Mariano Báez Landa
Taller Miradas Antropológicas
CIESAS-Golfo
Resumen
Este trabajo busca construir una propuesta metodológica y práctica desde la etnografía audiovisual, para producir materiales que pongan en práctica los principios de foto-voz y video participativo desde los propios actores sociales y comunitarios en un proceso de revitalización étnica y cultural.
Palabras clave: etnografía, narrativas audiovisuales, comunicación intercultural.
La antropología tiene en la etnografía su principal instrumento para el estudio de las culturas. La práctica etnográfica trabajó originalmente con imágenes producidas por los sentidos del investigador. Rápidamente nuestra disciplina incorporó tecnologías audiovisuales para escalar su capacidad de registro etnográfico como una verdadera extensión y expansión de sus sentidos. Así, antropólogos, etnógrafos, viajeros, documentalistas comenzamos a utilizar el grabador de sonidos junto con las primeras cámaras de cine y fotografía ya desde finales del siglo XIX (Haddon, 1898), Expedición Estrecho de Torres; Flaherty filma material etnográfico entre inuits de Canadá entre 1920-1922 y Baldwin Spencer filma y fotografía aborígenes del norte australiano entre 1910-1920; Mead y Bateson filman y graban en Bali durante la década de 1930, así como Miguel Covarrubias hace lo propio tanto en Bali como en el sureste de México en el mismo periodo).
La construcción y desarrollo de esta interfase tecnológica en la práctica de la antropología constituye la ampliación y fortalecimiento de su capacidad para representar la diversidad humana. El problema es que esa capacidad se ha desplegado, casi siempre, desde una posición que representa intereses, es decir, la utilización de filtros subjetivos y culturales que norman esa práctica de observación, descripción y explicación de los fenómenos de la vida humana. Scott Robinson (1998) ha planteado que el oficio tradicional de la antropología visual ha sido ser cómplice de la expropiación de las imágenes de los otros utilizando un marco interpretativo de matriz colonial. Dicha expropiación se lleva a cabo mediante la violación de la intimidad cultural de los diferentes. Todo registro cultural de los otros es agresivo por su base hegemónica y los representados-interpretados muchas veces no llegan a comprender su fin último.
Desde otra perspectiva, que podemos identificar como descolonizadora, Silvia Rivera Cusicanqui (2010: 19-21) habla de la importancia de las culturas visuales prehispánicas, frente a las culturas literales coloniales y neocoloniales que utilizan la escritura para encubrir y velar la realidad, baste aquí imaginar una confrontación entre códices prehispánicos y crónicas de la conquista ibérica. “Las imágenes —continúa diciéndonos Cusicanqui— “nos ofrecen interpretaciones y narrativas sociales con sentidos no censurados por las lenguas oficiales que iluminan un trasfondo a contrapelo del orden social y nos ofrecen perspectivas alternas para una comprensión crítica de la realidad textualizada por los colonizadores” (loc. cit.).
Las maneras de representar y construir la diversidad humana responden a racionalidades también diversas y muchas veces en tensión. Esto representa un imperativo ético-político que nos obliga a distinguir las estrategias de representación encaminadas a mantener las jerarquías y asimetrías en una sociedad, y aquellas que pretenden contribuir a la transformación del sistema de relaciones sociales basado en la reproducción de la desigualdad, la injusticia, la violencia y el poder. El trabajo científico, académico y artístico no escapa a las influencias de la teoría, la ideología, la posición política, los intereses y los valores del sujeto científico o artístico. Es por ello que se precisa ensayar metodologías que permitan producir interconocimientos, es decir, lograr experiencias disciplinares y prácticas sociales colaborativas que logren trazar mapas de conocimientos interculturales e interepistémicos, es aquí donde surge la propuesta del audiovisual participativo como un género y una narrativa de comunicación audiovisual que apunta directamente a la democratización de los medios y al fortalecimiento de procesos de autorreconocimiento, autogestión y revitalización étnica y sociocultural.
