Hildeberto Martínez

América Molina del Villar
CIESAS Ciudad de México

Hildeberto en CIESAS Peninsular
Fotografía de Teresa Rojas Rabiela. Archivo TRR. (2006)


En 1990 ingresé al área B del CIESAS DF, antes denominada “área de Relaciones étnicas y sociales”. Fue entonces cuando conocí al maestro Hildeberto Martínez. Fui alumna del también desaparecido y entrañable profesor Juan Manuel Pérez Zevallos, quien en sus clases de etnohistoria en la Escuela Nacional de Antropología e Historia nos había dejado como lectura el magnífico libro de Hildeberto Martínez, Tepeaca en el siglo XVI. Tenencia de la tierra y organización de un señorío, editado por el CIESAS en 1984. Mi primera impresión de su obra fue su acucioso trabajo de archivo en el ramo de Tierras del Archivo General de la Nación y en el Archivo de Notarías del estado de Puebla, entre otros repositorios documentales que escudriñó con gran erudición, sobre las características de la tenencia de la tierra de los señoríos indígenas en el periodo inmediatamente posterior a la conquista. Recién ingresada al CIESAS, nos impartió una cátedra sobre la organización y territorialidad del altépetl. En un pizarrón esquematizó, como si fuera una célula de un microorganismo, la relación entre las cabeceras y los pueblos sujetos. En dicho esquema habló de la diferencia entre la territorialidad indígena y la española. Recuerdo el intercambio de ideas e interpretaciones sobre la organización de los señoríos indígenas con compañeros del Área B y con los maestros Luis Reyes y Juan Manuel Pérez Zevallos.

En las discusiones colectivas en el área, Hildeberto Martínez fue un crítico y generoso lector de nuestros trabajos. Nunca olvidaré sus atinados comentarios sobre la confrontación y crítica de las fuentes históricas. La contribución del maestro a la etnohistoria es inmensa. Como los grandes historiadores de época, sus publicaciones estaban respaldadas por años y años de investigación histórica, algo inusual en esta era de productividad masiva con cuestionable calidad exigida por el Sistema Nacional de Investigadores y los programas de estímulos.

Quedan en mi memoria las palabras de elogio de mi profesor Bernardo García Martínez (QPD) a la obra de Hildeberto Martínez, expresadas en una conferencia dictada a los estudiantes del Posgrado en Historia del CIESAS Peninsular. Por su parte, nuestros estudiantes tuvieron la fortuna de que les impartiera una cátedra de paleografía e historia colonial.

Del querido colega y maestro Hilde, como le decíamos de cariño, recuerdo su trato fino, educado y sonriente. Otra gran pérdida para el CIESAS. Nos queda leerlo y mantener vivo su legado y ejemplo.