Estudiar la migración de chinos en México desde la Antropología

Monica Georgina Cinco Basurto[1]
Fundación EDUCA México, A.C.

Durante los años noventa del siglo XX inició la producción académica sobre la migración de chinos a México. Los trabajos pioneros de Vera Valdés,[2] Evelyn Hu DeHart,[3] Moisés González Navarro,[4] y Luz María Martínez,[5] abrieron la puerta a por lo menos tres líneas de investigación: el origen de la migración de chinos a México, el movimiento antichino en el país y el desarrollo de las comunidades chinas en los estados norteños durante finales del siglo XIX y principios del siglo XX. En este periodo destacan los textos de Jorge Gómez Izquierdo,[6] Juan Puig,[7] y el trabajo de Rosario Cardiel[8] y Roberto Ham-Chande[9] para Destino México. En su mayoría de corte histórico, estos textos marcaron la pauta para la producción que vendría durante las siguientes dos décadas.

Teniendo como base esta producción científica inicié mi trabajo para comprender la migración de chinos a México. Llegué al tema por un interés genuino por conocer la historia de vida de mi padre, un chino de origen mexicano nacido en 1932 en Hong Kong. Soy descendiente de una mexicana que llegó a China cuando su esposo, un cantonés afincado en Sinaloa a finales del siglo XIX, decidió regresar a China, después de que los antichinos hubieran amenazado su tienda de abarrotes en el centro de Culiacán, y de que mi abuela hubiera sido reiteradamente apedreada en la calle por ser considerada “chinera”.[10] Soy una mexicana de ascendencia china. Crecí con un papá que para venir a México usó los documentos de identidad de su hermano mayor para mostrar su origen mexicano. Soy hija de un chino que decidió no extrañar a su familia, y una vez que se afianzó en México logró que 21 parientes chinos llegaran al país entre 1978 y 1985.

Durante mis estudios de Licenciatura en Antropología Social en la UAM-I, el Dr. Federico Besserer, quien años después se convertiría en mi director de tesis del doctorado, me acercó a la literatura sobre diásporas, comunidades transnacionales y a los textos de Hu DeHart y Gómez Izquierdo. En esa época descubrí que las historias que contaba mi abuela no eran fantasías para tenerme entretenida cuidándola mientras ella tomaba el sol los fines de semana. Con la guía del doctor Besserer escribí un texto que se llama “China in Mexico: Yesterday’s Encounters and Today Discoveries” (Cinco, 1999a y 2000), y a partir de él diseñé un proyecto de investigación que me permitió entender que mi familia china formaba parte de redes transnacionales de migración a la manera en la que Nina Glick Schiller definía la experiencia migratoria en los años noventa del siglo pasado: comunidades que en el contexto de la globalización sostienen múltiples y simultáneas relaciones sociales que los vinculan tanto a su sociedad de origen como a la o las sociedades receptoras (Glick Schiller, Basch, Blanc, 1995: 48). Durante el proceso realicé trabajo de campo entre diversas familias chinas en la Ciudad de México. Mi origen chino y la cercanía de mi papá con su comunidad me permitieron mudarme a diversas casas de chinos durante los seis meses que duró la investigación en las colonias Doctores, Industrial, y Del Valle, y en Acoxpa. Por esos años conocí la conformación de lo que después sería llamado el Nuevo Barrio Chino de la Ciudad de México en la colonia Viaducto Piedad. Viví de primera mano las dificultades de estas familias chinas con el idioma, con la integración de sus hijos a las escuelas, sus retos para atender su situación migratoria, o sus restaurantes, pero también sus conexiones con Estados Unidos, Canadá, China y algunos países de Europa donde también tenían familia, negocios o redes sociales.

