Paola Sesia[1]
CIESAS Pacífico Sur
Ilustración: Ichan Tecolotl.
Se puede definir a la antropología médica crítica (AMC) como esa rama de la antropología médica atenta a las determinaciones sistémicas y estructurales y a las relaciones asimétricas de poder en torno a la salud, la enfermedad, el sufrimiento y los procesos terapéuticos y de prevención o contención del daño. Su campo de indagación etnográfica incluye las dinámicas micro-sociales —como las experiencias subjetivas del padecer o de otros eventos biosociales, y las estrategias que se generan a nivel individual y colectivo ante aquellas experiencias— insertas en esos contextos sistémicos y estructurales. Se trata de un campo analítico fértil que se ha nutrido de los aportes de otras disciplinas o enfoques sociales y sociomédicos.
Podemos hablar de diversas vertientes de la AMC, las que han surgido desde América Latina, las corrientes anglo-americanas, y aportes derivados del pensamiento crítico europeo. Las rutas han sido heterogéneas y no todxs lxs antropólogxs médicxs que trabajamos desde estas perspectivas nos reconocemos bajo la etiqueta de la AMC. Éstas han tenido puntos de convergencia y de divergencia, e influencias cruzadas, aun si a veces han sido ignoradas o invisibilizadas, ya que lo que no se publica en inglés o en sus editoriales o revistas, se desconoce o se considera irrelevante. Poco se conoce en la AMC anglo-americana de la rica producción latinoamericana, a diferencia de la AMC desarrollada en nuestra región, la cual lee, cita y dialoga con autores, conceptos, orientaciones y etnografías producidos en la academia del vecino del norte.
En la academia anglo-americana, la AMC nació en los años ochenta del siglo XX, como una alternativa a los estudios que prevalecían en la antropología médica, centrados en la etnografía aplicada a los espacios clínicos, los análisis culturalistas o biosociales de los fenómenos etnomédicos, o un posmodernismo discursivo-textual. Singer y Farmer —dos de sus mayores exponentes— la han asumido además como una praxis de investigación-acción que produce y difunde conocimiento crítico, y que al mismo tiempo se compromete desde el activismo para lograr la transformación social de esas realidades. Esta aproximación coincide con la postura de investigación-activismo de mucha AMC latinoamericana (desde ahora, AMC-LA), como es el caso del trabajo, inspirado por ciertas corrientes feministas, con mujeres indígenas y organizaciones de base, organizaciones civiles o redes en el campo de la salud materna o la defensa de la partería desarrollado desde el CIESAS. La sincronía entre AMC angloamericana y AMC-LA no implica que se compartan necesariamente genealogías, motivaciones, intereses temáticos, o contextos de aplicación o activismo.
La AMC-LA ha sido marcada por tres procesos cruciales: una extrema desigualdad social, una gran diversidad y riqueza sociocultural y el racismo-clasismo y sexismo estructurales que han permeado nuestras sociedades y las relaciones entre los pueblos, los grupos sociales y las personas. Estas realidades han marcado el pensamiento crítico latinoamericano y han influenciado nuestro trabajo académico, nuestras orientaciones teóricas, las problemáticas a estudiarse y, en muchos casos, nuestro compromiso social y activista desde la AMC. Buena parte de nuestro trabajo se ha dirigido al estudio de estas problemáticas en contextos indígenas, aunque también se han abarcado otros sectores sociales, como los trabajadores migrantes, sectores marginados y pobres a nivel urbano o de las grandes periferias, o personas que viven con enfermedades altamente estigmatizantes.
