Xochitl Leyva Solano[1]
CIESAS Sureste
Mientras escribo esta nota para el Ichan Tecolotl me encuentro en una pequeña ciudad de la franja de transición entre la Selva, las Montañas del Norte y los Altos de Chiapas. En dicha ciudad, ayer, una trifulca violenta desatada en el tianguis causó una alarma generalizada entre la población, las tiendas cerraron inmediatamente, las detonaciones de armas de fuego no se hicieron esperar y las personas, ensangrentadas y amarradas, fueron depositadas por sus enemigos en las afueras de la ciudad. Sus imágenes circularon profusamente por las redes sociales de reporteros locales. Los rumores hablan de rivalidades entre dos grupos que se disputan el tianguis, otros dicen que ellos son gente del crimen organizado. Entre la gente se oyó decir que “al menos no estamos como en Berriozábal”, refiriéndose a una de las poblaciones de Valles Centrales, que es donde se ubica la capital del estado de Chiapas. En las últimas semanas en varios poblados de esa región se han dado innumerables enfrentamientos armados no sólo entre miembros de diferentes carteles sino entre la Guardia Nacional y los grupos criminales, dejando, en el caso del embarcadero de Niños Héroes (municipio de La Concordia), civiles asesinados.[2]
Los mercados en varias ciudades de Chiapas se han convertido en los espacios por excelencia donde los grupos de poder fáctico y los corporativos criminales buscan afianzar su control sobre personas, territorios y mercancías lícitas que cubren la venta de otras ilícitas. Pero no me vayan a mal entender, en Chiapas no todo es violencia y guerra. También hay resistencia y organización a diferentes niveles y con diversas formas. Ahí están el movimiento zapatista, las heterogéneas expresiones del Pueblo Creyente, la Organización Sociedad Civil Las Abejas, el Movimiento en Defensa de la Vida y el Territorio, así como el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, las ecoaldeas, las ONG en pro de la paz, y los espacios híbridos (no institucionales e institucionales) donde se cultivan varias artes en manos de las hijas y los hijos de pueblos originarios. ¿Por qué señalo esto? ¿qué tiene que ver con la Muestra de la Red de Investigaciones Audiovisuales (RIAV)? Mucho. Nuestro trabajo como antropólogas(os) se sustenta en el trabajo en/de campo, en el vínculo que logremos con la gente con la que decidimos trabajar y en los hallazgos que tengamos a ras de tierra para luego cruzarlos con muchas fuentes y miradas. De ello da cuenta, de alguna forma, la Muestra Fotográfica Itinerante RIAV, que fue curada con el foco puesto en cuatro campos: lo etnográfico, lo colaborativo, lo archivístico y la protesta visual.
Lo que parecen tener en común las fotos exhibidas en la muestra es la preocupación colectiva por ir más allá del logocentrismo, poniéndonos en la tesitura de invitarnos a caminar los lenguajes de las sensaciones y las emociones y no sólo de lo racional-académico, frío y desencarnado. En cada foto vemos a nuestras contrapartes (sean personas, documentos o espacios) interactuar con el/la fotógrafo(a) amateur que somos. En esta muestra, claro, no todas las fotos fueron tomadas por el/la antropólogo(a), pero sí muchas. No somos fotógrafos profesionales sino personas que damos con la fotografía testimonio de lo que somos y hacemos con otros y otras (así, con la “o” en minúscula y en plural).
En San Cristóbal de Las Casas, la muestra aterrizó en un lugar muy especial, el Centro Cultural Carlos Jurado. Un espacio cuya doble importancia quiero resaltar: primero, el centro tiene como director al artista maya tseltal Marco Girón, quien afirma en su espacio virtual dentro de la Galería MUY:
Mis iniciativas son una manera de la necesidad personal de mantener la memoria familiar, con el paso de los años, esta necesidad se volvió más general, pues Tenejapa necesita mantener la memoria colectiva mediante sus imágenes invaluables de carácter histórico.[3]
“Melodía nostálgica” Marco Girón. “enejapa” (2014). Fotografía compuesta sobre papel algodón, 8×10 pulgadas. Fotografía apropiada del maestro Vicente Kramsky, realizada en 1970.
