La internet como recurso de uso común

Nohora Beatriz Guzmán Ramírez
Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) | nohora.guzman@uaem.mx

Alejandro Ikingari Vargas-Guzmán
UAM-I | alikvagu@yahoo.com.mx

José Antonio Quintero Báez
Investigador independiente | antonioq@xcoatl.com.mx


 

Imagen tomada de Pixabay

Introducción

A partir de la década de los años sesenta del siglo pasado, cuando se iniciaron las primeras investigaciones para el desarrollo de una red interconectada de computadoras, cuyo objetivo originalmente era militar y académico. Tras ello la internet ha experimentado un crecimiento exponencial, tanto en infraestructura física, en uso y aplicaciones. Desde finales de los años setenta con el desarrollo de los protocolos de comunicación estandarizados, conocidos como los TCP/IP (Transmisión Control Program / Internet Protocol), permitieron el desarrollo de comunicaciones que culminó en la década de los noventas con el desarrollo de los sistemas URL (Uniform Resource Locator) en la década de los noventa, páginas y con ello el desarrollo de la World Wide Web (WWW), popularmente denominada telaraña mundial, que permitía un acceso sencillo a los recursos de la internet por medio de los protocolos HTTP, iniciando el punto de quiebre que abrió las puertas de la internet a todo público. Posteriormente el desarrollo de los sistemas de indexación y búsqueda, como la plataforma Google a finales de los noventa del siglo pasado, el desarrollo de las redes sociales, la aparición de los teléfonos inteligentes y el desarrollo de las aplicaciones de mensajería, convirtieron al ciberespacio en un recurso compartido con acceso abierto.

Son las redes sociales las que más se han popularizado entre los usuarios finales de la internet, según los informes de Hotsuite y We Are Social cuantifican que 53% de la población mundial se comunica a través de éstas (Garduño, 2021), es decir, el porcentaje equivale a 4 200 millones de personas. Según la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) de 2020, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México un 80.6% de personas son usuarios finales de internet, para un estimado de 84.1 millones de personas. En cuanto al uso de equipo para el acceso a la internet se contabilizó: por celular inteligente (smartphone) 96.6%, computadora portátil 33.7% y televisor con acceso a internet 22.2%.

Durante el periodo de confinamiento por la pandemia, se ha generado un impulso importante del uso de la internet, como un medio para el desarrollo de estrategias adaptativas tanto para actividades laborales como educativas. En el caso de México, el uso de redes sociales tuvo un incremento de 12.4%, lo que equivale a más de 100 millones de usuarios en redes sociales (Garduño, 2021). En zona urbana se estima que el porcentaje de personas con conexión a internet aumentó de un 76,6% en 2019 a un 78.3% en 2020, mientras que en áreas rurales se estima que el crecimiento fue de 47.7% al 50.4% en los mismos años (INEGI, 2021).

La internet es hoy uno de los sistemas con mayor uso a nivel global, es una red mucho más compleja que hace diez años, ha pasado de ser un servicio para volverse una parte integral de los procesos de subsistencia de la humanidad. La internet de las cosas (Internet of Things, IoT) es un ejemplo claro de ello, es la red de interconexiones en la que objetos físicos usando sensores, softwares y múltiples tecnologías se interconectan e intercambian datos con otros dispositivos usando la internet. Estas aplicaciones van desde focos que se prenden a pedido en cualquier parte del mundo, hasta sistemas inteligentes de agricultura automatizada o industria especializada sin intervención humana, por dar algunos ejemplos. Actualmente se estima que existen al menos 10 mil millones dispositivos IoT conectados (no cuentan computadoras, celulares, ni servidores) y que aumentarán exponencialmente durante los próximos años. Lo que ayer era ficción hoy es una realidad, en el siglo XXI desde el comercio internacional, nacional y parte del local, el entretenimiento, la educación, el desarrollo académico y cultural se llevan a cabo en las plataformas de internet. Se ha llegado a tal punto que la guerra y la revolución se han transportado al ciberespacio, donde los movimientos sociales, como la revolución Libia,[1] o las luchas insurgentes encuentran un espacio en la red.