La desigualdad, el racismo-clasismo y sexismo estructurales y la producción social de la violencia se reflejan de manera profunda en “los procesos salud-enfermedad-atención” (s-e-a). Tenemos perfiles epidemiológicos diferenciados en detrimento de las poblaciones en situación de mayor vulnerabilidad estructural: las poblaciones indígenas o mayormente marginadas y pobres presentan esperanzas de vida menores y tasas más altas de mortalidad infantil, materna, por enfermedades infecciosas o transmitidas por vectores, desnutrición, tuberculosis, y, ahora, diabetes, entre otras. En México, estas problemáticas han sido objeto de varias pesquisas, sobre todo en contextos indígenas, desde el ya clásico diagnóstico del hambre en Sudzal, Yucatán, de Bonfil Batalla, al análisis de las condiciones socioeconómicas de la enfermedades en el mismo estado por Menéndez. Más recientemente, en los estudios acerca de los perfiles epidemiológicos diferenciales y la sobremortalidad por VIH-SIDA o por COVID-19 entre poblaciones indígenas y la sobremortalidad materna y su subregistro entre mujeres indígenas, que hemos desarrollado en la investigación desde las distintas sedes del CIESAS.
En la región, es común que los sistemas institucionales públicos de salud no tengan una cobertura universal real, que estén sometidos a fuertes presiones mercantiles o privatizadoras, presenten carencias, disponibilidad, acceso y calidad diferenciales al interior de sus territorios nacionales y entre distintos grupos sociales. Además, un rasgo estructural de sus unidades de salud es la discriminación de las y los usuarios sobre la base de la etnia-raza, la clase social y/o el género. Estos temas han sido objeto de estudio desde el CIESAS, incluyendo el CIESAS-Pacífico Sur. También hemos estudiado la expansión de la biomedicina, la ideología biomédica y la medicalización de múltiples esferas de la vida, por ejemplo, con la bio-obstetricia y la eliminación progresiva de la partería tradicional, con las adicciones, las enfermedades mentales o en el enfoque etiológico reduccionista de los “estilos de vida” adoptado por la biomedicina y mucha salud pública para explicar y controlar la epidemia de la obesidad, la diabetes o las enfermedades hipertensivas en la región. En estos casos, desde el CIESAS-Pacífico Sur hemos analizado cómo estos procesos se desarrollan entre los sectores sociales mayormente vulnerados, como es el caso de la epidemia actual de diabetes mellitus o la expansión de la bio-obstetricia.
La desigualdad, el racismo-clasismo y sexismo, la producción social de la violencia pero también los cambios alimenticios a consecuencia de la penetración de los productos agroindustriales y altamente procesados, las adicciones, la toxicidad y la contaminación ambiental y en el ámbito laboral conllevan cargas enormes de sufrimiento social, malestares, enfermedades y muertes que nunca se han distribuido de manera equitativa. Estas cargas diferenciales, así, como las experiencias, significados atribuidos y las respuestas locales, individuales o colectivas ante estas problemáticas y la profunda incapacidad del sistema institucional de salud o insuficiencia en las políticas del Estado para hacer frente a estos problemas, han estado en el centro de nuestro interés.
América latina se caracteriza también por su enorme diversidad y riqueza cultural, la cual se refleja, en el campo de la salud, en un pluralismo médico difuso en todo el continente, con una inmensa riqueza de saberes “otros”, de recursos etnomédicos y de prácticas preventivas y terapéuticas populares; resultados de sincretismos históricos profundos, diversos y dinámicos. Desde la AMC-LA se reconoce que la interculturalidad en salud no es armoniosa u horizontal: aquí también juegan relaciones ideológicas y materiales asimétricas de poder. Hoy en día los terapeutas, los saberes y las prácticas de la medicina tradicional, la medicina popular o la medicina doméstica, se articulan con la biomedicina, y esas articulaciones se pueden entender mejor desde una perspectiva gramsciana de relaciones de hegemonía y subordinación, como Menéndez ha teorizado con sus conceptos seminales de los Modelos Médicos, el Modelo Médico Hegemónico y la autoatención, haciendo escuela precisamente desde el CIESAS.
