José Calvo Saucedo y su compromiso con la educación pública
(1884-1955)

Beatriz Calvo Pontón [1]
CIESAS Ciudad de México

Desiderátum de la Escuela Secundaria No. 4:
Todo el mundo ocupado. Tan pronto como en
una institución se enseñorea la rutina, comienza
indefectiblemente la decadencia, la
desintegración y el fracaso.

Mtro. José Calvo Saucedo en la toma de
posesión como director de la Escuela
Secundaria No. 4, 1928

En este texto me propongo hacer un acercamiento a la vida de mi abuelo paterno, el profesor José Calixto Calvo Saucedo, quien, a lo largo de la primera mitad del siglo XX, consagró su vida a la educación pública, primero en la primaria, y más adelante en la secundaria y en la preparatoria. También destacó como servidor público y ocupó varios cargos oficiales a nivel nacional e internacional. Le tocó vivir momentos históricos importantes, como el Porfiriato, o la creación de la Secretaría de Educación Pública en 1922, en México, y la época posterior a la Segunda Guerra Mundial, en Europa.

Como material de consulta, utilicé un video de una entrevista que cuatro nietos de José realizaron a mi padre Armando Calvo Marroquín. Este material me proporcionó información de la vida de mi abuelo, que no hubiera podido encontrar en ningún otro documento, como los recuerdos de su vida cotidiana desde su niñez. También utilicé notas informales escritas por él y por otras personas cercanas, sus nombramientos oficiales en los cargos que ocupó como profesor y como funcionario, información hemerográfica, cartas oficiales, familiares y “confidenciales”, así como folletos elaborados por personas cercanas a él.

Antecedentes

José nació el doce de octubre de 1884 en el ex distrito de Sola de Vega, un pueblo zapoteca ubicado al suroeste del estado de Oaxaca, cercano a la capital del estado pero de difícil acceso.

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Escuela primaria en Sola de Vega (archivo propio)

Como dato histórico, ese año de 1884, Porfirio Díaz regresó a la presidencia para no abandonarla hasta 1911. Significa que José nació y vivió hasta los 27 años, en pleno Porfiriato, hecho que influyó en su vida personal, así como en la profesional.

Fue descrito por el periodista Jacobo Dalevuelta de la siguiente manera: “Predomina en él, la sangre indígena. Es de corta estatura, moreno, carilampiño, ojos negros de viveza extraordinaria, delgado-musculoso; de gran dinamismo; de una inquietud contagiante; domina por la simpatía y por la persuasión” (Dalevuelta, 1946). Como complemento, en una ceremonia post mortem, un funcionario del gobierno se refirió a él como “un hombre pequeñito, pulcro y medido; moreno como la tierra de las montañas del solar nativo, allá en Oaxaca” (Armendáriz, 1955).[2]

De condición muy humilde, fue hijo único de Cristino Calvo, labrador, según consta en el Registro Civil de Sola de Vega, y de María Delfina Saucedo Ángeles, quien falleció el 7 de abril de 1889, quedando José huérfano de madre a la tierna edad de cinco años. Desde entonces, Cristino se hizo cargo de su hijo. Tuvo un fuerte interés en que estudiara.

En 1894, José ingresó al primer grado de la primaria elemental[3] en una pequeña escuela en Sola de Vega. Allí estudió hasta el segundo grado. Cristino, su padre, se empeñó en que su hijo continuara sus estudios en la ciudad de Oaxaca, algo poco común en el pueblo. “Al enterarse, los parientes reaccionaron: Cristino, ¿para qué mandas a José a estudiar a la capital? ¡Mándalo aquí a trabajar en el campo, como hacen todos los muchachos del pueblo!” (Armando Calvo en entrevista). Pero de nada sirvieron los “consejos”.

Siendo un niño de doce años, “salí de Sola el 23 de enero de 1896” (nota manuscrita por José Calvo). Vivió en Oaxaca con unos parientes muy religiosos, quienes lo inscribieron en una escuela católica. Allí estudió el tercer grado de primaria elemental. En l898, estudió parte del cuarto grado en la misma escuela, hasta el mes de agosto. Al paso del tiempo, cayó en la cuenta de que esa enseñanza no era para él, “no me enseñaron nada los curas, salvo a conocerlos mejor” (nota manuscrita por José Calvo). Entonces, en enero de 1899, por su propia iniciativa, se inscribió en la Escuela Primaria Superior No. 2, considerada como modelo en la ciudad capital. A pesar del disgusto de sus familiares por haberse inscrito en un colegio de “¡gobierno, y laico!”, como se decía en la época, se mantuvo firme y continuó estudiando en ese plantel. Este pasaje de su vida revelaba que, desde pequeño, contaba con un carácter de mucha decisión.