Para tratar de entender mejor el origen de las comunidades chinas en México, en 2006 me mudé a Guangzhou. Durante un año estuve inscrita en un programa de estudio de lengua y cultura china en la Universidad de Sun Yat Sen. Aproveché el tiempo para visitar los pueblos de origen de los migrantes chinos en México, hacer trabajo de archivo y hacer entrevistas con familiares de mexicanas expulsadas durante el antichinismo. En este año preparé mi proyecto de investigación para estudiar la maestría en Estudios de Asia y África con especialidad en China en El Colegio de México. En el Colmex desarrollé un proyecto para documentar dos temas: la historia de vida de mi abuela y la de las familias expulsadas durante el antichinismo, y reconstruir el proceso de repatriación de chino-mexicanos de 1960, el cual trajo a mi papá al país. En este proyecto aprendí que el antichinismo era resultado del racismo exacerbado de la época. También documenté que las mexicanas y sus familias fueron colocadas en una situación de doble marginalidad frente a dos estados que se encontraban en el proceso de construcción de su nación.

En 2017 me gradué del doctorado en Ciencias Antropológicas en la UAM-I con una tesis que resultó ser la síntesis de casi 20 años de investigación sobre chinos en México. Es un trabajo antropológico con contenido histórico, una tesis de antropología con un énfasis particular en el aspecto político de los chinos y sus descendientes en el país. La tesis está construida desde la literatura antropológica sobre diásporas y estudios transnacionales, sinología e historia china y mexicana, y la discusión antropológica sobre márgenes y estado. El trabajo está permeado de una reflexión analítica sobre los chinos y sus descendientes, con quienes había dialogado a lo largo de todos esos años de investigación. Fue un trabajo que recuperó mi experiencia como descendiente de chinos en el país para construir conocimiento. Desde la autoetnografía como método para producir antropología, mostré que mi representación de los chinos no nació de mi experiencia como descendiente de segunda generación, sino cómo mi representación de los grupos de chinos que he estudiado me produjo nuevos tipos de experiencia y de acercamientos etnográficos hacia ellos (Assad, 2007 mencionado en Cinco, 2017). En la tesis mostré que el significado de “lo chino” y lo que los chinos hoy son para mí es resultado de un proceso construido a lo largo del tiempo, no sólo por mi pasado familiar, sino por mi experiencia con ellos en diversos tiempos y espacios (Cinco, 2017).

La investigación fue diseñada a partir de tres momentos: Momento A, el surgimiento de los Estados-Nación chino y mexicano, y el fortalecimiento de sus entidades político-administrativas de cara a la conformación de las diásporas como formaciones sociales. Momento B, el nacimiento de la diáspora, no como resultado de un evento traumático específico, sino como resultado de procesos históricos muy particulares en la consolidación de las naciones china y mexicana que los colocaron en situaciones permanentes de exclusión- inclusión. Momento C, como un espacio en el tiempo y el espacio en el que los sujetos diaspóricos, antes en los márgenes, adquieren nuevas formas de representación y presencia para adquirir una centralidad que no conocíamos.

Durante los años que duró la investigación construí una comunidad virtual que con los años derivó en un proyecto cultural y político que nos llevó a formular la idea de la solicitud de perdón del Estado Mexicano a los chinos en México por los agravios históricos durante las más de cuatro décadas que duró el antichinismo en el país. Practicar antropología a lo largo de la investigación y redacción de la tesis derivó en la acción: del dolor, del olvido y la negación que para muchos descendientes implicó el acto de recordar, transitamos a la construcción de memoria colectiva y al orgullo de ser chino-mexicanos desde una nueva posición. Ya no desde los márgenes como ocurrió durante los años posteriores al antichinismo, sino desde una posición central no sólo frente a los estados nacionales que en el pasado excluyeron a los chinos en México, sino frente a los chinos de primera generación para quienes tampoco existíamos. Las generaciones de sinodescendientes nos mudamos de la negación, la vergüenza y el miedo de tener antecedentes chinos, a un momento no sólo de aceptación, sino de empoderamiento a partir de una diferencia que organiza, que propone y que lleva a la práctica acciones para fortalecer nuestra sinidad.

