Incremento de la violencia contra las mujeres en contexto de pandemia COVID-19: Elementos para su comprensión

Leticia Sánchez.

Doctorante en Antropología Social, CIESAS-CDMX


Introducción:

Este escrito tiene como propósito explorar la agudización de patrones socioculturales que han aumentado la violencia contra las mujeres durante la emergencia sanitaria del virus SARS-COV-2 (Covid-19). En otras palabras, las características de las medidas que se han tomado para enfrentar la pandemia, si bien han tenido efectividad para la contención de la enfermedad[1], están interrelacionadas con ciertas prácticas cotidianas que incrementan la violencia contra las mujeres como son: el confinamiento que en el caso de muchas mujeres[2] implica aumentar el tiempo de convivencia con sus agresores; y el aislamiento que es una característica de la violencia contra las mujeres, por ende la reducción o completo distanciamiento de las redes de apoyo (personales o institucionales).

Primero, en este escrito definiré la violencia contra las mujeres. Posteriormente, en el contexto de Covid-19 abordaré cómo ciertas medidas que se han tomado para su contención, se traducen en el incremento de violencias múltiples en el seno de los espacios donde conviven las mujeres con sus agresores. Después, ahondaré en la ausencia de protocolos para la atención de estas violencias en el contexto de emergencia sanitaria; su trasfondo es la continuidad de políticas públicas y programas que no han atendido de manera adecuada la problemática. Es decir, la poca o nula efectividad de acciones en materia de violencia contra las mujeres previas al contexto Covid-19 agudizan la violencia que viven las mujeres durante el periodo de contingencia sanitaria. Finalizaré con un apartado de reflexiones.

“La violencia contra muejeres no está en cuarentena”[3]

La violencia contra mujeres en México es un tópico que ha preocupado a la academia, sociedad civil organizada, organismos de derechos humanos, activismo y algunos sectores de la sociedad desde hace algunas décadas[4]. Ésta, es producto de un contexto social marcado por la dominación de género que tolera, permite e incluso alienta las desigualdades entre mujeres. Requiere un análisis estructural y multidimensional del fenómeno que se interrelaciona con la edad, la clase y la etnia, entre otras.

De acuerdo a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV) existen distintos tipos de violencia: física, sexual, psicológica, patrimonial, económica y cualquier otra que dañe la integridad y la vida de las mujeres. En este escrito interesa resaltar aquellos tipos de violencia que se reproducen en el entorno físico (el hogar) en relación con el contexto socio histórico –y político- concreto: la pandemia Covid:19:

«Este reconocimiento necesariamente implica la ubicación del problema en el contexto sociohistórico y político concreto en el que se produce ya que de su particular configuración dependerán las posibilidades reales de elaborar políticas multisectoriales, coordinadas y con la participación de los grupos afectados. Aún reconociendo el gran desafío que supone un cambio cultural de esta naturaleza y la imposibilidad de realizarlo desde un solo sector de la sociedad o del Estado, compartimos la idea de que este esfuerzo debe realizarse, debe de ser integral, y debe al mismo tiempo reconocer las diferencias entre los grupos de mujeres con distinta vulnerabilidad y entre las diferentes formas de violencia contra las mujeres» (Herrera, 2009:22).

Entre las medidas que se han adoptado tanto en México como en otros países para enfrentar la propagación del virus es la cuarentena que significa el confinamiento de la población en el espacio privado a excepción de algunas actividades esenciales[5]. Empero, esta medida para mitigar la expansión de Covid-19, previo a este contexto ha sido una práctica cotidiana en la vida de mujeres que viven violencia. Particularmente, para las niñas y mujeres el ámbito familiar o en relaciones de pareja el aislamiento social constituye un factor de riesgo especialmente porque, en su mayoría, se distancian de sus redes de apoyo. (Herrera y Agoff, 2015).[6]

Sumado a ello, existe una interrelación entre el aumento de tiempo que disponen los agresores en periodos de disminución de actividad laboral y el incremento de distintos tipos y modalidades de violencia: de acuerdo a datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, respecto a los delitos de violación y violencia familiar es entre el periodo de mayo a agosto donde ocurre mayor recurrencia de estos delitos: en violación, en julio de 2018 se registraron 407 casos y en mayo de 2019, 387; las llamadas de emergencia relativas a la violencia familiar, en julio de 2018 se registraron 59,943 y en junio de 2019, 68,665. Esto apunta a que mayormente en periodos de vacaciones escolares y laborales es cuando se registra la mayor cantidad de incidencias en delitos de violación y violencia familiar lo que puede deducirse, se encuentra relacionado con el incremento de tiempo en que las víctimas pasan con sus agresores.