En dicha escuela cursó la segunda parte del cuarto grado hasta el sexto, concluyendo así el nivel de primaria superior en 1900. El director, Abraham Castellanos Coronado, un destacado educador oaxaqueño a nivel nacional y promotor e impulsor de la educación indígena, fue su profesor de 6º grado. Esta escuela fue su primer vínculo con maestros liberales con quienes tuvo relación e influencia a lo largo de su vida profesional.

Como alumno normalista

En 1902, José ingresó a la Escuela Normal para Maestros de Oaxaca, donde concluyó la carrera en 1906. Cassiano Conzatti, director de la Normal, fue otro personaje que dejó huella en su vida como alumno y como profesor.[4] José destacó como estudiante y, gracias a ello, logró gestionar una beca por parte del gobierno de Oaxaca, que le permitió culminar la carrera de profesor de primaria. En la Normal tuvo un excelente maestro de francés. Aprendió no solo a hablarlo y a escribirlo de forma correcta, sino que esta lengua lo impulsó al estudio y conocimiento de la historia y cultura francesa. Años después, esta experiencia arrojó sus frutos, pues le dio la oportunidad de ocupar un cargo oficial en París, Francia. A ello me referiré más adelante.

En marzo de 1906, a la edad de 22 años, presentó los exámenes reglamentarios con las máximas calificaciones. Francisco Ruiz (1962) explicaba que, en aquella época, los exámenes revestían gran solemnidad, pues se efectuaban ante un exigente y estricto jurado que empleaba diez días en examinar al alumno en todas las asignaturas que componían la carrera. Este jurado formado por distinguidos maestros le otorgó el título de Profesor de Instrucción Primaria Elemental para ejercer en 1º, 2º, 3º y 4º grados.

Al año siguiente de haber recibido el título, la Escuela Normal Superior reabrió sus puertas,[5] admitiendo a José y a otros destacados alumnos de generaciones anteriores. Así se formó un selecto y pequeño grupo de alumnos de primarias superiores. Del 19 al 28 de febrero de 1907, José aprobó el segundo examen “de igual rigurosidad” y obtuvo el título de Instrucción Primaria Superior con excelentes calificaciones.

Ya con el título, trabajó como profesor de educación primaria elemental en las escuelas asignadas por las autoridades. Los sueldos eran muy bajos; apenas alcanzaban para que una persona pudiera subsistir. Posteriormente, recibió un ofrecimiento del gobierno de Chiapas para hacerse cargo de la dirección de la escuela primaria en la ciudad de Tonalá, donde padres de familia y alumnos estuvieron muy satisfechos con su labor.

Su vida en la Ciudad de México

En 1908, se trasladó a la ciudad de México, donde conoció a quien fuera su esposa por muchos años, mi abuela Asunción Marroquín Estrada Ángeles, oriunda de Huautla de Jiménez, Oaxaca. Se casaron en 1909 en la ciudad de México y tuvieron cinco hijos: Octavio (1910), Armando (1912), Esperanza (1914), Ofelia (1916) y Lucrecia (1918).

José Calvo y Asunción Marroquín (archivo propio)

Los dos hermanos asistieron a la primaria pública “Florencio M. del Castillo”, ubicada en la colonia San Rafael, y las tres hermanas hicieron sus estudios en la primaria anexa a la Escuela Nacional de Maestros. José y Asunción educaron a sus cinco hijos e hijas con amorosa disciplina, tanto en la vida familiar, como en lo educativo. En casa, José enseñó a sus hijos a leer y escribir, de manera que cuando ingresaron a primaria, estaban más avanzados que la mayoría de sus compañeros.

Para él, la educación no se limitaba al aspecto propiamente escolar. Sus hijos Octavio y Armando estudiaron inglés, algo poco común entre niños y jóvenes de esa época. También dio a sus cinco hijos las primeras lecciones de francés, y les inculcó el interés en la cultura francesa.

Abuelos e hijos vivieron en la tranquila colonia Cuauhtémoc, en una casa modesta, pero muy acogedora. Fue el centro de los encuentros familiares. Mi abuelo manifestaba su pasión por la docencia en esas reuniones. Recuerdo que los pequeños nietos y nietas nos sentábamos alrededor de la mesa del comedor y nos hablaba de diversos temas que todos escuchábamos con mucho interés y atención.