Frente a este panorama la propuesta es analizar a la internet como un Recurso de Uso Común (RUC), al que cada día acceden más usuarios que presionan y se disputan el control de éste. Colocando en la mesa la discusión los derechos y responsabilidades que se generan frente al recurso, a otros usuarios y al reto de compartir con grupos de interés y comunidades cada día más heterogéneas. Más y nuevos usuarios, que podríamos denominar apropiadores, reglas no muy claras o poco entendidas, aumento de información que dificulta la toma de decisiones y la demanda de presupuestos cada día mayores para el desarrollo de infraestructura física para responder a la demanda global en detrimento de otros, sobre todo cuando se habla de la inversión gubernamental, son algunos de los problemas que si se analizan desde el marco de los RUC, retomando los planteamientos de Ostrom (2000), puede dar una comprensión mejor de este proceso social. Analizar los RUC desde una perspectiva sociotécnica, como escribe Ariel Vercelli (Helfrich, 2008: 49) “como parte de un proceso continuo de lucha, negociaciones y redefiniciones políticas de los diferentes actores. Analiza cómo estas luchas políticas son parte de un proceso de co-construcción entre el diseño tecnológico y las nuevas reglas de regulación.”

Porque hablar de los RUC no es sólo hablar de la propiedad común o de los recursos naturales. Es cualquier recurso que permita la subsistencia y el mejor vivir, sujeto a las reglas de la gestión común, a la construcción de acuerdos entre los usuarios como comunidad. La comunidad entendida como aquellos grupos que comparten el interés por acceder al RUC, lo necesitan y están dispuestos a obtenerlo. Acá es necesario hacer una precisión, que indicaba al inicio de este párrafo, hay una diferencia que es fundamental en este análisis, entre los RUC y los Bienes Comunes, que tienden a traducirse y usarse como sinónimos, sin embargo, la diferencia fundamental está en que los primeros hacen referencia al uso y el segundo a la propiedad, sujeto a normas jurídicas. La necesidad y el derecho al uso están íntimamente relacionadas con la propiedad, pero no son coincidentes en el sistema capitalista actual. Los RUC pueden ser de propiedad privada, comunitaria o gubernamental, lo que facilita la exclusión y motiva la reivindicación por el acceso a éstos. Y son estas reivindicaciones las que ocupan los titulares de las noticias en los diferentes medios, como ejemplo se citan los siguientes casos para la internet: Alexandra Elbakyan fundadora de Sci-Hub, y considerada la Robin Hood de la ciencia, y Aaron Swartz, quienes ponen a disposición artículos científicos. Por otro lado, contamos con casos sobre acceso de información como es WikiLeaks, de Julián Assange, o casos conocidos como Edward Snowden, entre otros ejemplos. Que, por supuesto, no dejan de estar en la polémica de los intereses que movieron sus acciones, sin embargo, enarbolaron y promovieron el libre acceso a la red.

En este documento se analiza la internet como RUC a partir de los siguientes ejes: la caracterización del recurso, los usuarios, los límites y la construcción de acuerdos.

¿Qué es internet?

Internet es un sistema complejo tanto global como local que posee diferentes componentes que tienen que ser vistos, cada uno, como un RUC por separado, pues cada uno de ellos tiene características y formas de interacción diferentes (Hess, 2007). Aunque Hess considera cuatro componentes, en esta reflexión sólo se considerarán tres, dado que uno de los componentes, presupuesto de inversión común, se le considera como transversal a los otros tres: infraestructura tecnológica, la parte física que lo soporta, patrimonio social construido y la información, esto dos últimos reconocidos como recursos digitales. La relación entre estos dos recursos hace posible el uso de la internet, y ninguno de ellos es exclusivo de una entidad u organismo.

La infraestructura tecnológica de la internet se rige por un sistema que permite un crecimiento dividido en niveles, pero que funcionan de manera similar. Utilizando nodos de acceso que permiten a los usuarios interconectarse, estos nodos de acceso se dividirán en tres niveles, teniendo en cuenta los ámbitos de construcción de acuerdos y toma de decisiones que van de espacios muy constreñidos a globales.

Primer nivel el local, (incluye las Redes Área Personal, PAN; las Redes Locales LAN; y las redes de hogar HAN), es el espacio que permite la conexión local de dispositivos entre sí, como la red de un hogar que incluye computadoras, teléfonos y dispositivos inteligentes, utiliza un módem o servidor para administrar las conexiones y dar acceso a internet a los dispositivos. Una red local puede ir desde un par de equipos en una casa, hasta una universidad, una oficina de gobierno, una empresa, etcétera, conocidas como intranet. Con líneas de autoridad preestablecidas, que definen presupuestos, con comunidades más pequeñas y homogéneas que facilita la construcción de acuerdos, lo cual puede “garantizar” un manejo más exitoso del recurso.

