La antropología médica ante la era pandémica: una aproximación desde América Latina

Rubén Muñoz Martínez[1]
CIESAS Ciudad de México

Ilustración de Ichan Tecolotl con imagen de RubeHM vía Wikimedia Commons

Por estas fechas, tres años atrás, escribí el artículo “La antropología social y el COVID-19” para la revista Ichan, dos meses después del primer caso registrado de COVID-19 en México. En aquel artículo traté de plantear algunas preguntas y líneas de indagación sobre una pandemia cuyas formas de emergencia, prevención, transmisión y atención, en aquel entonces, eran poco conocidas. Para ello, me basé en mi experiencia previa en la antropología médica, concretamente en el estudio sociocultural del VIH, tratando de trazar algunas analogías sobre la necesidad de considerar las aportaciones realizadas por la antropología social en las respuestas sociales, médicas y en salud pública a la pandemia del COVID-19. Algo que Chomali y Arguello (2021) han denominado “memoria pandémica”. Esto es, los aprendizajes que se generan durante una pandemia y sus posibles aplicaciones para evitar o enfrentar escenarios futuros análogos. Este es el objetivo del presente artículo. Inspirándome en ciertos contenidos de la conferencia que impartí en el diplomado “Antropología médica y salud” (en CIESAS Pacífico-Sur),[2] aquí propongo algunas aportaciones que, desde la antropología médica, se han realizado en América Latina para entender y atender el COVID-19, y otras posibles emergencias de salud pública de importancia internacional. Concretamente me refiero a: a) aportaciones teóricas; b) aportaciones metodológicas y en la ética de la investigación social en salud; c) aportaciones dirigidas a grupos de población y problemáticas específicas. Antes de abordarlas explicaré a qué me refiero por “era pandémica” y por qué la antropología médica constituye una subdisciplina de interés para su análisis.

¿Qué es la era pandémica y por qué estudiarla desde la antropología médica?

Algunos autores han denominado al actual periodo histórico en el que nos encontramos “era pandémica” (Morens y Fauci, 2020), señalando la cada vez más compleja e impredecible interacción ecosistémica de patógenos, seres humanos, otros animales y el medioambiente. Una de las características de esta era pandémica, a diferencia de otras previas a lo largo de la historia de la humanidad, es que los grandes avances científicos y humanísticos que permitieron una transición epidemiológica de las enfermedades agudas a las crónicas (al menos para un sector privilegiado de la población) y la promesa de su universalización, son cada vez más inciertos a nivel global y especialmente en el Sur Global. Se trata de un punto de inflexión respecto a las zoonosis y a la aceleración de la aparición y creciente dificultad de controlar o mitigar nuevas o viejas pandemias, en el que se cuenta, sin embargo, al mismo tiempo, con una gran capacidad de generar conocimiento y respuestas (por ejemplo, científico-técnicas y sociales) para predecir, evitar o mitigar el riesgo de aparición y/o expansión de enfermedades epidémicas, así como su impacto lesivo en la salud humana —y, de la misma manera, con la capacidad referida se podría responder resolutivamente a muchas de las enfermedades endémicas, emergentes y/o reemergentes que asolan a la población más empobrecida del planeta—. Lo que no parece ser muy favorable para este fin es el modelo dominante de reproducción social basado en relaciones de explotación y despojo entre regiones, sociedades, ecosistemas y grupos sociales.

Con una rica trayectoria en cuanto a sus posibilidades de generar teoría, así como conocimiento con carácter aplicado e implicado (en el sentido mencionado por Scheper-Hughes, 1995), la antropología médica (AM) es la subdisciplina de la antropología social que ha experimentado un mayor crecimiento desde los años 70 en diversos países del continente americano. El COVID-19 ha supuesto un fenómeno novedoso relacionado con la gran cantidad de publicaciones que han surgido, en un periodo de tiempo relativamente corto, sobre un problema de salud (articulado a otros muchos) desde disciplinas muy diversas. La AM ha realizado diversas aportaciones, de distinto tipo y calado, desde 2020, teniendo una importante presencia en ciertos contextos de América Latina, como por ejemplo en México. Si me interesa aquí subrayar su especificidad no es para defender la producción de conocimiento crítico desde compartimentos estancos, cada vez más especializados, sino para señalar su dimensión interdisciplinaria en constante relación e intercambio con la salud pública, la medicina, la filosofía, la sociología o, entre otras, la literatura y sus respectivas disciplinas. Es en dicho proceso e intercambio donde reside su mayor potencial.[3] Como señaló Fredrick Barth (1969), las fronteras no se crean porque existen las diferencias culturales, entendidas como una sustancia, sino que las diferencias culturales son buscadas porque se han creado las fronteras.

