Sendic Sagal Luna[1]
CIESAS Ciudad de México
Introducción
En este ensayo nos interesa desarrollar el concepto de paisaje del agua a partir de las experiencias etnográficas en recorridos de campo en la alcaldía Xochimilco, Ciudad de México.[2] Expondremos los paisajes del agua de Xochimilco desde dos perspectivas de observación que tomaron lugar y forma al mirar y escuchar en el surcar los senderos hidrosociales del canal de Cuemanco y en el andar los senderos hidroagrícolas de San Luis Tlaxiatemalco. En estas experiencias etnográficas la interlocución con habitantes locales y actores externos ha sido fundamental en la construcción de las perspectivas de observación de los paisajes del agua y las relaciones con las especies y los seres anímicos que los habitan. Los paisajes del agua y sus transformaciones, la producción de ruinas y el despojo del vital líquido son los temas eje que desarrollaremos en los siguientes apartados.
Paisajes del agua
Podemos mirar y escuchar en los paisajes del agua las interdependencias ecosistémicas así como las relaciones socionaturales y culturales con las múltiples especies y los diversos seres anímicos, a través de la observación antropológica y desde la perspectiva investigador/a-interolcuras/es.
Desde aquí, planteamos que la perspectiva de observación antropológica produce una mirada y escucha del paisaje del agua, en torno a las formas de organización socionatural y cultural (Latargére, 2015) y a las relaciones con las distintas especies y los diversos seres (Tsing, 2013). Un paisaje del agua es la perspectiva de observación de un determinado ciclo hidrosocial que interconecta lo hidrológico y ecosistémico con lo político, económico y cultural a través de la circulación del agua en ambientes naturales y artificiales intervenidos por prácticas sociales humanas y más que humanas en “una larga historia de inter-fusiones de Sociedad-Naturaleza” (Castree, 2005, citado en Larsimont y Grosso, 2014: 32).
La movilidad en un paisaje del agua tanto acuática como terrestre es posible por el entramado de senderos que los atraviesan y a través de los cuales podemos construir en colaboración perspectivas de observación para producir miradas y escuchas de los procesos, relaciones, prácticas, discursos, imágenes y sonidos. Los paisajes del agua son dinámicos y están atravesados por relaciones sociales de poder, por ello tienen la capacidad de reflejar la fragmentación territorial y la diferenciación social en el acceso y uso del vital líquido (Larsimont y Grosso, 2014). Esta es una crítica a la caracterización del agua como recurso escaso, crítica que problematiza la apropiación, los usos y las formas del manejo de este medio esencial para el desarrollo de las formas de vida en el planeta.
Mirar y escuchar un paisaje del agua es pertinente para el análisis e interpretación antropológica de los múltiples territorios y las relaciones con las especies y los seres que los habitan, así como de las formas en que son percibidas, experimentadas y recordadas. En los paisajes de Cuemanco y de San Luis Tlaxiatemalco las relaciones de poder locales controlan los flujos de prácticas, conocimientos, mercancías, servicios y personas (Haesbaert, 2013), de acuerdo con los usos del agua y las diferentes prácticas de investigación-conservación, comercio-turismo, lúdico-recreativas y agrícolas-floriculturales. La chinampa es esencial en los paisajes del agua de Xochimilco, es el bien más importante de sus habitantes por ser originalmente un sistema agrícola excepcional. Ahora, con los cambios que ha sufrido, sigue siéndolo como fuente de ingresos monetarios (Quiñonez, 2005).
