La Mixteca Alta: entre cambios del paisaje
y transformaciones ecológicas

Mario Alberto Roa López[1]
Doctorante en CIESAS Peninsular

La Mixteca Alta es un espacio que ha sido abordado por especialistas de diversos campos de las ciencias naturales, de las ciencias sociales y de las humanidades. Definitivamente, el actual territorio que denominamos Mixteca Alta reúne una serie de elementos que la caracterizan de las adyacentes regiones que conforman el estado de Oaxaca.

De manera puntual me refiero a los antecedentes prehispánicos, al resultado arquitectónico de la orden dominica. Por otro lado, al protagonismo de los caciques y de los pueblos de indios como agentes activos en las actividades económicas. Estos procesos que se gestaron en la superficie de la Mixteca Alta dieron como resultado, en primer lugar, un conjunto de monumentos de origen mesoamericano y novohispano. En segundo lugar, se constituyeron formaciones de tipo biológicas y geológicas. Es decir, el Patrimonio Biocultural de la Mixteca Alta, se configuró a partir del surgimiento de monumentos integrados al entorno.

Es posible que los cambios en el paisaje y las transformaciones ecológicas de la región se hayan acentuado a partir de las actividades económicas que se introdujeron después de la conquista española. Es probable que las alteraciones ambientales fueran resultado de décadas, incluso siglos, de la explotación de los recursos bióticos. Conviene subrayar que el actual territorio de la Mixteca Alta se encuentra entre los más erosionados a nivel nacional. Sin embargo, los procesos de degradación ocasionados por la factores naturales y humanos le han dado un nuevo valor desde la visión de especialistas de las ciencias naturales y de las humanidades.

Por ejemplo, la UNESCO (La Organización de la Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) define patrimonio cultural de la siguiente manera:

Se entienden: i) los monumentos: obras arquitectónicas, de escultura o de pintura monumentales, elementos o estructuras de carácter arqueológico, inscripciones, cavernas y grupos de elementos, que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia; ii) los conjuntos: grupos de construcciones, aisladas o reunidas, cuya arquitectura, unidad e integración en el paisaje les dé un valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia; iii) los lugares: obras del hombre u obras conjuntas del hombre y de la naturaleza, así como las zonas, incluidos los lugares arqueológicos, que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista histórico, estético, etnológico o antropológico.”[2]

A diferencia la definición de patrimonio natural consiste en lo siguiente:

Por patrimonio natural se entienden: i) los monumentos naturales constituidos por formaciones físicas y biológicas o por grupos de esas formaciones que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista estético o científico; ii) las formaciones geológicas y fisiográficas y las zonas estrictamente delimitadas que constituyan el hábitat de especies animales y vegetales amenazadas, que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista de la ciencia o de la conservación; iii) los lugares naturales o de las zonas naturales estrictamente delimitadas, que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista de la ciencia, de la conservación o de la belleza natural.[3]

Ahora bien, con base en las definiciones anteriores, podemos confirmar que la región de la Mixteca Alta contempla una serie de elementos que le permitieron sustentar el Proyecto Patrimonio Biocultural. Desde luego, los monumentos naturales e históricos fueron resultado de una serie de procesos históricos y fenómenos naturales que acontecieron sobre los ecosistemas mixtecos. Es por ello, que el propósito de este texto consiste en describir de manera breve los factores que intervinieron en la conformación del paisaje que derivó en la configuración del Patrimonio Cultural y Natural de la Mixteca Alta. Finalmente, El Proyecto del Geoparque Mixteca Alta surgió en 2014,[4] en un inició destacando el tema de la erosión, pero sin dejar de lado el aspecto arquitectónico, cultural, ecológico e histórico.

La región de la Mixteca Alta está integrada por los valles Yanhuitlán (Nochixtlán), Coixtlahuaca, Tamazulapan, Tlaxiaco, Teozacoalco y Achiautla. El paisaje más representativo de la Mixteca Alta es el sistema montañoso por encima de los 2 000 metros sobre el nivel del mar. Los territorios mixtecos alojan bosques, matorrales y pastizales, cada ecosistema está formado por variaciones de clima, altura, fauna y flora. Por ejemplo, en Tlaxiaco y Teozacoalco predonominan las tierras húmedas y bien irrigadas. A diferencia, Coixtlahuaca sobresalen los paisajes por su aridez. En cambio, el norte y noreste de la Mixteca Alta se distingue por las estepas. Por último, el valle de Nochixtlán está ubicado a 2 100 MSN, disfruta de temperaturas medias anuales de entre 15.5° y 17°, es una zona propensa a sufrir heladas y sequías, a pesar de estas condiciones climáticas los suelos de Nochixtlán permiten la siembra del maíz en los valles y en las laderas de sus montañas.[5]

Imagen 1. Río Mixteco

Fotografía: Mario Roa, 2021.