Aportaciones teóricas

La naturaleza de las aportaciones teóricas de la AM al estudio del COVID-19 se puede dividir en dos tipos. Por un lado, la aplicación de la teoría generada desde la antropología médica, en América Latina o en otros contextos, y, por el otro, algunas propuestas conceptuales que han surgido en el estudio de ciertos fenómenos asociados a la pandemia.[4] Pondré dos ejemplos de cada caso. En el primero, podemos encontrar la aplicación de conceptos como autoatención (Menéndez, 2021) al contexto de la pandemia a partir de la propuesta del autor. La autoatención sería, desde esta perspectiva, el mecanismo principal, basado en la ayuda mutua, de reproducción biológica y social que tienen los sujetos y sus grupos sociales para enfrentar la pandemia. Otro concepto ampliamente utilizado, en este caso en América Latina (ver por ejemplo Remorini et al., 2021), ha sido el de sindemia (propuesto por Singer (1996). Considerar al COVID-19 como una sindemia permite resaltar los sinergismo sociales y biológicos, con consecuencias lesivas para la salud, de su interacción con diversas epidemias como, por ejemplo, la diabetes. En el segundo caso, relativo a las propuestas desde la antropología médica, encontramos los conceptos de cultura organizacional epidémica de atención en salud (COE) (Muñoz y Cortez, 2021) y el de iatrogenia pandémica (Muñoz y Cortez, 2022).

La cultura organizacional epidémica de atención en salud (COE) refiere a una manifestación específica de la cultura organizacional biomédica en los distintos niveles de atención, a partir de la llegada de esta emergencia sanitaria internacional, que implica la reorganización de los sistemas de salud para priorizar la atención a los afectados por la pandemia. La COE tiene implicaciones, por un lado, en la calidad y adecuación de la atención en salud al abordar una nueva patología desconocida con anterioridad. Por otro lado, en la producción de vulnerabilidad del personal de salud y de los pacientes (no COVID), al instituirse como una forma de gestión y mitigación del riesgo a la exposición del virus. De forma articulada con lo anterior, la iatrogenia pandémica refiere a la desatención e inadecuada atención en salud provocada por la priorización de la atención del COVID-19 desde la toma de decisiones nacionales e internacionales que se inscriben, en el caso de México, en un contexto local de un sistema de salud público hospitalocéntrico e históricamente desfinanciado, en el que se emulan las respuestas a la pandemia del Norte Global, obviando las especificidades locales y diferenciadas de la salud de la población mexicana.

Aportaciones metodológicas y en la ética de la investigación en salud:

La pandemia del COVID-19 ha visibilizado métodos y técnicas de investigación que, en diversos circuitos antropológicos, como el mexicano, no estaban muy presentes o no eran tan visibles como en la actualidad a pesar de ser utilizados desde hace tiempo. En este sentido, un proceso importante, de tipo ético y con implicaciones metodológicas, que ha visibilizado la pandemia, tiene que ver con las consecuencias para la salud del antropólogo/a, así como la de los y las participantes en conjunto con aquellas otras personas con las que se tiene contacto durante los desplazamientos e interacciones previas, durante y después del trabajo de campo. Algunos ejemplos de esto son las investigaciones a distancia, y las etnografías subrogadas,[5] la importancia de lo digital en el campo antropológico, así como los métodos rápidos de investigación cualitativa (ver, por ejemplo, Eguiluz, et al., 2022).

En el ámbito de la antropología médica y en otras subdisciplinas hemos asistido a un gran número de publicaciones con este tipo de aproximaciones metodológicas en América Latina. En algunos casos, especialmente al comienzo de la pandemia (2020), se ha tratado principalmente de reflexiones de tipo autoetnográfico (vinculadas al confinamiento) o relacionadas con trabajos previos, y, posteriormente, investigaciones basadas en trabajo de campo (entrevistas y observación participante) virtual o presencial, siendo predominante en un primer momento la modalidad virtual. Diversos investigadores/as han retomado la modalidad presencial a medida que la letalidad del COVID-19 ha disminuído, fruto de las vacunas y de las características de las nuevas variantes, así como el confinamiento voluntario (por ejemplo, en México) u obligatorio (en países como Argentina).