En el contexto de COVID-19 las dinámicas de violencia contra las niñas y mujeres relacionadas con el confinamiento, se agudizan: en marzo de 2020 en delito de violación se registraron 395 casos (en el mismo mes, en 2019, 341), respecto a la violencia familiar se registraron 64,858 (marzo de 2019, 56,590). Además, la Red Nacional de Refugios señala que, referente a las llamadas de emergencia por violencia registradas a nivel nacional, en contraste con febrero de 2020, se registraron un total de 115, 614 llamadas, es decir incrementó en un 22.31%. Esto quiere decir que, en el periodo de confinamiento, particularmente en el mes de marzo, incrementaron los casos registrados en los delitos de violencia familiar y violación; además las cifras son semejantes a los meses de mayo-agosto correspondientes al año anterior donde no había pandemia, es decir donde se deduce las víctimas pasaban mayor tiempo con sus agresores.

En la vida cotidiana de las mujeres estas cifras se traducen en expresiones de estas violencias: en un grupo de whatsapp que integramos ciudadanas que trabajamos temas de feminicidio en CDMX, una compañera preguntó “¿Alguien me puede indicar alguna organización o lugar gratuito a donde canalizar a una señora con sus dos hijos que sufrieron abuso sexual de su papá? (jovencita de 16 años ahora, niño de 6 hoy)” (María, marzo de 2020). Por otro lado, en otro grupo de la misma red social integrado por docentes y estudiantes de doctorado, Beatriz (investigadora) que realiza su trabajo de campo en Baja California Sur , –ante mi preocupación del incremento de violaciones contra mujeres y niñas en periodo de confinamiento– señaló: “Y ¿cómo actuar? Uno aislado, todos aislados y, ¿a dónde levantar la denuncia? Estoy cercana a dos casos y en este momento no hay a quién acudir” (Beatriz, marzo de 2020).

Esta situación se agrava cuando son los mismos servicios médicos quienes no brindan atención a las mujeres:

«María decidió salirse de su casa con sus tres hijos, la acompañamos mediante GPS, nos dijo que en casa de su mamá estaba segura. Cuando llegó le preguntamos vía redes sociales (la forma en que las contactó) si estaba lesionada, dijo que sí. Le pedimos que fuera a un centro de salud. No la quisieron atender, le dijeron que su prioridad eran los casos por Covid-19. Entonces le sugerimos que fuera a una farmacia Simi». (Wendy Figueroa, Red Nacional de Refugios, citada por Juárez y Muedano, abril 2020).

Estos testimonios son reflejo del universo de mujeres que actualmente viven violencia. Por un lado, mediante una red social se busca apoyo consecuencia de una violación dirigida a un niño y una adolescente, mientras que el segundo caso evidencia la falta de redes personales e institucionales a las cuales acudir producto de la violencia en el hogar. El tercer caso da cuenta de la violencia institucional que las mujeres están viviendo en este periodo.

Finalmente, interesa resaltar que la violencia contra las mujeres en todas sus modalidades y tipos no ha sido adecuadamente atendida por las instituciones en el país, previo y durante el periodo de confinamiento. Muestra de ello son las cifras señaladas, así como las declaraciones del ejecutivo que en constantes ocasiones ha demeritado la existencia de la problemática: después de la marcha del 8 de marzo de 2020 donde miles de mujeres de todas las edades asistieron, calificó esta movilización colectiva como un atentado a su administración. Además, en periodo de Covid-19 dijo: “No ha aumentado la violencia contra las mujeres en cuarentena, hay mucha fraternidad familiar”[7]. Como respuesta, en twitter mediante el hashtag #PeligroEnCasa miles de usuarias de la red social se manifestaron para pedir acciones, se visibilice y se clarifiquen los casos de violencia que principalmente se generan en periodo de pandemia. Por lo tanto, es necesario se reconozca la dimensión de la problemática por los tomadores de decisiones, conocer sus características, así como idear acciones para su atención efectiva.

