Linguapax, una organización al servicio de la promoción, la preservación y la activación de la diversidad lingüística mundial

Mònica Pereña
Presidenta de Linguapax


Portada del sitio https://www.linguapax.org/es/


En sus más de 30 años de historia la Asociación Linguapax Internacional ha ido evolucionando y se ha ido consolidando como una organización de referencia en el ámbito de la diversidad lingüística y la paz.

Su trayectoria ha estado marcada por tres etapas claramente diferenciadas. La primera correspondería a la época fundacional. El encuentro de expertos convocada por la UNESCO en Kiev en 1987 bajo el lema “La enseñanza de las lenguas extranjeras para la paz y el entendimiento” fue el origen de Linguapax. Esta etapa inicial se centró en impulsar la educación multilingüe en tanto que contribución a la comprensión internacional y a la paz: el aprendizaje de lenguas extranjeras se planteaba como un instrumento para abrir nuevas perspectivas y para sensibilizar a los estudiantes sobre la diversidad cultural y lingüística del mundo, poniendo estas herramientas de comunicación, que son las lenguas, al servicio del entendimiento y la solidaridad. La idea principalera que si todas las comunidades lingüísticas, aunque fueran demográficamente pequeñas o políticamente poco poderosas o tecnológicamente poco avanzadas, podían tener garantías de futuro se hacía una gran contribución a la cultura de la paz, y, en definitiva, a la paz en el mundo. El objetivo era estimular el aprendizaje de lenguas, no únicamente para la comunicación sino también como un medio de relación intercultural en tanto que la relación entre lengua y cultura es sustancial.

La segunda etapa iría desde la organización en Barcelona, ​​en 1994, del cuarto encuentro Linguapax por parte de la UNESCO y del Centro UNESCO de Cataluña, hasta 1999, año del relevo de Federico Mayor como Director General de la UNESCO. Esta etapa se caracterizó por una clara implicación de la UNESCO en la protección de las lenguas y en el fomento de la educación multilingüe y, gracias a Joseph Poth, director de la nueva División de Lenguas, Linguapax vivió una doble transformación: pasa de ser un proyecto europeo a ser un programa mundial y amplía sus objetivos: El asesoramiento en el ámbito de las políticas lingüísticas, la atención a las necesidades de las comunidades y la promoción de la diversidad lingüística en los medios de comunicación y el ciberespacio se añaden a la propuesta inicial.

La tercera etapa se inicia con la creación, en 2001, de la Asociación Internacional Linguapax con el objetivo de dar continuidad a los programas que la UNESCO ha dejado de liderar. Es durante esta etapa que se crea la red de delegaciones en los diferentes continentes, por lo que Linguapax se configura como una organización que promueve acciones adaptadas a las necesidades de los diversos contextos existentes en el mundo y organiza eventos, locales e internacionales, a favor de la diversidad lingüística como contribución a la democracia, los derechos humanos, a la sostenibilidad y a la paz.

A lo largo de estos años, Linguapax se ha ido consolidando como una red de expertos y activistas con conocimiento y experiencia para diagnosticar problemas, formular recomendaciones técnicas y políticas y proponer modelos de convivencia lingüística, a la vez que busca alternativas a las nuevas formas de colonialismo cultural y lingüístico, intentando revertir la pasividad con la que se aceptan los procesos de globalización que diluyen la diversidad.

Y todo ello, ofreciendo su colaboración tanto a las comunidades de base, como a los gobiernos que lo deseen, así como a las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales. Son ejemplos destacados las diversas modalidades de acción conjunta con la UNESCO, la participación en iniciativas de la Unión Europea, del Consejo de Europa, del European Bureau for Lesser Used Languages ​​(EBLUL), de la Academia Africana de las Lenguas o, su condición de miembro de pleno derecho de la RECIM (Red de Cooperación Intercultural Multilingüe), que agrupa a los Estados latinoamericanos. En el campo no gubernamental cabe mencionar la colaboración con el Pen Club Internacional, el Centro Internacional Escarré para las Minorías Étnicas y Nacionales (CIEMEN), o con las cátedras UNESCO del ámbito lingüístico y cultural.

Además, Linguapax honra a las personalidades y a las organizaciones que se han distinguido en la defensa de la vida de las lenguas ‒profesores, expertos y activistas‒, mediante el otorgamiento del Premio Internacional Linguapax, el primero en el mundo a destacar y reconocer la preservación de la diversidad lingüística y cultural, la revitalización y reactivación de comunidades lingüísticas y la promoción del multilingüismo.

Pero, probablemente, la mejor manera de visualizar una historia que cubre casi un tercio de siglo es examinar la lista actual de miembros del Consejo Asesor de Linguapax y los delegados regionales. Son herederos de una historia feliz y embajadores de la organización en todos los continentes. Y son inspiradores del presente y del futuro de Linguapax.

Un futuro que encaramos a partir de la reflexión sobre el trabajo realizado a lo largo de estos 33 años de actividad es que los discursos predominantes en el ámbito de la diversidad lingüística reúnen voces que abren nuevas perspectivas, vinculando las lenguas a las dinámicas sociales, culturales y tecnológicas contemporáneas, que nos permitan desarrollar un programa de trabajo a largo plazo con unas líneas estratégicas renovadas.