Practicar antropología para pensar la presencia china en el país no sólo ha representado un ejercicio académico, sino un proyecto de vida que nació cuando era estudiante de licenciatura y que no ha concluido. En 2019 y después de siete años de trabajar por construir comunidad entre los descendientes, de encuentros y desencuentros entre las diversas generaciones, de acercarme a grupos de chinos de primera generación y de mantener viva nuestra sinidad a través de la memoria, el Estado mexicano ofreció disculpas públicas a varios descendientes de los matrimonios chino-mexicanos expulsados entre 1929 y 1934. En voz de quien ese entonces era la Secretaria de Gobernación, la ministra Olga Sánchez Cordero, y en un acto formal, pero muy emotivo, mi papá y otros chino-mexicanos de su generación, escucharon su nombre uno a uno y recibieron disculpas de un Estado que en el pasado no sólo los expulsó, sino que, por décadas, también los olvidó.

Escribir antropología desde mi mirada como descendiente de chinos con una historia muy particular me permitió colocarme y colocar a mi comunidad como sujetos cognoscentes, pero al mismo tiempo definir el espacio epistemológico para nombrar a ese sujeto y entender desde dónde se construye el conocimiento. Aprendí que la teoría antropológica de mi trabajo fue producida por una variedad de sujetos, y que estos no éramos La Comunidad China en México, sino las comunidades de la diáspora china en el país, en plural y con toda nuestra diversidad. Descubrí que los sujetos diaspóricos se construyen a partir del descentramiento, porque entre nosotros nunca ha existido una única localización ontológica, sino una multiplicidad de espacios y circunstancias que no pueden reducirse a uno porque los sujetos en la diáspora estamos situados y construimos puntos de vista desde muchos lugares (todo esto se trata más ampliamente en Cinco, 2017).

El acto de 2019 fue el preludio para lo que el Estado mexicano llamaría el Acto de Perdón oficial por los agravios históricos a la Comunidad China en México, presidido por el Presidente Andrés Manuel López Obrador. El 17 de mayo de 2021, en la ciudad de Torreón, espacio emblemático del antichinismo mexicano, el Presidente de la República, acompañado de representantes de su gabinete, el Gobernador de Coahuila y ante la presencia del cuerpo diplomático de la República Popular China, ofreció disculpas a las comunidades chinas del país por la Matanza de Torreón de 1911, por las persecuciones sistemáticas durante casi cuatro décadas, por el racismo, y por las expulsiones de chinos y sus familias mexicanas durante los años treinta del siglo XX. Llegar a este momento, sin duda, afianzó nuestros lazos como comunidades de descendientes de chinos en México y nuestro compromiso por seguir fortaleciéndonos.

Hacer y pensar antropología desde la migración de chinos a México ha significado un viaje por mis propias fronteras culturales e identitarias. Pensar a los chinos en el país desde mi posición como descendiente me abrió la puerta hacia mi comunidad y hacia la comprensión de un fenómeno migratorio en el que hay narrativas de racismo, dolor y exclusión, pero también de mucha resiliencia, valentía y la búsqueda de una vida diferente. En la vida de mi papá y mi abuela he tenido el mejor ejemplo de esto.

Bibliografía

Cardiel, Rosario
1999 “La migración china en el norte de Baja California, 1877-1949”, en María Elena Ota Mishima (coord.), Destino México: un estudio de las migraciones asiáticas a México, siglos XIX y XX, Ciudad de México, El Colegio de México, pp.189-250.

Cinco, Monica
1999a “China in Mexico: Yesterday’s Encounters and Today Discoveries”, en Roshni Rustomji-Kerns, Rajini Srikanth y Leny Mendoza Strobel (eds.), Encounters: People of Asian Descents in the Americas, Lanham, Maryland, Rowman & Littlefield.

1999b Más allá de las fronteras: Los chinos en la Ciudad de México, tesis de licenciatura en Antropología Social, UAM-I, Ciudad de México.

Cinco, Monica
2000 “China en México, encuentros de ayer, descubrimientos de hoy”, Antropológicas, núm. 17, pp. 67-70.

Cinco, Monica
2009 La expulsión de chinos de los años treinta y la repatriación de chino mexicanos de 1960, tesis de maestría en Estudios de Asia y África con especialidad en China, Centro de Estudios de Asia y África, El Colegio de México.

