Entrevista de Hugo Arellanes a Raúl Torralba[1]
Es muy honroso para el Laboratorio Audiovisual y el CIESAS presentar imágenes del fotógrafo Raúl Torralba, miembro de la comunidad afromexicana mascoga que vive en El Nacimiento (Coahuila). Aunque las imágenes de Raúl hablan por sí mismas acerca de su sensibilidad e inteligencia, se ha agregado a ellas fragmentos de la conversación que durante el Festival Afrodescendencias 2022, Raúl sostuvo con Hugo Arellanes, también fotógrafo, afromexicano y originario de la Costa Chica.
Hugo Arellanes: ¿Cómo es que llegas a la fotografía? ¿Cuánto tiempo después pudiste tener acceso a una cámara? ¿Cuánto tiempo después de haber empezado?
Raúl Torralba: Comencé con un teléfono, gracias a un joven Kikapú, Erik Treviño, que en paz descanse y que me inspiró a tomar fotografías. Él tenía una página del río Sabinas y yo comencé a seguir su trabajo y observaba que le interesaba mantener todo en equilibrio, que todo estuviera bien. Dije: “yo quiero una cámara, voy a comprarme una”. Tres meses junté dinero y me la compré. Primero las fotos salían algo borrosas por el enfoque y después ya fui moviéndole, leyendo el manual y entendiéndole más. Y un señor de Sabinas, Jorge Treviño, al que le compré la cámara y quien también toma fotos, me dijo: muévele aquí, ponle acá…y así. Siempre que voy a alguna parte llevo mi cámara para no perder la oportunidad de capturar algo. Creo que Instagram[2] es una muy buena herramienta para trabajar fotos.
HA: No tenemos maestros de fotografía en nuestras comunidades, por lo que tecnologías como YouTube©, Instagram© y el ver a otros fotógrafos de afuera las redes se vuelven herramientas muy pertinentes para adquirir conocimiento. Raúl, cuenta cómo es que hacían antes para tener sus archivos fotográficos
RT: Antes había cámaras desechables. Si iba a haber una fiesta pues la encargabas a tus familiares del “otro lado”. Como siete fotografías podías tomar y luego tenías que ir a revelar. Luego ya no servía la cámara.
HA: ¿En qué clase de fiestas las usaban?
RT: En las bodas, quinceaños, bautizos y en las fiestas tradicionales como el 19 de junio, que es el día que se celebra la libertad de los Negros Mascogos. Ese día, las mujeres se alistan para cocinar para cuando lleguen los invitados. Dos o tres días antes, vienen familiares de Estados Unidos para ayudar a cocinar y acomodar todo. Los hombres traen leña, pican la carne y acomodan dónde va a ir el fuego, dónde va a estar la música y sobre todo donde va a estar la cerveza.
HA: ¿Qué oficios hay en la comunidad?
RT: Somos cazadores y recolectores, dependiendo de los tiempos. Vamos a levantar nueces, recolectamos chile piquín y también pescamos. Hay quienes se dedican al ganado, otros salen a trabajar afuera, dependiendo en lo que trabajan. A los niños desde chiquitos se les enseña a montar, a andar con las vacas, chivas, burros, por eso aprenden. Para mover los animales, hay que montar a caballo. ¿A quién no le gusta pasear en caballo?
HA: Cuando ustedes salen de su comunidad ¿Sienten mucho el racismo?
RT: Nuestros familiares migran a buscar trabajo para tener un mejor futuro, pero yo no pienso que haya un buen futuro allá tampoco por el racismo, por ser mexicano, o aquí en México por ser morenito. Creo que está muy fea esa situación, especialmente con las personas de piel blanca, cuando nos miran que somos morenos y cuando les dan la preferencia por ser blancos. El racismo está en todas partes, incluso como en Estados Unidos; ya ves lo que estaba pasando con los policías que estaban como cazando a la gente negra.
HA: El río es parte fundamental de tu comunidad.
RT: En el río Sabinas nace el agua. Por eso se llama El Nacimiento, porque es donde nace el agua y es la vena que corre de aquí para todo Múzquiz. Es muy importante cuidar nuestra área, porque si nosotros no tenemos agua, las gentes de más abajo tampoco van a tener agua limpia.