Los senderos hidrosociales e hidroagrícolas son coetáneos y posibilitan la movilidad, acuática y terrestre de conocimientos, prácticas, discursos, mercancías, servicios y personas, produciendo diferentes territorialidades así como diferentes perspectivas de observación de los paisajes del agua que atraviesan. La mirada y escucha de los paisajes de Cuemanco desde los senderos hidrosociales pone su énfasis en las prácticas de investigación-conservación, del comercio-turismo y las lúdico-recreativas cuya movilidad se realiza a través de trajineras y otros vehículos acuáticos entre las chinampas turísticas, recreativas y de conservación. La mirada y escucha desde los senderos hidroagrícolas en los paisajes de San Luis Tlaxiatemalco se enfoca en las prácticas agrícolas-floriculturales cuya movilidad se realiza además de a través de vehículos acuáticos, del andar a pie, bicicleta y moto las veredas de terracería y los caminos comunitarios entre las chinampas productivas.
Surcando los senderos hidosociales en los paisajes de Cuemanco
La pregunta que guía este apartado es, desde la perspectiva de observación construida en el surcar el sendero hidrosocial ¿cuáles son los sujetos, las prácticas y los discursos, así como las relaciones con las especies y los seres que habitan en los paisaje del agua de Cuemanco?
Foto 1. Perspectiva del paisaje del agua desde una trajinera. Cuemanco, CDMX. Sendic Sagal, 2024
Desde la perspectiva de observación que tomó lugar en la trajinera sobre la que surcamos el sendero hidrosocial podemos reconstruir a través de la mirada y escucha antropológica las transformaciones en las relaciones socionaturales y culturales que configuran estos paisajes del agua (Karl Marx, citado en Larkin, 2013). En la ribera derecha del canal de Cuemanco —ver foto 1— se aprecia la escultura de un ajolote simbolizando la territorialidad de las prácticas de investigación-conservación de instituciones educativas como la UNAM y la UAM-Xochimilco. Cercano a esta escultura tenemos un pequeño embarcadero con embarcaciones no turísticas que da cuenta de otro uso del sendero, para movilidad de las prácticas de investigación-conservación de la especie emblemática del paisaje: el ajolote.
Como nos explicó Sergio, biólogo que nos acompañó en el recorrido, estas prácticas implican la intervención de los canales de agua llamados acalotes y su adecuación con filtros para que en éstos se reproduzcan los ajolotes en su ambiente libre de depredadores, basuras y contaminantes. Conforman redes entre científicos, chinamperos y habitantes, un entrecruzamiento de intereses y valores (prácticas de investigación-conservación y del comercio-turismo). Son asociaciones estratégicas (Callon, 1986) que se establecen entre los centros de investigación y los ajolotarios privados.
Foto 2. Paisaje de chinampa lúdico-recreativa. Cuemanco, CDMX. Sendic Sagal, 2024.
Al surcar este sendero miramos y escuchamos como especies endémicas, nativas y migratorias habitan en estos paisajes del agua, y, a través de la escucha de la sonoridad de cantos, silbidos y graznidos entremezclada con la de los motores de bombas de agua, de lanchas que surcan los canales y de podadoras de césped, percibimos las tensiones socionaturales y culturales. Aves migratorias como los pelícanos, garzas y patos canadienses habitan en tensión con las aves endémicas (patos mexicanos de pico blanco y rojo) y nativas (como el llamado perro de agua y el martín pescador). Ejemplo de esto, como nos comentaba Uriel, remero de la embarcación en la que nos movimos, son las relaciones conflictivas entre los perros de agua y las garzas de cuello largo.
Los mundos de vida de las aves endémicas, nativas y migratorias interactúan con la movilidad de la fuerza de trabajo para el riego y podado del césped de las chinampas lúdico-recreativas (convertidas en canchas de futbol soccer y jardines para eventos festivos). Las afectaciones al medio acuático y a las chinampas son producidas por las embarcaciones con motor de gasolina, puesto que vierten combustibles a los canales y debilitan los bordos de las chinampas con los impactos de las ondas producidas por su fuerza mecánica.
