Investigaciones sobre megaproyectos

Margarita Pérez-Negrete[1]
CIESAS Ciudad de México

Fotografía de Margarita Pérez-Negrete.

Si bien el estudio de grandes obras de infraestructura, áreas comerciales, zonas residenciales, presas, minas, complejos industriales o centros turísticos tiene una larga historia en la antropología y las ciencias sociales, el prefijo “mega” nos lleva a hablar de dos aspectos fundamentales: la escala de intervención en el espacio y la participación de grandes dosis de capital financiero.

Al ser los megaproyectos procesos de intervención de gran escala ha sido imperante dirigir la mirada hacia el alcance de los impactos socio-ambientales, lo cual nos hace introducir una nueva discursividad que trasciende el enfoque predominante sobre la desigualdad y las clases sociales. La velocidad con la que ocurre la destrucción del paisaje original obliga a indagar sobre las consecuencias de las afectaciones sobre el territorio y las poblaciones, que desde luego ocurren en una intensidad proporcional a la velocidad de la transformación. Eso es precisamente lo que nos sugiere el prefijo “mega” que nos habla del alcance y de la escala en que se producen los impactos socio-ambientales.

Desde esta perspectiva, entendemos que un megaproyecto consiste en una obra que impacta profundamente el lugar donde se asienta, produciendo transformaciones de gran envergadura que limitan, o bien, imposibilitan, la capacidad de autoregulación y regeneración natural ecosistémica. Ocupan y alteran el territorio con implicaciones sociales y ambientales enormes. Son proyectos justificados por sus promotores por su supuesta utilidad pública o bien común, pero su ejecución expresa la dominación territorial de un poder hegemónico sobre el espacio. En este sentido, la territorialidad impuesta por el sistema financiero global demanda una inyección de capital, tecnología y un manejo discursivo. Estos elementos permiten aumentar la escala del megaproyecto. Las transformaciones territoriales en las últimas décadas implican, bajo esta fórmula neoliberal, la extracción intensiva de todo tipo de recursos (Pérez-Negrete, 2017a; Pérez-Negrete, Azuara, Makhlouf y Morales, en prensa).

“Los megaproyectos están generalmente localizados en áreas estratégicas, su funcionalidad se determina con base en el papel que juegan en el proceso de acumulación de capital. Por ello, para sus promoventes, las afectaciones que puedan provocar a sus habitantes o al ambiente deben asumirse como parte de las externalidades; es decir, como mecanismos ajenos al proceso o como parte de un mal necesario, inevitable, que, en aras del desarrollo y el progreso, debe sortearse” (Pérez-Negrete, 2017a: 10).

La profunda comprensión del alcance y consecuencias de estas afectaciones ha implicado un largo transitar a lo largo del tiempo que nos alerta sobre el gran camino que queda por recorrer. Tanto la velocidad de la destrucción, como la extracción masiva y acelerada de recursos naturales, han hecho patente la necesidad de una colaboración interdisciplinar, así como de la combinación de distintas técnicas metodológicas para el análisis de las afectaciones socio-ambientales que producen los megaproyectos. De forma que se han integrado grupos de trabajo interdisciplinario e interinstitucional en donde el CIESAS se ha mostrado como una institución activa en la producción de conocimiento de frontera y susceptible de abordar problemas que actualmente son materia de creciente preocupación e interés científico. Así, tanto la participación en estas actividades de estudiantes y egresados de nuestros programas académicos, los vínculos que hemos establecido con organizaciones sociales y la organización de seminarios, encuentros y coloquios, hablan de un importante trabajo colectivo de gran calidad y relevancia científica. La próxima publicación del libro “Megaproyectos e intervenciones urbanas en la ZMVM. Perspectivas y abordajes interdisciplinarios”, así como el Seminario Permanente Interinstitucional sobre Dinámicas Socio-Ambientales y Regulaciones Territoriales en las Metrópolis, que ahora está en curso, y el desarrollo de un proyecto interinstitucional de largo aliento, “La expansión en la ZMVM: instrumentos de regulación urbana y dinámicas socio-ecosistémicas”, reflejan este esfuerzo colectivo.

Los contextos que nos llevaron al estudio de los megaproyectos iniciaron con el estudio de la Ciudad de México como ciudad global, cuyos espacios idóneos para resolver algunos de los problemas de sobreacumulación de capital global prolongan y continúan una histórica desigualdad social (Pérez-Negrete, 2008). Posteriormente, el estudio de un enclave global dentro de esta gran ciudad, como Santa Fe, que constituyó la primera investigación alrededor de un megaproyecto en el sentido que hemos descrito líneas arriba, permitió que se profundizara en el análisis de los espacios de la apropiación y de la dominación, ambas fuerzas transformadoras implicadas en la producción social de la ciudad. En ese entonces, y a partir de una exploración de corte eminentemente etnográfico (Pérez-Negrete, 2010), demostramos cuáles eran aquellos factores distintivos de la Ciudad de México que reproducen la desigualdad social y cómo se revelan éstos dentro de un punto específico. El megaproyecto Santa Fe reflejaba la primacía de los espacios privados sobre lo público. Ello no sólo se traducía en la imagen simbólica que irradiaban los grandes diseños de la arquitectura global, sino también en el mundo social que paulatinamente se iba reproduciendo.