Etnografías audiovisuales participativas
El audiovisual participativo, como la antropología en su momento, utiliza la etnografía como parte de una estrategia de reapropiación y control cultural utilizando las nuevas tecnologías de comunicación y la utilización de la fotografía, el video, redes sociales y plataformas digitales como sus principales canales de expresión. Como recurso narrativo ha sido utilizado por equipos de realizadores étnica y culturalmente diferenciados, que usan la etnografía desde su propio campo epistémico y dotan al audiovisual de un carácter democrático y liberador que busca promover espacios y experiencias de carácter autónomo.
El fundamento de las etnografías audiovisuales participativas lo encontramos en la propuesta de Investigación-Acción Participativa (IAP) de Orlando Fals Borda (1973 y 1999) y de Fotovoz (Wang y Burris, 1997) que impulsan procesos de reciprocidad simétrica entre investigadores e investigados para superar la arrogancia académica y entablar compromisos de solidaridad, cambio social y producción de interconocimientos que se expresen a través de nuevas o diferentes narrativas de corte intercultural. El audiovisual participativo modifica la propuesta de la investigación-acción participativa (IAP) planteando la ruta metodológica de acción-reflexión-acción para darle el papel central a los propios individuos y colectivos que mediante una autoexploración de su condición sociocultural, en este caso a través de imágenes propias, identifican problemas, reflexionan sobre causas y plantean soluciones. Otro aporte metodológico fundamental es el pensamiento y paradigma pedagógico de Paulo Freire (1970, 1992) que plantea la educación como un proceso autorreflexivo y liberador, resultado de la concientización de los individuos como actores centrales de su liberación mediante el autoconocimiento.
El acceso a las nuevas tecnologías es cada día mayor y más fácil para una buena parte de la población, especialmente la telefonía celular que permite acceder a sistemas de mensajería instantánea y las llamadas redes sociales, pero no ocurre lo mismo con su conectividad, que depende sustancialmente de poder ocupar espacios digitales que, hoy por hoy, interactúan intensamente con las dimensiones físicas de la realidad.
Para combatir las políticas de la exclusión social y cultural, así como contribuir realmente a una integración social e intercultural, sin menoscabo de la diversidad humana, es preciso generar estrategias de conectividad que expandan las capacidades de actuación de individuos y comunidades, hoy marginales, para conseguir reconocimiento y garantizar respeto y convivencia en el conjunto de la sociedad. La conectividad puede defininirse como la capacidad de individuos o grupos para ocupar espacios en redes y plataformas (Domínguez, 2012).
La experiencia del Taller Miradas Antropológicas
A través de la confección de guiones y argumentos, resultantes de diálogos interétnicos e interculturales mediados por procesos de comunicación audiovisual, se integran grupos focales y foros temáticos de análisis de materiales audiovisuales que destaquen problemas y temas generadores, para después montar talleres de producción multimedia basados en el uso de teléfonos celulares, redes sociales y plataformas abiertas de intercambio y colaboración de información preferentemente de tipo audiovisual, enmarcados en las metodologías de foto-voz y video participativo. Con ello se pretende impulsar y conservar la ocupación de espacios de comunicación por colectivos étnica y culturalmente diferenciados que han experimentado un considerable distanciamiento y marginación de las prácticas comunicativas de nuestra sociedad, a pesar de contar hoy con un creciente índice de digitalización a través del uso de la telefonía celular y las llamadas redes sociales.
