Investigadores e investigadoras por México.
Conversando desde el Sur

Susana Vargas Evaristo[1]
Conahcyt / CIESAS Pacífico Sur

Ilustración Ichan Tecolotl.

Introducción

Como parte de los festejos por el cumplimiento de los 10 años del Programa de Cátedras Conacyt[2] (ahora Investigadores e Investigadoras por México IIxM), distintos colegas de Instituciones Receptoras (IR) situadas en los estados del sur de México nos reunimos para conversar en el marco de la convocatoria “A 10 años del Programa de Cátedras Conacyt: Investigación hecha desde el Sur de México”,[3] evento realizado en el mes de junio de 2024 en la ciudad de Oaxaca.

Consideramos que realizar investigación desde los estados del sur, que también suelen ser los más diversos socioculturalmente y los de mayor rezago socioeconómico, constituye una identidad investigativa que plantea retos por sus ubicaciones geográficas (climáticas, espacios fronterizos, diversidades territoriales), y epistemológicas (planteamientos teóricos situados y con pertinencia social), que interfieren en las dinámicas de investigación, pero también en los fenómenos que abordamos desde nuestras distintas disciplinas.

En primer lugar, este texto expone los principales motivos que llevaron a la creación del Programa de Cátedras CONACYT en 2014, como respuesta a una problemática aún vigente: el desempleo entre los jóvenes formados como científicos, en su mayoría con financiamiento público, situados en regiones del sur global.

En la segunda parte, destacaremos algunas de las principales discusiones que tuvieron lugar en el conversatorio “Ciencia hecha desde el sur”, realizado en el marco del evento arriba señalado. En éste participaron investigadores e investigadoras de diversas instituciones situadas en el sur del país. El objetivo de este conversatorio fue crear un foro para reconocer los retos, aportes y alcances de nuestra labor investigativa. Hacemos algunas reflexiones finales.

Apuntes sobre el inicio del programa de Cátedras CONACYT

El contexto en el que nace el programa es el de un importante egreso de personas graduadas de doctorado, como parte de los esfuerzos que el Consejo previamente había realizado para formar investigadores de excelencia en los distintos programas de posgrado en universidades y centros de investigación del país.

En un artículo sobre el programa, Ramírez García (2016) retoma algunas cifras de la OCDE (2000-2009) para comprender la distribución de personas que tienen acceso a estudios de posgrado y su localización regional. Por ejemplo, señala que los graduados de doctorado particularmente se concentraron en América del Norte (en Estados Unidos), en el Occidente de Europa y en Asia; en estas regiones se encuentra la mayor proporción de investigadores. Por otra parte, la UNESCO para el 2013 señaló que en Norteamérica y el Noroeste de Europa se localizaban el 39.7% de los investigadores, en Asia y el Pacífico el 38.5% y en América Latina y el Caribe un 3.7%.

El problema de la educación altamente calificada en el mundo es que se ha generado una fuerza de trabajo especializada concentrada en países del Norte, lo cual ha contribuido a reconfigurar la división internacional del trabajo, el valor de las credenciales y las opciones de vida de las personas que deciden hacer estudios de posgrado. Diversos países de América Latina, particularmente México, presentan altos índices de migración calificada hacia Estados Unidos, España, Francia, Canadá, Alemania y Reino Unido. Necesariamente estos flujos migratorios deben ser comprendidos desde un análisis geopolítico que revele las desigualdades globales en términos del acceso a empleos calificados y derechos laborales de profesionistas procedentes del sur global que buscan oportunidades laborales en países del norte global. También implica reconocer las distinciones por género, clase y pertenencia étnica.

La creación de las estancias posdoctorales ha sido una vía para retener a las personas con doctorado en instituciones académicas, sin embargo supone un estatus dentro de las instituciones académicas que no otorga derechos laborales. De acuerdo con datos de Powell (2015), en Estados Unidos cerca del 65% de los graduados de doctorado continuaron hacia posiciones posdoctorales; de éstos, solamente del 15 al 20% logró moverse hacia puestos académicos estables. En Europa se observa una mayor competencia, en el Reino Unido, por ejemplo, sólo 3.5% de los graduados de doctorado logró una posición como investigador en las universidades (Ramírez, 2016: 44). Para el caso de las y los mexicanos de “cada 3 mil graduados de doctorado al año en el país, sólo mil consiguen un empleo”. Visto en términos del gasto gubernamental la misma fuente revela que “por cada investigador que no encuentra empleo en México, el país pierde 2 millones de pesos en su capacitación” (Academia Mexicana de la Ciencia, citada en Ramírez, 2018: 51). Desafortunadamente esta franja de graduados mexicanos es el sector del que se nutre la migración que busca oportunidades laborales en otros países.