Al observar, en este recorrido, cómo es que la producción y reproducción del espacio material y urbano es casi incesante frente a la finitud de los bienes naturales con que éstos se construyen, hemos llegado a profundizar en el estudio de un fenómeno progresivo al cual hemos caracterizado bajo el término de “ensamble de megaproyectos” (Pérez-Negrete, 2017b), concepto que acuña la idea de cómo los posteriores megaproyectos que surgen a partir de un nodo original, en este caso Santa Fe, se unen y se acoplan a lo largo del tiempo y del espacio. Es decir, al seguir el desarrollo de lo que ocurría como consecuencia de la llegada de Santa Fe, nos alertaba sobre la súbita y continuada aparición de diversos procesos constructivos de gran escala que se articulan y enlazan a un megaproyecto anterior. Los Puentes de los Poetas y la Supervía Poniente en la Ciudad de México, ambas obras de infraestructura vial constituyen ahora partes de este ensamble.

La construcción de los Puentes de los Poetas significó la continuación de la destrucción de entornos naturales y formas de vida prevalecientes. Por ejemplo la Cañada de los Helechos, probablemente un vestigio del pleistoceno, con la máxima categoría de protección de suelo de conservación del Distrito Federal [ahora Ciudad de México] por los procesos evolutivos que ahí se manifiestan (Pérez-Negrete, 2017a: 182), fue ocupada para la construcción de diferentes desarrollos residenciales a un lado de la vialidad de los Poetas, contrastando con las tierras preexistentes a la llegada de los puentes: un panteón y la colonia del Cuervo, ésta última refugio de algunos de los pepenadores expulsados del megaproyecto.

El siguiente punto al que nos llevó el trayecto del ensamble fue la Supervía Poniente. El recorrido a lo largo de sus tramos ofrece un escenario conformado por zonas habitacionales de alto valor social, especialmente aquellas colonias populares densamente pobladas que fueron trastocadas por la construcción de esta obra y en donde en muchos casos los habitantes fueron desalojados con lujo de violencia; y por zonas de alto valor ecológico, cuya preservación es importante para la provisión de servicios ambientales a la ciudad.

El siguiente paso en nuestra trayectoria de investigación lo marcó el caso del proyecto aeroportuario en Texcoco y sus planes de construcción en una bio-región con las mayores transformaciones del paisaje ocurridas en el país. Esta exploración fue determinante para dimensionar la velocidad de la destrucción que un megaproyecto de infraestructura es capaz de producir a nivel sistémico. La extracción masiva de material pétreo para construir las pistas del aeropuerto, así como la imperiosa necesidad de transformar espacios naturales, es decir desecar los cuerpos de agua y acabar con la fauna, especialmente las aves, para que no colisionaran con los aviones, fueron las pruebas más palpables de la escala de afectaciones socio-ambientales. Las aportaciones que está investigación arrojaron nos permitieron dar cuenta del valor de la temática en un momento en el que vemos cómo grandes obras proliferan en una parte importante del territorio nacional. También nos permitió obtener resultados precisos y cuantificables provenientes de técnicas geomáticas que se complementaron con la investigación etnográfica en una especie de dialogo interdisciplinar. Este desarrollo metodológico ha sido una gran aportación para dimensionar la escala de las afectaciones, así como la profundidad de los datos testimoniales y experienciales que brindan los datos cualitativos. La cancelación del proyecto aeroportuario de Texcoco también nos deja ver la manera en que los espacios se recuperan cuando se pone un alto a estas fuerzas destructivas

La construcción del Tren Interurbano México-Toluca constituye otro paso más en este recorrido. Los datos que estamos recogiendo con una metodología similar a la que utilizamos con el proyecto aeroportuario en Texcoco están conduciendo a resultados muy robustos que dan cuenta de la magnitud y escala de las afectaciones. El hecho de que el trayecto del tren atraviese una multiplicidad de ecosistemas y comunidades urbanas y rurales arroja una lectura compleja de las afectaciones que próximamente estaremos documentando.

Para concluir este breve recuento, queda decir de manera reiterada que consideramos, a partir de los diferentes contextos en que hemos estudiado los megaproyectos en la ZMVM, que la aportación más relevante que podemos ofrecer tiene que ver con la escala de las afectaciones socio-ambientales. Por ello consideramos indispensable perseverar en el estudio de esta temática, ya que en la actualidad vemos cómo estas grandes obras proliferan a lo largo y ancho del territorio nacional. En la medida que la aparición y multiplicación de megaproyectos tiene una relación directa con las afectaciones socio-ambientales vale la pena reflexionar sobre hasta qué punto tolerará el sistema continuar sosteniéndose en un modelo altamente extractivista.

Bibliografía

Pérez-Negrete, Margarita
2008 La Ciudad de México en la red mundial. Articulación al sistema y procesos de diferenciación socioespacial, Ciudad de México, Universidad Iberoamericana.

Pérez-Negrete, Margarita
2010 Santa Fe: Ciudad, Espacio y Globalización, Ciudad de México y Puebla, Universidad Iberoamericana.

Pérez-Negrete, Margarita
2017a Megaproyectos, Capital y Resistencias, Ciudad de México, CIESAS.

Pérez-Negrete, Margarita
2017b “Los megaproyectos en la Ciudad de México: nuevas expresiones de la desigualdad”, en María Ana Portal (coord.) Ciudad Global, Procesos Locales: Megaproyectos, Transformaciones Socioespaciales y Conflictos Urbanos en la Ciudad de México, Ciudad de México, UAM-Iztapalapa / Juan Pablos Editor.

Pérez-Negrete, Margarita, Iván Azuara, Muna Makhlouf y Jesús Carlos Morales
(en prensa) “Megaproyectos e intervenciones urbanas: construyendo claves analíticas para su estudio a propósito de la ZMVM” en Margarita Pérez-Negrete, Jesús Carlos Morales Guzmán, Iván Azuara Monter y Muna Makhlour (coords.), Megaproyectos e Intervenciones Urbanas en la ZMVM. Perspectivas y Abordajes Interdisciplinarios, Ciudad de México, CIESAS / UAM / UACM.


  1. Correo: margapn@ciesas.edu.mx