En la AMC-LA abrevamos de autores y aportaciones analíticas que han sido desarrolladas para comprender, pero también transformar, nuestras realidades sociales marcadas por la desigualdad y/o la diversidad asimétrica, como la pedagogía de los oprimidos, la investigación participativa y las epistemologías del sur, además del marxismo en sus múltiples variantes y el desarrollo peculiarmente latinoamericano de la medicina social, la salud colectiva, la epidemiología crítica y la epidemiología sociocultural. Más recientemente, han hecho mella en nuestros análisis las teorías críticas feministas latinoamericanas, el pensamiento elaborado desde las epistemologías indígenas y las teorías decoloniales, y planteamientos desde la ecología política latinoamericana en el análisis de las desigualdades corporeizadas del Antropoceno. Lo anterior no excluye que, en la AMC-LA, hayamos hecho un uso extensivo de conceptos que derivan de la AMC o la teoría social crítica angloamericana o francesa, como, por ejemplo, violencia estructural, pluralismo médico, vulnerabilidad estructural, continuo de la(s) violencia(s), sufrimiento social, reproducción estratificada, interseccionalidad, biopoder y biopolítica, habitus y violencia simbólica, o embodiment, categorías que se han enriquecido, problematizado, o hasta transformado al analizar nuestras propias realidades.
La AMC-LA ha desarrollado conceptos teóricos importantes, como la salud intercultural, la intermedicalidad, la determinación social de la salud, la violencia obstétrica y el proceso salud/enfermedad/atención, la autoatención y el modelo hegemónico biomédico. Su aplicabilidad teórica trasciende las fronteras latinoamericanas. Sin embargo, son casi desconocidos fuera de la región, menos aún, citados en la AMC angloamericana, que desconoce las profundizaciones analíticas y los aportes etnográficos que se han generado en la AMC-LA y que se han publicado en español.
Este fenómeno de invisibilización trasciende un simple problema de barreras lingüísticas. Tiene también que ver con formas de colonialismo intelectual, jerarquías epistémicas de producción del conocimiento científico y la hegemonía de la academia angloamericana, en otras palabras, con la economía política global de la producción, distribución y consumo del conocimiento. Es por lo tanto importante, crucial y urgente establecer diálogos, romper esas barreras, dar a conocer la producción de la AMC-LA y romper esas asimetrías.
En el CIESAS-Pacífico Sur, con la University College London (UCL) del Reino Unido, organizamos desde 2017 una serie de eventos, comenzando con un taller en Oaxaca, coordinado por Berrio y Sesia desde México y Gamlin y Gibbon desde el Reino Unido al que se invitó a antropólogxs que trabajan en el Reino Unido, México y Brasil para que presentaran sus trabajos sobre teoría y práctica desde la AMC. En este evento, se abarcaron temas diversos como las enfermedades crónicas, el VIH-SIDA, la salud materna, síndromes de filiación cultural, las enfermedades genéticas raras, la judicialización y los derechos humanos, la violencia estructural y la violencia obstétrica, la salud mental y la expansión de los consultorios adyacentes a farmacias.
Se organizó una segunda reunión en Londres ese mismo año, profundizando en la teoría crítica latinoamericana sobre las desigualdades en salud y reuniendo a antropólogos críticos de Argentina, Brasil, Ecuador, México, Reino Unido y Estados Unidos. Publicamos con la UCL en el año 2020 el libro “Critical Medical Anthropology. Perspectives from/in Latin America”, el primero que reúne producción analítica y etnográfica desde la AMC-LA en lengua inglesa. El libro está disponible de manera gratuita en su versión digital (https://discovery.ucl.ac.uk/id/eprint/10093082/1/Critical-Medical-Anthropology.pdf).