Segundo nivel (incluye Redes de Área Metropolitana, MAN y las Redes de Área Amplia, WAN), contienen a los Proveedores de Internet IPS, los servicios gubernamentales de redes, las redes públicas, y las redes empresariales, los servicios de hospedaje, los servidores. En este espacio se encuentra la infraestructura que contiene la red troncal de la internet. En este espacio se construye el software, los programas, y el hardware, los equipos, que contienen la mayoría de la internet y su funcionamiento. Son ámbitos de negociación más abiertos, con comunidades más heterogéneas, que se desarrollan en arenas de grupos de interés económicos y políticos definidos. La construcción de acuerdos pasa por las negociaciones de las redes globales, tanto este nivel como el tercero son espacios cuyas reglas se están definiendo y en la que se miden fuerzas.

La infraestructura tecnológica de la internet inició en 1958 con la creación de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada (ARPA-Advanced Research Projects Agency) del departamento de Defensa de los Estados Unidos, de ahí se derivaron diversos proyectos y colaboraciones, que permitieron la interconexión a través de internet, por lo que la infraestructura inicial constaba de 7 máquinas o servidores, en 2020 se cuenta con 11 515 557 por cada millón de habitantes según los datos del Banco Mundial.

Tercer nivel la Red de Área Global GAN, es el espacio físico donde se llevan a cabo las transmisiones de información entre las distintas redes, incluyen los cables de fibra óptica submarinos, las terminales de servicio, los satélites, y demás infraestructura física que no posee una jurisdicción nacional propia y que su uso es compartido por todos los usuarios de internet.

Mapa de infraestructura Global de Internet, Infrapedia Inc. 2021 https://www.infrapedia.com/app

La inversión de capital en la infraestructura física cada día es mayor, más de 13 millones de dólares por cable submarino instalado, y una infraestructura que alcanza los billones de dólares (Anthony, 2012; Chowdhry, 2014, y Verger, 2019) y tiene un alcance de más de un millón de kilómetros, que día a día aumenta, con el objetivo de reducir latencias (velocidad de respuesta) y velocidad de descarga y subidas a décimas de segundo. Para 2018, por dar un ejemplo, Google tenía más de 102 000 kilómetros de cable óptico submarino y representa sólo el 8.5% de cable a nivel global (Zimmer, 2021).

 


Uno de los componentes más importantes para el crecimiento de la internet es la fibra óptica, en el sector gubernamental, la International Cable Protection Committee se encarga de regular y administrar las inversiones o normas internacionales de manejo de cables, y utilizan empresas privadas para llevar a cabo las inversiones. Desde el sector privado Google, Microsoft, Amazon y Facebook, quienes en 2018 eran dueños o arrendaron más del 50% de la red mundial, según Inter Health Report (2019). Ellos pagan esta fibra óptica para conectarse y van ampliando el proceso de conexión de su infraestructura. Entonces el uso no puede ser restringido totalmente, ya que no controlan quién y qué información es la que se sube o comparte, en un principio denominado Neutralidad de la Red, donde los paquetes (la información transmitida por los usuarios) transitan de forma indiscriminada sin tomar en cuenta contenido, plataforma u origen.

Este tercer nivel permite la interconexión de múltiples redes regionales que, a su vez, conectan redes locales, permitiendo la conexión directa entre todos los usuarios (ver mapa adjunto). Cabe mencionar que la red GAN ha pasado a ser una red interplanetaria, que conecta Marte (Nasa Science, s.f., IPNSIG, s.f., Burleigh S., V., Durst, R., Fall, K., Hooke, A., Scott, K. y Wiss, H., 2002), la Luna, varios cometas y satélites fuera de nuestra órbita. Igual que la red, los acuerdos y negociaciones se realizan apoyados en relaciones y equilibrios de poder que determinan el uso de la red, del espacio físico por el cual van las redes o se ubica la demás infraestructura física, como satélites.

El crecimiento de la internet actualmente tiene que ver principalmente con el desarrollo de la telefonía móvil, con la creación de uno de los principales teléfonos de gama alta con conexión a internet, el iPhone creado en 2007 por Steve Jobs. Dicho aparato, revolucionó la conexión y la conectividad a través de teléfonos inteligentes, lo cual ha sido reproducido por diversas compañías. Lo que ha permitido a las empresas mantener el control de los usuarios a partir de los contratos de uso de la red colocando límites al ancho de banda, con costos diferenciados que nos lleva a la premisa de la mercantilización de los RUC, a mayor poder adquisitivo mayor acceso al recurso.