Cinco, Monica
2017 “A mí no me pueden volver a sacar”: Etnografía práctica desde los márgenes de la diáspora chino mexicana, tesis de doctorado en Ciencias Antropológicas, Departamento de Antropología, UAM-I, Ciudad de México.

Espinoza, José Ángel
1931 El problema chino en México, Ciudad de México, Porrúa.

Glick Schiller Nina
1995 «Transnationalism: A New Analytic Framework for Understanding Migration», en Toward a Transnational Perspective on Migration, Nueva York, The New York Academy of Sciences, pp.48-62.

Gómez Izquierdo, Jorge
1991 El movimiento anti-chino en México (1871-1934): Problemas del racismo y nacionalismo durante la Revolución, Ciudad de México, Instituto Nacional de Antropología e Historia.

González, Moisés
1969 «Xenofobia y xenofilia en la Revolución Mexicana», Historia Mexicana, vol. 18, pp. 569-614.

González, Moisés
1994 Los extranjeros en México y los mexicanos en el extranjero, 1821-1970: Volumen 2, 1867-1910, Ciudad de México, El Colegio de México.

Ham-Chande, Roberto
1997 “La migración china hacia México a través del Registro Nacional de Extranjeros”, en María Elena Ota Mishima (coord.), Destino México: un estudio de las migraciones asiáticas a México, siglos XIX y XX, Ciudad de México, El Colegio de México, pp.167-188.

Hu DeHart, Evelyn
1980 “Inmigrants to a Developing Society. The Chinese in Northern Mexico, 1875 1932”, Journal of Arizona History, vol. 21, pp.275- 312.

Hu DeHart, Evelyn
1982 «Racism and Anti-Chinese Persecution in Sonora, México 1876-1932», Amerasia, vol. 9, núm. 2, pp. 1-28.

Hu DeHart, Evelyn
1985 «La comunidad china en el desarrollo de Sonora», en Cynthia Radding (ed.), Historia General de Sonora. Tomo IV. Sonora Moderno 1880-1929, Hermosillo, Gobierno del Estado de Sonora, pp. 193-211.

Hu DeHart, Evelyn
1990 “La comunidad china del Distrito Norte de Baja California (1910-1934)”, en La comunidad china del Distrito Norte de Baja California (1910-1934), Mexicali, Instituto de Investigaciones Históricas de Baja California, pp. 10-49.

Martínez, Luz María y Araceli Reynoso
1993 “Inmigración europea y asiática, siglos XIX y XX, chinos”, en Guillermo Bonfil Batalla (coord.), Simbiosis de culturas, los inmigrantes y su cultura en México, Ciudad de México, Fondo de Cultura Económica, pp. 395-409.

Puig, Juan
1992 Entre el Río Perla y el Nazas. La China decimonónica y sus braceros emigrantes, la colonia china de Torreón y la matanza de 1911, Ciudad de México, CONACULTA.

Valdés Lakowsky, Vera
1981 Vinculaciones sino-mexicanas. Albores y testimonios (1874-1899), Ciudad de México, UNAM.


  1. monicacinco@hotmail.com

  2. (Valdés Lakowsky, 1981).

  3. (Hu Dehart 1980; 1982; 1985; 1990).

  4. (González, 1969; 1994).

  5. (Martínez y Reynoso, 1993).

  6. (Gómez Izquierdo, 1991).

  7. (Puig, 1992).

  8. (Cardiel, 1999).

  9. (Ham-Chande, 1997).

  10. Fue un término para referirse con desprecio a las mujeres mexicanas casadas con chinos durante principios del siglo XX, principalmente en el norte del país. [“…]desastrada y cochina, cuyos hijos, semejantes a escuálidos ratones, no tendrá un solo rasgo característico de ella, ya que es bien sabido que, de la unión de un chino con una mexicana, nacen chinitos tan legítimos que no niegan al padre ni en la piel amarilla, ni en los ojillos buscadores y tracomatosos, pero ni en las mañas, inclinaciones y vicios.” (Espinoza, 1931:169).