A nuestra gente le encanta el agua. Nomás decimos ¡ey, vamos pal el río! Y alguien más invita a alguien, si no es que ya está en el río también. Vamos al río porque es lo más bonito que tenemos. Todos van a refrescarse, a nadar. Junto con nuestros vecinos Kikapúes somos guardianes del agua.
Mi región es muy bonita, en el campo todo es tranquilo, no hay tanta contaminación, se vive muy bien. Todos nos conocemos, nos llevamos bien y somos serviciales. Cuando hay que ayudarnos todos se reúnen.
Sin embargo, ahorita estamos pasando una sequía muy grande. El río está seco, todos estamos batallando porque no hay ni agua para el pueblo, y menos para los animales, por lo que muchos animales se están muriendo. Hay que acarrear agua desde las norias o pagarle a personas para hacer pozos en las norias. Lo que más afecta es la tala de árboles, el explotar el río, sacar el cascajo, todo eso afecta el medio ambiente y también nos afecta a todos nosotros. Los tiempos están cambiando mucho el clima, pues ya no llueve como en los tiempos cuando debería llover
Nos han dado cursos de vigilancia. También hemos abierto nuestras áreas a personas de afuera. Pero vienen y nos dejan basura, de la que nosotros nos tenemos que encargar. Hemos dado pláticas para que no hagan fuego debajo de las copas de los árboles y que no echen nada que pueda contaminar y que se lleven su basura.
Son muy bonitos los amaneceres porque te das cuenta que estás vivo y puedes apreciar. Es cuando dices como ¡wow, gracias creador! También tomé una imagen en la oscuridad, con las estrellas y los árboles en la Nogalera, a donde vamos a recolectar nueces. Fuimos a buscar tejones y yo volteé pa´rriba y dije como “no, yo tengo que hacer una foto del cielo así, que se mire las estrellas y los árboles”.
HA: Entiendo que hay temporadas en las que van a ayudarle a sus vecinos los Kikapúes en construir sus chozas. ¿Qué materiales usan? ¿Cuantos días se tardan?
RT: Tienen como un mes para que todos hagan sus cambios de casitas y vamos a ayudarles a cortar árboles del río. Ellos sólo usan que puro material natural, como árboles y plantas que se dan en el río para cubrir sus casitas.
Tomé una foto también del hermano Iván, de los Indé, los apaches, en una ceremonia con de un reencuentro entre hermanos. Hace mucho tiempo, cuando el gobierno nos dio nuestro título de tierras, puso como condición que peleáramos contra los apaches y todos los que atacaran la nación mexicana. Iván había escuchado de esas guerras y que los Indé habían sido despojados y dijo que quería conocer a la comunidad. Y fuimos planeando y después hicimos una reunión para platicar, para mediar paz y conocernos. Vinieron personas de diferentes tribus. Tuvimos temazcal, cantos, recibimos el sol, estuvo muy bonito todo. Hubo muchos encuentros de sentimientos y sobre todo, una gran satisfacción de mirar tantos rostros felices y juntar tantas gentes juntas de diferentes tribus.
HA: ¿Nos hablas de tus fotos de flores, Raúl?
RT: Olvidé el nombre de una flor que es como un nopal. Tiene una espina que una vez que se encaja se te queda una capa adentro y sale la otra espina y es muy dolorosa. Pero muy bonita flor y las tunas que tiene son rojas. Recuerdo que mi mamá, cuando nos enfermábamos de los oídos, las quemaba en la estufa y luego les echaban aceite y las apachurraban para después ponértelas y limpiarte el oído.
HA: La medicina tradicional entonces es muy importante para ustedes. ¿Tienen recetas?
RT: Ya no practican mucho la medicina natural, pero todavía hay personas que siguen haciendo remedios caseros y quienes van lo hacen por cosas como la tos.
HA: ¿Ustedes han intercambiado conocimientos con otras tribus?
RT: Sí. Hemos aprendido mucho de las tribus y ellas de nosotros. Así como dices es un intercambio cultural por así decirlo.
HA: Pasemos a la imagen de una hormiga.