El trabajo de campo constituye un proceso a evaluar desde el punto de vista de la ética de la investigación en salud y de las medidas posibles de mitigación del riesgo. Esto aplica tanto para aquellos/as que realizaron trabajo de campo presencial durante 2020 y 2021, como para quienes lo llevan a cabo ahora. Algunas experiencias pioneras en las que hemos colaborado antropólogos/as médicos, con colegas de otras disciplinas y subdisciplinas expertas/os en análisis de riesgo, han sido los comités de evaluación de riesgo durante el trabajo de campo. Estos se crearon para las y los estudiantes de posgrado en distintas sedes de CIESAS.[6] Estas experiencias recuerdan la necesidad de reflexionar sobre la dimensión ética de la investigación en salud, de tipo etnográfica, no solo respecto al COVID-19, sino también respecto a otras condiciones de salud con implicaciones para las y los involucrados durante nuestro trabajo de campo (por ejemplo, la salud mental).

Otra línea de interés es la de los llamados métodos rápidos de investigación cualitativa (MR), que se han utilizado en algunas investigaciones desde la antropología médica (en América Latina, pero también en otros contextos como África y Asia). Los MR no gozan de una gran popularidad en los circuitos académicos dedicados a la antropología en México, ni en otros contextos de América Latina (aunque sí están de moda en ciertas universidades del Norte Global). Algunas de las principales críticas que se le suelen hacer se inscriben en su frecuente subordinación a proyectos cuantitativos (de carácter mixto) de salud pública y a sus lógicas reduccionistas de lo que se entiende por aplicabilidad (ver Menéndez, 2008), lo cual puede implicar la reducción de la articulación analítica de la cultura a un epifenómeno aislado del análisis de las condiciones de producción y reproducción social y cultural.[7] También se ha advertido que la premura en el análisis puede llevar a conclusiones con poca profundidad o precipitadas. Algunas preguntas surgen de ello, por ejemplo ¿no son acaso muchas de las investigaciones que se llevan a cabo hoy en día de tipo rápido y no las estamos denominando como tales? ¿Es rápido un mes, dos meses, tres…? A pesar de los cuestionamientos, los MR pueden, en algunos casos, proporcionar información valiosa sobre formas nuevas o viejas (y reactualizadas) de vulnerabilidad en emergencias sanitarias y algunas posibles respuestas. Un ejemplo de esto en el campo de la atención en salud en América Latina durante la pandemia son algunos de los artículos publicados en el libro Caring on the Frontline during COVID-19 de Vindrola-Padros y Johnson (2022).[8]

Aportaciones dirigidas a grupos sociales y problemáticas específicas:

Son diversas las aportaciones de la antropología médica sobre problemáticas y grupos sociales específicos desde el comienzo de la pandemia. Un fenómeno novedoso es que, desde 2020 hasta la actualidad, la mayoría de las investigaciones (si no todas) sobre procesos salud/enfermedad/atención-prevención están atravesadas por la pandemia. Esto no quiere decir que siempre la coloquen en el centro de la investigación (en algunos casos incluso, misteriosamente, la omiten), pero sí que ha sido un proceso que condiciona el estudio de diversas problemáticas en salud afectadas por la pandemia.

A continuación, pondré algunos ejemplos de investigaciones en antropología médica cuya centralidad es el COVID-19. Uno de los problemas estudiados en la región han sido los cambios y continuidades en la atención médica con la llegada del COVID-19, y algunas de sus implicaciones para los actores involucrados, lo cual incluye la salud de los profesionales en diversos niveles de atención (ver Muñoz y Cortez, 2022, o Muñoz, 2022). Otra problemática refiere a las vulnerabilidades específicas y a las respuestas de ciertos grupos sociales, por ejemplo los pueblos indígenas (Marques, Horta y Olivar, 2022), las y los adultos mayores (Cirino et al., 2021) o, entre otros, los sectores populares urbanos (Aparicio et al., 2020). Por temas, encontramos desde el estigma social (Muñoz, 2021), el género y la salud (Saletti-Cuesta y Aizenberg, 2021), la migración (Gavazzo, López, Rajoy-Avá, 2020), los cuidados (ibidem) o, entre otros, la salud intercultural (Ramos et al., 2022).[9]

