Shinji Hirai
CIESAS Noreste
Ver las series de animé y películas japonesas de fantasmas, jugar con las consolas de videojuego de Nintendo o Sony, tener coches de marcas japonesas, comer sushi y sopa instantánea, ir al consultorio de algún odontólogo o médico de apellido japonés, implementar 5S’s en el lugar de trabajo… Hoy en día en México los símbolos de Japón y los elementos de su cultura abundan en la vida cotidiana de la población mexicana. Sin embargo, toparse con un antropólogo japonés durante la formación académica, no es algo cotidiano; tampoco es algo que suceda con frecuencia conocer a las y los estudiantes a quienes les interesa investigar el tema de Japón y japoneses desde la antropología. Tampoco es común encontrar a una colega de la misma nacionalidad que comparte el interés en el mismo fenómeno sociocultural y trabaja en la misma institución académica.
Para este número de Ichan convoqué a mis exalumnos y mi colega del CIESAS, a quienes pude conocer a través de este tipo de encuentro, por suerte o por coincidencia, para ofrecer al lector una serie de ensayos que sirvan para visibilizar la presencia de Japón y japoneses en algunas dimensiones de la vida cotidiana de las mexicanas y los mexicanos, en algunas regiones del país y compartir nuestras experiencias a la par de explorar la posibilidad de hacer etnografías sobre Japón y japoneses en México.
Ángel Raymundo Morales Mata, egresado de la maestría en Antropología Social del CIESAS Sureste/Noreste, presenta uno de los hallazgos de su investigación etnográfica sobre las historias de vida de los aficionados de la subcultura japonesa de ánime, manga y videojuego. En el “paisaje mediático” (Appadurai, 2001) que se compone de los contenidos audiovisuales provenientes de Japón, los aficionados no son consumidores que simplemente reciben los flujos culturales globales de manera pasiva, sino que se inspiran de sus series favoritas, se identifican con los personajes y narran sus historias de vida, estableciendo vínculo entre los sucesos importantes de su vida y los contenidos audiovisuales de la subcultura japonesa que habían visto.
El Bajío es una región que ha tenido el mayor crecimiento tanto del número de empresas japonesas como de población japonesa en México en los últimos 8 años, debido a la llegada de tres empresas japonesas armadoras de auto y de empresas fabricantes de autopartes. Según el censo que realizó el consulado de Japón en México en octubre de 2020, Guanajuato es el estado que ocupa el segundo lugar en cuanto al número de japoneses en México, teniendo 2,460 japoneses; pero ocupa el primer lugar en el ranking de número de empresas japonesas, teniendo 290 empresas (Consulado de Japón en México, 2021). En esta región que ha vivido una gran transformación con la llegada de japoneses y sus empresas, María del Jazmín Hernández López, egresada de la maestría en Antropología Social del CIESAS Sureste e Hiroko Asakura, profesora-investigadora del CIESAS Ciudad de México, hicieron trabajo de campo para conocer los perfiles y las experiencias de las y los migrantes provenientes de Japón. Por un lado, la investigación etnográfica de Hernández López sobre los expatriados japoneses implicó un enorme esfuerzo metodológico debido a la barrera lingüística y su condición de ser mujer. Sin embargo, a través del uso de una aplicación de traducción en su celular y las entrevistas con los japoneses que hablaban inglés o español, logró conocer la angustia y el enojo que experimentaban por no poder comprender a los mexicanos en sus lugares de trabajo.
Por otro lado, Asakura se enfocó en las mujeres japonesas que vinieron a México, acompañando a sus esposos que trabajan como expatriados en las empresas que fueron creadas en el Bajío con las inversiones japonesas. Además de la perspectiva de género que maneja la autora, su condición de ser japonesa y el uso del idioma japonés le permitieron a ella asomarse a la vida cotidiana de las mujeres migrantes altamente invisibilizadas y revelar las dificultades y obstáculos que viven para adaptarse al nuevo ambiente.