La perspectiva de observación del paisaje de las chinampas lúdico-recreativas —ver foto 2— nos permite percibir la artificialización del entorno lacustre así como el cambio de uso del suelo, es decir, las transformaciones territoriales e identitarias. Observamos en el agua circundante de esta chinampa a la especie acuática y endémica llamada ninfa mexicana, que antaño fungía como un importante fertilizante natural para la producción hidroagrícola (Quiñonez, 2005). Aquí vale hacer referencia a la ecotecnia del chapín, antaño utilizada, que consistía en la extracción de lodo del fondo de los canales que se vertía en los almácigos de las chinampas para producir plántulas que eran trasplantadas a los cultivos agrícolas en las chinampas productivas.
Sergio nos explicó que las chinampas que dejaron de ser productivas con el paso de los años, de acuerdo con las intervenciones de los propietarios, se fusionaron y ampliaron su área superficial. En este proceso muchos propietarios dejaron de autoidentificarse como chinamperos y pasaron a identificarse como emprendedores en los circuitos del comercio-turismo y la agricultura orgánica (como en el caso de Diego, anfitrión en el ajolotario que visitamos y que se encontraba en proceso de certificar con una institución académica sus productos agrícolas como orgánicos). Estos cambios en los usos del sendero hidrosocial dan cuenta, a su vez, de los cambios en los usos del suelo; procesos que han implicado no solo la ruina de las prácticas locales sino de los propios paisajes del agua.
A las orillas de la chinampa —ver foto 2— podemos apreciar como la plantación de árboles de ahuejote, así como la colocación de troncos y estacas de vegetaciones del entorno, tiene la función de retener la tierra para evitar la erosión y con ello el deslavamiento de las chinampas. Así también, la utilización de carrizo para la elaboración estructuras chinamperas funcionales muestra las interdependecias ecosistémicas en los procesos de transformación de los paisajes en el canal de Cuemanco. Los procesos de transformación de los ciclos hidrosociales han dejado huellas materiales y simbólicas, así como ruinas en los paisajes del agua.
Andando los senderos hidroagrícolas en los paisajes de San Luis Tlaxiatemalco: despojo, ruinas y memorias del agua
Foto 3. Ruina del embarcadero de Tlamelaca. San Luis Tlaxiatemalco, CDMX. Sendic Sagal, 2024
La pregunta que guiará esta primera parte del apartado es, ¿cuál es la relación entre las ruinas del embarcadero Tlamelaca y los procesos de modernización de la Ciudad de México?
En la infraestructura se condensan los sedimentos políticos e ideológicos de los cambios socioeconómicos y culturales en las sociedades (Karl Marx, citado en Larkin, 2013). Los significados de las ruinas de la infraestructura hidroagrícola y del paisaje del agua se correlacionan con la experiencia cotidiana de vivir las promesas incumplidas de un modelo económico y productivo desplazado por el proceso de modernización de la ciudad.
Podemos entender las ruinas del embarcadero de Tlamelaca en San Luis Tlaxiatemalco —ver foto 3— como la suspensión de las promesas de modernización que muestra las pautas del desarrollo realmente existente, el de la modernidad propiamente capitalista. Guadalupe e Isabel, integrantes del Consejo de Autoridades Locales, fueron las anfitrionas y guías en el segundo recorrido de campo que realizamos por los senderos hidroagrícolas en la zona productiva de las chinampas. Según nos compartieron, este lugar y la infraestructura del embarcadero décadas atrás, gozaban de una vitalidad paisajística que daba cuenta de su importancia para la producción, circulación y comercialización de los productos de las hortalizas, milpas y huertos, de flores y plantas de ornato.
La suspensión de esta también promesa de desarrollo a partir de la ruina del embarcadero de Tlamelaca, es una huella de los cambios por la modernización en la Ciudad de México. Los cambios de uso del suelo implicaron cambios en los usos y manejos de las chinampas, que pasaron de ser agrícolamente productivas a convertirse en infraestructura para el uso turístico-comercial de la red de canales y, en menor medida, para la producción de plantas de ornato y la construcción de viveros para este propósito. El desplazamiento del modelo de producción tradicional implicó la ruina de la infraestructura y del paisaje del agua.