El patrimonio social construido como RUC hace referencia a los grupos de discusión, todo el espacio de interacción, en resumen, las comunidades virtuales. Éstas se caracterizan por ser construidas alrededor de un objetivo específico, el cual es diverso de acuerdo con los intereses de sus miembros. Funcionan como foros, principalmente a través de las redes sociales y sus páginas, como son Facebook o Reddit que son las más populares. También a partir de YouTube o Twitter, que no tienen la particularidad de los foros como tal, pero mantienen elementos, se construye comunidad virtual con seguidores. Las comunidades transitan por múltiples plataformas a la vez, provocando que la red de comunidades de la internet sea más compleja, pero que logran la cooperación y una interacción fluida. Un claro ejemplo de la complejidad con que funcionan las comunidades es el experimento hecho por la plataforma de Reddit, que convocó un trabajo cooperativo de r/place, convocando y comunicándose desde múltiples plataformas. La actividad consistió en colocar un píxel cada 5 minutos en una página en blanco de 1000 x 1000 píxeles, permitiendo el acceso a cualquier usuario (Machkovech, 2017). Aquí es donde pudo observar la cooperación y coordinación de las diferentes comunidades en la internet, dándose como resultado una multiplicidad de imágenes representativas de comunidades virtuales.

La información como RUC, los contenidos que se mueven en la red son el objeto con mayor disputa. Todos los usuarios de la red pueden ser proveedores de información, alimentando diariamente las bases con un sinnúmero de documentos escritos, orales, visuales y audiovisuales que se comparten en la red. Convirtiendo estos acervos en RUC, que responden a ideas, paradigmas, conocimientos y saberes diversos de los usuarios. Dejando a la comunidad la construcción de criterios de validación y aceptación del conocimiento que se difunde. Aunque la internet en sus inicios parecía garantizar el libre acceso al conocimiento en la medida que se ha ampliado, se han construido sistemas de exclusión que sólo permite el acceso mediante sistemas de suscripción de pagos (Bodero et al., 2020). E igualmente los softwares se han constituido en mercancía de alto costo, lo que reduce el número de usuarios que pueden acceder. Frente a esto ha surgido el software libre, desarrollados por comunidades que reivindican el libre acceso al conocimiento.

Particularmente, el caso de Google permite mostrar la cantidad de información y su manejo dentro de internet, dado que esta plataforma fue desarrollada con el propósito de dar un orden al material disponible en términos de popularidad y actualmente los mayores ingresos de Google son en publicidad a través de las búsquedas de internet. De este modo la empresa ha logrado posicionarse como un sujeto tanto de capital como de influencia política en todo el mundo (Hooker, 2016).

Los usuarios de la internet

Se considera que hay dos tipos de usuarios de la internet, el primero corresponde a las máquinas, esto desde un punto de vista puramente técnico, y otro los usuarios finales, las personas que hacen uso de la red. Y son los usuarios los actores principales en la disputa de los RUC en la red. En el caso de los Usuarios finales tenemos diferentes perfiles y que depende del nivel de acceso a información que se busque o se obtenga. En cada uno de los niveles las comunidades son diferentes, con un grado de identificación mayor en la medida que se mueven a menor profundidad. Con reglas más claras a mayor profundidad, pero más agresivas y de acciones individualizadas. Se puede suponer que a menor profundidad en la red mayor posibilidad de construcción de acuerdos.

Entre los usuarios finales los encontramos principalmente en el surface web o superficial, el cual corresponde a usuarios regulares que buscan información abierta, que pueden ir desde saberes locales a conocimientos científicos, con un perfil muy heterogéneo dichos usuarios frecuentan sitios de búsqueda como Google o Yahoo, para acceder a sitios libres. En este nivel encontramos a los usuarios académicos que buscan acceso a información indexada o científica, que puede ser libre o de paga. Otro tipo de usuario es el que frecuenta la llamada red profunda, en este tipo se encuentran los usuarios que cuentan con un conocimiento mayor sobre internet y el cómo acceder a cierta información, dentro de ella se localizan bases de datos y las intranets, son usuarios especializados con acceso limitado.

El tercer tipo de usuario es el de la red oscura lo hacen a través de buscadores especializados como ToR (The Onion Routing), usualmente se asocia a esta red con elementos de índole ilícita, de la economía subterránea. La compañía Kaspersky identifica que la red oscura es un sitio amenazante, por diversas cuestiones y perspectivas. La red oscura se caracteriza por ser un lugar con tres beneficios: el anonimato del usuario, los servicios y sitios prácticamente imposibles de rastrear, y la capacidad de adoptar medidas ilegales tanto para los usuarios como para los proveedores (Kaspersky, s.f). Dichos beneficios también se asocian con riesgos como el software malicioso, supervisión de actividad por parte del gobierno o estafas.