Su trayectoria docente en la Ciudad de México

José llegó a esta ciudad en 1908. Ocupó una posición como maestro ayudante en la Escuela primaria anexa[6] a la Benemérita Escuela Nacional de Maestros,[7] conocida como “la escuela tipo”. Sabía que en ese plantel podía aplicar las teorías pedagógicas y experimentar nuevas formas de enseñanza. Continuó como maestro de primaria, luego de secundaria y posteriormente de preparatoria.

En ese entonces, al finalizar la primaria superior, los alumnos pasaban a la preparatoria, cuya duración era de cinco años. Los primeros tres, llamados prevocacionales, eran comunes para todos. A partir del cuarto, cada alumno debía definir un área de especialización: ingeniería, leyes, medicina, química etc.

Abro un paréntesis: En 1925, la educación en México tuvo un cambio importante. Bajo la presidencia de Plutarco Elías Calles y siendo secretario de Educación Pública José Manuel Puig, la escuela secundaria fue creada por iniciativa del Mtro. Moisés Sáenz García, como etapa intermedia entre la primaria superior y la preparatoria. Por ello se le considera a Moisés Sáenz fundador del Sistema de Segunda Enseñanza en México. Al respecto, dos decretos presidenciales fueron expedidos: el Decreto número 1848 autorizó a la SEP a crear escuelas secundarias, y el 1849 facultó a la misma Secretaría para crear la Dirección General de Escuelas Secundarias.

1926 fue un año agitado debido a las manifestaciones de oposición de los estudiantes a la creación de estas escuelas, pues las tildaban de ser copia del high school de los Estados Unidos, lo cual era cierto. El Mtro. Sáenz había realizado sus estudios de maestro y de educador en Estados Unidos, así como el doctorado en filosofía. Escribió la tesis “La educación comparada”, en la que proponía la secundaria en México. Hubo huelgas y manifestaciones estudiantiles, pero, a pesar de ello, cuatro escuelas secundarias fueron establecidas.

Vuelvo a mi abuelo. En 1924 y a principios de 1925 se desempeñó, primero como profesor y después como inspector, en la Escuela de la Prisión Militar de Santiago Tlatelolco. Sus nombramientos fueron extraviados, pero dejó testimonio escrito a mano de esta experiencia. En 1926 fundó la Secundaria No. 4. Fungió como profesor de planta de esta, y fue su segundo director, de 1928 a 1946.

Director de la Secundaria núm. 4, 1928-1946 (archivo propio)

Desde su llegada a México en 1908 hasta 1947, desempeñó numerosos cargos y comisiones de carácter docente y técnico. Fue profesor de varias asignaturas en escuelas de segunda enseñanza, preparatoria y profesionales. En ese entonces, las cátedras se obtenían mediante difíciles oposiciones. Obtuvo los cargos de profesor en diferentes instituciones en Matemáticas, Álgebra, Historia Universal e Historia Patria, Civismo, Pedagogía, Sociología, Arte y Lengua Castellana y Literatura Española, que fueron su mayor inclinación. Ello indica que la formación de profesores era sumamente amplia.

En otra nota escrita con su puño y letra en una pequeña hoja, dejó testimonio sobre cómo se llevó a cabo el examen de oposición para la clase de Historia Patria en la Escuela Superior de Comercio, que se efectuó los días 9 y 10 de agosto de 1917:

El primer día fue la prueba escrita y el segundo, la oral, durando la primera una hora, y la segunda, 30 minutos. El tema escrito fue: “Causas de las querellas entre el poder civil y eclesiástico durante el gobierno de la Nueva España. Conflicto entre Palafox y Serna. Sus consecuencias”. El tema oral fue “Orígenes de la desigualdad en la distribución de la riqueza durante la época colonial”. El tema escrito fue común para los tres sustentantes y el tema oral fue distinto para cada uno. Los sustentantes fuimos José Calvo, Guillermo Yáñiz y Rafael (apellido ilegible).

Después de casi dos décadas como director de la Secundaria No. 4, el Mtro. José Calvo se jubiló en agosto de 1946. Sin embargo, continuó impartiendo clases de Lengua y Literatura Españolas en Escuelas Secundarias del Magisterio, A.C., y en la Escuela Nacional Preparatoria de la Universidad Nacional Autónoma de México, hasta el día de su fallecimiento. En total, prestó al país 48 años de servicios profesionales en el campo de la educación pública.