Foto 4. Ruina del paisaje de Acuexcomatl. San Luis Tlaxiatemalco, CDMX. Sendic Sagal, 2024
La pregunta doble que guía esta segunda parte del apartado es, ¿cuál es la relación entre la casa de bombas y la ruina del paisaje de Acuexcomatl y, cuáles fueron los efectos que los procesos de modernización tuvieron sobre las prácticas locales, las especies y los seres habitantes?
Las casas de bombas fueron una infraestructura esencial para los procesos de modernización de la ciudad impulsados durante la última etapa del porfiriato, implicaron la promesa de desarrollo urbano al trasvasar el agua dulce de los humedales y del lago de Xochimilco hacia otras partes de la urbe. Un despojo de la entonces periferia de la ciudad para el centro, llevado a cabo por medios mecánicos y tuberías a través de acueductos que extrajeron el vital líquido, desecando los cuerpos de agua, destruyendo y transformando el paisaje así como las relaciones entre habitantes, flora, fauna y seres anímicos.
La modernización del centro de la ciudad, y la ilusión de desarrollo urbano inherente a ella, conllevaron la transformación no sólo de los paisajes del agua en San Luis Tlaxiatemalco, sino de las interrelaciones entre las especies y los seres habitantes en éstos. Durante el andar por los senderos hidroagrícolas con la interlocución de Guadalupe e Isabel, arribamos a la ruina de lo que fue un cuerpo de agua ligado al sistema de manantiales y laguna Acuexcomatl. En este lugar nos compartieron que oralmente los habitantes locales han trasmitido la memoria de que en los momentos en que la casa de bombas comenzó a operar, un gran remolino se llevó a la sirena, ser anímico que se fue con toda el agua para jamás regresar —ver foto 4—.
Esta memoria de los actuales habitantes herederos de los afectados directamente por el desecamiento del paisaje de Acuexcomatl, corresponde con la memoria de los habitantes ribereños afectados por la desecación el entorno lacustre del lago de Texcoco, que narran la historia de la sirena que habitaba en el lago y que se fue al mar llevándose consigo el agua del lago (Mendoza, 2021: 26). Estas narrativas de las memorias subalternas sobre la transformación de los paisajes del agua así como de la resignificación de las relaciones de los sujetos locales con los entornos lacustres afectados, atienden sensorial y afectivamente los procesos de despojo del vital líquido y de desastre sociocultural que lo acompañan (Mendoza, 2021).
Los sentidos de la ruina del paisaje de Acuexcomatl se construyeron de acuerdo con los discursos públicos de modernización —desarrollo urbano para la ciudad— así como también, con los contra-discursos sobre el proceso —narrativas del despojo y el desastre— (Mendoza, 2022). En esta disputa discursiva en torno de las ruinas de la infraestructura y de los paisajes tenemos tanto la perspectiva de la potencia de un futuro prometedor arruinado —en el caso del embarcadero de Tlamelaca—, como las politicidades locales que ante el proceso de transformación y ruina recuperan en una imagen la potencia estética en el acto de memoria de recordar el paisaje de Acuexcomatl.
Foto 5. Estética del recuerdo de un paisaje. San Luis Tlaxiatemalco, CDMX. Sendic Sagal, 2024
La revitalización estética de la ruina de este paisaje del agua produce estéticamente las condiciones, materiales y subjetivas para la emergencia de sujetos y subjetividades, así como de otras experiencias de vida cotidiana, es decir, otras relacionalidades sensoriales y afectivas, a partir de la potencia del acto de recordar el paisaje de Acuexcomatl, cuyo topónimo significa “lugar donde está la vasija que vierte el agua”.