Los países que cuentan con mayor número de publicaciones son México, Brasil y Argentina, lo cual coincide con la producción en antropología social, y en antropología médica, en América Latina. Una parte importante de las investigaciones publicadas no se limita a describir y analizar problemáticas en salud, también propone respuestas, de distinto calado, a partir de experiencias y reflexiones concretas invitando a su transformación. Para ello las y los actores sociales con los que se realizan las investigaciones antropológicas son la mejor fuente de inspiración.

Otro fin del mundo es posible:

Ante la incertidumbre de las amenazas ambientales, sanitarias y sociales percibidas como imposibles de ser resueltas, estamos inmersos, retomando a Viveiros de Castro y Danowski (2019), en un mundo en donde el pánico proviene de “la enorme distancia entre conocimiento científico e impotencia política, esto es, entre nuestra capacidad (científica) de imaginar el fin del mundo y nuestra incapacidad (política) de imaginar el fin del capitalismo”. En otras palabras, vivimos en una sobreabundancia de producciones culturales distópicas, que han tomado el lugar crítico de la prevención del apocalipsis para constituirse en un manual de instrucciones que prepara su llegada, y en una escasez de imaginarios y narrativas antidistópicas. La distopía futura trata de convertirse en un incierto paliativo de la distopía presente.[10] Por ello, es cada vez más urgente generar pensamiento crítico, pero este se enriquece si va acompañado de imaginación antropológica antidistópica que narre, visibilice y recree escenarios sanitarios, educativos, ecológicos y, en general, de sostenimiento de una vida justa y digna. En tres preguntas, ¿cómo son las experiencias que caminan o caminaron hacia ello?, ¿cómo podrían ser aquellas imaginables?, y ¿quiénes son las y los actores protagonistas de que sean o no caminables e imaginadas?

Dicen que el epidemiólogo/a imagina el mundo desde un avión, el sociólogo/a desde un coche y el antropólogo/a caminando.[11] Pero no hay una única manera de caminar. Se puede caminar rápido, con puntos definidos por la satisfacción de recorrer la mayor distancia en el menor tiempo, y observar únicamente los propios pasos. También se puede caminar lento, implicándose en el fluir de otras miradas y otros pasos que nos enseñan que todavía hay tiempo, que se puede cambiar el rumbo y que ahora no es nunca demasiado tarde.

Referencias bibliográficas:

Aparicio, Matías Javier, Sofía Bilbao, María Macarena Saenz Valenzuela y Judith Taly Barán Attias
2020 “Entre barbijos, ollas populares y grupos de WhatsApp: mujeres, salud y cuidados ante el COVID-19 en los barrios del Gran Buenos Aires, Argentina, 2020”, Tessituras, vol. 8, núm.1, pp. 279-302.

Barth, Fredrik
1969 Ethnics Groups and Boundaries. The Social Organization of Culture Difference, Bergen / Oslo, Universitetsforlaget.

Bedford, Juliet, Ketan Chitnis, Nance Webber, Phil Dixon, Ken Limwame, Rania Elessawi y Rafael Obregon
2017 “Community Engagement in Liberia: Routine Immunization Post-Ebola”. Journal of Health Communication, vol. 22, supl.1, pp.81-90, https://doi.org/10.1080/10810730.2016.1253122.

Chomali, May y Cynthia Arguello
2021 “Algunas consideraciones sobre la organización del sistema sanitario frente a una pandemia”, Revista Médica Clínica Las Condes, vol. 32, pp. 30-35.

Cirino, Estefanía, Cecilia Palermo, Liliana Findling y Laura Champalbert
2021 “Experiencias profesionales del trabajo de cuidado a personas mayores ante la pandemia del COVID 19 en Buenos Aires (Argentina)”, Revista Latinoamericana de Antropología del Trabajo, vol. 5, n. 11, 21pp.

De Souza, Jean Barros, Vander Monteiro ds Conceição, Jeferson Santos Araújo, Julia Valeria de Oliveira Vargas Bitencourt, Claudio Claudino da Silva Filho, Maíra Rossetto
2020 “Câncer em tempos de COVID-19: repercussões na vida de mulheres em tratamento oncológico”, Revista Enfermagem Uerj, vol. 28, e51821, https://doi.org/10.12957/reuerj.2020.51821.