Después de las incursiones de los conquistadores en la Mixteca Alta, los españoles y las élites nativas establecieron un ambiente pacífico. Posteriormente, se impulsó el proyecto de evangelización. La difusión del dogma católico lanzó a miembros de diferentes órdenes religiosas a los distintos espacios del área Mesoamericana. En los primeros años, a los frailes franciscanos, posteriormente a los dominicos, estos hombres de fe recorrieron y dejaron registro de la historia y geografía de la Mixteca Alta.

Desde este aspecto, la visión del paisaje de la Mixteca Alta entre los siglos XVI y XVII se puede rastrear a partir de las crónicas de los religiosos mendicantes. Por un lado, fray Toribio de Benavente, mejor conocido como “Motolinía.” En la Epístola proemial de un fraile al ilustrísimo don Antonio Pimentel, sexto conde de Benavente… describía a la Mixteca de la siguiente forma:

Su tierra ahora se llama Mixtecapan, la cual es un gran reino: desde el primer pueblo hacia la parte de México, que se llama Acatlán, hasta el postrero Tutatepec, que está en la costa del Mar del Sur, son cerca de ochenta leguas. En esta Mixteca hay muchas provincias y pueblos, y aunque es tierra de muchas montañas y sierras, va toda poblada. Hace algunas vegas y valles; pero no hay vega en toda ella tan ancha que pase de una legua.[6]

Por otro lado, para finales del siglo XVII, Francisco de Burgoa, fraile dominico, describía la Mixteca como la región “lóbrega, áspera y montuosa.” Sin embargo, desde la visión de Burgoa, no todo el territorio era “accidentado”. Por ejemplo, consideraba que Yanhuitlán poseía “grandeza, gracia y opulencia; era un pueblo con 12 mil vecinos de familia […] con mucha abundancia de semillas, frutas de tierra fría, tierra fértil, llanos con frescas flores olorosas y medicinales.[7]

En concreto, estas fuentes documentales nos permiten recrear aspectos del paisaje mixteco. Destacan el sistema montañoso de la región, el cual consideraban una desventaja para el tránsito y vigilancia de los pueblos de indios. Algunos pensaban que el relieve y lo accidentado del territorio incidía en las eventualidades de los trayectos de personas y de mercancías. A diferencia, las opiniones benévolas sobre Yanhuitlán muestran que las tierras no eran infértiles o poco importantes. Vale la pena mencionar que Yanhuitlán estuvo inmerso en una serie de pleitos entre encomenderos y dominicos, una lucha de poder por la sede del antiguo señorío de Yanhuitlán.

Otra de las tareas de los religiosos dominicos consistió en la organización y la expansión misionera en la región de la Mixteca. El proyecto consistía en evangelizar a la numerosa población asentada en el territorio mixteco. Aunado al plan de predicación, los religiosos construyeron una red de conventos que aseguraba la ruta del Camino Real que se prolongaba hasta el reino de Guatemala, esta vía de comunicación ya estaba establecida desde la época prehispánica. Vale la pena resaltar que, en las huertas de los conventos, los dominicos enseñaron a los mixtecos a cultivar cereales y vegetales que habían traído del Viejo Mundo. Además, propagaron el conocimiento de crianza de aves domésticas y animales de pastoreo.

Imagen 2. Mapa Conventos dominicos.


En particular, Burgoa resaltaba que los frailes dominicos habían enseñado a los mixtecos a criar seda, grana cochinilla. Además, los religiosos habían incentivado en los pueblos de indios la fundación de estancias de ovejas y cabras. De igual modo, Burgoa comentaba que la orden dominica había mejorado las técnicas agrícolas de los pueblos, esto para conseguir cosechas más abundantes. Lo más interesante son sus observaciones sobre la multiplicación del ganado, Burgoa decía que las mulas, los caballos, los bueyes y todo tipo de cuadrúpedos que se habían traído de España, en pocos años se habían reproducido. En consecuencia, el incremento de las diferentes especies de ganado afectó en distintas escalas la vida de los pueblos de indios.