La colaboración y el diálogo han seguido de manera muy fructífera, con las visitas y el intercambio con profesores y estudiantes en el CIESAS-Pacífico Sur de antropólogxs de la AMC norteamericana como Seth Holmes en 2018 y Arachu Castro en 2019. Hemos participado como investigadoras del CIESAS en múltiples eventos y congresos académicos internacionales, organizando mesas, paneles y simposios en conjunto, como el de antropología médica organizado por la Sociedad (americana) de Antropología Médica en La Habana, Cuba, en marzo de 2020, o en la organización de mesas de análisis con colegas del cono sur o de los países andinos (por ejemplo en los congresos de la Asociación Latinoamericana de Antropología de Bogotá en 2017 o de Montevideo en 2020), con colegas latinoamericanos y norteamericanos en LASA 2020 y 2022, con colegas iberoamericanxs en el Congreso Internacional de Americanística en 2018, o de colegas a nivel global en el Congreso de la International Union of Anthropology and Ethnological Sciences del 2021. Se ha impulsado el diálogo entre colegas norteamericanxs y latinoamericanxs con la organización de unas mesas en problemáticas en salud que se trabajan desde la perspectiva de la AMC-LA en la Conferencia Ethnicity, Race and Indigenous People (ERIP-LASA), organizada en octubre 2022 entre el CIESAS y el Centro de Estudios Latinoamericanos la Universidad de Stanford, EU, donde Berrio fue co-organizadora.
Actualmente en Pacífico Sur estamos desarrollando (Montesi y Sesia) el proyecto Desigualdades corporeizadas en salud durante el Antropoceno, en conjunto con nuestras colegas de UCL del Reino Unido y de la Universidad Río Grande do Sul de Brasil, enfocándonos de manera más directas hacia problemas socioambientales (como la pandemia por COVID-19, la justicia ambiental y reproductiva, la toxicidad, las epistemologías indígenas y la etnografía multiespecies) en sus complejas articulaciones con la salud, las desigualdades y las corporeidades. Este es un proyecto con múltiples vertientes: la investigación, la docencia, publicaciones científicas y la difusión del conocimiento, privilegiando metodologías multimedia (plataforma digital, podcasts, películas y videos, etc.) en los tres idiomas del proyecto. Desde octubre de 2022, se ha desarrollado un seminario virtual con la participación de academicxs del Norte y del Sur global, que se reúne aproximadamente cada seis semanas. En octubre 2023, se tendrá un encuentro presencial en Portugal, donde se ampliará el intercambio con colegas portugueses.
Finalmente, en esta breve reseña de la AMC desde México, el CIESAS y, en particular, el CIESAS-Pacífico Sur, es importante mencionar la docencia, la cual se desarrolla principalmente desde esta orientación. En nuestra sede, hemos formado dos generaciones de estudiantes a nivel Maestría y estamos iniciando actualmente la tercera generación donde colabora con nosotras un colega de la sede Noreste, además de posdoctorantes. Nuestrxs estudiantes han realizado tesis importantes en salud mental; salud materna, partería y violencia obstétrica, políticas y educación en salud, salud intercultural, trasplantes de órganos, regímenes corporales y gordofobia, y salud ocupacional y sufrimiento socioambiental. Varixs de ellxs han seguido su formación a nivel doctorado. Además, hemos realizado en 2022 un Diplomado virtual en Antropología médica y de la Salud (coordinado principalmente por Montesi), que tuvo una gran demanda y que captó y formó a 43 estudiantes de varios países de América latina. Finalmente, cabe mencionar que en Pacífico Sur colaboramos y participamos en distintas iniciativas de otras sedes del CIESAS en la línea de antropología médica y desde el enfoque de la AMC, como seminarios, cursos, dirección y asesoría de tesis convencidas de que la colaboración inter-sede es crucial en el desarrollo de nuestra línea y en la profundización de la AMC en nuestra institución.
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En este breve artículo hablo de la AMC latinoamericana para diferenciarla de manera heurística de la AMC angloamericana, pero me refiero principalmente al trabajo de lxs antropólogxs que nos reflejamos en esta corriente desde México, privilegiando además al CIESAS y, dentro del CIESAS, a la sede Pacífico Sur.
Correo: sesia@ciesas.edu.mx ↑