Homenaje y despedida a Jesús Ruvalcaba Mercado, 1950–2023

Alan y Pamela Sandstrom[1]
Purdue University Fort Wayne, Indiana, EE.UU.

La devastadora noticia sobre el fallecimiento de Jesús Ruvalcaba nos ha dejado aturdidos y en estado de shock e incredulidad. Somos etnógrafos que hemos trabajado durante muchos años en la Huasteca y durante ese tiempo Jesús ha sido una parte importante de nuestra vida profesional y personal. Estábamos en comunicación frecuente con él y anhelábamos nuestras visitas cuando viajábamos a México. Cuando comenzamos a realizar investigaciones antropológicas en la Huasteca en 1970, la región había sido descuidada por los estudiosos y era una de las zonas menos conocidas del país. Esta era la situación antes de que Jesús se pusiera a trabajar para rescatar a la Huasteca de una oscuridad inmerecida. En una serie de publicaciones que incluyeron libros, volúmenes editados, capítulos de libros y artículos de revistas, así como a través de innumerables simposios y reuniones académicas que patrocinó u organizó (un nivel de productividad inigualable para casi cualquier académico que trabaje hoy en día), Jesús comenzó la obra de poner a la Huasteca en el mapa antropológico. Ahora podemos concluir que ha triunfado más allá de todas las expectativas.

Jesús fue maestro, mentor, guía, asesor y modelo a seguir para innumerables colegas y estudiantes, muchos de los cuales se convirtieron en huastecólogos reconocidos por derecho propio. Pero pensamos que Jesús, sobre todo, fue político. No sabemos si tenía afiliaciones políticas formales, pero según nuestra experiencia se dedicó a dar voz a las personas desposeídas y marginadas en los niveles más bajos de la jerarquía social. Los pueblos indígenas de México, ciertamente, fueron su enfoque particular y su principal preocupación. Los nahuas, otomíes, teenek, tepehuas y totonacas de la Huasteca existían en una especie de realidad colonial donde los ganaderos y líderes políticos mestizos locales dominaban a la gente de las pequeñas comunidades aisladas de la región. Jesús trabajó incansablemente para darles voz a estas personas, defendiendo reformas que les permitieran tomar sus propias decisiones y romper el control de una estructura de clases que por siglos confinó a los descendientes de los primeros ciudadanos de México a los rangos políticos más bajos de la sociedad.

En nuestra experiencia, Jesús sacó lo mejor de los estudiantes y compañeros. En un movimiento típico, con sus estudiantes en mente, se acercó a nosotros e hizo que Corn is Our Blood (University of Oklahoma Press, 1991) —nuestra etnografía de una comunidad nahua huasteca—fuera traducida y publicada en una edición en español: El maíz es nuestra sangre (CIESAS, 2010). Queremos reconocer especialmente la importante ayuda que Jesús brindó en la publicación de nuestro reciente libro, Pilgrimage to Broken Mountain: Nahua Sacred Journeys in Mexico’s Huasteca Veracruzana (University Press of Colorado, 2022). Jesús dedicó mucho tiempo a una lectura exhaustiva y una crítica reflexiva de un primer borrador de nuestro estudio sobre la peregrinación religiosa. Ofreció muchas sugerencias invaluables (y algunas correcciones importantes) basadas en su amplio conocimiento de la región de la Huasteca y su familiaridad con la amplitud y calidad del trabajo realizado por los etnógrafos mexicanos.

Nuestro amigo Jesús Ruvalcaba Mercado era reflexivo, generoso con su tiempo y energía, muy productivo y un erudito y profesor modelo. Era una persona de gran carácter que utilizó sus considerables habilidades para hacer del mundo un lugar mejor y más justo. El hecho de que Jesús también fuera un líder carismático y hábil que trabajó desinteresadamente por los demás significa que todos los que fueron tocados por su ejemplo lo extrañarán muchísimo.


  1. Profesor Emérito de Antropología y Bibliotecóloga Emérita

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