En ese sentido, es posible que la actividad ganadera fuera uno de los tantos factores que detonaron una economía de arrastre en la Mixteca Alta. Una de las ventajas fue la integración de la región en algunos circuitos comerciales novohispanos. De ahí que la Mixteca Alta quedara integrada a las economías urbanas de Antequera, Puebla y Ciudad de México. A su vez, los pueblos de indios y los caciques notaron en la cría de ovejas y cabras un negocio lucrativo.  

Vale la pena resaltar que Oaxaca estaba entre las regiones más prósperas y peculiares de la Nueva España. Por un lado, la propiedad de la tierra la mantuvieron los pueblos de indios hasta finales del siglo XVIII. Por otro lado, la producción ganadera de los poblados cubrió la demanda de los mercados regionales y urbanos durante todo el periodo colonial. La ciudad de Antequera, capital de la provincia fungió de nodo comercial entre los pobladores de la Mixteca Alta y la circulación de sus mercancías. Pues la riqueza de la provincia de Oaxaca radicaba en la numerosa población indígena y en la elaboración de diferentes mercancías que provenían de los contrastantes territorios de Oaxaca.

En cuanto a la cría de ganado menor, ésta se legalizó entre los indios en 1551. Es probable que los pueblos y los caciques de la Mixteca Alta ya contaran con veinte años de experiencia en la producción pecuaria. Es decir, es muy posible que los indios y los caciques practicaran la cría de ganado menor de forma clandestina. En otro sentido, los usos y costumbres de la tradición ganadera castellana se tuvieron que adaptar a los espacios americanos. Por ejemplo, al sistema montañoso de los territorios mixtecos, en segunda, a las actividades de la población indígena. Finalmente, las quejas y querellas que presentaron las autoridades de varios pueblos ejemplifican la abundancia de ganado en la zona y las numerosas afectaciones en cosechas, salineras, hortalizas, pastos y ríos de la extensa área de la mixteca.

Para ilustrar los efectos negativos del ganado en los ecosistemas de la Mixteca Alta, incluyo la siguiente querella que presentaron los naturales de San Andrés Chalcatongo. El 28 de mayo de 1685, Juan López, Feliciano García y Juan Quirós se organizaron y entregaron una queja contra el regidor Silvestre González, vecino de la ciudad de Puebla de los Ángeles. Los reclamos iban dirigidos hacia el actuar de los sirvientes de la hacienda. Los tres indígenas de San Andrés contaron que hacía aproximadamente un mes, los empleados del regidor les habían prendido fuego a sus plantas de piña. Además, el rebaño de cabras que sacaban a pastar había devorado una sementera de algodón. Los habitantes de San Andrés argumentaban que las pérdidas ascendían a ciento cincuenta pesos, ellos pedían el reparo de los daños. Si esto no ocurría, el pueblo comenzaría a despoblarse, pues de la venta de las cosechas solventaban el sustento, el tributo y las limosnas.[8] 

A partir de este caso, se observan las problemáticas sociales que padecían los pueblos de indios por la movilidad de los mayordomos y pastores. Por otro lado, son innegables las afectaciones que provocaron los hatos en cosechas, plantíos, salineras y sementeras. Este tipo de situaciones fue muy recurrente en los pueblos de la Mixteca Alta, el principal enemigo eran los hatos. En segundo lugar, los pastores, los mayordomos y los ganaderos.

Finalmente, el aumento de ovejas y cabras fue un fenómeno que se presentó en las últimas décadas del siglo XVI y gran parte del XVII. Si bien, investigaciones recientes cuestionan las propuestas de Elinor G. K Melville sobre las consecuencias ambientales que produjo la multiplicación del ganado. En realidad, la actividad ganadera fue de suma importancia en la región. Desde luego, los abundantes rebaños modificaron los paisajes y ocasionaron disturbios en los ecosistemas mixtecos. Sin embargo, no podemos excluir los propios procesos climáticos que posiblemente incidieron en la transformación ecológica. Por ejemplo, las lluvias, los vientos, los incendios, el clima. Así mismo, los fenómenos atmosféricos de escala regional o mundial. (el fenómeno de El Niño)

Consideremos ahora, los fenómenos de escala global que posiblemente influyeron en los cambios del ecosistema de la Mixteca Alta. Es decir, la fase climática, La Pequeña Edad de Hielo (PEH), este periodo corresponde a una baja de temperatura a nivel mundial. Posiblemente se presentó entre el siglo XV y XIX. En consecuencia, el hemisferio Norte y Sur de la Tierra presentaron fenómenos atípicos y prolongados. Es así, que las distintas poblaciones asentadas en los diversos territorios continentales experimentaron sequías, inundaciones, nevadas, huracanes. Es decir, fenómenos más intensos y prolongados. A su vez, esto generó malas cosechas, carestía y aparición de enfermedades epidémicas. Las alteraciones climáticas afectaron a las sociedades a nivel económico, social y cultural durante esos años.