Fueron varias sus aportaciones, especialmente en el campo de la educación secundaria, durante estos años de servicio. Realizó un importante estudio técnico sobre el funcionamiento de las escuelas secundarias y técnicas de los Estados Unidos. Colaboró en la elaboración de planes y proyectos educativos en las escuelas de segunda enseñanza. También participó en la formulación de dictámenes sobre libros de texto y ponencias acerca de la organización de escuelas secundarias y su metodología (notas de prensa, sin referencias). Además, ocupó el cargo de jefe del Departamento de Enseñanza Secundaria en la SEP.

Rumbo a Europa

En 1947, ya jubilado, el Mtro. Calvo fue designado por Miguel Alemán, presidente de la República, como jefe de la Delegación Permanente ante la UNESCO en París, Francia, y en 1948, embajador ante el mismo organismo, cargo que ocupó hasta 1949. Es decir, vivió en Francia en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, y le tocó ser testigo de su recuperación después de la guerra. Se trasladó a París con mi abuela y su hija Ofelia. Pudo desenvolverse con facilidad en los cargos que ocupó, gracias a su sólida cultura y al dominio de la lengua francesa.

En Europa desempeñó varias comisiones: como delegado de la SEP ante la Conferencia Internacional sobre la Libertad de Información y Prensa en Ginebra, Suiza, como representante de México a la Conferencia sobre la revisión y estudio del libro de texto, en Bruselas, Bélgica, como delegado de México a la 3ª Conferencia General de la UNESCO, en Beirut, Líbano. Durante ésta, jugó un importante papel impulsando el idioma castellano como lengua de trabajo y logrando que, en consecuencia, fuera usado tanto en la edición de documentos como en las conferencias internacionales. Fue un triunfo de la delegación mexicana. Desde entonces, el inglés, el francés y el español son los idiomas oficiales de la UNESCO.

Reunión de la UNESCO en Beirut, Líbano, 1948 (archivo propio)

De regreso a México

Ya en la ciudad de México, en 1949, fue nombrado por el gobierno mexicano miembro del Consejo Nacional Consultivo del Gobierno Mexicano ante la UNESCO. También fue comisionado para organizar el contingente de México en la Exposición del Libro Pedagógico en la ciudad de Guatemala. Fundó la Escuela Secundaria No. 1 del Magisterio, A.C., que atendía a estudiantes de escasos recursos. Como asociaciones civiles, estas escuelas eran privadas, pero, hasta donde recuerdo, eran financiadas por los padres de familia y el gobierno federal. La Escuela estaba incorporada a la SEP. Más adelante, se extendió a la preparatoria y quedó incorporada a la UNAM.

José falleció el 15 de julio de 1955 a los setenta años, como consecuencia de un infarto fulminante, al momento de impartir la cátedra de Lengua Española en la Escuela Nacional Preparatoria de la UNAM. Murió siendo fiel a su pasión: dando clases a sus alumnos. Dejó inconclusa la traducción al español de la Histoire de la Littérature Française Contemporaine de René Lalou. El periodista Antonio Luna Arroyo expresó: “era un maestro que estudia a los 70 años, y que está al día en las novedades literarias mundiales” (Luna Arroyo, 1955). Sus restos descansan en el Panteón Español en la ciudad de México, acompañando a mi abuela, fallecida un año y medio antes.

José consagró su vida a la niñez y especialmente a la juventud. Según escribió Guillermo Héctor Rodríguez, “es en el correcto funcionamiento de las agencias educativas de la segunda enseñanza en donde ingresa José Calvo a la historia de la educación nacional…” (Rodríguez, 1961). Además, nunca se olvidó de su tierra natal, Sola de Vega, pues en otro momento de su vida volvió para fundar la Escuela Primaria Federal “Justo Sierra”.

18 de septiembre de 1961. En ceremonia presidida por Don Jaime Torres Bodet, secretario de Educación Pública, fue descubierto un busto de José Calvo, obra del escultor y profesor José N. Correa Tocen, en el “Jardín Prof. José Calvo” de la Escuela Secundaria No. 4, ubicada en la bella casa de Mascarones.