“Yo hice el collage de la foto del maestro Kramsky —los músicos— y la persona pensativa al derecho.
De hecho, ese señor es de los últimos músicos tradicionales vivos todavía hoy», Marco Girón.
La palabra, obra y trabajo fotográfico y multidisciplinario de Marco es parte del florecer, en las últimas décadas, de las artes que cultivan lxs descendientes de los pueblos originarios de Chiapas. Cruzar camino con él, y ellxs, es muy importante en estos tiempos de fragmentación, violencias y guerras.
En segundo lugar, quiero destacar la convergencia con el homenajeado que le da nombre al centro cultural mencionado, el sancristobalense ciudadano del mundo Carlos Jurado. Muchas virtudes podríamos señalar de él, como alquimista, pintor, fotógrafo fundador de la pionera licenciatura en fotografía en la Universidad Veracruzana, así como destacado virtuoso del trabajo con la cámara estenopeica. Como puede leerse en la nota curatorial escrita por el fotógrafo y antropólogo Leonardo Toledo, don Carlos —como le decíamos— con su obra nos invita a reencontrarnos
con las posibilidades de la magia, de abrir los ojos y dejar pasar la luz para poder descubrir a los seres fantásticos que se esconden en la oscuridad, que nos rodean y nos habitan… a resetear la mirada y volver a ver unicornios.[4]
Foto: Carlos Jurado, Centro Cultural Carlos Jurado,
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.
Hay un tercer elemento de esta Muestra de la RIAV que no es menor y que también se dio. Lo dimos, para ser más precisas con el lenguaje. Se trata de cómo la muestra fue organizada en su totalidad por una docente y cinco doctorantes del posgrado de Antropología Social del CIESAS Sureste. Si partimos de una premisa onto-filosófica básica, “somos lo que hacemos”, podemos decir que esta muestra nos dio la oportunidad de vincular lo que trabajábamos en el curso de Metodología II, lo que cada doctorante hacía de cara a su trabajo de tesis, y lo que la docente ha venido haciendo, en colectivo y en red desde el Proyecto Videoastas Indígenas de la Frontera Sur,[5] durante los últimos 24 años: caminar lo audiovisual como herramienta heurística, onto-epistémica, teórico-política y ética. Dos y media décadas de hacer eso de manera colaborativa con mujeres, pueblos, organizaciones y movimientos se dice fácil, pero no lo es. Sobre todo, en una academia dominante que sigue privilegiando el logocentrismo y el lenguaje de la escritura. En una academia dominante que sigue viendo a la imagen como ilustración para un anexo final, que desconoce o devalúa la larga trayectoria del cruce de Ciencias (Sociales), Humanidades y Artes. Una academia que cree que lo audiovisual sirve sólo para difundir o divulgar lo verdaderamente importante: lo teórico.
En el CIESAS Sureste la muestra misma se tejió con debates onto-epistémicos-teóricos-políticos, metodológicos y éticos que íbamos dando a lo largo del cuatrimestre en la materia formalmente llamada “Metodología II”. A la par leímos y vimos las obras de Berger, Mulvey, Menkes, Gastaldo, Escobar, y Pink, y nos detuvimos en los trabajos creativos colectivos del Taller de Historia Oral Andina (THOA) y de la Red de Artistas, Comunicadores Comunitarios y Antropólog@s de Chiapas (RACCACH). Todo ello era la constatación viva y real de que otros lenguajes se pueden posicionar en las agendas institucionales y de los proyectos de tesis.
Sesión 2.1. Politic(as), Femenino, Lugar.
Foto: Archivo curso Metodología II.
Las metodologías y pedagogías alternativas que implementamos en el aula iban en sintonía con muchos de los trabajos antropológicos que se veían en la muestra de la RIAV. La fascinante obsesión, en pleno siglo XXI, con la etnografía, a 100 años de Los Argonautas del Pacífico Occidental, nos permitía tejer desde la etnografía clásica hasta la etnografía virtual y la Inteligencia Artificial. Así cerró el equipo coordinador de la sesión 12a y última.