Por ejemplo, Durante el siglo XVI en la Nueva España se presentaron periodos de escasez de humedad en el centro. La primera aconteció en 1540, también llamada la “megasequía”, la segunda fue un periodo seco, éstas se presentaron desde 1594, 1597, 1598, 1599 y se extendieron hasta 1604. Finalmente, la última fue entre 1692 a 1713, denominada “sequía severa”. La referencia de la primera sequía en territorio de la Mixteca Alta se registró en 1545. Kevin Terraceano comenta que, en la década de 1540, el territorio mixteco experimentó la escasez de lluvias, esto produjo una fase de sequía en la región.

En efecto, la intensidad del fenómeno climático provocó que las autoridades indígenas de Etlatongo realizaran sacrificios y bebieran pulque para atraer la lluvia. Don Juan, gobernador de Etlatongo, declaró lo siguiente: “dijo que hacían ofrendas cuando no había agua, cuando había una enfermedad y cuando cosechaban.”[9] Aunado a la sequía, otra de las preocupaciones que aquejaba a los pueblos de indios eran las epidemias, la presencia de enfermedades de origen europeo surgió en la década de 1530.

Ahora bien, las actividades humanas y los fenómenos climáticos en la Mixteca Alta en conjunto generaron una serie de cambios y transformaciones. Si bien, algunos autores mencionan que la erosión de la Mixteca inició antes de la llegada de los españoles. Es indiscutible que los procesos de cambio en los paisajes y en los ecosistemas se dieron de manera continua y prolongada a partir de la época novohispana.

Por un lado, la introducción de nuevas especies de árboles y hortalizas en la zona, fue la primera señal hacia nuevas adaptaciones. Por otro lado, la presencia de nuevas especies animales se sumó al cambio del paisaje. Es decir, las aves de corral, los animales de carga y el ganado fueron elementos que modificaron el territorio. Por ejemplo, las rutas del ganado trazaron nuevos caminos, la ausencia de cercas produjo que los cuadrúpedos se lanzaran hacia todo tipo de cultivos, salineras, hortalizas, huertos de los pueblos de indios. En otro sentido, los procesos de congregación y la construcción de edificios religiosos en los valles y serranías también influyeron en las nuevas visiones espaciales. Aunado a esto, la cría de ganado menor resultó una actividad lucrativa. Esto permitió que los pueblos de indios modificaran sus templos y mandaran a elaborar retablos. Vale la pena mencionar que algunas obras arquitectónicas e históricas de la Mixteca Alta se han conservado hasta nuestros días.  

Finalmente, los vestigios arqueológicos, los grandes monasterios, las iglesias, las obras de arte son consideradas parte del patrimonio cultural de la Mixteca Alta. En otro sentido, el patrimonio natural de la Mixteca Alta se formó a lo largo de los siglos, fue moldeado por los vientos, las lluvias, los sismos etc. De la misma forma, los fenómenos de escala global también intervinieron en configuración del actual paisaje Mixteco. Vale la pena mencionar que la intervención del hombre fue un elemento primordial en estos cambios y transformaciones. La tala de bosques por aumentar espacios para la agricultura y la ganadería, la extracción de material para la construcción, la invasión de zonas naturales en conjunto fueron factores que impactaron en el equilibrio de los ecosistemas.

Para concluir, actualmente la Mixteca Alta sigue en proceso de cambios y transformaciones a nivel natural y social. Por un lado, los paisajes erosionados sin presencia de vegetación están siendo intervenidos por proyectos de reforestación. Por otro lado, en otros parajes erosionadas se han trazado rutas de senderismo para especialistas y turistas. Además, se pretende incentivar la gastronomía y las artesanías de los habitantes de la región. En el pasado la ganadería y las actividades extractivas fueron las amenazas más relevantes para la Mixteca Alta ¿Cuáles serán los nuevos desafíos para la Mixteca Alta y sus habitantes?