Desde el año 2001 funciona en la sede del CIESAS Golfo (Xalapa, Ver., México) el Taller Miradas Antropológicas (TMA), una de sus principales líneas de trabajo es la producción de materiales audiovisuales que contribuyan a generar ejercicios de reconocimiento de la diversidad sociocultural, empleando para ello fotografía y video etnográfico y documental
(CIESAS-TMA Xalapa 2003 y Mérida 2006-7). En estas primeras producciones se integraron varios equipos de trabajo compuestos en forma interdisciplinaria y se buscó la participación de poblaciones involucradas en los registros audiovisuales mediante grupos focales que permitieron, posteriormente, desarrollar entrevistas semiestructuradas con participantes destacados y registros en campo de las localidades donde provenían los entrevistados. Posteriormente los equipos de producción trabajaron conjuntamente con los entrevistados para armar las secuencias y el guion de posproducción. Las experiencias de exhibición y circulación de los materiales concluidos englobaron reacciones del público de la más diversa índole, desde quienes consideraron los videos como una manipulación mediática hasta aquellos que externaron tristeza, pesar y lágrimas al verse identificados de alguna manera con los hechos presentados en pantalla. El objetivo se consiguió al generar esos planos de ejercicio del reconocimiento de la diversidad humana en sentido positivo como también a través de la negación a reconocerla.
Video participativo como puesta en escena de un saber recuperado
El video participativo es la puesta en escena de saberes, creencias, mitos, leyendas, historias que al ser reapropiados por sus verdaderos dueños, mediante una serie de estrategias de control cultural que combinan los ámbitos autónomos con los de apropiación de elementos de otras culturas (Bonfil, 1987), producen narrativas con un alto poder de autorreconocimiento y revaloración de los pueblos. Esta puesta en escena puede ser mediante documentales, testimonios, dramatizaciones o creando verdaderas obras de ficción que permiten revitalizar la tradición oral y fortalecer las lenguas originarias. El video participativo, como un ejercicio cultural autónomo, puede contribuir a un amplio esfuerzo de revitalización étnica, lingüística y de comunicación intercultural. Es la posibilidad de retomar la capacidad de un pueblo para “escribir” su propia historia, de “contar” de nuevo y creativamente sus cuentos y leyendas, de fortalecer su lengua y de autorreconocerse en los espacios y plataformas de la comunicación digital.
El audiovisual participativo es producto de una etnografía audiovisual profunda, es una historia autónoma, un ejercicio de reproducción cultural y una innovación en las formas de lucha de los pueblos.
Bibliografía
Bonfil Batalla, Guillermo (1987), La teoría del control cultural en el estudio de los procesos étnicos, en Papeles de la Casa Chata, México, CIESAS.
Rivera Cusicanqui, Silvia (2010), Chíxinakax utxiwa. Una reflexión sobre prácticas y discursos descolonizadores, Buenos Aires, Tinta Limón.
Dominguez Figaredo, D. (2012), “Escenarios híbridos, narrativas transmedia, etnografía expandida”, en Revista de Antropología Social, UNED, núm. 21, pp. 197-215, Madrid..
Fals-Borda, Orlando (1973), “Reflexiones sobre la aplicación del método de investigación- acción en Colombia”, en Revista Mexicana de Sociología, UNAM, IIS, vol. 35, núm. 1, México.
————-(1999) “Orígenes universales y retos actuales de la IAP” en Análisis Político, núm. 38, septiembre-diciembre, IEPRI, Universidad Nacional de Colombia (fecha de consulta: 31 de julio de 2010) http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/libros/colombia/assets/own/analisis%20politico%203 8.pdf
Freire, Paulo (1970), Pedagogía del oprimido, Montevideo, Tierra Nueva.
————-(1992), Pedagogía de la esperanza. Un reencuentro con la Pedagogía del oprimido, Río de Janeiro, Paz e Terra.
Robinson, Scott (1998), “Dilemas de la antropología visual mexicana”, en Cuicuilco, vol. 5 núm. 13, ENAH, México.
Taller Miradas Antropológicas-CIESAS (2003), Jóvenes Indígenas en la universidad, Xalapa. https://vimeo.com/125176744.
—————-(2006-2007), BA’AX KA WA’ALIK. Jóvenes mayas de Yucatán. Mérida. https://vimeo.com/125869880
Wang, Caroline y Mary Burris (1997), “Photovoice: Concept, Methodology, and Use for Participatory Needs Assessment”, en Health Education & Behavior, University of Michigan vol. 24, núm. 3, junio, pp. 369-387, USA.