Los cuatro ensayos que siguen abordan el tema de una migración japonesa que antecede a la migración corporativa japonesa que comenzó a partir de la década de 1950. En 1897 llegó al Soconusco, Chiapas, un grupo de 34 japoneses y se conformó la primera comunidad japonesa en México. Ulises Alberto Rincón Zárate, egresado de la maestría en Antropología Social del CIESAS Sureste/Noreste, quien había hecho trabajo de campo en la comunidad de descendientes de japoneses en Tapachula para su tesis de maestría (Rincón Zarate, 2019), presenta el caso de nikkei dekasegi y el complejo proceso de transformación identitaria que han vivido los descendientes al emigrar a Japón para trabajar, ser tratados como extranjeros en el país en el cual buscaban un espacio de pertenencia y luego retornar a Chiapas.
La categoría nikkei surge de nikkei-jin, término en japonés que se creó en la década de 1950 para referirse a aquellos migrantes japoneses que residen de manera permanente en el extranjero y a sus descendientes. En la década de 1990, desde que se volvió masivo el fenómeno del retorno de la segunda y la tercera generación de migrantes japoneses, se ha usado el término nikkei dekasegi para referirse a aquellos descendientes que emigran a Japón para trabajar (Ishida, 2013). Asimismo, el término nikkei y nikkeijin , se utiliza en México tanto por parte de los japoneses como por parte de los mexicanos con ascendencia japonesa para referirse principalmente a los descendientes.
Dahil M. Melgar Tísoc, egresada de la maestría en Antropología Social del CIESAS Ciudad de México, presenta el caso de los nikkei peruanos en Japón y su reflexión sobre la mirada analítica que se forjó durante sus estudios de posgrado en el CIESAS para abordar el tema de la población de origen asiática en México y América Latina. En su proyecto de investigación de licenciatura sobre los nikkei y los migrantes japoneses en la Ciudad de México, me tocó colaborar con ella, no sólo como asesor de la tesis, sino como informante de la comunidad japonesa. En su proyecto de maestría realizó el trabajo de campo tanto en Japón como en Perú, siguiendo las experiencias de los nikkei dekasegi peruanos. En el ensayo presentado en este número de Ichan, Melgar Tísoc hace un análisis sobre el impacto de la reforma migratoria de 1990 en la construcción de las fronteras de la etnicidad en el interior de la comunidad nipo-peruanos en Japón.
Los últimos dos ensayos presentados en esta sección de “Puntos de encuentro”, se basan en los proyectos de investigación colaborativa que se han realizado en el noreste de México. En 2015 inicié un proyecto comunitario en el cual participan de manera activa los nikkei mexicanos en las actividades de investigación, conservación y transmisión de las memorias de la inmigración japonesa en la región. En mi ensayo presento el rol que he desempeñado como capacitador de los nikkei, como coordinador del proyecto y relato el desarrollo del proyecto y su impacto en las comunidades nikkei en México.
Cuauhtli Mora Hernández, autor del último ensayo, fue mi alumno en el Subprograma de Becas para Tesis Externas del CIESAS y, actualmente está terminando su tesis de maestría en el CIESAS Sureste/Noreste. Es descendiente, quinta generación, de un migrante okinawense que llegó a la región carbonífera de Coahuila en 1904. En su ensayo explica el papel que jugó la educación en la integración de los descendientes a la sociedad mexicana después de la Segunda Guerra Mundial y la creencia y prácticas religiosas de los nikkei que radican en el área metropolitana de Monterrey. Asimismo, relata la transformación subjetiva y el crecimiento personal que vivió a través de la búsqueda de sus raíces y que ha realizado de manera paralela a sus dos proyectos de investigación etnográfica sobre su propia comunidad diaspórica.
Estos siete ensayos describen los perfiles diversos de los grupos sociales, que están vinculados con Japón de distintas formas, y transmiten las experiencias del trabajo de campo de las autoras y los autores, quienes nos conocimos en el CIESAS y coincidimos en explorar etnográficamente temas poco ortodoxos para la antropología mexicana. Sin embargo, al reunir estas investigaciones antropológicas sobre los casos “atípicos” en México, identifico entre estos trabajos algunas conexiones que nos permiten situarlos en dos líneas de investigación: 1) Los trabajos sobre los nikkei y; 2) Sobre las y los migrantes provenientes de Japón en el Bajío.