Va una idea final. Darle sentido profundo a cada cosa que hacemos es algo muy difícil en general y más ahora que reinan las violencias, las fragmentaciones, las tensiones, los problemas, la negatividad en todas partes de este Bahlumilal. Hacer de la Muestra de la RIAV un punto de convergencia para retejer la red de la vida no fue nada sencillo: el CIESAS no cuenta con apoyos económicos institucionales para este tipo de actividades, la saturación logocéntrica en los posgrados no da tregua, las balaceras en la ciudad coleta son una constante en la vida cotidiana, ya no se sabe si son cuetes de las fiestas patronales o el sonido de las balas del crimen organizado. Las razones para no creer en la creatividad personal y colectiva están en todas partes, pero, a la par, las luces y destellos de nuestra potencia y creatividad también están en todas partes. Sólo falta activarlas y conectarlas. Esta muestra ayudó en algo para intentar hacerlo.
Se agradece a las y los nueve investigadores de la RIAV que compartieron su trabajo, a las y los cinco doctorantes[6] que formaron parte del comité organizador junto conmigo; también al resto de doctorantes del curso de Metodología II por acuerparnos, al grupo musical que tocó y a la persona que preparó los bocadillos. Gracias por acompañarnos en la inauguración al co-coordinador del Proyecto Videoastas Indígenas de la Frontera Sur[7] , al director de CIESAS Sureste[8] y al director del Centro Cultural Carlos Jurado, y por supuesto a todas las personas que nos apoyaron y laboran en ese centro y en Sureste.[9]
Quizás lo más importante que pasó fue que tomando como pretexto la Muestra de la RIAV tejimos el común y practicamos colectividad para encarar las violencias y las guerras que hoy nos acosan; para eso también pueden servir lo audiovisual.
Poster desde fuera. Diseño: CIESAS
Poster desde dentro. Diseño: Centro Cultural Carlos Jurado
El Comité Organizador delibera y acuerda. Foto: Doctorante Francisco Antonio Gómez Guillén
Del blanco a la imagen. Foto: Doctorante Yuridiana Urbina Ballinas
Montaje en acción. Foto: Doctorante Yuridiana Urbina Ballinas
Trabajo colectivo para muestra colectiva. Foto: Doctorante Jimena López Montaño
Nosotras y ellos en la inauguración. Foto: Doctorante Karen Maiby Odriozola de la Garza
Un mundo donde quepan muchos mundos. Foto: Doctorante Yuridiana Urbina Ballinas
¿Ver o mirar? Foto: Doctorante Jimena López Montaño
No podía faltar la música. Foto: Doctorante Jimena López Montaño
Banquete autogestionado. Foto: Doctorante Karen Maiby Odriozola de la Garza
PVIFS y Centro Carlos Jurado desmontan. Foto: Archivo PVIFS
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Profesora investigadora, xls1994@gmail.com. ↑
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Ver el pronunciamiento publicado en https://www.chiapasparalelo.com/noticias/chiapas/2024/04/exigimos-salvaguardar-la-integridad-y-los-derechos-de-todos-los-chiapanecosas-y-mexicanosas-investigadores/. ↑
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Tomado de https://www.galeriamuy.org/artistas/marco-giron/. ↑
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Tomado de la nota curatorial de Leonardo Toledo en la sala de exposición Carlos Jurado, Centro Cultural Carlos Jurado, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, primavera de 2023. ↑
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PVIFS. ↑
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Me refiero a las y los doctorantes Francisco Antonio Gómez Guillén, Yuridiana Urbina Ballinas, Jimena López Montaño, Karen Maiby Odriozola de la Garza y Ángel de Jesús Velasco Urbina, miembros de la Línea de Procesos Socio-ambientales y Salud de nuestro posgrado. ↑
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Dr. Axel Köhler. ↑
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Dr. Gilles Polian.↑
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En particular quiero mencionar a la Mtra. Karla Thomas, a la CP. Itzel Rossette y al Sr. Roberto Núñez.↑