Humor y política en las elecciones mexicanas de 2021

Emanuel Rodríguez Domínguez[1]
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales – UNAM
manu.rodriguez@politicas.unam.mx
@lManuRodriguez


Fuente: «IMG_5089» by Realidad Expuesta is licensed under CC BY-NC-SA 2.0


No es arriesgado afirmar que el humor político siempre ha estado presente en el marco de las disputas por el acceso a las estructuras de poder en México. Pero hoy día su presencia en el debate público se ha ampliado gracias a la emergencia de medios sociodigitales, como Facebook, Twitter e Instagram, en donde circulan una gran cantidad de mensajes que echan mano del humor para transmitir valoraciones positivas o negativas sobre las personas que buscan un cargo de elección popular. Paradójicamente, el estudio del humor político ha sido menospreciado en el ámbito académico y son escasos los análisis que explican el papel que juegan los chistes, las mofas, las burlas, las parodias, entre otros elementos de sátira, en las prácticas e imaginarios de la sociedad mexicana.

Entre los análisis sociales mejor logrados sobre el papel del humor en la dinámica electoral mexicana figuran los trabajos de Samuel Schmidt (1992, 1996), quien posiciona a los chistes y burlas de contenido político como un tema antropológico al asumirlos como un indicador del comportamiento informal y la participación contenciosa de la ciudadanía en sociedades autoritarias. Para este autor, el humor en el marco de las contiendas electorales permite explicar los posicionamientos ciudadanos sobre el sistema político y el grado de desarrollo democrático que tiene una sociedad. Vale decir que las interpretaciones de Schmidt se realizaron durante el auge y declive del régimen priista, es decir, en un contexto donde la política autoritaria de nuestro país tenía un fuerte contenido moral que buscaba obstaculizar la risa como estrategia de resistencia.

Considerando los cambios generados por el andamiaje democrático actual y sus respectivas reconfiguraciones en los pesos y contrapesos al poder, es menester preguntarnos cuál es el papel del humor político en los procesos electorales contemporáneos, qué nos dice con respecto al estatus de la democracia mexicana y en qué medida puede ser un indicador de la desafección que tiene la ciudadanía hacia los partidos. Sin hacer un análisis semiótico a profundidad, una mirada rápida a dos cuentas de redes sociales que hicieron un seguimiento puntual a expresiones emblemáticas de humor y sátira política relacionados con múltiples candidatos y candidatas a un puesto de elección popular durante los comicios del 2021,[2] permiten inferir que los chistes, mofas, burlas y parodias relacionadas con el ámbito electoral se han modificado. Al grado que son contadas las expresiones que fungen como mecanismos de resistencia o válvulas de escape para que la sociedad se manifieste ante los abusos de poder y desenmascare a los políticos, socavando su imagen y minando con ello los consensos fundamentales para legitimar a los representantes populares que detentan o buscar acceder a un cargo legislativo o gubernamental, como lo postularon los trabajos pioneros de Schmidt.

Las nuevas formas de sátira política que inundan las redes sociodigitales, en términos generales, permiten establecer que hoy día el humor político ya no sólo es informal y contestatario, sino que también se ha institucionalizado mediante memes, pequeños videos y otras expresiones audiovisuales de las que echa mano cualquier candidata o candidato para ganar seguidores en Facebook, Twitter e Instagram y con ello tener una mayor presencia pública, aunque esto implique hacer escarnios o burlas de sí misma/o. Muestra de ello es la amplia difusión que tuvieron algunos videos en donde un actor de televisión, que fungía como candidato, repartía “mentadas de madre” a manera de parodia del desplante ofensivo que días antes tuvo ante un ciudadano que lo interpeló en la vía pública. Valdría la pena detallar más de estas acciones que banalizan el humor y la sátira en el marco de las campañas electorales mediante una serie de acciones que tachan en lo ridículo, pero dejo al público lector las innumerables viñetas documentadas por las cuentas de redes sociales arriba citadas.