Una de las premisas que orientó la creación del Programa de las Cátedras CONACYT, fue el reconocimiento de los esfuerzos de una política científica que ha invertido en la formación de recursos humanos altamente calificados pero al mismo tiempo la dificultad de insertarlos en el mercado laboral. El programa surge para generar vínculos de colaboración con las instituciones beneficiadas para el desarrollo de la investigación científica y humanística y desarrollo tecnológico e innovación en áreas prioritarias que podrían desembocar en un mayor bienestar social y económico del país (Conacyt, 2014a: art 4).

La primera convocatoria publicada en el mes de febrero de 2014 inició con un presupuesto de 550 millones de pesos, con la asignación de 574 proyectos y la expectativa de incrementar gradualmente su número para superar las 3,000 cátedras al final del sexenio. Para cada cátedra se había contemplado un apoyo de hasta 500,000 pesos para infraestructura y equipamiento (Ramírez, 2016: 36). La mayor parte de éstas fueron asignadas a las universidades públicas (43.5%), la UNAM como una de las principales, Centros Públicos de Investigación Conacyt (24.6%), institutos tecnológicos (14%) y los institutos nacionales de salud (7.8%).

En 2019, Conacyt reportó 1,375 convenios con jóvenes catedráticos que se distribuyeron en 133 instituciones de investigación, de los cuales la CDMX concentró el 14% mientras que en el resto del país se establecieron el 86% del total de las plazas (Conacyt, s.n.). Durante el año de 2021 (a 3 años del nuevo gobierno morenista), el programa fue rebautizado con el nombre de Investigadoras e Investigadores por México, al mismo tiempo que se abrió la Modalidad 2 para Dependencias y Entidades de la Administración Pública Federal, mientras que la Modalidad 1 se asignó a los Centros de Investigación e Instituciones de Educación Superior del Sector Público. En el año de 2023 se abrió nuevamente la convocatoria para ambas modalidades, en la 1 se asignaron 16 plazas y en la 2 solamente 22. Finalmente, durante el 2024 el número cayó, únicamente se seleccionó a 24 candidatos para obtener una plaza de los cuales 10 se concentraron en la modalidad 1 y 14 en la 2.[4] Evidentemente la nueva administración cambió las expectativas de contratación que se habían anunciado al inicio del programa dado que su política fue reducir el número de nuevas plazas.

Desde una perspectiva desarrollista y socioeconómica se establecieron 3 grandes regiones que se distribuyeron en: 1) estados con mayor desarrollo en donde se asignaron solamente proyectos individuales. En esta región se congregan los siguientes estados del país: Baja California, Coahuila, CDMX, Estado de México, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Nuevo León, Puebla, Querétaro y Sonora. 2) La segunda región concentró a los estados de mediano desarrollo en el que se aprobaron proyectos individuales y colectivos. Aquí aparecen Aguascalientes, Chihuahua, Hidalgo, Michoacán, San Luis Potosí, Sinaloa, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz y Yucatán. Por último, la región 3 se estableció como la de menor desarrollo, con lo siguientes estados: Baja California Sur, Campeche, Colima, Chiapas, Durango, Guerrero, Nayarit, Oaxaca, Quintana Roo, Tlaxcala y Zacatecas. En este segmento se impulsaron proyectos grupales. En particular se puso énfasis en proyectos grupales para los estados de Guerrero, Chiapas y Oaxaca (Conacyt, 2014-2018).

En términos porcentuales observamos que la distribución de las Cátedras favoreció a la región 1 con un 64.9%, el segundo lugar se concentra en la región 2 con el 23.3% y finalmente, la región 3, considerada la más rezagada pero también la más pluridiversa en términos bioculturales, solamente obtuvo la asignación del 11.8% de investigadores del programa en modalidad grupal.