La transformación del paisaje de Xochimilco a través del desecamiento de los cuerpos de agua y, con ello, de la desaparición de las especies y seres que los habitaban, impactó negativamente en la pesca de cierto tipo de peces endémicos. Las prácticas gastronómicas locales, los discursos y la memoria en torno de estas, nos ayudan a ejemplificar estas afectaciones negativas, como nos lo comentaron nuestras interlocutoras: la desaparición del platillo tradicional y local llamado michimole. Los habitantes nativos antaño elaboraban el platillo del michimole con peces que habitaban esos paisajes del agua y que eran preparados en un guisado de salsa de chile guajillo con nopales. Platillo local que contemporáneamente se prepara pero con otras especies de peces, lo que de acuerdo con la memoria del gusto de las interlocutoras, no sabe tan rico como sabía el michimole original. Lo anterior es representativo de las prácticas, los discursos y las memorias que dan cuenta de las historias conjuntas, en las que convergen interdependencias ecosistémicas (Tsing, 2013).
Las huellas del habitar los paisajes del agua en San Luis Tlaxiatemalco son las propias huellas de la movilidad de los cuerpos que los han habitado (Ingold, 2002), por ello las historias que Guadalupe e Isabel nos compartieron en el andar los senderos hidroagrícolas de los paisajes de San Luis Tlaxiatemalco respecto de las sirenas, así como Uriel respecto de la llorona en el surcar los senderos hidrosociales del paisaje de Cuemanco, nos dan cuenta de la encarnación transgeneracional de las relaciones con las especies y los seres que en estos habitan.
Foto 6. Sendero hidroagrícola con viveros. San Luis Tlaxiatemalco, CDMX. Sendic Sagal, 2024
Los paisajes del agua de las chinampas productivas, mirados y escuchados desde la perspectiva de observación construida en el andar los senderos hidroagrícolas de San Luis Tlaxiatemalco —ver foto 6—, nos dan cuenta de que estos son representados para sí —localmente— como registros duraderos de dinámicas de vidas y obras a través de los cuales se perciben y recuerdan las transformaciones en los procesos vivos y los ciclos vitales (Ingold, 2002). En la foto 6 podemos apreciar las transformaciones en el paisaje de las chinampas productivas señalando el desplazamiento de las ecotecnias de la milpa y del chapín para la producción de subsistencia y la agricultura orgánica, por parte de las agrotecnologías de los invernaderos y su producción agrícola intensiva para el mercado de las plantas de ornato.
Durante la segunda exploración de campo realizada en los paisajes de las chinampas productivas de San Luis Tlaxiatemalco, las integrantes del Consejo de Autoridades Locales, Guadalupe e Isabel, nos guiaron por los senderos hidroagrícolas a través de caminos de terracería y puentes, de madera y de metal. En estos senderos pudimos, desde una perspectiva diferente de observación, mirar y escuchar un uso del agua destinada eminentemente para la producción de plantas ornamentales y, en menor medida, de hortalizas.
Una primera mirada y escucha del paisaje en San Luis Tlaxiatemalco la obtuvimos al iniciar el recorrido, con el tío de una de nuestras interlocutoras y guía, don Claudio, de setenta años de edad, quien nos mostró uno de sus viveros de plantas ornamentales, en donde además de explicarnos el proceso de enraizamiento de sus plántulas nos compartió sus experiencias y anécdotas de vida en relación con el trabajo agrícola: “trabajo siete días a la semana, me da comezón venir aquí” —ver foto 7—.
Las prácticas agrícolas propias de las actividades productivas chinamperas se enmarcan en un proceso de producción de socio-naturaleza, es decir, de transformación material, discursiva y simbólica de la naturaleza, incluida la humana, determinado tanto por la geomorfología y la hidrología como por la cultura y la historia (Larsimont y Grosso, 2014).
Podemos plantear que estas prácticas agrícolas son formas culturales para el manejo de los paisajes del agua, en las que toman lugar, forma y sentido los valores locales de la organización sociocultural fundada en una ética local del agua (Barros, citado en Babidge, 2015). Estos son valores interiorizados en las prácticas, discursos y memorias que desde el nivel político comunitario van más allá de las afirmaciones normativas vigentes y el valor que la economía política del capital adjudica al agua (valor y normas que se fundan en una ética diferencial para el acceso el recurso escaso).