En primer lugar y en línea con sus objetivos fundacionales y como organización históricamente vinculada a la UNESCO, actualmente con estatus de organización consultiva y, por tanto, alineada con los principios rectores de Naciones Unidas, Linguapax inscribe su acción en la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas para el periodo 2015-2030. Algunos de los objetivos hacen referencia directa a las lenguas como factor de desarrollo sostenible. Y además forma parte del Grupo de Trabajo Mundial para la preparación de Plan de Acción Global para la Década Internacional para las Lenguas Indígenas (2022-2032) aprobada a través de la resolución A / 74/396 de su Asamblea General del año 2019.

Entendiendo que las agendas globales para el desarrollo no podrán llegar a sus destinatarios finales hasta que no hablen en sus lenguas, nuestra contribución debe consistir en concienciar a gobiernos y organizaciones de que hay que invertir en el desarrollo de las lenguas locales a través de una educación multilingüe, basada en recursos de calidad y en la producción de contenidos digitales en las lenguas familiares de los alumnos para que la marginalización de sus hablantes no se perpetúe por una exclusión casi completa de los flujos de información globales.

Porque el 90% de las lenguas del mundo están excluidas de la escuela y de los instrumentos de comunicación y de generación de conocimiento. Y un porcentaje muy elevado de las personas que las hablan no conocen o no conocen suficientemente las lenguas oficiales de sus países, aunque se da por supuesto que éstas son el medio de comunicación entre los gobiernos y los ciudadanos.

Por tanto, no nos podemos conformar con participar en la preservación y la documentación de las lenguas del mundo, sino que hay que trabajar para facilitar el aprendizaje, la producción de contenidos y el desarrollo de herramientas y recursos, y relacionarlo con una agenda más amplia de desarrollo, seguimiento y difusión a través de partenariados multidisciplinares que contribuyan a generar ecosistemas multilingües de gran diversidad. Y para superar el paradigma de las comunidades estáticas en sus territorios teniendo en cuenta que la diversidad está presente en todo el mundo y, de manera simultánea, como consecuencia de los movimientos humanos y de las TIC.

Y en el ámbito de la paz y su relación con la diversidad lingüística queremos explorar los conceptos diversos de “paz” y hacerlo en colaboración con entidades que trabajan en el ámbito de la paz y la cooperación, con implicación de expertos en derecho internacional y antropología jurídica y hacer explícito el potencial de generación de paz que se deriva de este enfoque de la diversidad lingüística, así como su relevancia en la configuración de un nuevo paisaje cultural, especialmente en las ciudades contemporáneas.

Linguapax quiere participar en el contexto actual, pues, no como mera coordinadora y facilitadora de proyectos externos, sino como generadora de discurso en el contexto internacional aprovechando el potencial de su Consejo Científico y de la red de delegaciones para ampliar su órbita de actuación e incrementar la colaboración y la cooperación con otras entidades y organismos que nos ayuden a aportar propuestas en términos de gestión y visibilización de la diversidad lingüística y cultural que puedan ser puestas en valor en otros entornos y ámbitos de conocimiento y de acción.

En esta nueva etapa, Linguapax pretende avanzar en el terreno de la promoción, preservación y activación de la diversidad lingüística potenciando, sobre todo, este último aspecto, el de la activación de la diversidad lingüística, como valor añadido y rasgo diferenciador que implica no limitarnos a la sensibilización y a la defensa, sino a hacerla relevante, activarla y hacer un discurso proactivo, que traduzca estos esfuerzos en un mensaje alentador para el conjunto de la sociedad.

Por ello, uno de los principales objetivos que nos proponemos es contribuir a situar en la agenda pública de los gobiernos y de las instituciones internacionales el reconocimiento de la diversidad lingüística y cultural y su gestión igualitaria y equitativa para que ocupe el espacio central que le corresponde. Y hacerlo abriendo el debate y haciéndola visible, de manera transversal, en aspectos diversos de la vida social y cultural.

Desde la reflexión sobre la regulación del hecho lingüístico y el desarrollo de políticas dirigidas a salvaguardar o promover el uso de las lenguas propias en diferentes ámbitos como fenómeno de alcance universal; el análisis sobre como la acción de los poderes públicos y de los actores sociales, a partir de un marco legal determinado, se puede articular a partir de principios, instrumentos o formas de intervención con un contenido y una intensidad variables en cada contexto; hasta el debate sobre qué futuro podemos esperar de las tendencias actuales en el tratamiento de la diversidad lingüística después de más de dos décadas de sensibilización sobre el valor de esta diversidad.

Ahora que los paisajes lingüísticos del mundo están en flujo permanente debemos analizar cómo los nuevos escenarios de la comunicación humana afectarán nuestra concepción y experiencia de las lenguas. Todo ello para revisar y, en su caso, actualizar viejos supuestos y para no parar de explorar nuevas maneras de optimizar nuestro trabajo a favor de las lenguas.

Barcelona, 1 de enero de 2021