Ciertamente a 10 años del programa los lineamientos y procedimientos burocráticos se han ido modificando. Entre otras cosas, se abrió la posibilidad de cambiar de IR por motivos de orden académico pero también por situaciones conflictivas, dando prioridad a conflictos relacionados con violencia de género. Esto último también cambió la distribución de las y los investigadores del programa a lo largo del país, sumado a la disminución de nuevas plazas.

La continua demanda de recursos humanos con altas calificaciones sigue siendo un punto nodal para la ciencia en México, si bien el programa de Cátedras, ahora Investigadores por México (IIxM), ha dado una relativa solución al problema, también evidencia un vacío en el sostenimiento de las condiciones laborales para investigadores y hacedores de ciencia en México.

Retos de hacer investigación en regiones del sur de México

El conversatorio “Ciencia hecha desde el sur” convocó a IIxM de instituciones situadas en los estados del sur del país. De este modo, se conformó un grupo de investigadores e investigadoras de instituciones como CIESAS,[5] ECOSUR,[6] UABJO[7] y la UNSIS.[8] El encuentro fue estratégico para hablar desde la experiencia acumulada en nuestras trayectorias académicas individuales, la relación con el programa, las Instituciones Receptoras, y los retos de situarnos en regiones del sur de México en términos de nuestras investigaciones y articulación con problemáticas y actores sociales del entorno.

La región del sur la comprendemos desde una perspectiva geopolítica a partir de sus implicaciones de desigualdad social, la necesaria redistribución de los recursos humanos, científicos y económicos, así como la conformación de agendas del conocimiento y de investigación. Es decir, el sur global entendido desde la economía política del conocimiento y la tensión histórica entre su producción y su implementación en las sociedades (Mokyr, 2002).

En el primer segmento del conversatorio se hizo referencia a la experiencia personal de migrar hacia una región del sur de México para realizar investigación desde el programa IIxM. Un aspecto peculiar fue la mención de la adaptación al clima y a las condiciones socioculturales y geografías como uno de los principales desafíos. Se mencionó la importancia de “cohabitar” el sur para comprender sus problemáticas desde distintas disciplinas. Ejemplo de ello son los estudios relacionados a la migración que cruza la frontera sur de México en la documentación de los exilios latinoamericanos y la multidiversidad presente, pero también fenómenos de salud pública como el dengue con alta presencia en la región.

En contraste, hubo quien señaló que su investigación ha estado vinculada al sur. En este caso surgió el cuestionamiento y el reto de generar nuevas preguntas sobre procesos en territorios conocidos, ¿qué nuevas preguntas surgen y cómo podemos renovarlas en una realidad específica? Se mencionó a la región sureste como un territorio prolífico en el campo de los estudios de educación, tanto por la presencia de proyectos educativos alternativos como por las posibilidades que abre de hacer investigación-acción para articular investigaciones desde la defensa de los territorios, la educación y las juventudes. Un aspecto primordial que apareció en el debate es relación cercana y participativa que se construye con actores sociales de la región en cuestión.

Asimismo, hubo quien mencionó los retos de hacer investigación sobre estudios digitales en Oaxaca, un estado donde existe una alta brecha digital y los servicios públicos básicos como la electricidad o la conectividad a internet suelen ser un problema constante. Sin embargo, se han abierto líneas de investigación innovadoras sobre gobierno electrónico en sistemas normativos indígenas, así como el fortalecimiento de un posgrado en gobierno electrónico con reconocimiento del Conahcyt.

Finalmente se señalan algunos aspectos generales que a consideración del grupo suponen retos de la vida académica en estados del sur, particularmente en Oaxaca: 1) El contexto multiétnico que representa el sur del país, la dispersión poblacional, y el rezago educativo, son elementos frecuentes en el tratamiento de problemáticas sociales. 2) La consolidación de cuerpos académicos en donde preponderan climas de desconfianza o sobrepolitización. 3) La necesidad de pensar en la ciencia desde el sur más allá de lo geográfico, en donde se cuestionen las ontologías y los marcos epistemológicos hegemónicos de la academia aplicados a espacios atravesados por desigualdades sociales que profundizan la exclusión en la vida social y el acceso a recursos.