Reflexiones Finales

En este documento exploré algunos aspectos socioculturales relacionados con la violencia contra las mujeres que se agudizaron en periodo de confinamiento derivado de la pandemia del virus SARS-COV-2 (Covid-19). Si bien, las medidas tomadas para la prevención, atención, sanción y erradicación de la violencia contra las mujeres previas a la pandemia no habían logrado incidir en la problemática, resulta preocupante la falta de compromiso político de los tomadores de decisiones en la materia. Asimismo, surgen otras problemáticas consecuencia directa de los efectos de la pandemia que continuarán agudizando la violencia contra las mujeres como son: el desempleo de varones que genera estrés y tensión producto de la incertidumbre en seguridad, salud y dinero (Mohan, 2020); el aumento de dobles jornadas laborales para las mujeres así como aquella que recaerá en sectores con mayor vulnerabilidad donde se intersecta el género con la edad, la clase y la etnia, por mencionar algunas.

Bibliografía citada:

Herrera, Cristina (2009). Invisible al ojo clínico. Violencia de pareja y políticas de salud en México. México, El Colegio de México.

Herrera, Cristina y Agoff, Carolina (2015), Amargos desengaños. Seis lecturas sobre violencia de pareja en México, México, El Colegio de México.

Juárez, Diana y Muedano, Marcos (2020), “Cuarentena y violencia de género: la doble pandemia”, La silla rota, 12 de abril.

Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (2007).

Mohan, Megna (2020), “Coronavirus: I’m in Lockdown with my Abuser”. BBC News, [En línea] Dirección URL:  https://www.bbc.com/news/world-52063755, 3 de abril [Fecha de consulta, 10 de mayo de 2020].

Parr, Jamie (2020), COVID-19 Data Analysis, part5: Different Models of Infection Rates in Mexico and what they Tell Us, [En línea] Dirección URL: https://dai-global-digital.com/covid-19-part-5-different-methods-to-model-infection-rates-in-mexico-and-what-they-tell-us.html, 05 de mayo [fecha de consulta, 12 de mayo].

Redacción Animal Político (2020), “No ha aumentado la violencia contra mujeres en cuarentena, hay mucha fraternidad familiar: AMLO”, Animal Político, 6 de mayo.

Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (2020), Incidencia delictiva y llamadas de emergencia 9-1-1. México, Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, SEGOB.

1. En México, los resultados de las medidas tomadas para mitigar el incremento de casos infectados y decesos, en contraste con países como Estados Unidos, Italia o España fue menor pese a la densidad poblacional que lo compone. Véase: Jeime Pearr, “COVID-19 Data Analysis, part5: Different Models of Infection Rates un Mexico and what they Tell Us”, 05 de mayo.

2. Principalmente para aquellas que viven violencia de pareja y violencia familiar.

3. En las redes sociales Facebook y Twitter así como titulares de notas periodísticas usaron esta frase para visibilizar la violencia contra mujeres en periodo de pandemia.

4. Desde la década de los setenta comenzaron a visibilizarse los estudios de violencia contra las mujeres en el ámbito doméstico, desde entonces hasta la actualidad se continua trabajando esta problemática.

5. Entre las actividades esenciales se encuentran servicios médicos y paramédicos, seguridad pública y protección ciudadana, supermercados, bancos, gasolineras y recolección de basura, por mencionar algunos.

6. Las redes sociales tienen efecto en apoyos directos para mitigar o incluso salir de la situación de violencia de mujeres que la viven. También contribuyen al desarrollo de sentimientos y actitudes positivas (Herrera, Agoff, 205).

7. Redacción Animal Político (2020), “No ha aumentado la violencia contra mujeres en cuarentena, hay mucha fraternidad familiar: AMLO”, Animal Político, 6 de mayo.