Estas investigaciones etnográficas presentan a las comunidades de una minoría étnica que se ha conformado en México a raíz de diferentes oleadas de la migración japonesa que tuvo su origen a finales del siglo XIX y continúa hasta la fecha. Se pueden situar estas investigaciones en una línea de investigación denominada “Minorías étnicas no indígenas en México”, que Ángel Palerm propuso en la segunda mitad de la década de 1970 del siglo XX, cuando era director del CISINAH, en la actualidad CIESAS. Palerm buscaba que los estudios antropológicos en México pudieran incursionar en campos nuevos, alternos al indigenismo, con investigaciones de otras minorías étnicas que se formaron en el país como producto de diversas migraciones. En el marco de este proyecto colectivo de investigación sobre las minorías étnicas no indígenas, se exploraron en particular cinco grupos de inmigrantes: españoles, judíos, libaneses, afromestizos y chinos (García, Acosta, 2000: 228; García Acosta, 2020: 163). Varios ensayos presentados en este número de Ichan retoman de alguna manera esta línea de investigación que había propuesto Palerm hace casi medio siglo, a partir del enfoque en la población de origen japonés en México.
Asimismo, los trabajos presentados se pueden situar en los estudios antropológicos sobre vínculos entre lo local y lo global (Kearney, 2008). Para describir etnográficamente las conexiones transnacionales entre Japón y México o América Latina, las autoras y los autores de varios ensayos utilizaron el “método etnográfico multisituado” (Marcus, 2001), siguiendo a los nikkei dekasegi peruano entre Japón y Perú, siguiendo las historias de vida de los pioneros migrantes japoneses entre el noreste de México y Japón o siguiendo a los aficionados de la subcultura japonesa tanto en los espacios físicos como en los espacios virtuales. Hacer observación participante con la población de origen japonés o hacer trabajo de campo en Japón o en las zonas de “japoneses” en el Bajío y en Chiapas o en los ciberespacios de ánime y videojuegos japoneses representó una serie de retos metodológicos importantes, sobre todo, para mis alumnas y exalumnos, ya que tuvieron que enfrentarse con las barreras lingüísticas y las fronteras culturales; debían ser flexibles, creativos, reflexivos y pacientes para poder “estar ahí”, donde la realidad social de diferentes regiones de México ha venido cambiando a partir de las conexiones con Japón. Sin embargo, las dificultades presentadas durante el trabajo de campo les sirvieron como oportunidades para el crecimiento académico y personal, a mis exalumnas y exalumnos del CIESAS, así como para producir las etnografías sobre los vínculos entre México y mi país natal.
Bibliografía
Appadurai, Arjun (2001), La modernidad desbordada. Dimensiones culturales de la globalización, Buenos Aires, Ediciones Trilce y Fondo de Cultura Económica de Argentina.
Consulado de Japón en México (2021), Número de japoneses y el número de empresas en México por estado en 2020. (Este documento se solicita directamente en el Consulado).
García Acosta, Virginia (2000), “De los Altos de Jalisco al estudio de los desastres”, en Virginia García Acosta (coord.), La diversidad intelectual. Ángel Palerm, in memoriasm. México; CIESAS, pp.223-238.
García Acosta, Virginia (2020), “Ángel Palerm: fundador de instituciones de formación e investigación en México”, en Carmen Bueno Castellanos y Osmany Suárez Rivero (coords.), Ángel Palerm. Un siglo después, México, UAM/UIA/CIESAS/COLMICH pp. 153-178.
Ishida, Chie (2013), “El concepto Nikkeijin: Otra historia, otra mirada desde Japón” de Chie Ishida, presentada en la Convención Panamericana Nikkei en Buenos Aires, Argentina el 13 de septiembre de 2013. https://www.youtube.com/watch?v=nx2V6Z0BNKk
Kearney, Michael (2008), “Lo local y lo global: La antropología de la globalización y el transnacionalismo”, en Daniel Hiernaux y Margarita Zárate Vidal (eds.), Espacios y transnacionalismo, México, UAM-I/Casa Juan Pablos, pp. 51-88.
Marcus, George E. (2002), “Etnografía en/del sistema mundo. El surgimiento de la etnografía multilocal”, en Alteridades, vol. 11, núm. 22, julio-diciembre, pp. 111-127.
Rincón Zarate, Ulises Alberto, (2019), El posicionamiento socio-espacial de los descendientes de inmigrantes chinos y japoneses en Tapachula, Chiapas, Tesis de maestría, San Cristóbal de las Casas, CIESAS.