Una de las conclusiones de este segmento del conversatorio con respecto a nuestro quehacer de investigación es no repetir perspectivas teóricas y formas de hacer investigación que no necesariamente responden a los retos que presenta el sur. Hacer ciencia desde los sures globales implica la reconsideración de los conceptos que marcan distinciones entre las poblaciones humanas, como “migración”. Es decir, desarrollar un espíritu crítico desde la misma academia para evitar que conceptos eurocentrados continúen replicando relaciones sociales de desigualdad. Entonces pensar en el sur implica hablar desde la complejidad social y geográfica, pero también desde la creación y fortalecimiento de marcos de referencia situados.

Campos temáticos, redes y agendas de investigación de IIxM en el Sur de México

En este eje de discusión retomamos cuatro ideas generales: la primera se centra en la importancia de la generación de líneas innovadoras de investigación actualizadas. Tal es el caso de los estudios sobre inteligencia artificial, robótica y la preponderante interacción con chatbots, y gobierno abierto (transparencia y combate a la corrupción). En segundo lugar, se reflexionó sobre la relevancia que cobra la participación de los actores sociales regionales en los procesos de investigación. En tercer lugar, la interdisciplinariedad, como ejercicio de investigación continua para abordar problemas regionales, aun cuando significa un reto, es fundamental por la integración de diversas perspectivas para generar agendas de investigación de las distintas aristas de un solo fenómeno. Por último, se plantearon como un desafío las necesidades que se presentan en términos de investigación y de articulación con las regiones. En este sentido se cuestionó cómo hacemos o construimos conocimiento desde el sur y encontramos los canales para socializar los resultados a una sociedad más amplia que la académica. En este sentido los colegas de ECOSUR han generado herramientas artísticas, musicales, y audiovisuales, y crearon el Observatorio de Intervenciones Transfronterizas para difundir el proyecto en curso. En otras palabras, “hacer ciencia desde el sur implica integrarse a dinámicas de colaboración interdisciplinarias.”

Reflexiones finales

El programa de Cátedras CONACYT o IIxM abre un campo de discusión vasto acerca del futuro de la educación altamente calificada en México desde la perspectiva del sur global, en términos de cuáles están siendo las condiciones puestas para las y los investigadores jóvenes y su inserción en instituciones que otorguen las condiciones para ejercer una carrera académica que contemple las nuevas líneas de generación de conocimiento. En efecto, las estancias posdoctorales como alternativa de integración a la vida académica de los recién doctorados implican la posibilidad de continuar haciendo investigación, además de un espacio para fortalecer la carrera, pero no necesariamente resuelven el acceso a la vida laboral con estabilidad, que abone al desarrollo pleno de sus capacidades. Como ya se mencionó líneas arriba, surge el cuestionamiento acerca de las contradicciones que tiene para el gasto público la inversión en educación superior altamente calificada frente al bajo porcentaje de contratación de los investigadores jóvenes.

Si bien el programa de Cátedras surgió como una opción para dar empleo a las personas con estudios de doctorado, ciertamente las contrataciones han disminuido a lo largo del tiempo dejando de lado la promesa de integrar paulatinamente a las y los investigadores en las instituciones receptoras para asegurar la permanencia laboral. Ciertamente los últimos cambios en el Reglamento de los IIxM (2023) han dado la posibilidad de movilidad entre Instituciones Receptoras por parte de las y los investigadores, dando un alivio de contextos laborales muchas veces llenos de conflictos jerárquicos por la distinción en el tipo de contratación, entre otros aspectos que sin duda han sido positivos. No obstante, sigue habiendo un vacío en el reconocimiento pleno de nuestra labor investigativa y el derecho a acceder a una plaza de investigación permanente que destierre la sensación de incertidumbre laboral, aun cuando hemos demostrado nuestro compromiso tras años de evaluaciones, permanencia en el Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores, además de nuestras contribuciones en las instituciones receptoras y en el entorno social que rodea a nuestras investigaciones.