Cargos, puestos y comisiones

Profesor de Enseñanza Primaria Elemental, Profesor de Enseñanza Primaria Superior, Profesor de Segunda Enseñanza, Profesor de la Escuela Nacional Preparatoria, Profesor del Instituto Federal de Capacitación del Magisterio, Catedrático de asignaturas profesionales (Escuela Superior de Comercio, Escuela de Ingenieros Mecánicos y Electricistas, Instituto de Ingeniería Forestal), Profesor de la Escuela de Verano de la Universidad Nacional, Director de la Escuela Secundaria Diurna No. 4 en el D. F., Jefe del Departamento de Enseñanza Secundaria (SEP), Delegado del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología ante el Instituto Internacional de Arqueología para el estudio de los monumentos arqueológicos de Yucatán, Comisionado para estudiar la educación secundaria, técnica y universitaria del Estado de California, E.U.A., Jefe de la Delegación Permanente de México ante la UNESCO, con sede en París, Francia, segundo embajador de México ante la UNESCO, delegado de la SEP a la Conferencia Internacional sobre la Libertad de Información y Prensa, en Ginebra, Suiza, miembro de la Comisión Organizadora de la Exposición del Libro Pedagógico en la ciudad de Guatemala, miembro del Consejo Nacional Consultivo del Gobierno Mexicano ante la UNESCO

Fuentes

Armendáriz, Antonio (1955). Nota periodística, sin referencia.

Calvo Marroquín, A. (1955, septiembre). El maestro José Calvo. Tribuna. Revista Bimestral Informativa y de Orientación, Órgano de la Dirección General de Segunda Enseñanza, Tomo II, No. 11.

Calvo Marroquín, A. (1986). Videograbación de la entrevista realizada a Armando Calvo Marroquín por nietos, Guadalajara.

Dalevuelta, J. (1946, 3 de agosto). Maestro jubilado. Periódico El Universal.

El Imparcial, Diario independiente de información y variedades (1962, 25 de febrero). Homenaje póstumo al ameritado Mtro. José Calixto Calvo Saucedo. 1-2.

Gutiérrez Vázquez, S. (1975). La fundación y primeros años de vida de la Escuela Secundaria número cuatro. Dirección General de Información y Difusión.

Luna Arroyo, A. (1955, octubre). José Calvo, Modelo de Maestro y de Hombre. Periódico Impacto, 77, 78.

Oaxaca Gráfico. Diario de la Provincia (1961, 27 de diciembre). Biografía del Maestro Don José Calixto Calvo Saucedo.

Rodríguez, G. H. (1961, 13 de noviembre). El Maestro José Calvo y la Educación Nacional. Periódico Excélsior.

Ruíz, F. (1962). Biografía del Maestro José Calvo. En A la memoria del Insigne Maestro José Calvo, Oaxaca.

Folletos varios, cartas y apuntes personales de José Calvo, Cristino Calvo, Cassiano Conzatti y otros, sin fechas.

Documentos oficiales (nombramientos) y documentos escolares (modelos de exámenes de cursos de Lengua y Literatura Españolas impartidos por José Calvo en la Escuela Nacional Preparatoria No. 2) (1952).


  1. Correo: bcalvo@ciesas.edu.mx
  2. Antonio Armendáriz fue subsecretario de Hacienda. Está citado en una nota periodística, sin referencia.
  3. En esos tiempos, la educación primaria estaba dividida en dos niveles: la primaria elemental (de 1º a 4º grado) y la primaria superior (5º y 6º grados). En total, eran 6 grados.
  4. Conzatti llegó de Italia a Veracruz en 1885. Fue ayudante del educador suizo Enrique Rébsamen y, en 1889, fue nombrado director de la Escuela Modelo de Orizaba. En 1891, se trasladó a la ciudad de Oaxaca donde el gobernador lo nombró director de la Escuela Normal de Oaxaca (1891-1911).
  5. Durante un tiempo la Escuela Normal Superior de Oaxaca no funcionaba de manera permanente, debido a los limitados recursos económicos del Estado. Solo lo hacía cuando se justificaba la erogación, y “esto dependía de que los alumnos, que se recibían de profesores de Elemental, lograran obtener en sus exámenes, las máximas calificaciones y que los jurados consideraran que tenían ante sí alumnos de tan alta calidad” (Ruiz, 1962).
  6. Las escuelas primarias anexas a las escuelas normales tenían el carácter de experimentales. Surgieron con el propósito de apoyar las prácticas escolares de los docentes en formación en las respectivas escuelas normales.
  7. La ENM fue fundada el 24 de febrero de 1887. A diferencia de las normales establecidas en algunos estados, ésta era de carácter nacional. A ella concurrían jóvenes de los diferentes estados del país.