiovisual, coloca en el centro de su mirada la vida de las personas de distintas comunidades del estado de Chihuahua, Sinaloa, Oaxaca, y Veracruz. En su recorrido por diferentes paisajes y comunidades, desvela los múltiples vínculos con la semilla, todos ellos parte de un mismo hilo con el que se teje la vida y la narrativa del documental.
¿Qué mira y nos permite mirar la autora? Ella nos muestra diversas formas de vida ligadas a una forma de arar, de hablar, de esperar el temporal y sembrar maíz, de comer y disfrutarlo; no solamente se refleja un modo de producción y de relación con la tierra, nos presenta a mujeres, niños y hombres con sentires y pensamientos distintos a quienes los une el maíz.
El documental nos invita a mirar el maíz no solo como alimento, o semilla, sino como un elemento que da orden a la vida de algunas comunidades. Se presenta a las personas y familias trabajando la tierra, preparándola para la siembra del maíz, recuperando en sus prácticas, formas de conocer, ser y hacer que han sido transmitidas por generaciones.
Otras formas irrumpen en la escena, “empresarios agrícolas” cuyo interés es producir la mayor cantidad de maíz a menor costo, sus narrativas contrastan con las de quienes se nombran como “campesinos de temporal”. Las imágenes del documental nos muestran el contraste entre diferentes formas de vivir asociadas al maíz, y los modos en que se modifica la semilla con la finalidad de obtener mayores ganancias, a pesar de que esto sea en prejuicio de la salud de las personas y la economía de los pequeños productores.
A través de la palabra y las imágenes de la vida de las mujeres y hombres campesinos, se ofrece testimonio de cómo se reproducen tradiciones, música y las costumbres asociadas al maíz; al tiempo que, se muestra cómo el mercado de las semillas transgénicas, el precio de los insumos para la siembra, las transformaciones en las políticas del campo mexicano y los cambios en las temporadas de lluvias y secas hacen mella en sus condiciones de vida y amenazan su supervivencia; sin embargo, la fiesta, la comida y el ritual, se convierten en espacios de resistencia contra el borramiento de los pueblos y su cultura.
En el documental también se registra la voz de algunos representantes de las instituciones de gobierno, quienes lejos de llevar a cabo acciones que contribuyan a mejorar las condiciones de vida de las personas que dependen del cultivo del maíz, ofrecen alternativas que rompen con las tradiciones de las comunidades y buscan integrarlos al mercado de productos considerados como más rentables. Desde las oficinas de gobierno, se implementan programas que apoyan a la industria del maíz transgénico y los llamados paquetes tecnológicos que al depositarlos en la tierra terminan agotándola y contaminándola.
El registro de las prácticas campesinas en este documental permite evidenciar la siembra de maíz como un acto constante por sobrevivir a las demandas del mercado de los alimentos que ponen en peligro a los maíces nativos a través de la contaminación de los cultivos con maíz transgénico, y la lucha por la soberanía alimentaria. El documental, nos muestra de voz de las mujeres y hombres que trabajan en el campo, como enfrentan el discurso de “combatir el hambre” de empresas transnacionales como Monsanto las cuales, desde la perspectiva de las y los campesinos solamente agotan la tierra, buscan tener el control del precio de las semillas, limitan la libertad de sembrar como tradicionalmente lo han hecho, generan endeudamiento y dependencia.
El panorama que nos deja entrever la realizadora es crudo pero no por ello desalentador, porque las prácticas y tradiciones continúan a pesar de la falta de apoyo al campo.
La defensa de la vida y la forma de producir alimento a través del cuidado de las semillas nativas siguen un mismo camino, son producto de una misma siembra. El documental nos invita a la milpa para acercarnos al sentir de las personas que, al cuidar la semilla de maíz “cuidan el alma”, tal como lo expresa una mujer rarámuri “el maíz es como el alma de uno, es quien nos cuida el alma… si no hay maíz de que vamos a comer, no habría de qué alimentarnos, por eso el maíz ayuda a cuidar el alma”.
Documental disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=vYvJMkBJhlg
Dirección y Producción – Teresa Camou Guerrero
Año de Producción – 2015
País – México
Duración – 80 min.
Género – Documental
Idioma – Español con subtítulos en inglés
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Estudiante de Doctorado en Antropología | correo: e.aguilar@ciesas.edu.mx ↑