Los límites de la internet

Como todo RUC se generan límites, algunos se refieren a la capacidad física del sistema de una parte, y de otra a las posibilidades de los apropiadores para acceder, tanto por conocimiento, como poder adquisitivo, interés y la forma de asumir los riesgos. El primer límite planteado para el uso de la internet se relacionaba con la asignación de protocolos IP, un número único de identificación de la interfaz de los dispositivos asignados por la red, que se consideró se agotaría en pocos años. Sin embargo, se encontró solución con el desarrollo de protocolos más avanzados como son, principalmente IPv4 e IPv6, que ha permitido una asignación infinita de protocolos. El otro límite lo constituía el ancho de banda que, por la limitada infraestructura en sus inicios, se pensaba generaría el colapso de la red, pero la solución vino rápidamente con una mayor inversión económica, misma que se verá reflejada en una mayor infraestructura y equipos tecnológicos para poder dar servicio a usuarios finales, mismo que podrán acceder a internet.

Visto así la internet es un recurso infinito e inagotable, sin embargo, esta infraestructura técnica se construye con recursos naturales, los otros RUC que han sido más estudiados y que tiene límite en el planeta y actualmente están siendo sobreexplotados. El crecimiento expansivo de los servicios de información también repercute de manera directa en la extracción de recursos para el crecimiento de la red de redes, tanto en infraestructura física, como en terminales finales de los usuarios. Sólo por dar un ejemplo, entre los años de 2016 a 2018 los precios del litio se duplicaron y las minas de litio pasaron a ser un sector prioritario en el desarrollo estratégico de las naciones. De una producción anual en 2017 de 100 gigawatts hora de baterías de litio, a esperar un crecimiento de 800 gigawatts hora de baterías de litio para 2027, con todo el impacto ecológico que eso representa: 1 892 000 litros de agua por cada tonelada de Litio que se produce (Katwala, 2010).[2] Y se debe tener en cuenta que equipos de cómputo, celulares, bocinas, cámaras, y un larguísimo etcétera que forma parte de la internet de las cosas, usan litio para sus componentes.

Además, la infraestructura ocupa un espacio físico que se debe compartir, como es el caso de los cables de fibra óptica que cruza los fondos del mar y altera en primera instancia los ecosistemas (ABC News, 2006). Otro recurso sobre el cual se crea presión con la expansión de la red es la energía, tanto para la producción de infraestructura como para el funcionamiento de los equipos.

Desde los usuarios, los límites parecen ser más identificables y corresponde a los límites que tiene cualquier apropiador para el uso de un RUC, el conocimiento, el interés y la posibilidad de acceder, que en muchos casos depende del poder adquisitivo o de la disponibilidad de recursos económicos. El costo de la infraestructura técnica limita y genera un acceso desigual que se constituye en una cyber-élite (Hess, 2007: 3).

Un último límite por revisar corresponde a la seguridad en la internet al ser un espacio amplio y heterogéneo, que es bastante inseguro. Cada día se hacen más esfuerzos para ofrecer seguridad, pero a la vez surgen riesgos nuevos, un círculo vicioso que puede atenuarse con la construcción y cumplimiento de acuerdos entre los usuarios o apropiadores del RUC.

La construcción de acuerdos y normas de la internet

En los inicios de la internet el acceso libre predominaba, sin reglas, sin límites, algo que llegó a compararlo con territorios de frontera, más específicamente con el viejo oeste estadounidense. El desarrollo de normas y acuerdos se hizo necesario en la medida en que los usuarios de la red aumentaban, lo que llevó a los acuerdos internacionales para el manejo de la red, mismos que se reflejan en la construcción de acuerdos locales y nacionales. El establecer normas y reglas se plantea como una necesidad para garantizar la seguridad nacional, de las cibercomunidades e individuales, garantizar los derechos civiles y mantenerlo como un RUC (Chertoff, 2014: 13).

Como ejemplos de acuerdos gubernamentales nacionales tenemos dos casos importantes, China y Rusia, países que tienen normas y leyes de restricción o bloqueo de información que se considera que van en contra del gobierno y el Estado. Principalmente, se niega la información de origen “occidental” y el acceso a buscadores como Google, para lo cual dichos países han desarrollado sus propias redes como es el caso de TikTok, WeChat, Weibu en el caso de China, y VKontakte o Telegram, en el caso de Rusia. Lo anterior refleja las tensiones geopolíticas mundiales existentes que se trasladan al ámbito de la internet.