RT: No sé cómo se llaman estas hormigas, pero sólo salen cuando llueve. He escuchado que en otros lugares las comen.
HA: Sí. En la Costa Chica salen y las conocemos como chicatanas y nos las comemos ¿Ustedes no las comen?
RT: No, pues no sabemos cómo se cocinan.
HA: Deberíamos intercambiar recetas gastronómicas para ampliar el repertorio de ambos lados. Quizás ustedes también nos pueden aportar muchas recetas para nosotros traerlas a la Costa Chica.
RT: Claro que sí, estaría genial.
HA: Estoy sorprendido Raúl que en tu Instagram© tienes una variedad inmensa de aves. ¿Quieres contarnos como es esa experiencia de salir y fotografiar aves?
RT: Es lo máximo salir a observarlas, más que todo cómo se comportan. Cuando tienes la oportunidad de estar cerquitas y mirar y apreciar sus colores. Es algo muy bonito.
HA: ¿En su territorio hay muchas víboras?
RT: Hay varias clases: víboras cascabel, víboras negras, coralillos, unas que les nombran sordas. A la de cascabel la nombramos Alicantre. Dicen que chifla o se van sobre los árboles. Tomé una foto de una que se estaba comiendo un conejito, al que escuché que estaba “piando”, pero yo no interfiero en lo que ellos están haciendo, nomás me toca observar. Ellos tienen que alimentarse también, esa es la ley de la vida.
HA: ¿Cómo es la convivencia con estos animales? ¿Tienen ustedes una clínica cerca por si llegara a haber una mordedura o tienen remedios?
RT: Tenemos clínicas, pero no sabemos si hay antídotos. Pero ya sabemos que hay que ser cuidadosos y darles su espacio a los animalitos. Si miras una víbora y sabes que es venenosa, si no te está haciendo nada, déjala en paz, es lo que hacemos. Antes tenían la costumbre de matarlas, pero también la estamos cambiando. Decimos ¡hey también quieren vivir!, ¿Quién te está molestando a ti? Nadie, ¿verdad?
La foto del venado cola blanca la capturé en Guerrero, Coahuila. Creo que estaba en una reserva natural. Iba en la carretera y nos paramos para tomar la foto.
HA: Creo que la relación que tienen ustedes como tribu con la naturaleza es muy impresionante porque hay mucho cuidado.
RT: Nos hace falta desconectarnos más del teléfono y conectarnos más con la naturaleza, eso le hace falta a muchos niños también. La tecnología es importante, pero también los está desconectando de la realidad.
Para mí es más fácil sacar una captura de un ave que tomarle foto a una persona. Sacarle a una persona es muy difícil. A veces necesito modelos, que me sirven mucho. Como mi sobrina y otras vecinas de aquí mismo. ¿Y quién mejor que ellas para que porten el traje?
Una modelo es Arely Vázquez, quien también está interesada en la fotografía y ya tiene su cámara. Ella está estudiando y cuando va a El Nacimiento, nos ponemos de acuerdo para ir a retratar atardeceres. Hay veces que estoy aquí y está saliendo la luna, y ella me manda un mensajes que dice “¿hey ya miraste? Tienes que hacer una captura”.
Y hay un señor que se llama Mario Salazar que en una foto aparece junto con mi prima, Isabel Cristina Torralba. Él es una persona de mucho respeto, yo le nombro tío Mario. Siempre vamos a saludarlos. Él vive en un ranchito afuera del pueblito, donde tienen sus animales. A él y a su esposa y a sus hijos les gusta la tranquilidad. Por allá no hay luz, tienen como su planta. A ellos -creo que a todos- nos encanta la paz, la tranquilidad, el no ruido, el no mirar otras gentes extrañas.
HA: Estoy muy contento de haber charlado contigo acerca de cómo te volviste fotógrafo actualmente y del registro histórico que has hecho, porque hay muy pocas personas haciéndolo. Con el tiempo, lo vas a poder transmitir a la siguiente generación, que va a poder ver desde el futuro cómo es la comunidad hoy.
[1] Fotógrafo de la comunidad de El Nacimiento de los Negros Mascogos
[2] El Instagram de RT es RaúlTorralba12 y su blog personal es Negros Mascogos.