Si bien la eficacia electoral de las estrategias de campaña que promocionan mediante chistes burdos, parodias grotescas y actos burlescos a candidatas y candidatos está en duda, queda pendiente un análisis a profundidad para ver en qué casos este tipo de acciones tuvieron los resultados deseados por quienes las implementan. No obstante, en las siguientes líneas esbozaré algunas ideas generales que me surgen al evaluar el uso banal del humor político en las campañas de algunos candidatos/as durante el proceso electoral 2021. Si en su momento los chistes fueron una respuesta airada a los abusos de poder, cómo pensarlos ahora que son una estrategia de quienes quieren servirse del poder.

Una primera línea de reflexión es que las acciones de campaña basadas en un humor político ramplón son empleadas por quienes tienen poca posibilidad de triunfo en los comicios. Por ello, en gran medida sus estrategias proselitistas no se apegan a las construcciones míticas de buena imagen y anhelo de transcendencia, que tradicionalmente se asoció a las figuras políticas con el objetivo de reforzar la legitimidad y el sentido solemne de la democracia electoral. En consecuencia, la debacle de la construcción mítica del representante popular es un elemento más ‒junto con la persistencia de malas prácticas electorales y los tufos autoritarios en las formas de gobierno‒ que suma a la decadencia de los cuadros políticos y la desafección ciudadana en torno de las opciones partidarias que buscan acceder a las estructuras de poder.

La segunda línea de reflexión que valdría la pena profundizar radica en evaluar críticamente el costo de reírnos y burlarnos por las “ocurrencias” de las y los candidatos durante sus campañas. Una gran cantidad de quienes figuran en memes y videos en donde se usa como estrategia la banalización política pertenecen a partidos políticos de reciente creación, entre los que se ubican Redes Sociales Progresistas, Fuerza por México y Encuentro Solidario, los cuales en las pasadas elecciones no obtuvieron la votación necesaria para mantener su registro. En realidad, nos cuesta muy caro este tipo de humor político pues estas tres organizaciones partidarias percibieron un total de $541.9 millones de pesos en prerrogativas para realizar sus actividades, entre ellas sus estrategias proselitistas. Así, la carencia de propuestas programáticas serias emanadas desde los partidos que atiendan las agendas y necesidades de la ciudadanía, sumado al alto costo de su funcionamiento bajo el argumento de garantizar la pluralidad y competencia política, son elementos que merman una democracia de por si cuestionada y potencian el desencanto ciudadano en ella.

Las breves reflexiones aquí expuestas en el fondo pretenden recuperar el sentido contestatario y crítico del humor político. Sin negar que, actualmente, en el marco de las campañas electorales predomina su uso banal por parte de quienes aspiran a llegar al poder, lo cual de alguna manera neutraliza su papel disruptivo. En consecuencia, a las interrogantes abiertas párrafos arriba habría que sumar otras más que permitan reivindicar el análisis del humor y sus efectos en las disputas de poder, pues este elemento dice mucho de las prácticas y los imaginarios políticos de la sociedad. A manera de cierre y apelando al sarcasmo político, en la siguiente imagen presento una de las mejores propuestas de campaña que circularon durante los comicios de 2021, desafortunada o afortunadamente esta iniciativa para fomentar la adopción de “lomitos”[3] de compañía no provenía de ningún partido político registrado oficialmente.

Imagen 1. Carteles promocionales del Partido Adopción Mexicana (PAM) Foto del autor


Bibliografía

Schmidt, S. (1992), “Humor y política en México”, en Revista Mexicana de Sociología, vol. 54, núm. 1, pp. 225-250. En: https://about.jstor.org/terms

—————- (1996), “Política y humor: chistes sobre el presidente mexicano. o Carlos Salinas de Gortari”, en Nueva Antropología, vol. XV, núm. 50, pp. 49-70.

  1. Centro de Estudios Antropológicos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales – UNAM
  2. Out Of Context Candidatos (@CandidatosOut), y Momentos Sublimes de la Política Mexicana (https://www.facebook.com/MSDLPM/).
  3. Esta palabra ha tomado relevancia en redes sociales y es utilizada para hacer referencia a los perros que son adoptados como un integrante más en una unidad domestica.