Otra de las acciones que se han puesto en marcha por parte de los gobiernos es tratar de normar el uso de los datos que se suben por parte de los usuarios a las plataformas de internet. En un escenario relacionado con normas gubernamentales, existen diversos ejemplos, sin embargo, uno de los más significativos se presentó en el año 2019, cuando la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos. multó con 5 000 millones de dólares a Facebook por el mal uso ‒de manera reiterada‒ de los datos personales en la plataforma; misma que ya había sido multada por la Comisión Europea por la misma situación (Soto, 2019).

Para México tenemos el caso de cómo la misma comunidad de usuarios presionó para establecer reglas que protegieran a los y las usuarias, de acciones de acoso de otros usuarios. En el 2021 se aprobó con una regulación reciente sobre el contenido en internet, redes sociales y mensajería instantánea que se relaciona con la protección de información: La Ley Olimpia. Dicha ley tiene como propósito la protección de información “íntima”, la cual es difundida sin consentimiento. Esta regulación cuenta con un impacto en la vida privada de las personas, así como una regulación en torno a temas relacionados a género como acoso sexual, hostigamiento, extorsión y amenaza, implicando impactos en temas como pornografía.

Como acuerdo internacional se puede señalar la ISO/IEC 30141 Internet de las Cosas (IoT)– Arquitectura de Referencia, publicada en 2018. Ésta corresponde a un acuerdo internacional relacionado con el desarrollo de sistemas seguros y protegidos ante ciberataques. Dicha norma se refiere a garantizar la autonomía de los sistemas que actualmente encontramos en nuestra cotidianidad con IoT, es decir, que está estrechamente vinculada al avance y transformación digital (UNE, 2018).

La construcción de normas y los acuerdos de los usuarios juegan un papel importante, pues a nivel de grupos, todo queda en el ámbito de la autorregulación. Esto lo vemos reflejado en la participación de los usuarios, a partir de la denuncia que hacen que se sancionen a los considerados transgresores, como es el caso de Facebook. En dicha red, también existe la construcción de algoritmos para la construcción de normas o medidas internas. También la presencia de la figura del administrador del grupo, como figura de autoridad, que puede sancionar y excluir, forma parte de los procesos de autorregulación en las comunidades virtuales. Sin embargo, esto no evita el desarrollo de actividades ilícitas o de violencia, pues en grupos cerrados pueden estar implícitos acuerdos de no denuncia y de propiciar estas acciones. Lo evidente es que los acuerdos pueden ser de cualquier tipo, tan diversos como los son los usuarios.

Reflexión final

El analizar la internet en el marco de los RUC permite entender mejor la compleja red de interacciones que se gestan al interior de ésta. También podría ofrecer soluciones a las problemáticas sociales que enfrenta y a una toma de decisiones más adecuada en términos de presupuestos de inversión gubernamental.

En estos momentos resulta difícil aislarse de la internet, no sólo porque facilita muchas actividades cotidianas, sino que ya es parte de la cotidianidad. Se ve el mudo a través de las pantallas de los celulares, se reconoce desde programas que te identifican cada objeto, espacio que ves, te organiza y te recuerda quién eres y qué haces.

Y como última reflexión, la internet por más abierta que parezca es producto humano y responde a intereses. Las comunidades que se constituyen en élites globales que manejan y distribuyen los demás recursos, toman decisiones que nos afectan sin reconocer las necesidades y derechos de los otros. El mito de la máquina destruyendo a los humanos, queda a la sombra de los humanos que usan la tecnología digital para destruir a otros humanos.

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  1. La revolución libia contra Muamar el Gadafi se planeó de manera remota desde Barcelona, donde 30 jóvenes usando blogs, twitter y otras plataformas movilizaron y planearon parte de las acciones contra el gobierno, y sobre todo visualizaron su movimiento (Soengas, 2013). Otro ejemplo, es “Juba”, un presunto francotirador de la resistencia iraquí que, durante la invasión de Irak del 2003, y desde el 2005 al 2008, subió un conjunto de videos asesinando soldados estadounidenses. Juba se volvió tendencia en la red, creando comics, videos, temas, y grupos de fanáticos, tanto dentro como fuera del campo de batalla.
  2. The spiralling environmental cost of our lithium battery addiction | WIRED UK última revisión agosto 28 de 2021.