Eguiluz, Itzel, Anahi Sy, Eugenia Brage y Marcela González-Agüero
2022 “Rapid qualitative health research from the Global South: Reflections and learnings from Argentina, Brazil, Chile, and Mexico during the COVID-19 pandemic”, Frontiers in Sociology, vol. 7, art. 983303, 10 pp. https://doi.org/10.3389/fsoc.2022.983303.

Gavazzo, Natalia, Belén López y Romina Rajoy
2020 “Sostener “padecer” y “aguantar” en pandemia: Integralidad de la salud y cuidados comunitarios entre mujeres migrantes del GBA” en AVÁ 37 – Diciembre de 2020 – ISSN: 1515-2413 (impreso); 1851-1694 (on-line)

https://www.ava.unam.edu.ar/images/37/n37a05.pdf

Honorato, Bruno, y Ana Carolina Oliveira
2020 “População em situação de rua e COVID-19”, Revista de Administração Pública, vol. 54, pp. 1064-1078, https://doi.org/10.1590/0034-761220200268

Marques, Bruno, Amanda Horta y José Miguel Olivar
2022 “Anthropology, covid-19, and Indigenous responses in Brazil: methodological and vital reflections”, Saúde e Sociedade, vol. 31, n. 4, , e220834en.

Martorell, Francisco
2021 Contra la distopía. La cara B de un género de masas, Valencia, La Caja books.

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2008 “Epidemiologia sociocultural: propuestas y posibilidades”, Región y Sociedad, vol. 20, núm. especial 2, pp. 5-50.

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2020 “Emerging Pandemic Diseases: How We Got to COVID-19”, Cell, núm. 182, pp. 1077-1092, https://doi.org/10.1016/j.cell.2020.08.021.

Muñoz, Rubén
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2021 “Covid-19 and Social Stigma in Hospitals: A New Epidemic of Signification?”, Medical Anthropology, vol. 40, pp. 667-681, https://doi.org/10.1080/01459740.2021.1974021.

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2022 “La salud mental de los médicos que atienden COVID-19 en la Ciudad de México: una investigación antropológica”, Revista Ciencias De La Salud, vol. 20, núm. 2, https://doi.org/10.12804/revistas.urosario.edu.co/revsalud/a.10612.

Muñoz, Rubén y Renata Cortez
2021 “La producción de la cultura organizacional epidémica en la atención al COVID-19: una aproximación antropológica a los hospitales de la Ciudad de México”, Revista de la Escuela de Antropología, núm. 28, pp. 1-30, https://doi.org/10.35305/revistadeantropologia.v0iXXVIII.14.

Muñoz, Rubén y Renata Cortez
2022 “Iatrogenia pandémica. La exclusión y el rezago en la atención médica no COVID en la Ciudad de México”, Ciência e Saúde Coletiva, vol. 27, pp. 4155-4164, https://doi.org/10.1590/1413-812320222711.03332022.

Ramos, Danilo Paiva, Alex Shankland, Domingos Barreto y Renato Athias
2022 “Indigenous Leadership, Anthropology and Intercultural Communication for COVID-19 Response in the Rio Negro Indigenous Territory, Brazilian Amazonia”, Anthropology in Action, vol. 29, núm.1, pp. 32-46, https://doi.org/10.3167/aia.2022.290105.

Remorini, Carolina, Laura Susana Teves, Lorena Pasarin, y Mora del Pilar Castro
2021 “Expresiones locales de la sindemia COVID-19: estrategias de los trabajadores de salud en Argentina; Colegio Medico de Chile”, Cuadernos Médicos Sociales, vol. 61, núm. 3, pp. 19-35.

Saletti-Cuesta, Lorena, y Lila Aizenberg
2021 “Abordajes de violencias de género y de interrupción legal del embarazo en servicios de salud durante el aislamiento por COVID-19”, Salud Colectiva, vol. 17, 18 pp. https://doi.org/10.18294/sc.2021.3678.

Scheper-Hughes, Nancy
1995 “The Primacy of the Ethical: Propositions for a Militant Anthropology”, Current Anthropology, vol. 36, pp. 409–440.