Finalmente, habría que señalar que en los estados del sur de México se observa un porcentaje menor en la distribución de las y los investigadores de Conahcyt. Este dato es significativo desde una perspectiva geopolítica de generación de conocimiento, dadas las condiciones de brecha social, económica y educativa, y se necesita un debate acerca de nuestras investigaciones situadas en el sur y la necesidad de construir marcos de referencia interdisciplinares y socialmente pertinentes, pero también de una mayor atención y posibilidad de creación de conocimiento científico, humanístico y tecnológico. Considero, que el encuentro realizado en junio del presente año abrió un espacio de diálogo interdisciplinar entre los IIxM que revela nuestras afinidades geográficas, pero también de identidad investigativa que nos congrega a realizar nuevas contribuciones desde las ciencias hechas desde el sur.

Referencias

Para citar un documento web como el de CONACYT, puedes seguir el formato de cita que mejor se adapte a tu estilo (APA, MLA, Chicago, etc.). Aquí tienes ejemplos en APA y MLA:

Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. (s.f.). “Conacyt avanza”. Recuperado el 16 de octubre de 2024, de https://conahcyt.mx/conacyt-avanza/

Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) (2018). Libro Blanco: Política Pública Cátedras CONACYT para Jóvenes Investigadores (2014-2018). https://Conahcyt.mx/wp-content/uploads/transparencia/planes_programas_informes/libros_blancos/Catedras.pdf

Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) (2015a). Cátedras Conacyt para Jóvenes Investigadores. Convocatoria para Instituciones 2015. https://conahcyt.mx/wp-content/uploads/convocatorias/convocatorias_catedras_conacyt_para_jovenes_investigadores/2015/convocatoria_para_instituciones_2015/CONVOCATORIA_INSTITUCIONES_2015.pdf

Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) (2015b). Sistema Cátedras Conacyt para Jóvenes Investigadores (SCJI). Manual de Usuario. https://conahcyt.mx/wp-content/uploads/convocatorias/convocatorias_catedras_conacyt_para_jovenes_investigadores/2015/convocatoria_para_instituciones_2015/GUIA_PARA_LA_SELECCION_DE_CANDIDATOS_A_OCUPAR_CATEDRAS.pdf

Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (2014a). Programa Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación 2014-2018. Conacyt, Gobierno de la República, México. https://conahcyt.mx/wp-content/uploads/transparencia/planes_programas_informes/programas/PECITI2014-2018.pdf

Cruz, A. (2024, 29 de abril). Sin certeza. Investigadores por México temen por el futuro de sus proyectos de trabajo. Crónica. https://www.cronica.com.mx/academia/investigadores-mexico-temen-futuro-proyectos-trabajo.html

Mokyr, J. (2002). The Gifts of Athena. Historical Origins of the Knowledge Economy. Princeton: Princeton University Press.

Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) (2013). La migración mundial en cifras. https://www.oecd.org/els/mig/SPANISH.pdf

Powell, K. (2015). The Future of the Postdoc. Nature, 520, 144-147. https://doi.org/10.1038/520144a

Ramírez García, R. (2016). Una política para la incorporación de jóvenes investigadores: el programa de “Cátedras Conacyt”. Universidades, (69), 35-48. https://www.redalyc.org/journal/373/37348528005/html/

Ramírez García, R. (2018). Dinámicas del doctorado y posdoctorado en el mercado global de la profesión científica: implicaciones para México. En R. G. Ramírez García y J. R. Rodríguez Jiménez (coords.), Internacionalización académica y científica: políticas, itinerarios, saberes e instrumentos (pp. 37-68). Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del I. P. N.


  1. Correo: susana.vargas.e@gmail.com
  2. El cambio de nombre del Conacyt a Conahcyt se realizó en 2023. Los documentos y programas citados llevan la nomenclatura de su momento.
  3. La convocatoria fue realizada por el Dr. Julio Ulises Morales López y la Dra. Susana Vargas Evaristo, ambos investigadores del Conahcyt con sede en el CIESAS Pacífico Sur.
  4. Convocatoria del programa Investigadoras e Investigadores por México.”Resultados de aspirantes” Conahcyt, Ciudad de México, 14 de junio de 2024 Documento disponible en: https://conahcyt.mx/wp-content/uploads/convocatorias/investigadores_por_Mexico/2024/Resultados_de_la_Convocatoria_2024.pdf
  5. Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Unidad Pacífico Sur)
  6. El Colegio de la Frontera Sur (Unidad Tapachula y Campeche)
  7. Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca
  8. Universidad de la Sierra Sur, Oaxaca