Foto 7. Las plántulas en el vivero de Don Claudio. San Luis Tlaxiatemalco, CDMX. Sendic Sagal, 2024
A manera de cierre
Los paisajes del agua son dinámicos y cambiantes al igual que las prácticas, los discursos y las memorias de los sujetos locales, así como también las relaciones con las especies y los seres anímicos que habitan en estos. Las perspectivas de observación favorecen las miradas y escuchas antropológicas de los cambios en las relaciones socionaturales y culturales a través del movimiento en los senderos hidrosociales e hidroagrícolas de los paisajes del canal de Cuemanco y San Luis Tlaxiatemalco. La construcción de una perspectiva de observación antropológica con las prácticas, los discursos y las memorias de las interlocutoras/es locales, potencializó la interpretación y crítica de los procesos de transformación, ruina y despojo del agua en Xochimilco que aquí hemos expuesto.
Fuentes
Babidge, S. (2015). Contested value and an ethics of resources: Water, mining and indigenous people in the Atacama Desert, Chile. The Australian Journal of Anthropology, 27(1), 84-103. https://doi.org/10.1111/taja.12139
Callon, M. (1986). Some elements of a sociology of translation: Domestication of the scallops and the fishermen. En Law, J., (ed.), Power, action and belief: A new sociology of knowledge? (pp. 196-223). Routledge.
Haesbaert, R. (2013). Del mito de la desterritorialización a la multiterritorialidad. Cultura y Representaciones Sociales, 8(15), 9-42.
Ingold, T. (2002). The temporality of the landscape. En The perception of the Environment: Essays on Livelihood, Dwelling and Skill (pp. 189-208). Routledge.
Larkin, B. (2013). The politics and poetics of infrastructure. Annual Review of Anthropology, 42, 327-343. https://doi.org/10.1146/annurev-anthro-092412-155522
Larsimont, R. y Grosso, V. (2014). Aproximación a los nuevos conceptos híbridos para abordar las problemáticas hídricas. Revista del Departamento de Geografía. FFyH – UNC – Argentina, 2(2), 27-48.
Latargére, J. (2015). La patrimonialización de los paisajes del agua en dos conflictos por agua en el estado de Morelos. En Vargas Velázquez, S. y Bastián Duarte, A. I. (coords.), Agua y cultura en Morelos: Prácticas sociales de hombres y mujeres (pp. 169-202). UAEM / Juan Pablos.
Mendoza Fragoso, A. (2021). La huida de la Sirena: Una narrativa del desastre de la desecación y el despojo de los pueblos ribereños al noreste de la Ciudad de México. Revista de Antropología y Sociología: Virajes, 23(2), 23-58.
Mendoza Fragoso, A. (2022). Vivir a la orilla, vivir en el fango. La producción destructiva del progreso y la infraestructura en la Ribera Nororiental del Lago de Texcoco [Tesis doctoral, CIESAS – Ciudad de México].
Quiñonez Amézquita, C. T. M. (2005). Chinampas y chinamperos: Los horticultores de San Juan Tezompa [Tesis doctoral, Universidad Iberoamericana].
Tsing, A. L. (2013). More than human sociality. Anthropology and Nature, 14(1), 27-42.
- Doctorante en Antropología en CIESAS Ciudad de México | Correo: s.sagal@ciesas.edu.mx ↑
-
Actividades de campo que fueron realizadas en el marco de un curso optativo en la II Unidad del Programa de Doctorado en Antropología 2023-2027 (enero-abril de 2024). En este curso convergimos estudiantes de las Promociones 2021-2025 y 2023-2027 y, fue coordinado e impartido por la Dra. Margarita Pérez Negrete, el Dr. Iván Azuara Monter y la Dra. Ariana Mendoza Fragoso. ↑