Vindrola-Padros, Cecilia, y Ginger Johnson
2022 Caring on the Frontline during COVID-19: Contributions from Rapid Qualitative Research, Singapur, Springer Nature Singapore.

Viveiros de Castro, Eduardo, y Debora Danowski
2019 ¿Hay un mundo por venir? Ensayos sobre los miedos y los fines, Buenos Aires, Caja Negra.


  • 1- Correo: rubmuma@hotmail.com

    Researchgate: https://www.researchgate.net/profile/Ruben-Munoz-Martinez

  • 2- Los contenidos de esta conferencia se basaron en el resultado de las investigaciones que he realizado durante la pandemia del COVID-19 respecto a temas como los cambios en la práctica médica, el estigma social, la salud mental, el COVID-19 en pueblos indígenas o, entre otras, la investigación actual que llevo a cabo respecto a las aportaciones de la antropología médica, en América Latina, en el estudio del COVID-19 (desde el comienzo de la pandemia, diciembre de 2019, hasta febrero de 2023). El presente artículo se centra en algunos de los resultados preliminares de esta última investigación, desarrollada a partir de una revisión sistemática de la literatura existente en América Latina sobre el COVID-19 desde la antropología médica (y en un par de ejemplos basados en mi experiencia en dicho periodo). No me detendré aquí en los detalles metodológicos ni en el conjunto de los resultados, ya que serán publicados en otro artículo, pero quiero mencionar que algunos de los indicadores para definir qué es la antropología médica, en la literatura revisada, refieren, por ejemplo, a la bibliografía con la que discuten las y los autores y a su autoadscripción a esta subdisciplina (denominada como antropología médica, antropología de la salud, antropología de la enfermedad, etcétera). Los artículos revisados son producidos desde América Latina por autores y autoras que investigan en la región independientemente de dónde se encuentre su adscripción académica.

  • 3- Las posibles reconfiguraciones de la antropología médica con la llegada del COVID-19 sería una primera pregunta, que, por cuestiones de espacio, no abordaré aquí.

  • 4- Existen otro tipo de aportaciones como la aplicación, y en algunos casos, problematización, de conceptos generados en campos disciplinarios distintos a la antropología médica, pero, por cuestiones logísticas, no me detendré aquí en ello.

  • 5- Me refiero a las entrevistas u observaciones realizadas por terceros, entrenados o no por el antropólogo/a, quien recaba los datos desde su gabinete. Estas personas han sido, por ejemplo, contactos en el sector salud que han desarrollado diarios de campo. Un caso particular, que no analizaré aquí, es el del antropólogo/a que también es miembro del sector salud.

  • 6- Una sistematización y publicación de los procesos y resultados de sus actividades sería de gran interés.

  • 7- Otros cuestionamientos que se han realizado, en diversos contextos globales , tienen que ver con la participación de la comunidad y con definir a qué le estamos llamando comunidad (desde una perspectiva no homogénea ni estática), o al delegar el funcionamiento del sistema de salud a “lo comunitario” eximiendo de responsabilidades al Estado (ver Bedford et al., 2017).

  • 8- Otras interesantes contribuciones con MR, desde disciplinas como la administración o la enfermería, a partir de aproximaciones cualitativas, son, por ejemplo, la llevada a cabo por De Souza et al. (en 2020) respecto a la repercusión del COVID-19 en mujeres en tratamiento oncológico en Brasil, o la de Honorato y Oliveira (2020), quienes combinaron entrevistas a informantes clave con el análisis de noticias en línea para sugerir estrategias de políticas, relacionadas con las personas en situación de calle, a los funcionarios del gobierno local en Brasil durante la pandemia de COVID-19.

  • 9- Por cuestiones de espacio sólo se incluyen aquí algunos ejemplos de los artículos y temáticas revisadas.

  • 10- Algunos ensayos y en menor medida, novelas recientes, apuntan hacia este cuestionamiento. Dos ejemplos son el ensayo Contra la distopía (Martorell, 2021) y la novela Antidistopía (Muñoz, 2020).

  • 11- “El economista, el sociólogo y el antropólogo viajan, respectivamente, en avión, en coche y caminando” sería la frase original atribuida, en un seminario, al antropólogo Juan Carlos Gimeno, y en la cual se inspira esta.