Archivos
Archivo Histórico del Poder Judicial del Estado de Oaxaca
Criminal


Bibliografía

De Benavente, Fray Toribio  (2003), Historia de los indios de la Nueva EspañaMadrid, Dastin-Crónicas de América.

De Burgoa, Francisco (1997), Geográfica descripción de la parte septentrional, del Polo Ártico de la América, Oaxaca, Gobierno del Estado de Oaxaca, Instituto Oaxaqueño de las culturas-UNAM-IIA-Consejo Nacional para la Cultura y las Artes-INAH-UABJO-Biblioteca Francisco de Burgoa-rupo Editorial Miguel Ángel de Porrúa, primera edición facsimilar.

De Juambelz, Rocío López (2015), “El paisaje de la Mixteca Alta”, en Bitácora de arquitecturajulio-noviembre.

Melville, Elinor G. K. (1999), Plaga de ovejas: consecuencias ambientales de la conquista de MéxicoMéxico, Fondo de Cultura Económica.

Mendoza García, Édgar (2002), “El ganado comunal en la Mixteca Alta. De la época colonial al siglo XX. El caso de Tepelmeme”, en Historia MexicanaEl Colegio de México, 2002, vol. LI, abril-junio.

Romá, Armando Alberola (2016), “Clima, desastre y religiosidad en los dietaristas valencianos de los siglos XVI y XVII”, en Obradoiro de Historia Moderna, núm. 25.

Romero Frizzi, María de los Ángeles (1990), Economía y vida de los españoles en la Mixteca Alta: 1519-1720México, Instituto Nacional de Antropología e Historia-Gobierno del Estado de Oaxaca, 1990.

Rosado-González, Emmaline Montserrat y Xóchitl Ramírez-Miguel (2017), “Importancia del trabajo comunitario para el establecimiento del geoparque mundial de la UNESCO Mixteca Alta», en Investigaciones Geográficas, Trabajo de Campo, núm. 92.

Terraciano, Kevin (2013), Los mixtecos de la Oaxaca colonial. La historia ñudzahui del siglo XVI al XVIII, México, FCE.

Páginas de internet

Patrimonio. Indicadores UNESCO de Cultura para el Desarrollo, p. 134 https://es.unesco.org/creativity/sites/creativity/files/digital-library/cdis/Patrimonio.pdf


[1] marius.roa@gmail.com  | marius.roa@icloud.com 

[2] Patrimonio. Indicadores UNESCO de Cultura para el Desarrollo, p. 134 https://es.unesco.org/creativity/sites/creativity/files/digital-library/cdis/Patrimonio.pdf 

[3] Patrimonio. Indicadores UNESCO de Cultura para el Desarrollo, p. 134 https://es.unesco.org/creativity/sites/creativity/files/digital-library/cdis/Patrimonio.pdf 

[4] Emmaline Montserrat Rosado-González, Xóchitl Ramírez-Miguel (2017), “Importancia del trabajo comunitario para el establecimiento del geoparque mundial de la UNESCO Mixteca alta, Oaxaca, México”, en Investigaciones GeográficasTrabajo de Campo, núm. 92, abril,  p. 1

[5] María de los Ángeles Romero Frizzi (1990), Economía y vida de los españoles en la Mixteca Alta: 1519-1720México, Instituto Nacional de Antropología e Historia-Gobierno del Estado de Oaxaca, p. 36.

[6] Fray Toribio de Benavente (2003), Historia de los indios de la Nueva EspañaMadrid, Dastin-Crónicas de América, p. 62.

[7] Francisco de Burgoa (1997), Geográfica descripción de la parte septentrional, del Polo Ártico de la AméricaOaxaca, Gobierno del Estado de Oaxaca-Instituto Oaxaqueño de las culturas-UNAM-IIA-Consejo Nacional para la Cultura y las Artes-INAH-UABJO-Biblioteca Francisco de Burgoa-Grupo Editorial Miguel Ángel Porrúa, primera edición facsimilar, pp. 128-134.

[8] Archivo Histórico del Poder Judicial del Estado de Oaxaca, Criminal, leg. 19. Exp. 8. (Los naturales del pueblo de San Andrés Chalcatongo contra unos pastores de cabras, por haberles quemado sus huertos de piña y otros asuntos, 1685).

[9] Kevin Terraciano (2013), Los mixtecos de la Oaxaca colonial. La historia ñudzahui del siglo XVI al XVIII, México, FCE, p. 411.